Breve historia de la filosofía 48

Orígenes y la virginidad

por Tomás Abraham

La castración de Orígenes es toda una definición. Una automutilación que parece no haber sido tan disparatada para la época. Ir a un médico y castrarse era –según el historiador Peter Brown– una operación de rutina. La cirugía esterilizaba al hombre aunque no lo volvía casto cuando la intervención era postpubertaria. Su aspecto cambiaba. Ya no le crecían pelos en la cara, por lo que la imagen tradicional del filósofo que se tenía en la época, la de un hombre barbudo, en Orígenes variaba hasta darle una apariencia extraña. Su cara sonrosada, lampiña y suave, lo hacia aparecer un adolescente tardío fijado en un estado de inocencia.

 

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Se trataba de ilustrar con este acto corporal los alcances metafísicos y éticos de la virginidad. Grado extremo del abstencionismo, la prédica de los primeros cristianos cultos, como Clemente de Alejandría, que llamaban a la contención y aceptaban una conyugalidad regulada para no espantar a las familias, deriva en un llamado a la entrega total a Dios y a los hombres.

Una vez separado de la sociedad de los casados, el hombre virgen estaba disponible para la humanidad toda. La virginidad adquiere la misma función que la que tenía el amor visto por los griegos. Se convierte en un puente entre el cielo y la tierra. Para tenderlo es necesario batallar contra ese cuerpo que nos sume en las tinieblas y nos convierte en seres inestables. Un cuerpo es un corpúsculo que tiene la evanescencia agitada del polvo danzante en un rayo de sol. La castración lo fija en su deber ascendente y da cuenta de la verdad de la sexualidad. La diferencia sexual es un estado transitorio, una simple faz pasajera y un auxiliar superable de la personalidad.

Alrededor de los años 210 d. C. se desencadena una nueva persecución a los cristianos. En ese momento Orígenes nacido en Alejandría y predicador en Palestina, se convierte en un refugio no solo de cuerpos sino de almas. Su pensamiento refuerza el de su maestro Clemente, con la salvedad de que este último tiene por centro de referencia para la vida cristiana a la urbe, mientras el primero propone una vida desértica.

Se dice que Orígenes y Plotino tuvieron a un mismo maestro, Ammonios Sakkas, y que pudieron cruzarse alguna vez. Se habla de platonismo salvaje, hermosa denominación para los usos y abusos de Platón, que recién comienzan en esa época. La dialéctica ascensional parece necesitarlo inexorablemente, y todo entusiasmo místico no deja de invocarlo.

Orígenes nos ha hecho conocer al filósofo Celso de tanto refutarlo. La obra de este filósofo pagano consiste en un franco ataque contra el cristianismo mediante las armas del estoicismo. Nos hace comprender el contenido de la cosmovisión defendida por los representantes de la cultura griega y cuáles eran las aberraciones que observaban en la nueva fe.

Dice que los cristianos se parecen a las ranas de los pantanos y a los gusanos reunidos en el barro, discutiendo acerca de quién de ellos es el mejor cazador y pescador, ellos, no más que carnadas de la verdad. Son batracios y larvas adorando por decreto a un dios que ha sido hecho para ellos, que les reveló la verdad y los ha ungido como seres superiores. Nada importa del mundo sino ellos, nada hay en la vasta tierra que se les compare, ni nada brilla tanto en el inmenso cielo como su luz cenagosa. Dicen que sólo existe el único Dios y luego siguen con su pretendida y ridícula semejanza.

Celso critica el centrocristianismo, la ignorancia de la maravillosa obra a la que pertenecemos, y que no ha sido hecha para nosotros, ni para los animales, sino para el Bien de todo. Dice Celso: “el itinerario circular de los mortales es igual desde el principio hasta el fin, pero, de acuerdo a los ciclos ordenados, es necesario que sea lo mismo aquello que fue, que es y que será”.

La providencia no es más que la naturaleza en marcha, y es absurdo creer que está a nuestro servicio, no lo están ni la tierra, ni el aire, ni las estrellas.

Los cristianos huyen de la gente erudita porque saben que lo único sensato que dicen ya lo han dicho los griegos, sin la “rusticidad del estilo”. Sus leyendas para viejas como las de Eva y María, o sus cuentos infantiles como el del Arca de Noé, no tienen otra escucha que las de los necios, plebeyos, estúpidos, esclavos, mujerzuelas y chiquillos. Duras palabras reproducidas por Orígenes que lo obligan a responder con una nueva lectura del amor.

Foto: Cora Burgin (Serie Arquitectura)

14 respuestas to “Breve historia de la filosofía 48”

  1. onairosjs Says:

    Que buena lectura matutina. Sus últimos párrafos tanto como los primeros resignifican lo que escucho «Les imbéciles heureux qui sont nés quelque part». Pura casualidad.
    fraterno
    js

  2. medusa Says:

    Pero creo que hubo toda una historia con su castracion.
    Ah, no me parece que me confundi con Abelardo, otro filosofo castrado famoso

  3. estrella Says:

    Gracias, Tomás.
    Qué poco sé o que poco ha quedado de todo lo que alguna vez apendí.
    Me gustó eso de que lo único sensato de los eruditos, ya había sido dicho por los griegos, sin «la rusticidad del estilo».

    No me imagino a Orígenes lampiño, como un adolescente tardío.

    Foto: ¿Qué es?

  4. Ella Says:

    Es casi una paradoja que aquel llamado Orígenes haya escogido la castración. Es interesante el recorrido, pero me retuerce el estómago pensarlo.
    La foto es otra toma de la que publicaron con Plotino?
    Alucinante.

  5. alita Says:

    Profe,

    Gracias por la clase, por hacerte un tiempito para escribirnos.

    Espero que la estés pasando muy bien… debe ser muy lindo el lugar….

    Aunque no sé si leerás nuestros comentarios, te pido que nos cuentes algo de allá, supongo que verás muchas cosas nuevas y distintas, no va ser tan difícil hacerlo.

    Acá todo más o menos bien, como siempre, con algunas peleítas, pero nada que no se pueda arreglar.

    Cariños y hasta pronto
    (te extrañamos)

    Alita

    p.d: Q ya se curó!

  6. janfiloso Says:

    me acuerdo un verso que no creo apruebe dasbald, menos aún con la adaptación que le formulo, pero que de alguna manera viene al caso :
    «los sacerdotes hacen voto de castidad
    pero no se castran por cualquier eventualidad».

  7. tomás abraham Says:

    el miércoles voy al NOU CAMP!!!!

    ya contaré.

  8. alita Says:

    Profe! que linda sorpresa!,

    …extrañábamos ver tu nombrecito en la lista de los comentarios..
    …así que vas al Nou Camp?…veo que estás muy contento…esperamos ansiosos que nos cuentes

    Besos!

    alita

  9. estrella Says:

    Alita, recuperando el estilo epistolar. Bien por ella.

  10. janfiloso Says:

    Cuando vayas al Nou Camp, recordá que no estás en la cancha de Velez y que los Españoles, cuando están muy, muy, pero muy enojados con el árbitro (colegiado) le gritan : «es una niña, el árbitro es una niña» y es una de las peores cosas que escucharás.
    ¿ tendrá eso algo que ver con nuestros problemas de violencia ligada al futbol ? ¿ quién sabe, no ?

  11. Ella Says:

    Janfi, que copado eso que comentás. Me recordó que por estos lados, un muy buen antropólogo que lamentablemente murió hace no mucho, hizo un análisis interesante acerca de los cánticos de las hinchadas de fútbol.
    Él era Eduardo Archetti, y el libro Masculinidades, polo, fútbol y tango en la Argentina, o similar.

  12. medusa Says:

    Ah sì Archetti era muy buen antropologo, lei cosas de el en la carrera

  13. Alejandro Ricagno, nada que ver con el padre farinelli Says:

    Y en los Orígenes…. la castración…. Un comienzo no muy copado no?
    My muy brillante Estrella: escribime a mi mail particular o escribí a la radio que tenés la revistas Lo otra sin castrar y las entradas al teatro que te ganaste para el proximo viernes. Para que veas «Todo se desmorona salvo este dolor» de Matías Feldman en el Espacio Callejón ( pavada de título para obra de aire «shepariano» en nuestras tierras, bajo un luz muy Hoopper(Edward) y con excelentes actuaciones argentas de Carolina Martin Ferro,Hernan Oviedo y Gonzalo Martinez.).
    Tomás: Como sería esa nueva lectura del amor?

  14. centauro Says:

    Cioran en el Brevario de Podredumbre eleva una oración que dice:»Como detesto señor la obra de tus manos y a esas larvas almibaradas que te alaban y se te parecen»; la epopeya del mal llevado En una época esa cancha era el templo antifranco:Messi….golll.

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