Postal de Nueva York 4

por Flavia y Quintín

Queridos amigos:

La gente es rara. ¿Cómo habrán hecho F y Q para estar casados 25 años? F odia las fiestas, Q las adora. F es ermitaña, Q sociable. Y así siguiendo. Los seres humanos son impredecibles. Todo esto viene a cuento de la gala de Rolex del lunes. F se vestía a regañadientes con un vestido negro largo de hace más de veinte años y Q se ponía su también viejo traje negro. F gruñía y Q estaba excitado. Comida, gente, posibles encuentros. “Uff”… se lamentaba la amarga F y decía; “¿No me puedo quedar en la cama king size de este hotel de lujo, darme un largo baño y leer o mirar la tele?” Q se enfurecía y le rogaba que lo acompañara. Así que, como se quieren y siempre tratan de acompañarse, la elegante pareja salió para la fiesta. Los subieron a un micro para ir al New York State Theater, en el Lincoln Center. Hacía frío y había que hacer cola en la calle para la asignación de la mesa. Les otorgaron la mesa 20. Pero, antes de la cena, había un cóctel. Mucha gente de pie, gente fea, mal vestida, algunos pocos agraciados, mucho ruido. Q comía todo lo que veía pasar y tomó varias copas de champán. Lo que más le gustó eran los bocaditos de langosta. F buscaba desesperada un lugar tranquilo donde poder respirar. Y lo encontró junto a al señor que vendía entradas para la ópera. El hombre estaba en su sitio detrás de una ventanilla pese a que, durante este evento, no iba a vender ninguna entrada. Le preguntamos qué se suponía que hacía sentado en su puesto de trabajo. Y nos dijo que, cuando nos fuéramos a la cena, él continuaría vendiendo tickets. OK. Todo muy gringo.

El día Rolex había empezado temprano (como todos los días). A la mañana hubo un desayuno de bienvenida en el piso 36 del Hotel Mandarin Oriental que sonaba atractivo por el nombre del lugar, que queda en Columbus Circle, a dos cuadras del Essex. Hace unos pocos años, Columbus Circle era la nada, pero ahora construyeron allí el complejo Time – Warner, que viene con un mall abajo (nada muy diferente al Alto Palermo) y edificios arriba. El Mandarin está en uno de ellos y el piso 36 es en realidad el primer piso, porque la recepción está en el 35. Las habitaciones empiezan de allí para arriba, probablemente hasta el infinito. En el Mandarin se alojaron los invitados VIP de la gala y parece un lugar de gran lujo (aunque muy barroco, muy oscuro y más bien siniestro), pero el desayuno tuvo lugar en uno de esos salones estandar e impersonales que se alquilan para reuniones de negocios. Había unas buenas salchichas, sin embargo. Allí fueron llegando los invitados de The Rolex Mentor and Protégé Initiative, que así se llama el evento que nos convocó a Ginebra primero y ahora a NY.

 

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El asunto es así. Cada dos años (desde hace cuatro), Rolex convoca a un proceso de selección de un artista joven en distintas disciplinas: cine, teatro, literatura, artes visuales, danza y música. El premio es convertirse en un “protégé” de un “mentor”, es decir un artista más consagrado que lo adopta como estudiante (en una modalidad a definir) durante un año. Para el proceso de selección se convoca a un comité de “nominadores” (ahí entró Q) que propone candidatos tratando de respetar las líneas directrices que el mentor indica previamente. El comité de nominadores, tras discutir una treintena de nombres por sus antecedentes y por la presentación filmada que cada uno hace de sí mismo, propone finalmente una terna o un cuarteto y de allí, tras entrevistar a cada uno, el mentor elige al que será su protégé. En el caso de cine, el mentor fue esta vez Stephen Frears que solicitó candidatos que fueran jóvenes pero no principiantes, que hablaran buen inglés, que fueran inteligentes, articulados y que tuvieran sentido del humor. Así fue como el peruano Josué Mendez, director de Días de Santiago fue electo para ser el protegido de Mr. Frears. Los resultados se anuncian en una cena en algún lugar del mundo, que resultó ser, por segunda vez, la ciudad de NY. En realidad, como el lector habrá imaginado, toda esta complicada parafernalia no es otra cosa que una gran operación de marketing tendiente a instalar a Rolex en el mundo de las artes para darle lustre a la imagen de la compañía. Uno puede calcular en varios millones de dólares el gasto que, en definitiva, beneficia apenas a seis artistas cada dos años con algo que puede resultar un premio como también una molestia. Por ejemplo, el mentor anterior de cine fue Mira Nair, y no está muy claro qué es lo que un joven cineasta puede aprender de ella salvo técnicas de relaciones públicas, como veremos más tarde.

Rolex tiene dos tácticas para que el proyecto luzca serio. Una es el seguimiento permanente de los encuentros entre mentor y protegido, que son filmados exhaustivamente. La otra es la creación de una especie de “Familia Rolex para las artes”, en la que se trata de tener atrapados a mentores y protegidos no solo durante el año de su actividad específica sino para el futuro. Se trata de llegar a tener, en algún momento, algo así como ”artistas Rolex”, identificados de algún modo con la corporación. Allí es donde entra, incluso, el regalo de relojes. Cada protégé recibe, además de un dinero en cash, un reloj que cuesta 25.000 dólares. Los mentores, en cambio, ligan uno de 50.000 (además de otros 50.000 en cash). No habría nada que objetar en principio, pero a esta gente siempre se les escapa el mal gusto de la presión corporativa: uno de los protégés nos contó que alguien de la empresa le sugirió antes de viajar a NY que “querían verlo luciendo el Rolex en la muñeca”.

 

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Josué Méndez y señora

 

Uno de los mimados por Rolex es Federico León, director de teatro y de cine argentino, al que las chicas de Rolex le festejan todo. Cuando Q fue a Ginebra, se dio cuenta de que León era para ellas un ejemplo de artista genial. Fue protégé de Bob Wilson hace dos años; le editaron un libro y ahora participó en un par de conferencias. Es posible que León sea un tipo muy talentoso, pero esta gente admira incluso su abominable film Estrellas. En fin, León estaba en el desayuno donde también había otra gente más o menos conocida de F y Q. Uno de ellos era Marco Müller, muy contento porque, en una decisión sin precedentes lo habían confirmado como director del festival de Venecia durante seis años más. Pero el desayuno era muy aburrido. F se escapó al ratito. Q se quedó charlando con un español, protégé de música de la ronda anterior, un tipo simpático con el que se pusieron a adivinar de qué disciplina eran los otros comensales. Les quedó claro que un grandote de barba no podía ser más que pintor y que unas mujeres muy producidas e histriónicas (pero informales) debían ser de teatro.

Y ahora volvamos al cóctel. Casi sobre la hora de comienzo del banquete llegaron nuestros amigos Bruni Burres y Kent Jones. Bruni estaba espectacular con un tapado con cuello de piel y aros de Casablanca, con Humphrey Bogart e Ingrid Bergman. Nos besamos, nos saludamos con mucho cariño. Es maravilloso encontrar caras verdaderamente amigas en tierras extrañas. Después de los abrazos planeamos cómo sería nuestra mudanza al día siguiente. Bruni y Kent habían planeado dejarnos su habitación y agasajarnos con una cena en su casa. De la mano de Bruni, F se dirigió hacia el salón de la cena. No nos había tocado la misma mesa. Nosotros estábamos en la 20, ellos en la 24. La mesa 20 era rara. A la derecha de F estaban Josué Méndez y su mujer. A la izquierda de Q estaba la mujer de Carlos Saura, a continuación Carlos Saura, luego la hija de Carlos Saura y un par de personas que no conocíamos. Saura es una persona muy amable, también su mujer Eulalia. Ni bien nos sentamos comenzaron a hablar con Q, que le dijo algo así al director (que es parte del board de Rolex y que era la tercera vez que iba a esa cena): “Usted no se debe acordar. Pero nos conocimos hace como 10 años acá mismo en el Lincoln Center. Usted presentaba Flamenco y, al final de la película, me acerqué para decirle que me había gustado mucho. También le dije que era una lástima que no se pudiera hacer algo con el tango, porque se había roto la continuidad entre las generaciones de artistas y lo de hoy era muy pobre. Al poco tiempo me enteré de que usted estaba filmando Tango, una película que me pareció detestable. Siempre pensé que yo era en una mínima parte culpable al haberle sugerido la idea.” Hay que reconocer que Saura se lo tomó bastante bien y replicó que Tango era una de sus películas que más quería, que el tango no estaba muerto, etc., etc. Luego le comentó a Q que Morelli lo había invitado al festival de Pinamar y le preguntó qué tal era. Q, siempre fiel a la verdad, le contestó que era artísticamente nulo pero una buena oportunidad para pasar una semana en una playa tranquila.

 

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El CEO pelado

 

La cena, como dijimos, era apenas una excusa para la presentación de los premios. Por eso la comida fue verdaderamente espantosa: la entrada, el plato principal y el postre. El vino era lo único a lo cual aferrarse, pero encima había que llamar al mozo para conseguir que a uno le volvieran a llenar la copa. Pero el menú de discursos era aun más indigesto. Entre plato y plato hablarían los seis mentores y los seis protegidos, más un film dedicado a cada una de las colaboraciones entre ellos. Para colmo, hubo un número bizarro a cargo del CEO de Rolex, Patrick Heiniger, un pelado con cara de loco, que tenía aspecto de mal cómico de la tele contratado para la ocasión. El tipo arrancó con “As you know, time is our business” y lanzó una risotada. Los suizos tienen fama de aburridos y estrictos pero hay unos cuantos que están muy chiflados. Más de los que uno cree.

 

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Frears y Méndez

 

Luego se inició la maratón de presentaciones. Arrancó Pinchas Zuckerman, mentor de música, al que le tuvieron que traer una carretilla para el ego, ya que no le cabía en la tarima. Otro que lanzaba risotadas y decía cosas sipmáticas como “Lo que yo sé de verdad es enseñar. Tocar, toco de vez en cuando.” Jo, jo, jo (otra risotada). Después vino el grandote de barba que habíamos visto en el desayuno. Resultó efectivamente un pintor llamado John Baldessari, que parecía un chanta de campeonato. Su discípulo era un uruguayo llamado Alejandro Cesarco. Y luego fue el turno de la danza, donde la coreógrafa (¿belga como Le pain quotidien?) Anne Teresa De Keersmaeker presentó al bailarín y coreógrafo togolés Dodji Sanouvi. La rubia y el rasta hicieron un buen número. Se notaba que una gran pasión había nacido entre ellos, especialmente por parte de la mujer madura. Calentura y todo, el acto destilaba gran sinceridad.

Eso de subir a agradecer delante de 700 personas no es ningún chiste. Crea una tensión tremenda. Federico León nos contó que cuando tuvo que hablar hace dos años, al otro día se levantó con una alergia en todo el cuerpo. El problema es cómo evitar caer en lo de “gracias a Rolex que hizo este milagro posible”, ya que por un lado la compañía ha invertido un montón de plata en cada uno que sube a la tarima. Pero, por el otro, aparecer en público como un monigote corporativo no es lo que un artista más desea en la vida. Además, hay presiones del momento. Como el discurso del bailarín togolés había sido muy largo, el CEO pelado ordenó que todo el mundo acortara los suyos de ahí en más. Llegaban entonces los emisarios del CEO a decirle a los premiados que la hicieran corta, situación altamente incómoda. Consciente de estas cuestiones, Stephen Frears, que debía hablar después del plato siguiente, se paseaba nervioso debajo del escenario. Pero lo suyo tuvo clase. Fue el único que no nombró a la empresa y se refirió, en cambio y con sorna, a “Mister Rolex.” En el discursó de Frears se notó que él y Méndez la pasaron bien trabajando en la nueva película del peruano. Frears exigió que se encontraran en Machu Pichu. El señor Rolex cumplió. Méndez dice que Frears es un bun maestro, que fue muy generoso y dedicado y que es muy inteligente. Que, además, cuando aceptó ser mentor creía que su carrera estaba acabada. Pensaba que La reina iba a ser un fracaso y que nunca más iba a filmar una película. Que se iba a retirar a los 65 años. Pero La reina fue un éxito mundial.

Faltaban solo dos presentaciones. Una fue la de literatura, donde el mentor fue el marroquí Tahar Ben Jelloun y el protegido otro togolés, Edem Awumay (es el año de los togoleses, pensó Q, acá faltaría solamente Emmanuel Adebayor, el delantero del Arsenal de Londres). Si Ben Jelloum hubiera pronunciado su discurso ante un auditorio de escritores argentinos, habría causado varios infartos cuando señaló que parte del entrenamiento consistió en releer con su discípulo «a los grandes escritores del siglo XX: Joyce y Sábato». Sí, dijo Sábato, porque después el discípulo lo volvió a mencionar. Qué nos cuentan… Otro triunfo argentino.

Al final venía el número más desagradable. Las dos minas producidas del desayuno resultaron ser Julie Taymor, que no sabemos qué hizo en teatro pero en cine dirigió la biografía de Frida Kahlo con Salma Hayek (que no vimos) y su protegida Selina Cartnell. Mientras los otros premiados improvisaban o leían (en el caso de los que no hablaban bien inglés), estas dos recitaron una cosa aprendida de memoria, como cuando presentan los Oscars y alguien dice genialidades tales como “el guión es el arte de poner palabras en un papel para después filmarlo”. Para colmo, Taymor mencionaba en cada frase la palabra “entretenimiento”. No parecía gente seria, sino más bien parte de esos talentos ruidosos y maleducados que molestan por el mundo.

 

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La rubia, Mira Nair, Scorsese y la pelada de Kent Jones

 

Para terminar, antes de que el pelado subiera nuevamente a lanzar un par de risotadas y cerrar la ceremonia, se anunció quiénes iban a ser los próximos mentores. Mira Nair subió al escenario y volvió a mostrar sus dotes de madrina de Rolex y protectora de los artristas jóvenes. Para el final quedó el más famoso de los nombres: Martin Scorsese, recibido con una ovación. F y Q coincidieron en que Scorsese estaba bastante viejito y, al mismo tiempo, bastante más digno que su colega Coppola. El hombre había llegado en medio de la cena para sentarse en la mesa principal (advertido de lo que sucedía, llegó comido). Al instante, la mujer del pelado, una rubia que se dedicó toda la noche a apretar celebridades, abandonó a Liam Neeson y comenzó a acosarlo a Scorsese, que no sabía muy bien donde meterse. Pero no hay duda de que un director de esa trayectoria es una figura mística que posee un aura especial. El cine sigue siendo el cine pese a todo, aunque las películas ya no se vean en el cine sino con el método NetFLick de alquiler a domicilio que ha revolucionado las costumbres americanas en la materia.

 

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Marty y todas las minas

 

Y eso fue casi todo. A la salida regalaban unas bolsas llenas de videos (La reina de Frears, entre otros) y bombones que F y Q se llevaron como compensación de una noche difícil. Otros comensales repudiaban directamente los regalos. Ya habían tenido suficiente de Rolex para los próximos meses. En fin, como decía Groucho Marx, pasamos una velada inolvidable. Pero no fue esta.

 

23 respuestas to “Postal de Nueva York 4”

  1. IBB Says:

    Algo verán F y Q el uno en el otro para seguir juntos despues de tanto tiempo
    http://laslucesdeagosto.wordpress.com

  2. janfiloso Says:

    Excelente crónica; «de como, un relato de una velada difícil, puede ser un texto atrapante»;
    igual Q. esta noche (local time) juega river con arsenal (el de acá, no el de inglaterra) y te lo perdés;
    renunció La Volpe luego del 0-4 con boca;
    ( ¿ un rolex de 50 lucas ? ) ( ! qué lo parió ¡ )

  3. orson Says:

    Muy divertida la crónica y muy bien usada la frase de Groucho. A propósito de Julie Taymor su nueva película se llama Across the Universe y es un musical ambientado en los 60, con más de 30 temas de los Beatles. Y la peli que dirigió sobre Frida está bien.

  4. Charly W. Karl Says:

    Algunas veces, dos personalidades opuestas se necesitan mutuamente para compensar determinadas falencias. El efecto sinérgico se presenta en la física y, en las relaciones humanas. La entropía, también.

    Saludos!

  5. dedalus Says:

    Muy bueno lo de elogiarle Flamenco a Saura primero; para luego decirle la verdad acerca de Tango.
    Debo discrepar en lo de TW y Alto Palermo. Seguramente pasaron rapido y no pudieron apreciarlo bien. Los restaurantes de TW estan entre los mejores del pais Masa, Per Se, Cafe Gray, etc; un cacho mejor que el patio de comidas del AP. Sin contar las tiendas de ropa y demas y el extraordinario Whole Foods Market del subsuelo.
    En realidad, el hotel empieza del piso 36 para abajo; lo que esta del 36 al 79 son departamentos (trabajo hace dos anios en la renovacion de los pisos 76 /77; desde alli escribo esto en este momento), «private residences» a las que se accede desde el lobby del hotel, y puedo asegurar que de «oscuro y mas bien siniestro» no tiene nada. Es vidrio de piso a techo. Todas las habitaciones y todos los departamentos. Puede resultar intimidante al principio; pero no oscuro. Y las vistas no tienen comparacion. Lo que es un poco ofensivo son los precios de dichos deptos. Ah, las expensas por vivir en TWC tengo entendido son las mas altas del planeta.

  6. lalectoraprovisoria Says:

    Dedalus. Veo que entendimos todo mal el TW. Por otra parte, no dudo de que tenga los mejores restaurantes del planeta (y hoy estuve en la sucursal de Whole Foods del East Village y es notable) pero eso no cambia la impresión que me produjo. Sigo pensando que el edificio es frío, con mucho granito, techos enormes y escaleras mecánicas disparatadamente altas como las que alguna vez vi en el subte de Moscú. En fin, una arquitectura grandiosa y dura. Eso me pareció el mall. Pero estuve apenas unos minutos. Voy a ir ahora de nuevo y también de día para inspeccionarlo otra vez. Del hotel (el Mandarin Oriental) sé lo siguiente: entré por una puerta oscura y un pasillo oscuro me condujo a un ascensor. De ahí subí al 35 donde está el lobby y la recepción (a menos que no fuera la recepción lo que vi). Luego fui a una sala muy convencional (eso sí, con un ventanal grande aunque sin una buena vista) a la que se llegaba por otros pasillos oscuros y sobrecargados de madera oscura y puertas doradas. Y mucha chinoserie. Pero a lo mejor estaba en un día oscuro.

    Janfiloso. Me diste una gran alegría, la renuncia del chanta infernal de La Volpe. Su última trapisonda había sido fraguar la renuncia con la complicidad de los dirigentes. Dijeron que había renunciado pero por una cuestión de ética (?) se quedaba hasta fin de año. Era todo mentira. Estaban viendo cómo le iba para ratificarlo (eso sí, le pidieron que mantuviera un perfil bajo). Ganaron dos partidos seguidos y el tipo ya se relamía. Pero ocurrió lo de siempre.

    Saludos
    Q

  7. dedalus Says:

    Coincido en el tema arquitectonico, aunque el Lincoln Center a veces puede verse como arquitectura un poco dura tambien, aunque mas noble y calida a escala humana, por cierto. Pero comparativamente con otros edificios-vidriera de SOM, TWC no esta tan mal. Las escaleras mecanicas son solo un poco mas largas que el promedio en edificios publicos en esta ciudad y bastante mas cortas que las de las estaciones grandes de subway.

  8. Addison Says:

    ¡Qué feo que acosen a Scorsese de la forma que se ve en las fotos! Que mal que la pasa…

    Orson, «Frida» es una porquería lo único rescatable es la aparición de Chavela Vargas, me quedo toda la vida con la de Leduc -que en estos días dan en la Lugones-. No tiene nada de interesante, a Taymor no se la toman en serio en Broadway, aunque su «Titus» (versión de Tito Andrónico» de Shakespeare) está bien.

    Saludos.

  9. janfiloso Says:

    Bueno Q. ahora queda el Dani porque River perdió anoche por penales con el Arsenal de «la familia».

  10. lalectoraprovisoria Says:

    ¿Ya renunció? ¿O piensa ganar el campeonato local?
    Je, je. Otro chanta menos.
    Pero ahora, en una de esas, River contrata a La Volpe…
    Q

  11. janfiloso Says:

    Noooooooooo por favor; bigotón parece que va al Atlas (se vuelve a Méjico).

  12. enana vieja Says:

    Ademas de Q. quienes integraron el jurado en Ginebra?
    Bravo Flavia ,pudiste ir a la fiesta

  13. lalectoraprovisoria Says:

    ¿Qué te importa? Je, je. En realidad, todo era confidencial, no se podía decir nada. Yo era el agente 007. Ahora anunciaron los ganadores, así que supongo que eso se puede decir y también puedo decir que estuve ahí, pero no sé si se puede revelar el nombre de los demás jurados. A ver si nos echan de la pieza.
    Q

  14. estrella Says:

    ¿No hay fotos de F y Q empilchados?

  15. estrella Says:

    Me encanta como empieza este post: «La gente es rara». Buenísimo. Porque la gente sí que es rara.
    En cuanto a los tantos años de estar juntos, yo tengo la respuesta, que me la robó Victor Sueiro para su programa de hace unos años: MISTERIOS Y MILAGROS.

  16. medusa Says:

    Q: te perdiste el debate de ayer en el Rojas.
    Escribi una nota en mi blog:
    http://www.silviauritecine.blogspot.com
    Saludos

  17. Alejandro Appo Says:

    ¡Faltan las fotos de F y Q!

    Esto no puede ser.

    Espero que River contrate a La Volpe, ya que este técnico modernizó el fútbol.

    jajaja

  18. estrella Says:

    Medu, leí tu nota sobre el debate en el Rojas, qué bueno para los que no pudimos ir. Estuvo bien Ricagno con lo de la guerra del cerdo…

  19. Medu Says:

    Sì, un amigo de Ricagno preguntò: «¿Para quièn escribe el crìtico?» porque era una de citas y autocitas irrefrenables. El chico estudia Psicologìa asì que fue màs allà del discurso y realizò una lectura deleuzeana.
    Saludos, Estre
    Sil

  20. Top Posts « WordPress.com Says:

    […] Postal de Nueva York 4 por Flavia y Quintín Queridos amigos: La gente es rara. ¿Cómo habrán hecho F y Q para estar casados 25 años? F […] […]

  21. enana vieja Says:

    De cholula nomas. Es cierto nos mereciamos una fotos de ustedes.

  22. » Josué Méndez, Stephen Frears y Rolex » Cinencuentro - Todo el cine del Perú Says:

    […] argentino Quintín (Q), y no precisamente sesudas críticas de películas. Más bien crónicas como la que escribió el miércoles 14 desde New York, ciudad a la viajó para asistir a la ceremonia de premiación del “Rolex […]

  23. Le petit Chevalier Says:

    ROLEX sucks!!! Que envíen unos cuantos al Africa para devloverles sus diamantes incrustados (en los relojes , svp) Cualquier «artista» que se preste para esto tambien sucks!!! Ay arte, si sólo pusieras expresarte….

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