El Bafici (5)

Atención: la rompió Filippelli

por Quintín

Con Flavia volvemos del Abasto en taxi. El chofer nos dice: «Buenos Aires está vacío. Solo hay gente acá.” El Bafici está a pleno y en ese contexto de euforia, hay un pleno del cine argentino: Música nocturna, la película de Rafael Filippelli. Flavia se acercó al festival especialmente para ver lo que había hecho nuestro amigo y tuvo una recompensa mayúscula: no solo es la mejor película de Rafael, sino una producción en estado de gracia. También es una señal para el cine argentino contemporáneo, la de que el placer es posible y que la ligereza y la elegancia no están reñidas con el rigor y la profundidad. Es la misma lección de Oliveira, aunque Filippelli tiene unos pocos años menos. Como alguna vez lo señaló Raymond Bellour, el cine será civilización o no será. Civilización en el sentido de inteligencia, conocimiento, cultura, pero también humor, destreza, sabiduría y, sobre todo, libertad. Hay una frase que alguien dice durante la película a propósito de una artista: “Fulana piensa en los premios antes que en la obra.” Con esa idea, con la mirada puesta en los premios en el sentido del subsidio, el apoyo, el comité lector, los productores, los programadores extranjeros, se piensa cada vez más el cine argentino y así las películas se van condenando a parecerse, a transitar por una estrecha, limitada y falsa vía. Cuando ese corsé sobre la creación se retira, se puede ver que el cine tiene muchas más posibilidades de lo que se muestra incluso en los festivales. Música nocturna es el verdadero cine del futuro si es que hay un futuro para el cine fuera de la imitación y la concesión a sus poderes más arcaicos y reaccionarios, llámense productores, programadores, críticos y financiadores varios. Música nocturna es un desafío para los expertos de toda índole que llegaron al Bafici. Si no la aprecian es porque tienen la mira desenfocada y el gusto se les ha condicionado de la peor manera como para dejar pasar por alto un film semejante, como pasarían por alto un film como Belle toujours si su director no fuera un intocable. Filippelli, como cineasta y como maestro de cineastas, está además en el centro de la renovación del cine argentino de los próximos años a través de sus alumnos de la FUC y de películas como El hombre robado, con la que Música nocturna compite en la sección argentina.

No siempre filmó así Filippelli. Sus planos fueron siempre virtuosos, sus historias interesantes, su compromiso con el cine indudable. Pero sus películas eran tensas, angustiadas por así decirlo, presas de una gravedad que la puesta en escena no alcanzaba a contener y se traducía en incomodidad, casi en frustración. Hay grandes momentos en Hay unos tipos abajo o en El ausente, ideas y dispositivos brillantes en Notas de tango, Lavelli o en sus otros films-ensayo, sentido cómico y curiosidad intelectual en sus cortometrajes, pero nunca hasta aquí, Filippelli había logrado que sus películas integraran plenamente los tres elementos que hacen singular su cine: una gran destreza para filmar y un gran instinto para transformar en belleza la precisión de imágenes y sonidos (la que ha transmitido a sus alumnos durante quince años), una disposición para integrar en el cine las manifestaciones culturales más diversas (lo que permite la noble alianza de las palabras “cine” e “intelectual”, a contramano del populismo y la ignorancia que dominan y bastardean la producción local y universal de este momento histórico) y, por último, una actitud personal, casi autobiográfica, aunque no en un sentido obvio (lo que hace que las películas de Filippelli estén pobladas de objetos, referencias, ideas, temas, situaciones y personas que componen su círculo más cercano). Esos tres elementos, más el humor sarcástico y cierta nostalgia como estilo, corresponden a un cineasta singular. Cuando su potencia se libera felizmente, como ocurre en este caso, estamos en presencia de un cine mayor.

 

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Música nocturna habla de música porque su protagonista, Enrique Piñeyro, es un crítico musical (sus opiniones son, mayormente, las de Federico Monjeau, uno de los amigos de Filippelli) que tiene un libro a medio escribir y que nunca termina, acaso porque cree menos en la producción y en la carrera que quienes lo rodean, entre ellos su mujer (imposible no pensar en Beatriz Sarlo), o el escritor calcado sobre Juan José Saer. Sin dejar de ser plenamente narrativa (Filippelli es un cineasta moderno mucho más que un vanguardista, a pesar de su confesada admiración por Godard), el conflicto dramático de la película es tenue, asordinado, jazzero podría decirse (aunque la música del film es clásica): las dudas del protagonista, la melancolía, los celos, la sensación de frustración, de incertidumbre por el futuro componen el horizonte emocional del film, aunque lo que predomina es una atmósfera de buen humor, de relajación, de serenidad. Pero el argumento y la temperatura anímica, sumados a las discusiones y frases en off sobre el sentido del arte, son el marco para la verdadera acción del film, las caminatas de los personajes por Buenos Aires, ciudad vacía, nocturna y bellísima según el retrato inolvidable de Filippelli, que la ha recorrido con planos secuencia de perfecta armonía.

Los últimos trabajos documentales de Filippelli tuvieron a la música como objeto (Notas de tango, Esas cuatro notas) y ahora, en la ficción, la música está en todas partes, desde el título a las conversaciones. Más aun, el film está ejecutado como una partitura brillante, con cada objeto del decorado y cada movimiento de cámara expresando una rara exactitud y un placer mayúsculo y evocando desde la abstracción de su forma la emoción más profunda. Ayudado por sus discípulos y colaboradores, sobre todo sus alumnos y ex alumnos de la FUC, Filippelli ha hecho otro film de familia, una familia que es hoy la más fértil y más esperanzadora del cine argentino.

Entre los excelentes desempeños técnicos no se puede dejar de nombrar al fotógrafo Fernando Locket y entre los actores al increíble Enrique Piñeyro. Tenía razón Filippelli. Tal vez no sea Cary Grant, pero es Riquelme: está mentalmente un segundo adelantado a cada jugada y eso le permite un aire y una fluidez a sus respuestas que admiten pocas comparaciones.

Había alegría a la salida de la función de prensa de Música Nocturna. Después de ser durante años el gran cascarrabias del cine argentino, Filippelli se ha hecho querer por mucha gente, más allá de su círculo de amigos y alumnos. Que al mayor maestro que tiene el cine argentino le haya salido una gran película es motivo para una larga celebración.

Foto: Flavia de la Fuente

20 respuestas to “El Bafici (5)”

  1. charlie Says:

    Ayer fui a ver una pelicula de este festival, «The Host», muy buena.
    Lo unico malo, la banda de bobos cienfilos o algo asi que se rien cada 10 segundos es tal cual como decia esa nota de tp, parece que hay que reirse estilo cool para hacer ver que entendieron algo.

  2. BobbyFischer Says:

    Quintin: en otro post hablaste de guetos. Y este post tuyo me hace pensar que estas incurriendo en el mismo error. Pensar la renovación del cine solo a traves de la FUC es una idea reaccionaria y retrograda.

    De la FUC tambien salieron Moreno, Ortega, Rotter, Winograd entre tantos otros. Cineastas que vos mismo acusaste de ser solo eficientes profesionales, anteponer el subsidio al cine o en pleno ejercicio de su carrera profesional de estar seducidos a la tentación de plasmar una idea de cine demodé cuya formula parece sacada de decadas pasadas (Subiela, Doria..). Cineastas que también fueron alumnos de Filippelli (aunque no creo que sea responsable de los dislates de sus ex pupilos).

    Filippelli es un hombre noble y una buena pelicula siempre es motivo de celebración pero tampoco nos vayamos al otro extremo. Saludos.

  3. Matias Says:

    Despues de ver el pastiche de Duelist, Musica Nocturna fue un bálsamo.
    Las virtudes del film ya las destacó Quintin; agrego algunas:

    Los diálogos son creibles (en oposicion a los forzados de la obra escrita por la mujer de Piñeyro) y trabajados como parte de la puesta (como pocas veces ocurre en el cine argentino).

    Con la conciencia de que la pelicula funciona como una partitura, Filipelli deja respirar la música que coloca. Esto viene a cuento por la nombrada Duelist, donde -en una operación tarantiniana- la banda de sonido mezcla música clásica, trip hop duro, tambores, música oriental, guitarreadas metal, en inyecciones dispares

    Es todo. Saludos

  4. Anónimo Says:

    Esta crítica es como «Orgullo de Madres». Completamente subjetiva (si ya sé, todo es subjetivo). Ví la película ayer y me parecio buena, pero no una película mayor.
    Demasiado Amiguismo.

  5. Ari Says:

    Musica Nocturna es pretenciosa, aburrida, con fallidos intentos de transponer literatura al cine devaluandolo. Un casting donde compiten por quien es el mas inverosimil. La actuación de Piñeyro tan barroca y forzada, poco organica y su tono de voz monocorde detienen aun mas el ritmo ya de por si con un lento sin sentido. No le creo nada. El personaje de su mujer, con una inexpresion, tal vez producida por el botox que no genera ningun tipo de emocion mas que inexpresion….
    Basta de loas a supuestos intelectuales que se regodean en su propio arte. Hagamos democratico al arte y mas humano, mas humilde, mas sensible, menos caricaturezco. Basta de la melancolia estereotipada de Buenos Aires, basta de camaras siguiendo a actores y menos que no lo sostienen.
    Me canse. Cortemos con la farza.

  6. Ari Says:

    Por ultimo… la gente en sala se reia…
    Y ni que hablar de los comentarios que se escuchaban a la salida.
    ¿Algo mas para aportar?…

  7. cuervo Says:

    Música nocturna es una partitura en la que los solistas desafinan.

  8. Alejandro Ricagno, un solista afónico Says:

    Música Nocturna de Rafael Fillipeli es un film que ( con algunos problemas que lo lastran) es un film más que interesante. Por empezar debría decir que no hay porque desechar un film porque suceda en un ambiente intelectual, si este es áutentico, y no una pose. Quiero decir, si el realizador sabe de qué habla, y cómo mostrar ese «habla». Y digo habla, porque sí Música Nocturna es un film «hablado». Extensamente hablado, creo recordar ( discúlpenme la imprecisón; lo ví en el Bafici, y no he vuelto a verlo hoy ( ayer ya) en la Sala Lugones del San Martín donde se exhibió). Y es un film musical, no porque se hable de música en el ( se hable y se escuche música, y música » culta») sino porque su estructura misma parece una composicón fílmico musical ( se nota la influencia de Monjeau en los mónologos de Piñeiro y también estan reflejados los gustos del propio Fillipelli). Es musical porque su narración intenta fluir como música. A veces lo consigue. Y a veces yerra la nota. Donde? En la actuación. No en la de Piñeyro que cumple con creces el rol de solista monologante dialogante, sino en el tono del resto del elenco. El personaje de Piñeyro no es caricaturezco. Y creo qu es verosimil y funcional al relato.
    Ahora bien, ese supuesta » impostación» que hace Piñeyro bajo la batuta de Filipelli no deja de tener una sana ironía. Ironía que el film pierde en los monologos de la mujer o en la escena de teatro dentro del teatro. Algo alli, sí desafina, y es, creo la nota discordante en el film.
    Pretencioso? No se que pretende este cine de mí, diria la Coca. Un cine intelectual burgués? Ciertamente, o existe una interdicción al respecto?
    Un cine que es más disfrutable para quien ha frecuentado o frecuenta esos ambientes? Seguramente, pero no creo que sea excluyente. Cosas que molestan sí: los cameos de intelectuales ( el propio Monjeau de taxista, Sergio Wolf en el cine, y otros que no recuerdo ahora ¿ estaba Beatriz Sarlo?) Cosas que agradan y se agradecen: la exquista fotografia funcional al relato, cierto aire de suspenso amoroso rohmeriano ( o sera rivettiano? o simplemente fillipiano – o se dirá Filipesco- Un humor cáustico, sazonado de whisky y citas varias.
    Lo que no le hace bien a Música noctura, son las loas descontroladas. No creo que Música sea El cine del futuro. Es unmuy interesante film del presente. Sí creo que es un film a contrapelo, incluso de los contrapelos excesivamente minimalistas de cierto cine argento. Y que es disfrutable en muchos de sus tramos se su nocturan trayectoria, y aún con sus tropiezos ( el tema «tono» actoral del resto del elenco, con excepción de Piñeyro y el tipo del bar ¿ ex periodista? no me acuerdo)
    Ari: que mucha gente en el cine se ria no es sinónimo de nada. es más recuerdo situaciones de la pelicula que aceptan esa risa. Supongo que te referirás a otras en que la risa ( remedio infalible) se suponía que no debería estar ahí. Tanto en le Bafici como en la lugones, también he asistido a funciones donde había reidores hasta en Madre e hijo de Sokurov. O gente que se rie en alguna peli que hay por ejemplo una mutilación ( recuerdo una funcion de Furyo de Oshima donde tres imbéciles se reían en la escena que un condenado a sepukko no podia abrirse el vientre y lloraba.) Tambien asistí a una función en el Hoyts donde algunos se reian en la violación de Irreversible ( pelicula que detesto te aclaro).
    Vuelvo a la obertura: Me gustó Música Nocturna cuando la ví. Pero también registre las disonancias. Y conste que no estoy hablando de encontrar una película perfecta, o un faro para el cine argentino ( además los faros suelen ser seres solitarios, y a veces incluso iluminan para el carajo). En´Música Nocturna hay gesto sí, pero también puesta en escena. E ideas sobre el cine, el mundo, la musica y la literatura ( las ideas sobre le teatro no me quedaron claras; las ideas ( y la praxis) sobre actuación menos)
    En ese sentido es una pelicula generosa. Y también algo privada. Y también personal. A algunos no les basta. A mí sí.
    En cuanto al cine humilde, si también porque no. Si es que definimos cine humilde, primero.
    Y ahora para equilibrar me voy a escuchar a Satie. No, mejor no. Me voy a escuchar a Juanito el cantor : http://www.juanitoelcantor.com.ar.

  9. Alejandro Ricagno, un solista afónico Says:

    Perdón, escribo en estado de semi sueño. A veces escribo Piñeiro y a veces Piñeyro. A veces Filippelli y a veces Fillipeli.
    Por suerte el fotografo de la exquisita y a la vez humilde fotografia se llama ( releo en el post panegirista quintinano) Fernado Locket. Es más cerrado para escribirlo ( Chan!) Pero no para su lente. Buenos Aires noctura casi onirica, y a le vez real. Eso es lo que viene a mi memoria. Y son los restos noctámbulos que no diurnos de un film, lo que en mi teoria personal del cine, quedan y acompañan. Ay como necesito un whisky! Sigo con juanito solo en un nuevo cyber….

  10. gabys Says:

    anoche la dieron en la seccción de Cahiers… enana, ¿vos fuiste? Quiero comentario!!
    Yo no llegué a tiempo a dormir a mi petite para acercarme pero me interesa.
    Cuenten…
    Ah, Flavia: cómo sigue la programación??A ver si puedo prenderme una noche!

  11. Ale ricagno, nuestra musica Says:

    che, que pasa? hay problemas en LLP. Postie como 4 coments en diferentes post hace como 4 horas y solo salio uno. Problems? censura? cesura? o todos están durmiendo?
    aclaren chicos. O escribamnme a mi mail
    ale ricagno, preocupado y depierto

  12. Koba Says:

    Ricagno, ¿te crees que hay un robot revisando los comments para aprobarlos o no? Jaja. Paciencia, además tus comments son largoooooooos pero muy buenos.

  13. dasbald Says:

    Ayer fui a ver la película de F, Música nocturna. La verdad que no sé si me gustó, pero si valió la pena verla. En uno de los momentos, una de las tantas reflexiones del personaje masculino principal, el escritor, este nos dice que en el fracaso está la virtud de cierta obra, más específicamente en la obra de Shubert. Tal vez esto suceda con esta película, aunque de una manera más modesta, tal vez estemos frente a un fracaso más cercano al inicio de la decrepitud, de la abulia, de ciertas reflexiones un poco trasnochadas y de cierto humor, tal vez su mayor acierto, un poco gaga. Y las citas, la voz en off continúa a lo largo del film que se pretende una película donde la luz y lo musical dialogan, cuestionan su preeminencia, creo yo colocándose del lado de la luz, o inclinando al balanza hacia el lado de la luz. En un momento hay una reflexión acerca de cómo una partitura puede ser una pintura, un dibujo, música en dos dimensiones, como un cine que pudiera prescindir del sonido, o al menos tenerlo como un fantasma. Porque uno de los aciertos más grande de la película está dada por como esta captura la luz y la imprime como parte de la narración, casi como un personaje mudo, fantasmal, que acompaña a los cuasi mudos, fantasmales personajes humanos en su deambular circular, laberintos, que van y vienen por el mismo barrior de retiro, que se vuelven un vacio humoristico tanto en la ciudad como por su domesticidad.
    Hay algo curioso que sucede en el comienzo de la película, un largo plano secuencia en el que al personaje del escritor se lo ve llegar desde la calle desde el balcón de su casa. Esta secuencia lo sigue mientras baja por la calle y luego desaparece pero se lo escucha entrar en el edificio, abrir puertas, caminar y finalmente aparecer frente a la cámara que nunca se movió del balcón. Todo el sonido ambiente está dado por una obra de piano que suena de fondo, un televisor encendido, poro eso lo sabremos mas tarde y que también actúa de fondo, los pasos del personaje, los ruidos de la calle. Toda una sonoridad de fondo, un murmullo casi apagado, muy nocturno, en el que el adentro, la casa, se mezcla y se confunde con el afuera , la calle, la ciudad, la noche. El fondo pareciera ocupar el todo en este comienzo, ser lo que está adelante, si quererlo, ser presencia, porosidad de la luz. tal vez lo más interesante de la película.
    Insisto, lo mejor de la pelicua está en este comienzo para mi, y en los muy logrados momentos de humor gaga, absurdos. El resto, las reflexiones en off no son otra cosa que eso. Una música de fondo que no adquiere poetica, bastante banal por cierto, bastante trasnochada, algo así como el lugar común de la originalidad. Por ejemplo todo eso que se dice sobre si se es un escritor corredor de fondo o no, suena a un Deleuze ya viejo. Pero no importa si las reflexiones son preestadas, plagiadas conciente o inconcientemente. El tema es que vemos una fuerte impronta de Godard, pero lo que en este al citar se vuelve una especie de organicidad con la imagen, una voz que sale desde dentro de la imagen y no que proviene del off,casi como si esta fuera la que hablara y nos sus personajes, como si esta pensara en voz alta, aquí tiene un uso un poco forzado, impuesto, casi d emusica incidental.
    Y después esa necesidad de mostrar las tetas de la mujer esposa del escritor una y otra vez, es otro toque de humor? No se. y el babosearse del peronaje no hace más que volverlo un alguien que pronto está por convertirse en un viejo verdoso. Amplia ironía de la película que muestra a los tres personajes masculinos, dos ya bastante mayores, y un tercero, hijo de uno de estos dos, como tipos persiguiendo, cada uno con su estilo a mujeres, aunque los más decrépitos sean los mas insoportables. Dos personajes que construyen al dos cara de una misma modera, uno parco y el otro un pechito inflado, pero ambos buscando la carne joven.
    Coincido con Alejandro que este es un fiel hablado, aunque no se si extensamente hablado, mas bien diría yo hablado con cansancio, o al borde del olvido, como si los personajes estuvieran cansados de sus palabras y decidieran olvidarlas junto con sus pensamientos. Y creo como el que una película de ambiente intelectual no tiene nada de malo. Todo lo contrario. Acaso un libro de Bernhardt es una bazofia por ser altísimamente intelectual o uno de Musil? A mí me interesa que estos tipos aparezcan el apantalla, en su intimidad reflexiva, si bien a veces se vuelve demasiado grave y ellos están, por qué no decirlo un poco gordos, sus caras hinchadas, sus ojos casi apagados ya.

    Lei tambien por ahí, Cuervo dixit, que esta es una partitura dodne los solistas desafinan. Es decir otros solistas hubieran hecho una película mejor? No son los solistas parte de la música escrita de la película. Es sólo una pregunta. Otros solistas nos erían otra musica.

    Pare terminar, basta de pedir un arte democrático o quieren convertir a ese arte democratico en el realismo socialista versión S xix.
    Esta película no se si me gustó, pero si valio la pena verla.Disculpá Q si soy un bruto del cine.Jua!
    Saludos Quintín!!!

  14. gabys Says:

    gracias Dasbald, por tu comentario. Era tal cualísimo me imaginé que sería esa peli. me dio un poquito de miedo ir a verla, además no pude.
    Demasiado fantasma de todo tipo para mí ahora!!
    Beso
    g

  15. Alejandro Ricagno, dios ama a los solistas ( de una peli con Gassman) Says:

    dasbald excelente su comentario ( casi magmático, je). no se si plenamente ( ya dije la vi en el bafici en su momento y no ayer) pero coincido con muchas de tus apreciaciones. Eso que decis de la luz es muy cierto ( uno de los recuerdos que mas atesoro de la peli). Y la comparacion diferencia con Godard también. Y sí, el fantasam de Godard sobrevuela la peli toda, pero como un fantasma devaluado, y devaluado concientemente. Porque sino OH terrible Sombra de JLG, nos impediria ver y disfrutar de la peli toda. Y eso Filippelli lo sabe. Por eso lo cita casi de costado y con sordina, pero que a pesar de ello, se pueda escuchar por ahi, su suave carraspera. Lo de las tetas no me acuerdo.

  16. Quique Gol Says:

    lo más notable de toda esta ristra de comentarios es que alguien considere a Sergio Wolf un intelectual…

  17. Desilusionada Says:

    la pelicula mas aburrida, inexpresiva (quizas por el colageno de los labios de la actriz) etc etc que vi. los comentarios de que es buena me hace recordar a la fabula del rey que se pasea desnudo por el reino porque nadie queria admitir no ver la supuesta tela solo visible por los inteligentes, para no sentirse tonto.

  18. Medusa Says:

    tarea para el hogar: Ver musica nocturna y Upa

  19. santiago Says:

    Bueno, ya está, se estrenò ‘Música Nocturna’…ahora cuélguenla (en la red, claro) para que la podamos ver los cinéfilos del interior del interior (eternos postergados)…daaaale, Filipelli…(o véndame una copia, don Rafael)

  20. Addison Says:

    La acabo de ver hoy a la noche. Coincido con lo de las malas actuaciones (incluído Piñeyro que me gusta más en sus incursiones como invitado televisivo) y en algunos diálogos bastante tontos. Por otra parte me parece bien que se haga un cine que cuente la vida de personajes poco vistos en el cine argentino. Me parece demasiado que hablen de Godard, yo diría que Filippelli es como una Anne-Marie Mieville sin sustancia y sin un elenco apropiado.

    Saludos.

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