Urgente: un abuso de poder
por Quintín
Ayer recibí una invitación inesperada. La empresa distribuidora 791, que otorgó en el festival un premio a la innovación artística, me pidió que subiese a entregarlo durante la ceremonia de clausura del festival. Me puse contento, porque It Happened Just Before, un documental austríaco que había visto antes de viajar a MDP, merecía un reconocimiento. Pero, esta tarde, mientras me vestía para asistir a la entrega de premios, recibí un llamado telefónico en el que se me informó que mi presencia en el escenario no era bienvenida y que, por lo tanto, había sido cancelada.
¿Por quién? La responsabilidad de este pequeño acto de persecución ideológica tuvo un origen claro: las autoridades del Instituto Nacional de Cine. Hace una semana, en una columna en Perfil hablé entre otras cosas de la ominosa presencia de las autoridades en el catálogo del festival, del provincianismo y autocelebración de los funcionarios políticos y de la intromisión en las decisiones artísticas del festival, de la vicepresidente del INCAA, María Lenz. Esa nota no gustó a las autoridades, como era esperable, y se decidió entonces eliminarme de la premiación (lo que era menos esperable), lo que viene a confirmar el acierto de mi diagnóstico, al que debe agregarse el autoritarismo y la vocación policial que una conducta semejante pone en evidencia.
Esta noche, en su discurso de cierre, el Licenciado Jorge Alvarez, presidente del INCAA, se declaró orgulloso porque el cine, según dijo, era una política de Estado en la Argentina. La política del Estado argentino en materia cinematográfica es ineficaz, oscura y arbitraria. Pero sí hay una política de Estado: la de no admitir disidencias de ningún tipo, la de exigir acatamiento a toda la comunidad cinematográfica. Eso explica ciertos detalles como que la revista El Amante no reciba publicidad oficial a partir de alguna nota que irritó a las autoridades (aclaro que desde hace dos años no tengo nada que ver con la revista) o que el Bafici (el festival que más cine argentino muestra en el país) no cuente este año con apoyo del gobierno nacional y que, en general, el INCAA le haga sentir a cineastas, productores y periodistas que la condición para cualquier tipo de ayuda financiera sea el silencio o la complicidad con sus decisiones y políticas. Esto no es un secreto ni una novedad en el cine argentino, pero en los últimos meses esta modalidad de gobierno se ha vuelto descarada. La misma persona que ordena a los programadores del festival incluir en la competencia una película con la que está ligada personalmente es la que afirma, cuando censura o prohíbe, que lo hace en nombre de los altos intereses nacionales. Se sabe que este estilo de administración se ha hecho popular en el kirchnerismo, como lo prueban los relatos sobre la conducta del inefable Secretario de Comercio Interior, pero no es bueno consolarse con el mal de muchos o con que los otros la pasen peor que uno.
Que los funcionarios políticos practiquen pequeñas venganzas como la de hoy es, en principio, patético. El daño que me causa es nulo, ya que en nada me hubiera beneficiado por entregar un premio. Pero con la censura no hay que ser ingenuo. Los destinatarios de esta acción me exceden largamente. Desde la empresa, que donó un premio al festival pero no tuvo el derecho de elegir quién lo otorgaba, hasta el jurado que recibió atónito la noticia de mi exclusión, pasando por los integrantes del staff del festival a los que se intentó hacer cómplices de un acto que íntimamente repudiaban. En el fondo, de lo que se trata es de disciplinar la tropa, dejarle claro a todos quién es el que manda y quién debe obedecer y callar. Esto se llama intimidación en el plano personal y abuso de autoridad en el plano público. Esta conducta presupone para el que ejerce un cargo la posibilidad de humillar y maltratar arbitrariamente a los ciudadanos y su práctica linda con el delito.
Sin embargo, los asistentes a la ceremonia fueron testigos de un singular hiato en la premiación. Cuando llegó el turno del Premio a la Innovación Artística, los locutores solicitaron la presencia de las personas designadas por el INCAA para entregarlo y recibirlo, ya que la directora del film no estaba presente. Pero nadie acudió al escenario: jurados, programadores e integrantes de la empresa patrocinadora se negaron al unísono a convalidar la persecución y los procedimientos utilizados para consumarla. A esta hora, desgraciadamente, todos empiezan a temer las represalias. Es que estamos ante gente temible además de irresponsable.
marzo 18, 2007 a las 12:28 am
Deberán, en lo que resta del festival, utilizar los ascensores solamente en compañía de Ulises Dumont y entrar y salir por el garage, consumir agua envasada y alimentarse fuera del Hermitage (hay muy buenos triples a 2 cuadras, volteando la esquina, dirección opuesta al Provincial), susurrar las críticas lejos de los micrófonos entretejidos en el matelassé de colchas y cortinas y caminar acompañados por grupos numerosos, con Condito, Condorito o Coné, no importa.
Lo que no comprendo es cómo es que fueron invitados a participar del festival y alojarse en el santuario de Hermes, en primera medida. O acaso los invitan a ver si se reformaron?
marzo 18, 2007 a las 5:10 am
Esto es tan indignante como lo que pasó, en distinta medida, con La política online.
De esto se trata este gobierno pero pocos parecen verlo; esto es lo que queda, y no una bonanza económica atornillada a cuestiones macroeconómicas que poco nos preguntan.
Me entristezco profundamente contigo. Ojalá que lo que empezamos a temer pero no decimos, sea sólo parte de un miedo hiperbólico.
Pero de verdad ganan, de verdad que el susto crece.
marzo 18, 2007 a las 12:18 pm
Todo esto es un espanto, y lo peor son los complices, o los que callan y lo devienen. Esto de un modo o de otro fue siempre asi, no importa cual haya sido la administracion de turno. Como se hace para romper con este circulo vicioso de conjuras y favores, que ya parecen ser parte del «ser nacional»?
marzo 18, 2007 a las 1:24 pm
En principio, denunciando una y otra vez la mediocridad y la cobardía sistemática de Jorge Coscia y de José Nun.
marzo 18, 2007 a las 5:43 pm
Debo rectificar mis palabras: el Jorge del comment anterior no es Coscia sino Alvarez. Nun sigue siendo Nun.
marzo 18, 2007 a las 6:36 pm
una lástima la mezquindad de los mediocres,
un orgullo la solidaridad de los pares
marzo 18, 2007 a las 8:08 pm
[…] La lectora provisoria: La censura oficial […]
marzo 19, 2007 a las 11:16 am
No solamente es un acto patético, también es idiota, mediocre y cobarde, ¿qué piensan que logran con esta estupidez mayúscula? No me entra en la cabeza, no entiendo tanta estupidez junta, ¿hablás mal de mí entonces no subís a entregar un premio? Estamos todos locos.
Q, si querés subir a entregar premios, te aconsejo que la próxima vez que salga un decreto obligando a mostrar la bandera argentina no sé cuántos segundos, ¡lo apoyes! Ja.
marzo 19, 2007 a las 12:26 pm
Lo raro de este evento no es la actuación de los agentes oficiales. Eso pasa todos los días en la rama de la administración que sea (Quizá la más espectacular sea la Secretaria de Comercio, pero sin dudas la más dañina sea la Jefatura de Gabinete).
Lo más bien extraordinario es que el afectado por estas acciones lo exponga y no se someta al código de silencio (y finalmente de corruptela) al que lo están invitando amablemente a participar.
Al exponerlo, al menos permite que un grupo de gente pueda reflexionar sobre los modos marcadamente autoritarios de un gobierno, que aun reclama más poder.
marzo 19, 2007 a las 12:52 pm
[…] El segundo episodio aconteció durante el mismo Festival donde, según cuenta Quintín, organizador de una de los ciclos de conferencias del propio evento, se le impidió que presentara un premio, tal como se lo había solicitado la distribuidora 791. Para desconcierto de la gente que asistía a la ceremonia de clausura, el premio fue anunciado pero nadie se presentó ni a entregarlo ni a recibirlo. Los detalles, aquí. […]
marzo 19, 2007 a las 3:22 pm
ahora entiendo por qué en mar del plata no se informaba en ningún lado sobre las charlas que organizaba quintín… Triste
marzo 19, 2007 a las 5:12 pm
La censura es el más asqueroso, denigrante, ofensivo, humillante y hasta infame de los actos humanos. Especialmente cuando es ejercida por los irrelevantes funcionarios de baja calaña de nuestro gobierno. Desde las más altas esferas, pasando por quienes cumplen órdenes, cual si estuvieran viviendo en la peor época de la Alemania nazi. ¡Adelante, Quintín! Con nombre y apellido hay que descubrir a los miserables que, como Miguel P. Tato en su momento, quieren hacernos retroceder en el conocimiento y pensamiento. Los cobardes se esconden, no dan la cara, por eso no aparecieron a entregar el premio. Ninguno, ¡que los ayude el diablo! ¡Sinvergüenzas!
marzo 19, 2007 a las 5:26 pm
En este caso, paradójicamente, no dar la cara fue un acto de valentía de parte de los que se negaron a reemplazarme cuando me prohibieron.
Q
marzo 19, 2007 a las 5:30 pm
Me solidarizo con Quintín y saludo la valentía de quienes se negaron a entregar el premio.
marzo 19, 2007 a las 6:54 pm
Sí, sí, pero bien que cuando Quintín era el establishment…
marzo 19, 2007 a las 7:51 pm
Quintin: Me disculpo con los que te reemplazaron y no fueron. El error sintáctico fue ponerlos en la misma botella. Los sinvergüenzas son los otros.¡Sorry!
marzo 20, 2007 a las 12:06 am
es realmente increíble lo que se esta haciendo, la burocracía no tiene fondo en un gobierno (incaa) que no se comporta como tal sino que procura hacer todo para que la gente se muera culturalmente (entre otras cosas), agradezco que personas como quintín tengan lo necesario para pensar fuera de la caja impuesta.
marzo 20, 2007 a las 9:04 am
Uno de los estimulos para volver a asistir al festival era la presencia de Q, significa y representa mucho para el cine argentino, siento que ese tipo de censura solo logra aumentar esas virtudes, nada de lo que haga o deje de hacer el incaa puede cambiar eso, y con respecto al establishment… Q nos dio por varios años el mejor festival del mundo., seria muy bueno que vuelva a dirigir el bafici. un saludo y total apoyo del freak Q.
marzo 21, 2007 a las 11:26 am
Leyendo la nota sobre las tres actitudes del INCAA llegue a esta nota de Quintin.. Luego de leer todo y haber vivido en carne propia casi todo el festival de Mar del Plata, me pregunto, ¿Será la Sra María Lenz quien se esta encargando de trastornar todo el ambiente cinematografico tratando de modificar las prácticas habituales? No lo se. Por lo pronto es cierto que hay un aparato bastante grande oponiendose o impidiendo el expansionismo y proteccionismo del cine argentino. Si alguno tuvo la suerte de estar en esta edición en La Feliz, sabe muy bien los problemas organizativos que sufrió el Festival donde la máxima infamia fue suspender el Recital de Vicentico ( previamente anunciado durante mucho tiempo con bombos y platillos ) adjudicando desde 3 días antes problemas metereologicos. Es posible que esta gente crea que el público es ignorante??!!! Vamos, no solo el Sábado 17 fue un día hermoso sino que no son capaces de reconocer que tuvieron algun problema en la organización sea de dinero, tiempos o lo que fuere. Parece como si toda la cúpula de poder del Festival y el Instituto quisieran evadir responsabilidades y no hacerse cargo, como si hubieran vuelto a un arbitrario infatilismo.
Tal vez, sea hora de que todas las voces que integramos este universo audiovisual argentino se levanten para revertir esta situación, para que no volvamos a evadir responsabilidades y para que entendamos que la unica forma posible de que nuestro cine siga creciendo es con paz, respeto y esfuerzo.
Ojala esto sea algún día posible y no volvamos a caer en el oscurantismo que tanto tiempo tiño a nuestro tambaleante Instituto.