Bitácora de la hija de Neptuno (212)

por Flavia de la Fuente

 

 

24 de enero

Datos del mundo exterior: Temperatura del agua: 23 grados. Temperatura del aire: 28 grados. Sol. Viento: NNO 32 km. Olas: 0.9 m. Marea bajando. Tiempo de natación: 30′

  

Tengo un problema muy serio.

No puedo escribir más mis bitácoras.

Porque me volví adicta al Duolingo.

Estudio todo el día portugués.

Horas y horas.

Me pone contenta.

Me hace bien aprender.

Casi tan bien como nadar.

F en alta mar 1

Así que ahora nado y estudio el resto del día.

Y no me queda tiempo para escribir mis memorias acuáticas.

Ni para sacar fotos.

Ni para filmar.

 

Porque estudio con frenesí.

En parte porque yo soy así.

Y también por culpa del Duolingo.

Que te hace competir,

y me premió, cuando aún yo era un ser inocente,

dos semanas seguidas con el primer puesto en mi categoría.

Salí primera en bronce y zafiro.

Y ahora voy a la conquista del rubí.

Pero nada es tan fácil.

Resulta que me apareció un demonio que estudia más que yo.

Y me di cuenta de que vivía obsesionada con eso.

Por más esfuerzos que hiciera,

el gremlin hacía aun más.

Estudié hasta agotarme, sin lograr alcanzarlo.

E isso não é bom.

Porque en vez de preocuparme por aprender,

a cada rato miro por dónde anda Ruiz,

así se llama el maldito traga.

 

Ya no tolero nada que me perturbe.

Cumplo con mis obligaciones y después solo quiero el Duolingo.

Ni siquiera tolero las visitas.

Ayer vinieron amigos a tomar el té.

Aguanté un par de horas de buen humor,

Pero después,

lo único que quería era que se fueran,

para ir a estudiar un poco más.

Así no se puede vivir.

Me voy a volver loca.

Anoche me fui a dormir estudiando portugués.

Incluso estudio en la cama con el teléfono.

Hasta que se me cierran los ojos.

Que se me pusieron rojos.

 

Así que decidí volver a empezar.

Porque soy la monje zen.

Debo estudiar concentrada y relajada.

Solo pensando en el portugués.

Y sin competir con nadie.

 

No miro más qué hace Ruiz,

y escribo mi bitácora.

Hasta saqué unas fotos del jardín esta mañana.

 

Aunque, en algún lugar,

todavía pienso que mientras yo escribo esto,

el maldito estudiante me gana puntos y puntos.

Y que quedaré segunda, el domingo.

 

Pero es muy tonto ese juego.

Soy una mujer grande.

Madura, más bien vieja, jubilada.

No puedo vivir en un videogame.

 

Esta obsesión malsana hizo empeorar mi incipiente portugués.

Junto puntos pero no aprendo nada de nada.

Porque estudio a las apuradas.

Hago todo rápido,

para acumular más y más puntos.

 

Para colmo, hoy Ruiz me empezó a seguir.

Pero yo no lo seguiré a él.

No quiero seguir a nadie.

Porque quiero estudiar solita.

Tranquila.

A mi manera.

Con mis tiempos.

Disfrutando de las endorfinas del aprendizaje.

Eso sí que me hace bien.

 

¿Y por qué elegí el portugués?

Porque soy un tronco con los idiomas parecidos al castellano.

Hablo francés e inglés con cierta fluidez,

pero no me pidan que diga una palabra de italiano o portugués.

Porque soy dura para improvisar.

Me inhibo.

Necesito estudiar para animarme a hablar.

 

Me gusta este experimento.

¿En un año hablaré algo de portugués?

A cada rato le digo a Quintín:

«Você é um príncipe»,

Y a Gabi:

«Bom dia, Condessa!»

Son dos frases que me enseñaron en el Duolingo.

 

Pero basta de idiomas.

Y vayamos al agua.

 

Durante todos estos días hizo calor.

Al fin llegó el verano a nuestras costas.

Se fueron las algas horribles,

pero aparecieron las tapiocas,

que son unas mini aguas vivas,

como filamentos con una cabeza minúscula,

que no hacen nada,

pero pican y molestan.

 

Hoy, por suerte, no había nada de nada.

Ni tapiocas ni algas.

Solo un tórrido viento del NO.

 

Nos zambullimos al Norte del muelle.

El agua estaba fresca.

Hermosa.

Braceamos un poco hacia adentro.

Y sin darnos cuenta pasamos el muelle.

La corriente era importante.

 

Braceé muy tranquila hacia el Sur.

El Osi iba adelante.

Y yo no me preocupaba por alcanzarlo.

Quería reservar energías para estudiar portugués.

(Es un chiste.)

Pero lo cierto es que no quería cansarme demasiado.

Hace mucho calor.

Así que me llamé a sosiego.

 

Cantaba y respiraba cada 6 u 8 brazadas.

Una natación meditativa.

A los veinte minutos,

llegamos al Edén.

Y salir nos llevó un rato.

Nos habíamos metido bastante adentro.

Además, el agua bajaba.

Y teníamos el viento en contra.

 

Y ahí sí que nadé con todo.

Me encanta el pique final hasta la orilla.

Me hace sentir joven y fuerte.

 

Salimos contentos del agua.

Nos esperaba la caminata triunfal.

De apenas 1 km hasta el muelle.

En el camino,

les conté a todos los guardavidas que hoy no había tapioca.

Me gusta dar buenas noticias.

Es un dato muy importante para los nadadores.

No es nada grato bracear en una sopa de filamentos de gelatina.

 

Ya pasó un mes del verano.

Pero al menos nadamos tranquilos media hora.

Estamos entrenados.

Y vamos por más.

Si hace calor, en estos días, me gustaría ir hasta el vivero.

Pero no estoy segura de que Q quiera.

Aunque él también disfruta de esa sensación maravillosa.

De ser los reyes del mar.

Los héroes de la playa.

Que año tras año despiertan la admiración de los turistas.

 

Bueno, los dejo.

Tengo que ponerme a estudiar.

El Duolingo me espera.

 

Hasta la próxima.

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17 de enero

Datos del mundo exterior: Temperatura del agua: 21 grados. Temperatura del aire: 19 grados. Sol. Viento: SE 12 km. Olas: 0.9 m. Marea subiendo. Tiempo de natación: 15′

 

 

18 de enero

Datos del mundo exterior: Temperatura del agua: 21 grados. Temperatura del aire: 23 grados. Sol. Viento: ONO 22 km. Olas: 0.6 m. Marea subiendo. Tiempo de natación: 16′

 

19 de enero

Datos del mundo exterior: Temperatura del agua: 22 grados. Temperatura del aire: 25 grados. Sol. Viento: N 17 km. Olas: 0.4 m. Marea subiendo. Tiempo de natación: 20′

 

20 de enero

Datos del mundo exterior: Temperatura del agua: 22 grados. Temperatura del aire: 26 grados. Sol. Viento: NNE 13 km. Olas: 0.4 m. Marea bajando. Tiempo de natación: 21′

 

21 de enero

Datos del mundo exterior: Temperatura del agua: 23 grados. Temperatura del aire: 23 grados. Nubes. Viento: E 22 km. Olas: 0.6 m. Marea bajando. Tiempo de natación: 30′

 

22 de enero

Datos del mundo exterior: Temperatura del agua: 23 grados. Temperatura del aire: 23 grados. Sol y nubes. Viento: E 17 km. Olas: 0.6 m. Marea bajando. Tiempo de natación: 35′

 

23 de enero

Datos del mundo exterior: Temperatura del agua: 23 grados. Temperatura del aire: 24 grados. Sol y nubes. Viento: NNE 25 km. Olas: 0.8 m. Marea bajando. Tiempo de natación: 25′

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Foto: Gabriela Ventureira

 

 

 

 

 

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