El futuro ha llegado

Publicada en Perfil el 4/8/13

por Quintín

Por recomendación de Stephen y Sharon, lectores incansables y bibliotecarios retirados de la New York Public Library, Flavia y yo decidimos que era hora de tener un Kindle. Nuestros amigos no son jóvenes nerds que se pliegan a la moda: fue su oficio el que los llevó a apreciar el cambio en toda su dimensión. Hace unos días que Flavia y yo tenemos un Kindle cada uno (nos lo regalamos recíprocamente) y recién empezamos a darnos cuenta de lo que significa vivir en la transición entre una época y la próxima. Yo había leído antes en la computadora, pero este pequeño aparato (hablo de la versión Paper White: manuable, óptimo para leer y sin capacidades adicionales) es una bomba contra el pasado. Después de vivir rodeado de libros, de tener por ellos un amor fiel y constante, no puedo menos que resignarme a la evidencia: a menos que nuestro fetichismo por el objeto sea demasiado fuerte, una gran parte de la biblioteca ha pasado a ser irreversiblemente prescindible.

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Doy tres ejemplos de lo que el Kindle implica. Uno: Flavia no sale de viaje sin su Séneca, su Thoreau, su Tolstoi y sus poetas japoneses. Ahora todos caben en una cajita que pesa 200 gramos. Otro: durante años acumulé libros de Chesterton. Cada vez que veía uno nuevo me lo compraba. El pequeño hobby me costó una fortuna. Ahora tengo ochenta libros de Chesterton en el Kindle que me costaron en total cuatro dólares. Ultimo. Durante meses venía leyendo todas las noches el gran mamotreto de Proust en una traducción al dudosa (como todas) y en una vieja edición destartalada. Bajé gratis el segundo tomo del original, me di cuenta de que —con la ayuda del diccionario incorporado— estaba a mi alcance y seguí en francés. Nunca me habría comprado el libro para ver si era capaz de leerlo. La abundancia del lector virtual no se agota en el dominio público. Los libros nuevos cuestan la mitad y gracias a una piratería que por ahora Amazon tolera y hasta diría que estimula, hay en la web muchísimo material gratis en castellano. Un lector de policiales, por ejemplo, puede leerse todo Simenon o todo Agatha Christie sin problemas, así como los pulps más inhallables. Y todo esto recién empieza.

Además de su prodigiosa tecnología, el Kindle tiene algo revolucionario y también algo aterrador. Lo primero es que implica una vuelta al texto en medio de lo que se supone es la era audiovisual. Por ahora al menos, no admite colores ni sonidos ni imágenes que se mueven. Un gran paso hacia adelante que, bajo la apariencia de una limitación, le devuelve a la lectura su potencia simbólica y su exclusividad. En cuanto a lo aterrador, tiene que ver con la cercanía que lo enorme tiene con lo infinito, ese abismo que Borges intuyó en La biblioteca de Babel y que Stephen King actualizo en Ur. En esta novelita electrónica escrita en 2009 para promocionar el Kindle (y que no está en papel), un profesor de literatura se encuentra con un Kindle diferente que, entre otras cosas, contiene toda la literatura: no solo la de este mundo sino la de otro millón de mundos posibles. Aparecen así, por ejemplo, libros no escritos por Hemingway pero que podrían ser perfectamente suyos. En el fondo, esto es lo que ocurre con la literatura real: sus caminos inexplorados y secretos son tan frondosos que su inmensidad nos pierde.

Foto: Flavia de la Fuente

27 respuestas to “El futuro ha llegado”

  1. Johny Malone Says:

    Y todo se ha vuelto pantalla, como decía Baudrillard.
    Lo único que me inquieta es la desaparición del autor: extremando lo que plantearon Borges y King, es como si toda la literatura se volviera un único dispositivo en donde no habrá estilos, tendencias, ni siquiera modas. Más que un cambio, es una mutación. Quizás tener todos los libros sea no tener ninguno.
    Pero bueno, no hay que ser apocalíptico. Siempre está la posibilidad de que la tecnología, después de tantos desastres, nos ofrezca el paraíso. Lo que sí voy a extrañar es la unicidad de tapas y lomos, eso fue y es un arte en sí mismo. Pienso en esa escena de la película de Bressane sobre Pessoa, con la cámara mirando un paisaje de lomos de libros apilados. El que alguna vez se despertó de una noche de lectura y y lo primero que vio fue un paisaje así, ve un Kindle y llora.

  2. Mariano Molinari Says:

    Si, el kindle es tremendo, me atrajo el diccionario en inglés, pasas el dedo por la palabra y te sale el significado. También me gusta Calibre, el programa para convertir textos. Ojo, me metí en una promo de AudioBooks de tres meses gratis y al cuarto me empezaron a cobrar! Atenti a la tarjeta. Otra cosa: es loco sentarse o acostarse a leer previews de libros (Gratis), es como leer de parado en la librería!
    Suerte con el Kindle!

  3. Maria del Carmen Reiriz Says:

    Yo también lo compré y al principio me fascinó. Ahora lo uso solo para viajar….En el kindle todos los libros parecen iguales y se pierde algo hermoso… Pero si de fetichismo se trata, tiene otra función interesante: queda registrado la fecha y la hora de tu lectura. Podes pensar, por ejemplo, en aquellos años a esa hora, leía a Proust. Un saludo

  4. lilia Says:

    ¡Sucumbo a la tentación o muero de envidia! veo un kindle en mi futuro próximo. ¿No te gusta la traducción de Pedro Salinas de Marcel? No está nada mal, si no fuera por él lo habría abandonado.

  5. Santi Says:

    El Kindle usa un formato propio o se puede leer cualquier formato de texto? Vale la pena para alguien que no lee inglés? Los libros para Kindle sólo se puede comprar por Amazon? Gracias

  6. lalectoraprovisoria Says:

    A esta altura, me parece que todo se convierte de un formato a otro. Y cada vez va a haber más libros electrónicos en todos los idiomas. Eso es inevitable. Lo que sí creo es que van a tener que bajar de precio, los nuevos son demasiado caros.

    Q

  7. Fabián Says:

    Además de lo relacionado con el uso y el consumo está el aspecto de edición y producción Si, por poner un ejemplo, uno quiere conseguir (en castellano) las Memorias de la Segunda Guerra de Churchill, en la Argentina, sólo puede contar con la edición de Peuser de los años 50. O conformarse con algunas ofertas de resúmenes en uno o dos tomos. Salvajadas semejantes se cometen con clásicos de la literatura argentina, como los trabajos historiográficos de Bartolomé Mitre, y cualquier texto largo (las memorias de J. M. Paz). Pasa lo mismo con la casi nula edición de libros xv y xvi. Pero obviamente esa política disciplina también a los contemporáneos, y la edición digital corta esas cadenas invisibles.

  8. santiago Says:

    Me parece que tener las intenciones de invertir en Chesterton es algo invaluable. Gran cosa.
    Creo que la tecnología a veces -en la ansiedad por “poseer”, tener bajo control, “leer por leer” o etc- nos pierde el momento de contemplación –y reflexión- al que el sano fetichismo del objeto nos obliga indirectamente. Aunque sí es muy practica, eso es cierto. Una opinión nomás.

  9. Luis Benito Hernandez Martorell Says:

    Me atrae la idea de utilizar kindle, hay alguna manera de probar sin adquirir ?

  10. Yupi Says:

    Buen apunte de María del Carmen: todos los libros parecen el mismo libro. Así empalma aún mejor con el cuento de Borges (“Visiblemente, nadie espera descubrir nada”) y su ambiente sombrío, inorgánico. Es cierto… para nosotros. La literatura es una máquina que traga todo, y también tragará este soporte, antes de tragarse a sí misma. En USA y Europa muchos autores adjuntan, como acompañamiento de sus libros, una playlist de canciones de música popular. Parece imposible que con ese procedimiento salga un Proust, pero quién sabe cómo leerán dentro de un siglo. Pruebas al canto (al Estela Canto). Si alguien me dijera que el cuento que lee este señor es el mismo que leí allá lejos y hace tiempo, lo tomaría por un loco. Saludos.
    http://www.youtube.com/watch?v=FNhEgOqy_HM

  11. Irrepetible Says:

    Al par de páginas que citaste para bajar libros en Twitter, Q, agrégale esta , http://www.epublibre.org, que es nueva y de a poco se está poniendo más que a tono.

  12. ClaudioL Says:

    Tengo un papyre, de esos de tinta electrónica y son geniales. Como todo, el libro en papel no se pierde, pero es verdad, cuantos libros uno quiere tener en papel? Los favoritos o como bien dicen acá arriba, alguna edición que valga la pena el objeto en si.
    Y por otro lado,, el acceso a la obra en su idioma original prácticamente sin costo y cientos de obras que de otra forma uno no podría comprar jamás.
    Y en mi caso, gracias al papyre, compré mas libros en papel que nunca antes,

  13. Montañés Says:

    Ciertamente Yupi, suena horrible la lectura de ese sujeto. Y no es que no existan, desde ya, voces agradables, capaces de una dicción ajustada e incluso bella. Pero no hay mejor pronunciación que la abstracta e introspectiva del ojo frente a la letra. Considerando que la lectura en silencio es acaso la invención cultural más refinada del mundo, los audiobooks parecen aberraciones innecesarias.

  14. Montañés Says:

    A propósito, este fin de semana, postrado por una bronquitis, tuve la dicha de reposar cómodamente mientras me mimaban y me dedicaba solo a leer y ver películas, alejado del trabajo, los diarios y los noticieros. (Ah, qué bien me hace estar enfermo.) Entre otras (Django Unchained, The Flight, Jack Reacher) vi Hereafter, donde uno de sus desesperados protagonistas acostumbra escuchar, al momento de dormir, la grabación de una hermosa lectura de Dickens.

    Luego tuve oportunidad de releer el primer tomo de las obras completas de JLB, en una de esas bellas ediciones de lujo. Entre semejante densidad de páginas geniales, aparecen algunas llenas de tan elevada conjunción de humor, inspiración y elegancia (“Una vindicación de la Cábala”, “Vindicación del falso Basílides”), que no pueden sino merecer, piensa uno, que lo agradece como lector, el máximo cuidado material en su presentación. Es notable que esa exigencia pueda resolverse mediante una frugal composición de página, en unos pocos pliegos de papel ahuesado, apenas correctamente impresos con una discreta tipografía romana, cosidos con un mínimo hilo blanco y rematada la encuadernación con una cinta capitel cualquiera. Pudorosa lencería de las letras, artesanía diáfana y elemental, tan sencilla en sus partes como elevada en su alcance, permite incontables matices e incluso defectos en su ejecución sin que esto perturbe su objetivo central. Más allá de cierta medida, diría incluso que la suntuosidad no mejora la experiencia de la lectura —en modo semejante al exceso de maquillaje en los rostros bellos, que lejos de magnificarlos los desdibuja—, e innumerables libros materialmente discretos poseen suficiente armonía o magia en su conjunto para cautivar con perfección absoluta al lector indicado. Y eso sin mencionar la vejez, vulgar atributo que tan bien le sienta a algunos.

    En fin, como sea, cuánta gloria en el opaco papel y su semillesco sopor mineral. Lástima su materialidad cuando el acopio es grande.

  15. Yupi Says:

    Hola Montañés. Si hace cinco años hubiéramos negociado con las editoriales y las discográficas hoy seríamos millonarios. Pero usted sigue con el libro y la guitarrita. Así no vamos a ningún lado. Para combatir el derrotismo, recuerdo que cuando apareció la reproducción mecánica de la música se creyó que representaba el fin de las bandas en vivo, y sin embargo sucedió lo contrario. Esto tiene que ver con el sistema borgeano. Borges siempre toma la literatura hecha. Sus mejores cuentos ya estaban escritos: La biblioteca de Babel y Lasswitz, o El Sur y Ambrose Bierce, lo que obliga al escritor a una operación de vanguardia muy delicada, de altísima precisión, tal es hacer nacer lo nuevo en medio de lo viejo. Dicho lo cual me retiro a leer mis queridos libros de tapa verdegris.
    http://www.youtube.com/watch?v=GlIz_ze-o8s

  16. Luis Says:

    ¡Que se mejore pronto Montañés!
    Aunque nadie podría decir que no escribe páginas mas inolvidables en salud que en enfermedad.

  17. Montañés Says:

    ¡Gracias Luis! Aunque si fuese por mí, me quedo feliz en medio de la tos y los mocos si me extienden un certificado médico prescribiéndome 500 días de cariño y ocio contemplativo.

  18. Montañés Says:

    Yupi, respecto a la música pienso que fue una maravillosa ganancia la pérdida de trastos grabados en beneficio de la cantidad infinita inmaterial que hoy podemos guardar en un punto sin dimensión. Y si lo mismo puede aplicarse a los libros, pienso que el papel tiene la chance de sobrevivir más de lo imaginado gracias a ese qué se yo de perfección natural que lo caracteriza, como ocurre con las prendas de algodón o el cultivo de la vid, genialidades milenarias a las que resulta difícil pronosticarles una desaparición total.

    Pero sí que se ganará cuando deje de inundarse el mundo de papeles impresos con tonterías.

    Fire on Babylon.

  19. Johny Malone Says:

    Qué temazo de O’Connor. Siempre la sacó música a la rotura del alma, de la suya y la del mundo.

  20. lilia Says:

    «Pudorosa lencería de las letras…» ¡y todo lo que sigue! ¡Te pasaste, Montañés! Siempre escribís muy bien, pero a mí me cautivó todo ese párrafo. No sé si fueron los mimos o la bronquitis, pero si fue la última… ¡seguí convaleciente!

  21. Montañés Says:

    Lilia, vos sos muy generosa conmigo… Gracias. Tu benevolencia me cura mejor que la claritromicina, la dipirona y el ibuprofeno juntos.

    Besos.

  22. Javier Says:

    Me permito disentir respecto de los audiobooks. He escuchado en inglés -en la oscuridad del cuarto, o caminando por la calle- varios episodios de Sherlock Holmes, algunas cosas de C.S. Lewis, y alguna cosa más (Evelyn Waugh), y se crea un clima que mi cabeza sola, con el texto, es incapaz de crear.

  23. lilia Says:

    ¡Gracias por Santa, Montañés! No conocía a Antunes. ¡Un descubrimiento!

  24. Marko, from Tropojya Says:

    Hace poco mas de un año que tengo una Nexus 7, una de las primeras que llegaron, baratisima. Es una maravilla leer, ver, escuchar todo lo que cargas o que haya a mano en internet.

  25. Arnaldo Says:

    Quintín, temo molestarte pero me tomo el atrevimiento de hacerte un pedido, que supongo será divertido e interesante para otros lectores también: podrías hacer una especie de top ten, por decirlo de algún modo, de relatos policiales?
    Supongo que será un buen disparador, y somos muchos los amantes del género.
    Saludos

  26. Celebes Says:

    Habrá más árboles a la sombra de los cuales sentarse a leer un buen libro si nos pasamos al formato electrónico. :P

  27. Albieri Says:

    http://abieroylibre.blogspot.com.es/ Ahi encontre, por ej. Los hijos de Nobodaddy, de Arno Schmidt. Aprovechen porque se mudó, el administrador acusa cansancio.

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