Todo lo que maté (cuarta parte)

por Hernán Firpo

Cuando el narrador está angustiado ve mucho fútbol. Insiste en darle una posibilidad al cariñoso ánimo impersonal. Sabe que el todo debe ser más que cada una de sus partes. Gestalt.

Fútbol: único desnivel que le permite dejar de pensar en otras cuestiones. Antes creía que cogiendo podía experimentar la misma línea de fuga. Luego comprendió que no había nada como el fútbol. Como verlo. Como jugarlo. Probó con la natación. No sirve. Se aburre. Nada de nadar, brazada y brazada hasta el borde. Dice que nadar empalaga.

Nadar fastidia. Contar los cuadraditos celestes del fondo, formar figuras con las venecitas, intentar percibir la fluidez del deporte. ¡Dios! No se puede dejar de pensar. No sirve. La línea recta, de orilla a orilla. Ese el verdadero laberinto. Para combatir la alienación vertical mucho mejor acostado y en la cama.

Y se niega al tenis ya de un modo epistemológico, pese a que vulgarmente suele definirlo de esta manera: “Es un deporte muy puto, que no es lo mismo que deporte de putos”.

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Che, ¿y vos siempre fuiste rapidito para los mandados?

(Permisooo, Sí, soy yo: Pocitos le está preguntando por sus eyaculaciones precoces).

“Rapidito para los mandados”. El sonríe o responde con una sonrisa. Después va a guglear sexología + eyaculación precoz para llegar a los artículos del especialista Adrián Sapetti.

¿Querés que me vista? –Pocitos.

Por favor –él.

Y la acompaña hasta la puerta y sube y agarra la lista de lo que hace por primera vez y duda por escrito: ¿Cogí?

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¿Sabés lo que pasa? Pasa que no podés disfrutar, no te lo permitís.

Quiero un hijo único, entendés, uno solo. ¿Madre hay una sola? Bueno, hijo también, ¿okey? Nuestro hijo tiene que ser un hecho excepcional, un acontecimiento. Una fundación. Es así: un hijo, un gran amor, un equipo de fútbol. Las cosas fundamentales de la vida son impares y cercanas a la muerte.

*****

Norman Briski me lleva a un costado.

“Vení, nene”.

“Hace mucho calor, Norman”.

Norman no contesta ni transpira ni pregunta si quiero algo fresco. Nada. Te hace entrar más y más. El sol debe estar agujereando el tinglado. Se sienta y te deja parado. “Familia Sociedad Anónima, nene, la familia es la base fundamental de la propiedad privada”.

Tomo nota.

“Yo no me siento solo, estoy solo. Pero no sufro. Juego. La soledad es un bien infinito, como decía Marguerite Yourcenar. No soy un escritor metido entre cuatro paredes, porque ser actor te saca, te pone afuera. No me pierdo ningún juego. Hago política, que también es un juego, pero trato de que no sea perverso”.

Por derecha nos corren con la iglesia. Y por izquierda anda Lacan y su estadio del espejo. Socializar no es algo inherente a estos bichos que somos. Hay que educarse, obedecer y morir.

Estamos en su teatrito. Hace un calor espantoso. Este es el laboratorio de Norman.

Norman me dice: La premisa ética está antes que nada. Si vos venís lastimado, te doy una curita y después hablamos de todo esto.

Yo: Pensaba en la Copa Davis. No puedo dejar de pensar en la Copa Davis, Norman.

Me alumbra con sus faroles y me pide que me siente ahí, en el piso. Que me siente y no deje de mirarlo a los ojos.

Yo: Norman, estoy fatigado, el corazón me hace tan tan tan.

Norman: Es un solo de bajo, no te asustes.

Yo: Los tenistas no tienen espíritu de cuerpo, ¿vio?

Norman: M’hijo, el tenista no está acostumbrado a compartir. Yo soy anti todo, empezado por el anti-individualismo. Sería bueno que el tenis fuera popular, pero el tamaño de una cancha y la cantidad de gente que lo practica son incompatibles, a menos que se ocupe todo el territorio nacional.

Yo: Entiendo.

Norman: El polo es precioso, exquisito juego el polo, ¿pero cómo conseguís todos esos caballos? Los juegos tendrían que ser para todos, pero no todos tienen posibilidades de jugar.

Yo: Norman, la última y me voy. ¿El amateurismo del rugby es sinónimo de élite?

Norman: Posiblemente. O  tendría que aparecer un grone capaz de matar a siete blancos por día para demostrar lo que vale.

Yo: Quizás tengan miedo de que se les meta un Carlitos Tevez, ¿usted no cree?

Norman: Hay un lindo documental que es la historia de un rugbier medio antisemita que va a España y conoce la historia del Holocausto y dice: nah, los alemanes qué van a hacer esto, qué boludez. Pero lo convencen y el tipo queda perplejo. Vuelve a la Argentina y se lleva el rugby a la selva formoseña.

Yo: Pero planteemosló de una vez, Norman…

¿Norman? ¡¿Norman?! Norman, hace calor acá. Norman, ¿dónde está? ¡¿Norman?! ¡¿Normaaan!? (así, primero hay que admirarse y después preguntar).

¡¿Qué hacés acá?!”

(sigo en ese tiempo compartido de duda y enajenación)

¡¿Vos qué hacés acá?!

(Por una puerta acaba de entrar Daniel Aráoz, el cordobés Aráoz).

¿Y Norman?

(Me mira raro Aráoz, con la sonrisa y el colmillo de su mueca preferida).

Y: ¿Y Norman Briski dónde se fue?

Aráoz: Preguntame a mí.

Yo: ¿A vos?

El: A usted se dice. ¿Qué querés saber?

Yo: Daniel…

El: Señor Aráoz…

Yo: Señor Aráoz…

El: ¿Qué te sucede, hijo?

Yo: Quería planteárselo a Norman, pero…

El: Planteámelo a mí te dije, pibe.

Yo: ¿Te lo planteo a vos?

El: ¿Se lo planteo a usted?

Yo: Perdón, ¿Se lo planteo a usted?

El: Sí, mi amor.

Yo: ¿Y usted después le transmite mi planteo a Norman?

El: Exactamente. Yo después le trasmito tu planteo.

Yo: Es simple. Quería preguntarle si Patria o Tenis.

*****

Desde bebés, desde Eurípides, desde la rapidez del pop y los afectos que fueron reprocesados. El discreto encanto de la democracia nos permite algunas victorias sin alardes. Qué facil parece ahora que Facebook te hace el trabajo sucio de besar y saludar a gente que ni siquiera conocés. Qué fácil es abrazar desde Facebook. Ah, sí, ah tanta y tanta bulimia de cariño.

Facebook es la última esperanza de organización gregaria. No se nos está dado colaborar, participar, ser solidarios, diurnos y asociados. No viene por añadidura. Para pueblo, pueblada. Después están las carreras de Recursos Humanos y los expertos en Relaciones Públicas. Hay que aprender a convivir. Entenderse es cosa de domadores. Sin entrar en estructuras de dominación, es un aprendizaje: crecer y acatar. Reglas mnemotécnicas. El mono que habla nace con miedo pero no sabe nada sobre empatías y prójimos.

Capítulos anteriores:

Parte 1

Parte 2

Parte 3

3 respuestas to “Todo lo que maté (cuarta parte)”

  1. Alfred Hayes Says:

    Me admira encontrar en este blog narrativa kirchnerista. La energía eólica se combate con camiones que bloquean el municipio de la costa; la indagatoria podría remitir a la versificación de los párrafos de «Todo lo que maté» pero la subtrama es clarísima, sobre todo en el capítulo 4. Dales duro a estos marmotas, Firpo.

  2. malaga Says:

    me gusta este ensayo criminal. quiero mas.

  3. dario Says:

    polo, tenis, rugby…………. sin banderas politicas…… futbol para todos!

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