Impunidad y corrupción

Sobre Kinatay de Brillante Mendoza

por Boudu

El filipino Brillante Mendoza y el surcoreano Joon-ho Bong deben ser los directores contemporáneos que más tienen a la impunidad y corrupción como tema central de sus películas. En el caso de Joon-ho Bong, el tema está en todas las películas, con excepción del corto incluido en Tokyo! Hasta en el blockbuster The Host los hechos basados en un incidente real que llevan a la catástrofe ambiental en forma de monstruo son tapados por el estado. El otro día vi Kinatay, en el Bafici, y me resulta interesante tomar las películas de Bong como punto de comparación.

Qué hago en Manila

Ya en Tirador (y no sé si antes, ya que no vi sus películas anteriores) Brillante Mendoza mostraba la impunidad y corrupción como ley en los slums (villas) de Manila. La película, digna heredera de los films corales de Renoir y Altman, retrataba el día a día de los habitantes de la villa. Es interesante comparar Tirador con la mucho más conocida Ciudad de Dios: la primera muestra el pungueo como una actitud inteligente comparada a, por ejemplo, la superstición religiosa. Y daba la sensación que los pungas robaban e iban a seguir robando por mucho tiempo más. En Ciudad de Dios, en cambio, si bien tenía momentos buenos, había una narración culposa que estigmatizaba continuamente a los pibes chorros. A Tirador le siguió Serbis, una película que hace que un cine en decadencia en Angeles City regenteado por una familia (en el cual se pasan películas eróticas de los 70 y se practica la prostitución), parezca un agradable lugar para vivir.

Volviendo a Bong, parece una regla que siempre en sus películas los crímenes permanezcan impunes. Salvo en The Host, en todas las demás hay personajes que se degradan moralmente por una u otra razón. En Perro que ladra nunca muerde hay una coima para obtener un cargo, en Madre la madre del título busca evitar que su hijo termine en la cárcel.

En Memories of Murder la impotencia ante un hábil asesino serial hace a uno de los detectives primero caer en la desorientación y luego volverse más sabio al ver que sus métodos provincianos fallan, mientras que al más ducho policía de ciudad, la bronca por la impotencia lo hace estallar y caer en la trampa del gatillo fácil.

En las películas de Bong solo la clase alta o la gente acomodada en un cargo parecen creerse por encima de la ley, con la prepotencia que da el dinero. En otros casos la degradación moral es siempre un proceso lento, en el que los personajes sienten remordimientos y incluso a veces tratan de confesar sus crímenes, confesiones que no parecen interesarle a casi nadie. Quizás a alguno de los espectadores les pasó algo parecido. Este proceso incluso parece temporal, ya que a los personajes las circunstancias los pusieron de cara al crimen, y es difícil que estas circunstancias se repitan. En Kinatay, en cambio, la corrupción queda marcada a fuego en el protagonista.

Secuestro y muerte

Kinatay sigue el secuestro y muerte de una prostituta por una mafia de policías, en una noche. Está basada en un caso real. El tono es realista y muchos acontecimientos son seguidos en tiempo real. Pero lo importante de la película es el punto de vista que adopta, que es el de un joven estudiante de policía, llamado Peping, que nunca había participado de un ‘operativo’.

Así, más que el relato de un crimen, lo que narra la película es la corrupción moral del joven miembro de la pandilla. El operativo es mostrado como un maléfico rito iniciático, diabólicamente preparado para tomar de improviso al novato, luego del cual no podrá volver del infierno y formará irremediablemente parte de muchos operativos más.

El gran merito de Kinatay es mostrar en detalle esta degradación, que sucede en el transcurso de una noche. El descenso moral de Peping es visto en tiempo real. Antes de esa noche, Peping era incapaz de los hechos aberrantes que se cometen, ni estaba interesado más que en mantener a su familia. Al terminar la pesadilla, el joven se convirtió en otra herramienta feroz al servicio de la mafia. Esta transformación ocurre en solo 12 horas.

A diferencia de Kinatay, las películas anteriores de Mendoza tenían momentos de alegría y humor.

7 respuestas to “Impunidad y corrupción”

  1. rodrigo Says:

    sinceramente este post no está a la altura de lo que se escribe en tu blog quintín (quizás en otroscines.con no desentonaría). brillante mendoza es el lucrecia martel filipino además.

  2. janfiloso Says:

    Bien Boudu, hay que animarse a hacer crónica en este blog de cinéfilos (conmigo no cuentes, yo me quedè en «La diligencia»).

  3. boudu Says:

    rodrigo,
    gracias por considerarlo, pero no estoy a la altura de otroscines.com.

    BM tiene puntos en comun con LM, pero no diria que son iguales. LM tiene como temas las convenciones sociales y la decadencia fisica, algo que BM no trató. Además de los elementos fantasticos que LM agrego en su utma. pelicula.

    janfi, gracias x el aliento.

  4. Santi Says:

    ¿Puede ser que el post esté cortado?

  5. boudu Says:

    Nope, falto el punto final.

  6. Ruben Says:

    El Pasante es la mejor pelicula argentina de los ultimos veinte años. Tiembla la Martel

  7. sebastian andres sanchez Says:

    Pues a mí Mendoza , además de gustarme me hizo acordar más a ´El Bonaerense ´de Trapero antes que a la Martel.

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