Leyendo los diarios 3

Hoy: La coima de izquierda

por Tomás Abraham

Citemos a un periodista:

“¿De qué hablan los medios, en cambio? De violentos, de paros salvajes, de activistas, de lúmpenes. La derecha –porque los grandes medios son eso, la derecha– no puede saltearse avivar ese ‘peligro’, pero, claro, en lugar de entrarle al kirchnerismo por la contradicción entre postulados y redistribución de la riqueza, lo hace desde su ausencia de ‘calidad institucional’; desde el autoritarismo presidencial; desde todo eso que a la mayoría le importa tres pitos porque ha sido lo que siempre usó ella, la derecha, para justificar golpes de Estado, tortura, desapariciones, desestabilizaciones.” (Extracto de Eduardo Aliverti, Página 12 del 21/5/07)

 

cortina.jpg

 

La “calidad institucional” importa tres pitos dice Aliverti. Quienes afirman que importa tres pitos son los mismos que lloran cuando Pepe Soriano muere en la película en el rol de Lisandro de la Torre denunciando el pacto Roca-Runciman. Son los mismos que piden cabezas cortadas en el Swiftgate. Hay buena y mala coima. Con el insulto “derecha” salvan la cara. La derecha en boca izquierda: escupitajo que baldea el piso de la política y deja todo sucio.

Sergio Kiernan en una nota de ayer del mismo diario dice que los suecos tuvieron problemas en otros países del tercer mundo: Colombia, Malasia, Ceilán. Cada uno de los casos los despacha en tres renglones. La tesis es simple: los suecos coimean.

Le agregaré una tesis más global: el capitalismo es una mierda. Creo que dicho así estamos mejor en tema y llegamos más rápido al final.

Horacio Verbitsky dice en su nota del domingo 20 “La valijita” que los corruptos pasan pero los corruptores quedan, y los que nunca se van son Techint, Pérez Companc, Macri, entre otros que acompañan a los suecos.

De todos modos la sabiduría popular piensa que no va a pasar nada. Hoy mismo ni en Nación.com, ni en Clarín.com, aparece el tema de Skanska.

Pero no importa. De Vido, Alberto Fernández, Aníbal Fernández, Scioli, son la izquierda. O no, no importa, la calidad institucional es un reclamo de la derecha y no nos importa, y los mencionados funcionarios una basurita en el ojo de los Bonasso, Ibarra, Garré, y otros progresistas abnegados, por lo que tampoco importa.

Esta es la ideología de los voceros de la juventud maravillosa del 70, de los defensores de los pobres, de los luchadores de la justicia, de los que hablan en nombre de la democracia popular y la soberanía nacional.

El otro día Elisa Carrió comparó a Kirchner con Ceaucescu, el dictador rumano. Telerman le retrucó con su desacuerdo. Indudablemente una cultura tan general como la de la ex jefa del Ari no ayuda en la crítica política. El terror de la policía secreta, una dominación de décadas instalada por la ocupación de un ejército invasor, una censura absoluta, un estalinismo sin partidos políticos, no da un buen reflejo de nuestro país. Cada uno con su karma.

Son tiempos electorales, la rabia está suelta. En la ciudad de Buenos Aires los ánimos están exaltados. Si no no se entendería que Cristina Kirchner –quien junto a todo el gabinete y el presidente están en campaña porteña– diga que Filmus es el mejor ministro de educación que tuvo la historia argentina. Se parece al economista Miguel Ángel Broda que decía que Menem era el estadista más importante del milenio. Por suerte la aliada de Telerman, su socia Carrió, por el contrario, trasmite más moderación, dice que el candidato a jefe de gobierno es un mal menor. Si le va bien a ella (ya que como le vaya a él no es cláusula prioritaria en su contrato moral), Telerman saldrá tercero.

Foto: Cora Burgin (Serie Zoom)

18 respuestas to “Leyendo los diarios 3”

  1. Pablo E. Chacón Says:

    Tomás, la nacion.com no publica ninguna de las notas que publica -todos los lunes- la versión en papel de La Nación. Los artículos del mejor periodista de política argentina de la Argentina: Carlos Pagni, quien denunció, hace dos lunes, TODA la trama Skanska. Hoy publica un análisis de las elecciones porteñas, y dice algo parecido a lo que estás diciendo. Por supuesto, la actual jefatura de gabinete metropolitana también tiene cosas que ocultar, por ejemplo, alguien muy nombrado que no sale de su casa, presa de un ataque de pánico que dura ya una semana.

  2. Carlos Gatabria Says:

    Solía escuchar a Aliverti en aquellas mañanas de sábado en Radio Continental cuando junto con Liliana Daunes (creo que se escribe así) hacían Sin Anestesia a fines de los ´70.
    Después Continental levantó el programa; después vino el gobierno de Alfonsín, y el «discurso» de Aliverti se me empezó a aparecer esquemático, panfletario…los tiempos cambiaron, y, seguramente, también yo.
    Hoy no sigo las opiniones de Aliverti, pero sin haber leído la nota referida por TA no tengo ninguna duda de que la «calidad institucional» no es un tema apreciado (por no decir que le importa tres pitos) por la sociedad argentina en su conjunto.
    Y eso ha sido largamente comprobado bajo gobiernos de facto y constitucionales; somos una sociedad «práctica» las minucias formales son para los intelectuales (aquellos de la jactancia de la duda).
    Lo que sigo sin comprender es porqué hay determinados temas que se constituyen en banderas de un costado ideológico cuando debieran ser, en algunos casos, exigencias de la sociedad en su conjunto.

    Son de «izquierda» o «progresista»:
    La soberanía nacional
    La educación y la salud públicas
    Los derechos humanos
    El interés nacional

    Son de derecha:
    La seguridad
    La propiedad privada
    La libertad de prensa

    Supongo que esto es lo que genera esta confusión respecto de qué es derecha y qué es izquierda; paradógicamente en nuestro país donde nadie se define como de «derecha» pero casi (?) todas las fuerzas políticas lo son.

  3. lalectoraprovisoria Says:

    Recomiendo ampliamente un artículo del Clarín de hoy, la nota de Susana Torrado sobre el transporte público. Por un extraño error (creo que es un error), no se puede acceder en la web.
    Q

  4. Bernardo Says:

    Yo vivo en una ciudad donde la primera minoría de votantes en algún momento de su historia eligió a Bussi como gobernador, según sufragio universal y la santa palabra de las urnas.

    Desde ese momento de lahistoria comparto la sensación de que por lo menos a esa gran primera minoría de la provincia en donde vivo, la calidad institucional le importa tres pitos.

  5. Sine Metu Says:

    Derecha, izquierda, para mí el asunto es de qué lado te ponés: si te ponés del lado del pueblo de a pie o del lado del gobierno.
    El gobierno es tan grande, que al pueblo de a pie solo le queda sufrirlo.
    Y encima crece, crece y crece.
    Si Menem supuestamente era la derecha a favor de los privados, ¿por qué creció el estado durante su gestión?
    El estado crece con todos. Y hace ricos a (casi) todos los que pasan por sus filas.

    Esta semana, al menos los chistes de Nik le dieron con todo a Kirchner y De Vido por el tema Skanska. Flor de editorial en un cuadradito de papel.

    ¿Lo leen muchos a Aliverti?

  6. Carlos Gatabria Says:

    Perdón, no coincido con eso de que el Estado creció durante la gestón de «Mendez».
    No sólo no creció, fue desguasado, desarticulado y desnaturalizado en sus funciones primordiales.
    El Estado viene retirándose desde los ´50 y su «crecimiento» sólo es burocrático.
    Transfiere las obligaciones pero no los recursos…supongo que ése es uno de los negocios…

  7. P. C. Says:

    A esta altura, creo que hablar de derecha e izquierda aporta poco y confunde mucho. Al menos en Argentina.
    ¿Qué es «ser de izquierda»? ¿Haber leído a Marx? ¿Estar de acuerdo con Marx, con alguno de sus hermeneutas, con alguno de sus «creyentes», con alguno de sus «practicantes»? Es decir, si el «ser de izquierda» es una elección íntima, una elección privada que reside en el fondo de la psique pero que no emerge al exterior por medio de ningún acto, ¿en qué se diferencia del «ser católico» de tantos argentinos que ni van a misa ni cumplen ninguno de los Mandamientos de su religión? Ambas posturas son hipócritas y contradictorias. Se es de izquierda como quien dice: «la sociedad es de derecha, y me obliga a vivir de acuerdo a esos postulados malignos, pero en el fondo de mi espíritu, desaría que el mundo fuese distinto, más justo: ergo, soy de izquierda».
    ¿Qué es lo que hace falta para ser de izquierda? ¿Decirlo? ¿Escribir textos «de izquierda»? ¿Votar a un partido «de izquierda»?
    (Por ahí me equivoco, o por ahí es muy obvio lo que digo… Pero son dudas que tengo, nomás).

  8. Carlos Gatabria Says:

    Qué es ser de izquierda hoy es una pregunta que se hacen muchos intelectuales en el mundo, particularmente a partir de la caida del muro en el ´89.
    Los márgenes de maniobra se han reducido al mínimo y gobernantes que provienen de partidos de izquierda o progresistas terminan instrumentando políticas asociadas a los hechos más reaccionarios (léase Tony Blair, por ejemplo).
    Pero si pudiéramos olvidar por un momento los intentos del siglo XX y «el comunismo real»; si volviéramos a pensar en las búsquedas de «los utopistas» de mediados a fines del siglo XVIII creo que podríamos encontrar que ser de izquierda hoy sigue siendo, como entonces, buscar la forma y el sistema para que el objetivo del desarrollo y del bienestar esté pensado con el individuo como centro y no como herramienta.
    Para que la riqueza se distribuya con la mayor justicia.
    Para que la más amplia mayoría pueda tener acceso a salud (que no es ausencia de enfermedad), educación, vivienda y trabajo dignos.
    Para que tengamos igualdad de oportunidades.
    Para que todos seamos iguales ante la ley.
    En fin para que la mayoría pueda participar de la mayor properidad posible.

  9. alita Says:

    Voy a decir algunas cosas que pueden parecer obvias, como siempre (no he perdido mi capacidad autocrítica), pero creo que el problema es que se etiqueta demasiado, derecha, izquierda, y encima se lo hace mal, lo que confunde aún mas las cosas ( y bueno, después de todo es el objetivo, no?).

    Por un lado existe una gran confusión en lo que es ser de izquierda y ser de derecha. Por el otro, hay muchos que se dicen de izquierda cuando en realidad no lo son.

    No creo que el capitalismo sea una m…como mal dice ( y maldice ) la izquierda. Es para mí, por el momento, lo que mejor se adapta a nuestra ideosincracia, a nuestra forma de ser, un sistema donde cada uno tenga la posibilidad de desarrollarse y expresarse libremente.

    Pero me gustaría un capitalismo menos salvaje, un poco mas justo, no tan, como podría decir… del sálvese quien pueda. Aquí esta todo al revés, se impone la ley del mas fuerte. Y el estado, en lugar de intervenir para equilibrar un poco las cosas, para establecer una cierta armonía entre los distintos sectores de la sociedad, encontrar el justo medio como diría Lao Tsé, beneficia siempre a quienes menos lo necesitan (llamese justicia, economía, todo).

    Con respecto a la corrupción, creo que puede existir en cualquier sistema, sea de derecha o izquierda, pero me parece que en una democracia real, en una democracia como la gente, tendría que haber mayores posibilidades de control.

    Cambiando de tema, ayer estuve leyendo el reportaje a Telerman en La Nación, demasiado «cool» para mi gusto, un tanto supeficial, (ay!, esas fotitos!)…. dice Tomás, que te considera uno de sus maestros…..?. Entre sus antecedentes se olvidaron de incluir su participación en los gobiernos de Menen y Duahalde.

    Tengo que buscar, creo que anteriormente hubo otro reportaje, a Macri o Filmus, pero no los leí.

    Faltan 13 dias …. y todavía no se a quien votar.

    En blanco no quiero, los partidos chiquitos (o medianos) no me atrae ninguno. Me quedan los 3 grandes, sé bien cuales no quiero, pero la híbrida alianza tampoco me convence demasiado…

    Cada vez que pienso algo relacionado con política, no puedo evitar sentirme un poco tonta, como si fuera una pérdida de tiempo, como si tener una esperanza de algo fuera un rasgo de estupidez, frente a lo que ya nos han demostrado tantas veces los políticos.

    Pablo, quién está con ataque de pánico? … no!!!, mejor no nombren a nadie, por favor!

  10. Leandro Spuhr Says:

    La cita que hace Tomás de Aliverti me deja impactado. No se puede concebir tal colección de despropósitos en tan pocas lineas. Quizas para Aliverti el mundo se divida entre el discurso de la redistribucion y el discurso de la calidad institucional, la realidad es un poco mas compleja.
    La calidad institucional engloba muchas cosas, ésta incluso es necesaria para que pueda redistribuirse.
    Como es desarticulado y tiene un vacio argumentativo, usa al enemigo público para fortalecerse.

    En otro orden de cosas quisiera agregar que el Estado no creció durante Menem, lo que aumentó fue el gasto público, que no es necesariamente lo mismo.

  11. alita Says:

    perdón, donde dice:

    «….beneficia siempre a quienes menos lo necesitan (llamese justicia, economía, todo)»

    debe decir

    «….beneficia siempre a quienes menos lo necesitan (ya sea en justicia, economía, todo)».

  12. Sine Metu Says:

    Repito: El Estado creció durante el gobierno del palíndromo.

  13. Vincent Says:

    Que en Página/12 se haga referencia a «la contradicción entre postulados y redistribución de la riqueza» del kirchnerismo me parece lo más novedoso de todo.

  14. Pablo E. Chacón Says:

    vincent, ese postulado es una obviedad
    es una de esas berretadas de flacso que suele repetir verbitsky
    qué contradicción?

  15. Mickey Says:

    La gilada discute si izquierda o derecha, progresismo o conservadourismo, los muchachos por arriba nos abrochan.
    Para eso está Aliverti escribiendo en Página 12 ideas que, si le cambiamos el firmante, los nombres, el diario; ya fueron armadas en los 90 para Carlos.

    La verdadera crisis argentina tiene que ver con eso. El creer que durante un tiempo hay una especie de elegido, con el que se puede firmar un contrato que básicamente se puede sintetizar con el trillado «roban pero hacen».
    El problema no es que roben, sino que organizan todo su poder para robar.
    Cuando se hace una afirmación del tipo «en Suecia también roban», en parte se da en el clavo. Seguramente en Suecia deben sobrar los pillos y aprovechados.
    Pero para estar allí, en posición de llevarse algo a casa, antes hay que presentar algo como idea para el país, ademas se debe dar alguna seguridad de continuar con ciertas ideas básicas de lo que debe ser el desarrollo de Suecia, bajo ciertas formas de proceder (respeto a ciertas normas). Recién ahí, se puede intentar robar, sabiendo que si se es decubierto, será bastante complejo el tema.

  16. Koba Says:

    Da mucha bronca la tapa de ayer de Página 12, «los suecos coimean en todos lados». Pobre el gobierno, no le quedo otra que aceptar la cometa. Lo que es ese diario hoy por favor, lo arruinaron por completo.

    Chacón, lanacion.com sí publica las notas de Pagni, un analista genial que parece que tuviera la bola de cristal, impresionante.
    Links a las notas:
    21-05 Incógnitas de una batalla porteña que recién comienza
    14-05 Skanska: tientan al fiscal con un cargo

  17. Pablo E. Chacón Says:

    Koba, te agradezco el dato, te aseguro que jamás las pude encontrar. Las buscaba y no las encontraba, entonces salía y compraba el diario. Pagni es un gran amigo, oriundo de la Ciudad Feliz. Por esas notas, que son las que desataron el paquete (y no los avisos de la AFIP, como también miente Página/12), Carlos tuvo que esconderse en algún lugar del planeta, amenazado él y su familia.

  18. Jorge Says:

    No creo que exista en el mundo empresa trasnacional alguna que haga o haya hecho de las suyas en cuestión de corrupción. Los países colonialistas europeos, históricamente, son el ejemplo claro de ese accionar. Es parte del cinismo político internacional; se muestran como naciones correctas, impolutas, cuando no lo son. En realidad han sido las generadoras de ese tipo de conductas. Quien haya leído «El corazón de las tinieblas» de Conrad, basada en su propia experiencia e el Congo, y otras tantas obras saben que la cosa funciona así desde los centros de poder y desde hace mucho tiempo.
    En cuanto a los nuestros y a la corrupción en nuestro país, heredera también de algunas mañas de la europa, pareciera un mal endémico dificil de extirpar. Se me ocurre – lo hago siempre cuando se dan estos temas – que es imprescindible contar con una República en la que funcionen los poderes como corresponden, fundamentalmente la Justicia, los Jueces quienes deberían ser, muy bien pagos, pero también penados con muchísimo más rigor que cualquier ciudadano común cuando comete un delito.
    A quienes dicen de un capitalismo que redistribuya mejor, el ejemplo es lo que se denominó el «estado de bienestar», que rigió, y rigen aún, en algunos países de europa. Aquí durante la primera etapa del peronismo, en la que la coyuntura internacional y la decisión política -aunque esto pueda ser criticado – generó una movilidad social nunca vista en los países de América del Sur. Hoy pareciera que Francia, luego del resultado de las últimas elecciones, le da la espalda a ese estado y le daría la bienvenida al neoliberalismo. Ahora, con la globalización el concepto de estado nación ha cambiado su significación. ¿Cómo sostener una justa redistribución de la riqueza en medio de un mundo en el que los capitales se mueven libremente y en el que hay naciones necesitadas de emerger de una situación de atraso económico y social en las que se aceptan, para una gran parte de su población, salarios míseros pero mejor que la nada? El capitalismo ha triunfado y su arista más filosa, el neoliberalismo, pareciera ser su punta de lanza. ¿puede una nación sola defender su producción y el valor de la misma?. ¿es la regionalización una alternativa viable en la que, aún sabiendo que se podría perder algo, se podría defender en mejor forma el valor de la producción y del trabajo?
    Con relación a Aliverti, a quien le reconozco algunas cosas interesantes, siempre lo ví como un periodista, aún convencido de su ideología, efectista, de frases ampulosas y cuando habla, gracias a su magnífica vos, eso se nota mucho más.

Deja un comentario