Breve historia de la filosofía 3

por Tomás Abraham

En un pequeño libro titulado La filosofía, el filósofo alemán Karl Jaspers propone una meditación sugerente y productiva acerca de los orígenes de la filosofía. El tutor de Hannah Arendt dice que la filosofía nace cada vez que emergen tres estados de ánimo: el asombro, la duda y las situaciones límite.

No hay que restringirlos a estados psicológicos, ante todo porque no se resuelven en el área de la intimidad, y, además, porque reenvían a situaciones históricas. Esta meditación acerca de los principios se ofrece sólo en apariencia como a-histórica, pero no lo es. No se trata del nacimiento histórico de la filosofía como género literario con pretensiones de saber, de su emergencia en la sociedad griega y de la posición del colectivo de enunciación, sino del comienzo del acto de filosofar.

Necesitamos filosofía cada vez que hay una fisura existencial en lo relativo al por qué del mundo, a los alcances del conocimiento, y al sentido de la vida. Las referencias históricas más evidentes a las que nos remite Jaspers es a la metafísica de Aristóteles, al ego cogito cartesiano y las reflexiones de los estoicos romanos. Pero bien podrían abarcar otros momentos de la historia de la filosofía. La metafísica, la epistemología y la ética se ven invocadas e invitadas por la subjetividad cada vez que irrumpe uno de estos momentos críticos.

El asombro del ¿qué es esto?!! es interrogante y exclamativo. No es sólo admiración acerca de la prodigiosa factura de aquello que es, sino desafío frente a su misterio, atrevimiento del que quiere saber. Esta pretensión se inspira en el mito de Prometeo.

 

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La duda no es mera vacilación sino interpelación, llamada de atención y autorización a cuestionar todo aquello que no sea claro, evidente y transparente para la inteligencia del hombre. La condición humana tiene sus derechos otorgados por el mismo Dios, las ideas innatas que Descartes descubre en nuestra alma son la chispa divina de la racionalidad. Es ella la que legitima el orgullo del sabio y permite la libertad de pensar.

Dudar ya no será el ejercicio de un escepticismo literario a la manera de Montaigne, sino un método riguroso calcado en la razón matemática con la finalidad de producir la mathesis universalis: el orden representativo del universo infinito.

El dolor de vivir acaece cuando se rompen las barreras de la seguridad. Una enfermedad grave, la pérdida de un ser querido, el derrumbe del tesoro acumulado, el desamparo y la soledad extremos, estampan como una herida la pregunta por el sentido. Desde Séneca a Victor Frankl, la reflexión acerca del sentido nace en los momentos en que ya no hay respuestas a nada y lo vivido y sabido se ha desmoronado.

Anudar grandes momentos de la historia de las ideas filosóficas a la existencia del hombre, conjugar la subjetividad con elaboraciones históricas sofisticadas es un invento de Jaspers. Muestra que en la práctica filosófica hay una necesidad primaria a la vez que un juego ideativo. No deriva de la naturaleza humana sino de la situación de ser en el mundo del hombre, para emplear el vocabulario de la filosofía existencial de las primeras décadas del siglo XX.

Foto: Cora Burgin (Serie Buenos Aires)

5 respuestas to “Breve historia de la filosofía 3”

  1. de la fuc Says:

    ¿Christian ferrer escribe en algún blog?

  2. tomás abraham Says:

    no

  3. el tio nasty Says:

    no sólo de la fractura del cosmos racional surge la necesidad de reflexión. también la carencia de derrumbes. la saciedad como condición. la planicie sin accidentes. todo eso orilla al hombre a plantearse preguntas (quizá más angustiosas que aquéllas que quieren contestar a los lamentos de una pérdida)

    me gustó. saludos

  4. Medusa Says:

    Me gustan mucho estos posts de Historia de la filosofia, pero van saliendo tan rapido que no los puedo asimilar

  5. Laura Says:

    Es bueno conocer como la duda hace que surjan ideas que nos llevan a preguntarnos le porque de la cosas. El hombre siempre ha estado dispuesto a tener el control sobre lo que lo rodea, y una de la formas de tener ese control es conociendo el porqué de las cosas que le rodean.

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