El grupo de los 17 sobre Malvinas (2)

Arriba (de izq. a der.): Luis Alberto Romero, Marcos Novaro, Quintín, Daniel Sabsay, Jorge Lanata, Santiago Kovadloff y Fernando Iglesias.
Abajo (de izq. a der.): Rafael Filippelli, Juan José Sebreli, Beatriz Sarlo y Roberto Gargarella.

La foto se tomó en ocasión de la conferencia de prensa suspendida por la tragedia de Once, con algunos ausentes por vacaciones y circunstancias laborales. Abajo reproducimos el documento completo y los invitamos a adherir al manifiesto enviando un mail a alternativamalvinas@gmail.com.

El documento:

A tres décadas de la trágica aventura militar de 1982 carecemos aún de una crítica pública del apoyo social que acompañó a la guerra de Malvinas y movilizó a casi todos los sectores de la sociedad argentina. Entre los motivos de aquel respaldo no fue menor la adhesión a la causa-Malvinas, que proclama que las Islas son un “territorio irredento”, hace de su “recuperación” una cuestión de identidad y la coloca al tope de nuestras prioridades nacionales y de la agenda internacional del país.

Un análisis mínimamente objetivo demuestra la brecha que existe entre la enormidad de estos actos y la importancia real de la cuestión-Malvinas, así como su escasa relación con los grandes problemas políticos, sociales y económicos que nos aquejan. Sin embargo, un clima de agitación nacionalista impulsado otra vez por ambos gobiernos parece afectar a gran parte de nuestros dirigentes, oficialistas y de la oposición, quienes se exhiben orgullosos de lo que califican de “política de estado”. Creemos que es hora de examinar a fondo esa política a partir de una convicción: la opinión pública argentina está madura para una estrategia que concilie los intereses nacionales legítimos con el principio de autodeterminación sobre el que ha sido fundado este país.

Una revisión crítica de la guerra de Malvinas debe incluir tanto el examen del vínculo entre nuestra sociedad y sus víctimas directas, los conscriptos combatientes, como la admisión de lo injustificable del uso de la fuerza en 1982 y la comprensión de que esa decisión y la derrota que la siguió tienen inevitables consecuencias de largo plazo. Es necesario poner fin hoy a la contradictoria exigencia del gobierno argentino de abrir una negociación bilateral que incluya el tema de la soberanía al mismo tiempo que se anuncia que la soberanía argentina es innegociable, y ofrecer instancias de diálogo real con los británicos y –en especial- con los malvinenses, con agenda abierta y ámbito regional. En honor de los tratados de derechos humanos incorporados a la Constitución de nuestro país en 1994, los habitantes de Malvinas deben ser reconocidos como sujeto de derecho. Respetar su modo de vida, como expresa su primera cláusula transitoria, implica abdicar de la intención de imponerles una soberanía, una ciudadanía y un gobierno que no desean. La afirmación obsesiva del principio “Las Malvinas son argentinas” y la ignorancia o desprecio del avasallamiento que éste supone debilitan el reclamo justo y pacífico de retirada del Reino Unido y su base militar, y hacen imposible avanzar hacia una gestión de los recursos naturales negociada entre argentinos e isleños.

La República Argentina ha sido fundada sobre el principio de autodeterminación de los pueblos y para todos los hombres del mundo. Como país cuyos antecedentes incluyen la conquista española, nuestra propia construcción como nación es tan imposible de desligar de episodios de ocupación colonial como la de Malvinas. La Historia, por otra parte, no es reversible, y el intento de devolver las fronteras nacionales a una situación existente hace casi dos siglos -es decir: anterior a nuestra unidad nacional y cuando la Patagonia no estaba aún bajo dominio argentino- abre una caja de Pandora que no conduce a la paz.

Como miembros de una sociedad plural y diversa que tiene en la inmigración su fuente principal de integración poblacional no consideramos tener derechos preferenciales que nos permitan avasallar los de quienes viven y trabajan en Malvinas desde hace varias generaciones, mucho antes de que llegaran al país algunos de nuestros ancestros. La sangre de los caídos en Malvinas exige, sobre todo, que no se incurra nuevamente en el patrioterismo que los llevó a la muerte ni se la use como elemento de sacralización de posiciones que en todo sistema democrático son opinables.

Necesitamos superar la agitación de la causa-Malvinas y elaborar una visión alternativa que deje atrás el conflicto y aporte soluciones. Los principales problemas nacionales y nuestras peores tragedias no han sido causados por la pérdida de territorios ni la escasez de recursos naturales, sino por nuestra falta de respeto a la vida, los derechos humanos, las instituciones democráticas y los valores fundacionales de la República Argentina, como la libertad, la igualdad y la autodeterminación. Ojalá que el dos de abril y el año 2012 no den lugar a la habitual escalada de declamaciones patrioteras sino que sirvan para que los argentinos -gobernantes, dirigentes y ciudadanos- reflexionemos juntos y sin prejuicios sobre la relación entre nuestros propios errores y los fracasos de nuestro país.

Emilio de Ípola, Pepe Eliaschev, Rafael Filippelli, Roberto Gargarella, Fernando Iglesias, Santiago Kovadloff, Jorge Lanata, Gustavo Noriega, Marcos Novaro, José Miguel Onaindia, Vicente Palermo, Eduardo Antin (Quintín), Luis Alberto Romero, Hilda Sabato, Daniel Sabsay, Beatriz Sarlo, Juan José Sebreli

Para sumarse a la lista de adhesiones, escriba un mail a alternativamalvinas@gmail.com consignando nombre, apellido y número de documento.

Foto: Flavia de la Fuente

20 respuestas to “El grupo de los 17 sobre Malvinas (2)”

  1. maria Says:

    Estoy muy de acuerdo con el documento, siento que el gobierno esta entrando en un camino muy peligroso, es muy sencible el tema Malvinas, ya tuvimos que pasar por esto. Yo creo que no estamos en condiciones de tratar el tema en este momento, primero hay que crecer como pais y dar ejemplos de grandes, que no lo tenemos. yo no creo que los argentinos, piensen que es lo mas importante, hay tanto por solucionar.

  2. Cayo Gracco Says:

    Ante todo quiero expresar mi total desacuerdo con esta declaración pública, y mi preocupación de que ciudadanos argentinos que ocupan un lugar de visibilidad como éste puedan sostener semejantes dislates.
    De la mayoría de los adherentes no me sorprende en lo más mínimo, aunque no por eso no deja de provocarme cierta tristeza. Sí lo lamento especialmente por los dos reconocidos historiadores que firman la proclama (sobre todo por Romerito, cuyo padre fue un medievalista realmente brillante), puesto que parecen cultivar una versión bastante sesgada de la historia del conflicto. Asimismo, también me resulta ciertamente asombroso que hombres de leyes, como los que suscriben este libelo de reminiscencias neoconservadoras, puedan abrevar en una concepción tan simplista y absoluta del derecho.
    Además de esto, he quedado atónito ante la frase: «Respetar su modo de vida (…) implica abdicar de la intención de imponerles una soberanía, una ciudadanía y un gobierno que no desean.» Cómo puede obviarse el que el derecho de la autodeterminación de los isleños, como todo derecho, no es absoluto, sino que se encuentra constreñido dentro de un marco mucho mas amplio, en el que colisiona con otros derechos tanto o mas relevantes como el de «integridad territorial», que es preminente y fundante de la concepción jurídica sobre la que se basa la Carta de Naciones Unidas. Es en ese espacio intersticial que debe negociarse una salida al conflicto que honre el legítimo derecho de la Argentina a la posesión de la soberanía de Malvinas, y dentro de ese marco, también posibilite la continuidad de la vida de los isleños con las menores perturbaciones posibles.
    Por otro lado, y con esto me refería a la lamentable participación de los mencionados historiadores, la declaración ignora y soslaya la historia de la disputa de soberanía previa al año 1833, como así también el hecho de que dicha invasión constituye una violación atroz del derecho internacional, que no puede invocar a su favor ningún justificativo jurídico, como sí hizo España en las Américas ( los principios de «guerra justa» y de «terra nullius», o las bulas de Alejandro VI), y que colisionan con la sesión de las islas por parte del Reino Unido a España, y luego a Argentina por el principio de uti possidetis, acordada en los tratados de: Utretch, que pone fin a las guerras de sucesión españolas y su transfondo confesional, y Nootka Sund, que delimitan las posesiones de ambas coronas en América y el Pacifico.
    Les recomendaría por ultimo, en referencia a la analogía trazada entre la conquista británica de Malvinas y la conquista española de América y su independencia, una revisión histórica mas detallada de la materia, y una relectura de los principios del Derecho de Gentes y de la teoría de la retroversión de la ciudadanía de Suarez.
    Finalmente, en cuanto al nacionalismo, quiero recordarles que los estados nacionales son el pilar básico sobre el que se basa la carta de N. U., como así también un paso fundamental hacia la conformación de los principios políticos liberales, a los que son fanáticamente adeptos muchos de los firmantes. Por el contrario, considero mucho más peligroso que el nacionalismo, esa reivindicación absoluta del derecho de autodeterminación, que permitiría a cualquier potencia militar conservar cualquier territorio conquistado solo con implantar una fuerza de ocupación civil para luego poder ampararse con tal excusa.

  3. Andrea Says:

    Hola;
    Ayer compré el número de la revista Noticias que, a propósito del documento sobre Malvinas, incluye un reportaje a Sebreli, Sarlo y Lanata. La revista no está buena y el reportaje me dejó gusto a poco, pero hay una respuesta de Lanata que me perturbó. Se las transcribo:
    “Hay dos cosas que me preocuparon al ver Crónica y Tiempo Argentino. La primera es el miedo. Un ejemplo: nos costó muchísimo encontrar un lugar donde presentar nuestra mirada sobre Malvinas. Universidades, entidades privadas y públicas, y varios lugares que no voy a nombrar nos decían que le tenían miedo al gobierno y que por ese motivo no nos prestaban el espacio, o nos decían que dejáramos bien en claro que ellos sólo cedían el lugar, pero no tenían nada que ver.
    (…)Lo loco es que condenaron el documento sin conocer su contenido. Y acá aparece la segunda locura: no se puede pensar distinto. Ni siquiera les importa qué decís; con presumir que vas a decir algo distinto a lo que piensan ellos, ya estás en problemas”.

    Lo que dice sobre el sentimiento de miedo que hay, incluso para ceder una sala por un rato, me resulta muy impresionante.
    Saludos,
    Andrea

  4. guillermo Says:

    Cayo Gracco, tu jurisprudencia es bastante dudosa. Adjudicarle a Espana derechos sobre las Malvinas por el Tratado de Tordesillas o las bulas de Alejandro VI a esta altura es chiste. Un principio juridico elemental es que no se puede dar o acordar sobre lo que no se tiene. Yo no puedo regalarte el Alvear Palace Hotel. Alejandro VI no tenia jurisdiccion ni soberania sobre America.

  5. guillermo Says:

    Y Nootka Sound tiene una clausula que, si ambas partes del tratado modifican el status quo en alguna forma, el tratado caduca. Esa es la base sobre la que Inglaterra reniega del tratado, por los establecimientos posteriores por Espana y Buenos Aires. Ademas, Nootka Sound era un tratado entre Espana e Inglaterra. Si las Provincias Unidas hubiesen sido herederas del tratado, o de cualquiera de los tratados entre Espana y otros paises, tendrian que haberse hecho cargo de las obligaciones espanolas segun esos tratados. Asumir los beneficios pero no las obligaciones sera la filosofia del kirchnerismo, pero no es lo usual. Por eso es que, en derecho internacional, los paises independizados no asumen los tratados firmados por los colonizadores.

  6. Guillermo Says:

    Me parece que el documento tiene el defecto de no dejar suficientemente en claro que a los 17 firmantes en concepto de soberanía les resulta indiferente. Posición del todo respetable, pero que torna ociosos todos los demás argumentos del texto. Porque de ahí a fundar una postura argentina «alternativa», sobre la base de defensa de la condición de sujetos de derecho de los kelpers (cosa que poco le importa a los propios kelpers, por no mencionar a la Corona Británica), sinceramente…

  7. roque Says:

    quienes son «esos» 17. Un grupito seudointelectual de derecha, cipayos, pagados por Fontevechia y compañia. Se tiene derecho a no estar intersado en la soberania. De ahí a redactar un documento que ni siquiera los ingleses redactan, causa escalafrios ideologicos. Bué, como decia mi abuela, dios los cría, y los fascistas se juntan. Por lo menos se identifican , jajaj. Además se me ocurre, porque Sarlo y los demas que muerden sus buenos mangos en los medios, no se van a vivir afuera, y ver si pueden demostrar lo que tienen: algunos jerarquía, otros sin titulos habilitantes(Quintin) escriben y cobran. Jajaja-

  8. lalectoraprovisoria Says:

    jajaja. jajaja. jajaja.

    jajaja.

    Q

  9. Luis Says:

    La presidente acaba de vocalizar a los que la aclaman «vamos por todo» ¿o me pareció a mi?

  10. cossi Says:

    Apoyo a los 17 desde Uruguay. Por acá casi no se habla de la locura del gobierno argentino, pero siempre hay felices excepciones.

    http://www.elpais.com.uy/12/02/27/predit_627046.asp

  11. Luis Says:

    No me equivoqué. Casi a los 3 minutos aparece el gesto de Cristina a los que la vivan. Esta especie de diálogo se da en medio del discurso de Fein.

  12. lalectoraprovisoria Says:

    Luis. Muy impresionante.

    Q

  13. Luis Says:

    Quintín: Lo mas impresionante es que ninguno que vive de la tarea periodistica haya visto esto.

  14. Daio Says:

    Tampoco habrían observado el escaso público. Si tenemos en cuenta a los «movilizados», no fue nadie. Estos rosarinos siempre con ese espíritu chacarero destituyente.
    Claro a Schiavi, que viajaba con Cristina en el avión, aparentemente se le impidió estar en el palco. ¿Habrá regresado en tren?

  15. Aguirre Says:

    Q que hay de cierto sobre las persecuciones y escraches de que han sido objeto los 17?

  16. lalectoraprovisoria Says:

    Por ahora no he sufrido ninguna persecución y no escuché que otros integrantes del grupo tuvieran inconvenientes, aunque en este momento nos están sacando el cuero a tiras en 678. Veremos más adelante.

    Q

  17. esteban polci Says:

    Hola: además de Kovadloff y Gargarella, ¿cuáles son los demás intelectuales de ese grupo?
    ¿Lanata? ¿Iglesias? ¿Sebrelli? ¿Están hablando en serio? ¿Filippelli? ¿Eliaschev?
    Ya sé, ahora el dueño del blog me manda al carajo y me parece perfecto que lo haga si lo cree correcto pero no puedo evitar decir que la palabra intelectual es un poco grande para varios de los personajes de la foto. No lo hago con ánimo ofensivo sino con el espíritu de discrepar sobre lo que el término «intelectual » significa.
    Hasta luego.

  18. Luis Says:

    En cualquier caso los que nombrás intentan un acercamiento a ciertos temas imponiéndose una reflexión para influir en una discusión. Todos estamos en condiciones de asumir una posición intelectual y si nos dedicamos a ello constantemente podemos considerarnos intelectuales.
    Aunque no hayan terminado la primaria o como en mi caso solo con el título secundario podríamos considerarnos intelectuales si lleváramos a cabo la tarea. Como Diógenes que lo hacía mientras se dedicaba a llevar el equipaje de los viajeros.

  19. Daio Says:

    Intelectuales realmente son los oficialistas, por ejemplos los del Instituto Dorrego, que escriben Las Malvinas son nuestras y a otra cosa y con eso está resuelto el problema.

  20. esteban polci Says:

    Luis: desde ya que dudar sobre la intelectualidad de alguien NADA tiene que ver con el diploma que tenga colgado en la pared sino con su manera de pensar las cuestiones del mundo y su forma de expresar estos pensamientos. En ningún momento hice objeciones sobre las personas (aunque algunas me desagraden especialmente) sino sobre que cualidades hay que tener para merecer el calificativo de «intelectual». Nada más.
    Saludos

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