La perrita acaba de terminar la excavación de uno de sus cráteres en el jardín y, ni bien concluyó su esmerada tarea, se acostó majestuosamente en el confortable agujero, que parece hecho justo a su medida. ¿Qué hace? ¿A qué obedece esta extraña conducta? ¿Descansa ahí para sentir la arena mojada en la panza? O se atrinchera de esa manera para que no le volvamos a tapar el hoyo que tanto le costó cavar. ¿Nos estará tomando el pelo? Yo le veo cara de sobradora. Me mira y revolea la cola con insolencia. Solita está cada día más enigmática y encantadora. Ahora que hace un rato que no la miro, se enrolló y duerme la siesta. Misterios de la vida perruna.
Foto: Flavia de la Fuente
La lectora provisoria 
febrero 3, 2010 a las 5:46 pm
En La llamada de la selva, de Jack London, se describe en forma muy parecida el método que usan los perros para dormir en la nieve. Hacen un pozo y se meten allí, llenando el hueco con el calor de su cuerpo. Será descendiente de Buck?
febrero 3, 2010 a las 7:34 pm
Sí, y hay algo del instinto del «nido» también; las perras antes de parir hacen ese tipo de parideras.
febrero 3, 2010 a las 8:23 pm
En este caso al revés, cuando hace calor buscan el fresco.
febrero 4, 2010 a las 6:25 am
Está como más seria, ¿no? ¿O es porque tiene calor?
febrero 4, 2010 a las 11:45 am
¡El anónimo era yo! Escribí el mensaje muy dormido y me olvidé de firmar. Saludos.
febrero 4, 2010 a las 11:57 am
Arma una camita mas fresca.
febrero 4, 2010 a las 1:38 pm
Liso, Solita no está nada seria. Nada más lejos de la realidad Sigue tremenda y juguetona. Eso sí, todavía no aprendió a reír.
Después les cuento más, porque hay varias novedades en la vida de la perrita sanclementina.
Saludos
F
febrero 4, 2010 a las 10:59 pm
Qué personaje…!
febrero 5, 2010 a las 3:39 pm
un pozo justo para ella,sin un centímetro de más y sin embargo cómodo, en un lugar perfecto. Solita es un ejemplo de austeridad y buen gusto frente a tantos excesos inmobiliarios.
febrero 6, 2010 a las 11:20 pm
Me encanto el comentario de Elsita, pero yo que cuido las plantas y el césped, la quiero matar. Fla vi en el noticiero del canal 11 a un perro que sonreía, me acorde que mi abuela tenía un perro que reía cuando se lo pedías, era muy divertido, a lo mejor Solita aprende y entre otras cosas a no hacer pozos en el centro del jardín. Saludos a Solita que la extraño.
febrero 6, 2010 a las 11:26 pm
¡Qué bonita está Solita en su nidito!
febrero 6, 2010 a las 11:28 pm
Cristina, nosotros también vimos el perro que reía en la tele. Nos pareció que era un súper truco.
Y lo de tu abuela, ¿no será un recuerdo infantil, de esos que siempre están distorsionados?
Igualmente, es un lindo recuerdo el del perro que ríe a pedido. Cuando vengas, por favor, enseñale a sonreír a Solita. Y también a hablar un poquito.
Besos,
F
febrero 11, 2010 a las 7:25 pm
Qué buen pozo! Debe estar más fresca la arena, por eso se queda allí. Igualmente he visto perros en la costa atlántica que hacen pozos en invierno y se meten. Sirven tanto para un barrido como para un fregado. Espero las novedades!
febrero 17, 2010 a las 2:05 pm
Escribe Fabian Casas en su libro, Ensayos bonsai, sobre su perra Rita:
«Con la primavera llegó a mi vida un regalo de Dios que se llama Rita. La otra noche estábamos en el parque y se puso a cavar un pozo, lo hacía con un convencimiento milenario, lo hacía con el corazón de la especie. De esa manera me gustaría escribir.»
Besos,
M.A.