Publicada en Perfil el 14/11/21
por Quintín
Me encuentro con Martín Bruno, gran sommelier argentino, y le pregunto cómo ve la gastronomía desde que la gente puede salir a comer sin preocuparse por los horarios y los aforos. Me contesta que, a pesar de que la cuarentena causó estragos y cerraron muchos restaurantes, los sobrevivientes muestran un nuevo empuje y una saludable voluntad de renovarse e innovar. Soy un gastrónomo que ni siquiera puede calificarse de amateur, tal vez la definición adecuada sea la de curioso que mira de afuera: vivo buena parte del año en San Clemente, donde la buena cocina es algo tan raro como un equipo para escalar montañas, una sola vez en mi vida fui a un restaurante de lujo, mi mujer Flavia no bebe y, para colmo, de los productos marinos, solo ingiere cefalópodos (es una de las manías más sofisticadas que conozco). Por lo tanto, necesito de compañía adicional, pero tampoco es fácil coincidir con gente que tenga el mismo gusto. Por ejemplo, hoy quedé en cenar con un amigo; quería conocer un restaurante que me recomendaron, pero el tipo lo descalificó diciendo que los platos eran muy chicos y gourmet, que era justo lo que me atraía del lugar. (more…)