Diario adriático
por Yupi
Lunes
C., 62 años, italiano, instructor de vela para las becas Erasmus. Su trabajo consiste en cargar en su velero a cuatro o cinco alumnos de distintos países y llevarlos por la costa adriática durante unos pocos días. En el camino les enseña los rudimentos básicos de la navegación. Eso sí, a su manera, sin madrugones ni clases teóricas ni demasiadas explicaciones técnicas. ¿Qué podrían aprender los muchachos en cuatro días? Con que disfruten de la navegación ya se da por satisfecho. El velero, una embarcación hermosa de unos quince metros de largo, tiene todo lo necesario para vivir adentro. La rutina a bordo: levantarse alrededor de la 10 de la mañana, navegar un poco, tirar el ancla en alguna cala, bucear o recorrer la costa, almuerzo a las 15, otro rato de navegación y cena a las 22 horas. No precisamente un programa sacrificado. Los huecos los rellena con algunas informaciones náuticas y varias preguntas, porque le gusta más escuchar que hablar, y menos escuchar que compartir un silencio agradable con la tripulación. El contacto permanente con alumnos jóvenes lo detuvo en algún punto entre los 40 y los 50 años. Cada tanto una alumna se interesa en el viejo capitán, que agradece la suerte, abre su corazón, vibra con las pasiones, y vuelve a sus viajes y su velero. En ese punto es irreductible. Se acostumbró tanto a la vida de mar que en tierra se siente extraño, como si le faltara el piso.
Martes
Día 2 de navegación. Cada día tengo menos ganas de hablar. A este paso calculo que terminaré mudo. Espero no terminar también sordo, porque los sordos irritan al interlocutor de un modo increíble, criminal. Los mudos, en cambio, son aceptados con benevolencia y hasta con interés, si saben mantener el misterio que transporta todo silencio. Mi ideal es el personaje de Ray Milland en The Thief. No sé quién se acordará de esa película, pero yo vuelvo a verla de vez en cuando. Me trae la vieja idea del cine como criptografía de imágenes, una especie de cifrado que el director debe crear y el espectador debe resolver. La vista de la costa desde un barco que zarpa se parece al ojo de la cámara durante un travelling. Sólo imágenes y movimiento, y el sonido del agua chocando contra el casco de la embarcación. Según Heidegger, el ser se funda en el habla y el lenguaje en el silencio. Si tiene razón yo representaría a la vez el no-ser y el lenguaje fundacional, la flama celeste, la esencia del cine. Pienso que todas las calamidades del mundo derivan de que la gente no puede quedarse en su camarote con la boca cerrada.
Miércoles
Día 3 de navegación. Uno de los tripulantes dijo: “Odio las biografías noveladas”. En sentido estricto no sé si habrá otras. La biografía es un género romántico. Fue con el Romanticismo que se generalizó la práctica de llenar las lagunas biográficas mediante el desciframiento de las presuntas alusiones encriptadas en novelas y poemas. Wordsworth, por ejemplo, consideraba que los sonetos de Shakespeare eran la llave con que el autor había abierto los secretos de su corazón. En realidad fue la llave que destapó la caja de los truenos para las más fantasiosas interpretaciones: Shakespeare como gay en el armario, como bisexual, como criptocatólico, como amante de la reina… La crítica biográfica consiste no tanto en arrojar luz sobre una obra, sino en iluminar una de sus partes y dejar el resto en penumbras. ¿Pero podría ser de otra forma? Después de todo, la obra literaria es la confesión de que la vida no basta. El escritor es varias personas en una, y para complicarla todavía más, varias personas que se engañan entre sí. De hecho la diferencia entre un biógrafo y un novelista es sólo de grado. Lo contrario es el trabajo filológico, que despojado de la interpretación queda como un objeto frío y muerto.
Jueves
Día 4 de navegación. Mi estimado Sr. Lamento muchísimo que no podamos publicar su novela, que es inmensamente inteligente y que interesó a mi socio más que cualquier cosa que haya leído en mucho tiempo. Sin embargo, él está de acuerdo conmigo en que su novela no tiene las cualidades que la hagan vendible, y usted sabe que ese es el gran desiderátum del editor. No se ponga malhumorado y no nos envíe nada más. Sé que tiene mucho talento, y su tarea es aplicar ese talento a problemas prácticos en lugar de a los productos de la fantasía. Concéntrese en los hechos, hijo mío, y estudie su mercado. Averigüe qué le gusta leer a la gente y luego escriba una historia en ese sentido. Esto le traerá éxito. Sobre todo, no siga descuidando el mercado en favor de los alambicados dictados de la imaginación. Recuerde que escribir novelas es un negocio tan importante como hacer trajes. Si escribe las novelas que la gente quiere, las va a vender en fardos. Cuando se haya hecho un nombre y un mercado, entonces podrá permitirse dejar volar su imaginación, y luego la gente lo mirará con admiración y dirá: “No entiendo en absoluto a este genio, pero ¿no es genial?”. ¿Ve el punto? Debe hacer esto DESPUÉS de haber ganado su mercado, no antes, y solo puede ganar su mercado escribiendo en primer lugar lo que la gente quiere comprar. Atentamente. El editor.
Viernes
Día 5 de navegación. Querido César. Me preguntas qué debes hacer en el futuro, si escribir relatos clásicos, mandar todo al demonio, psicoanalizarte o plantar lobelias. Mi respuesta es: nada. El gaucho no hace nada, y sobre todo, no quiere nada. La pasa tirado panza arriba viendo dar vuelta el sol. De la vida literaria a esta altura no cabe esperar milagros. Esos críticos y editores tipo foca amaestrada me aburren por lo menos dos tercios del tiempo. ¿Qué queda? Los libreros, en franca extinción, o un lector de los que aparecen cada muerte de obispo. Diógenes Laercio, en Vida, doctrinas y dichos de los filósofos más ilustres, cuenta que en Grecia había altares que no tenían inscripción alguna. Eran meras construcciones de una religión eventual, flotante, para todos los casos, en previsión de que alguien pasara por alto una religión olvidada, o conocida sólo en el extranjero, y en las inscripciones del altar solamente decía: «A los dioses desconocidos». Una buena idea. No es imposible que nuestro bardo ciego haya entresacado su argumento del acercamiento a Almotásim de alguna antología griega. Ya Dionisio enseñó que el absoluto sólo se puede alcanzar a través de la progresión negativa. Por ejemplo: “Al diablo con Salamone. Quiero mi Pumper Nic en Pringles ahora”. En fin. Por el Adriático todo marcha bastante bien. La vida en un velero no es la panacea, pero tiene sus ventajas. Trataré de llegar a Cartago disfrazado de árabe. Un abrazo.
Sábado
Día 6 de navegación. La literatura argentina en barco. Me parece raro que no exista un libro con esa consigna, tiene los elementos novelescos de manual. Algunos pasajeros al azar: Mansilla, Sarmiento, Eduardo Wilde, Cané, las hermanas Ocampo con Manuel Ocampo a la cabeza (“si alguna de mis hijas decide hacerse actriz, me levanto la tapa de los sesos”), la familia Borges, la familia Bioy, Gombrowicz, Cortázar, Wilcock, y en definitiva todo escritor que haya viajado a otro continente antes de la década de 1960. De la lista mi favorito es Wilcock, que cruzó el Atlántico encerrado en su camarote leyendo a Wittgenstein, un hecho curioso. Borges respetaba a Wilcock como escritor, pero creo que lo respetaba de un modo sesgado, igual que a Silvina. Nunca por lo que tenía de sombra sino por lo que tenía de luz. Sólo veía en él a la persona inteligente. La presencia de Borges en nuestra literatura, como toda gran suerte, fue una gran calamidad. A partir de ahí casi no hubo escritor argentino que no pusiera el énfasis en la inteligencia como mayor atributo de un escritor. Es bastante extraño. ¿Desde cuándo un artista debe ser muy inteligente? Se diría que esa es una cualidad de ensayista, no de novelista, menos aún de poeta. La poesía puede dar forma a cosas de las que la inteligencia no entiende nada en absoluto. Es como un pensamiento que no se ha pensado hasta el final. Dante, Shakespeare, Byron, Rimbaud, Verlaine, Darío, Vallejo, por citar algunos nombres, ninguno fue venerado por su gran inteligencia. El Dr. Johnson, Remy de Gourmont o Maurice Blanchot fueron más inteligentes que cualquiera de ellos y nadie los recuerda como artistas.
Domingo
Día 7 de navegación. Estimada Novia. Gracias por sus poemas y su retrato autografiado. Luce como si la hubieran sorprendido robando el botín de los hermanos Dalton. En cuanto a los poemas, incluido el desgarrador soneto que me dedica, prefiero no decir nada, más allá del halago de que me compare con Zeus, con Kleist, con Dringue Farías y con Patoruzito. Soy estrictamente el tipo de lector que dice lo que piensa, y lo que pienso a menudo se parece al principio rector que De Quincey le atribuía a Hazlitt: “Sea lo que sea, está mal”. De todas formas la poesía es la materia de la que estamos hechos, así que dejemos ese punto. Me dice que usted es una buena persona, sensible, empática, que llora por el futuro de los niños huérfanos y se angustia por el destino de la humanidad. No sé adónde puede llevarla esa visión de las cosas. Tiemblo de solo pensarlo. Una vez tuve una vecina americana que escribía sobre los derechos de los bosquimanos en Zimbawe y los hotentotes en Namibia. Era una militante comprometida, abocada a corregir las injusticias del mundo. Lo último que supe de ella fue que había degollado a su marido por llegar cinco minutos tarde al estreno de We Are The World. Creo que Wilde dijo que es bueno que las personas buenas no vivan lo suficiente para ver los malos resultados de su bondad. Cuide su alma, si la tiene. Gracias de nuevo.
Foto: Lisandro de la Fuente
agosto 31, 2021 a las 2:31 am
Hermoso.
Vous êtes embarqué, noyé pensif entre Heidegger y Pascal -el único cristiano razonable, decía Federico)
Lucrecio se perdía también a veces en los naufragios del horizonte marino, veía en la distancia el trabajo y sufrimiento de los hombres, los reflejos de las cualidades mórbidas, supersticiones, hasta crueldad. Sentía compasión, y en la compasión fundía la sensación agridulce con un bienestar maligno: no era una depravación adquirida por el adulto, era un sentimiento perfectamente infantil… El Mar nos predispone a la Filosofía!
———
-Dr. Wilcock, cómo hace?
-Trabajo y corrijo varias veces y durante mucho tiempo algún texto mediocre, generalmente escrito por mi.
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Sospecho quel gaucho aprecia sus palabras amigas, lo veo tentado incluso de imitarlo: llegar a Cartago disfrazado de árabe, porqué no?! Irreconocible, crepuscular, olvido en la forma del mundo.
Sabiéndolo anglófilo y feliz, lo dejo con la mujer más simpática de las Islas, filóloga y amante de la lengua!
Cheers
agosto 31, 2021 a las 11:02 am
Mi anglofilia es nada en relación con las nuevas generaciones. Hace unos días le pregunté a una quinceañera qué le parecía la vida en un pueblito mediterráneo. Contestó: “Lame”. Es un adjetivo específico, bien colocado, que revela un conocimiento del inglés sorprendente para una chica tan chica, sobre todo revela horas, meses y años de leer y escuchar inglés en Internet.
-Borges, ¿qué piensa de las drogas?
-Una vez probé la cocaína, pero como era menos rica que la leche, perdone la palabra, la dejé.
La historia de Rabelais es espiritualmente pornográfica porque busca el agujero, la hendidura mínima que genera el mundo, la hendidura magistral, casi ausente del texto, omnipresente en su místico hueco, hueco sagrado que petrifica a su vista.
E la nave va.
http://www.youtube.com/watch?v=JxL4XVs_B9M
septiembre 12, 2021 a las 4:48 pm
¿Cuán sesgado habra sido el respeto de Borges por Bioy, como escritor?
La vecina bosquimana me recordó un antipático reportaje que le hizo Maria Esther Gilio a Borges en 1974. Por ser usted, me levanto del sillón a buscar el libro:
“—(…)es muy claro que usted está realmente ajeno a los problemas de la sociedad en que vive.
—No tengo la vanidad de creer que puedo resolver los problemas de mis contemporáneos.
—Esa vanidad le crearía obligaciones que seguramente no desea asumir.
—Mi escepticismo me impide crearme tales obligaciones. Usted debería ya saber que soy un escéptico; un escéptico no se propone vaguedades tales como salvar a sus contemporáneos. ¿Qué más quiere saber?”
Antes había colado una burla extraordinaria que si interesa la copio. Se ve que la bien pensante de Gilio le rompió, como quien dice, las pelotas.
septiembre 12, 2021 a las 8:30 pm
Hola Federico. Avisté tierra, como Rodrigo de Triana.
Borges on Bioy. Es difícil porque está mezclado con la amistad. En general arriesgaría: el lado fantástico, sí; el resto, no.
Entrevista de Gilio. Creo que esa era su intención, provocar a JLB para que soltara alguna respuesta brillante y letal. Pero de antemano tuvo un problema insoluble. El viejo, que podía ser muy malo, se moderaba mucho delante de una mujer, y en consecuencia en las respuestas sólo queda reflejada su impaciencia. Hace años Gilio le hizo una entrevista a Monzón, el boxeador, que es una joya del formato entrevista. No sé si está en la web.
¿Ya votaste? No olvides aquellas famosas elecciones en las que se oyó gritar: «¡Viva el ladrón Lencinas!».
septiembre 13, 2021 a las 9:06 pm
Certo. La proverbial timidez borgeana. Se diría que hablaba en nombre propio cuando recordaba que Milton era partidario de la poligamia aunque no la practicara por no ofender a su mujer!
.
Link a las entrevistas -btw creo que María Moreno buscaba también poner al entrevistado «en situación» posando de boluda o distraída si necesario. Smart girls)
– Borges
h**ps://revistacrisis.com.ar/notas/jorge-luis-borges-yo-querria-ser-el-hombre-invisible
– Monzón h**ps://anaforas.fic.edu.uy/jspui/handle/123456789/47232?mode=full
Saludos
septiembre 13, 2021 a las 11:08 pm
Como aquel inglés que pensó que su vida era muy aburrida, y para combinar la respetabilidad con la aventura decidió raptar a su esposa.
El verdadero hombre invisible, mientras pudo, fue Bioy.
Novia, ¿usted es anterior a Internet? ¿Viene directamente de los bailes en lo de Hansen? Es notable el problema que tiene para pegar los enlaces. La noto achanchada por la cuarentena. Le hace falta un poco de suki-suki me parece. Salud.
http://www.youtube.com/watch?v=XCfLnopIhng
septiembre 14, 2021 a las 5:18 am
kjjj sí, esto de los links me angustia! me olvido qué parte se borra, cuál dejar, no sé: habría que dejar todo a las máquinas!
septiembre 14, 2021 a las 9:43 am
¿Conoce a La Mettrie? El fruto de su continuo estudio del alma fue la más atrevida de sus obras, “El hombre máquina”, en la que tuvo la imprudencia de cuestionar la fe. Pasó lo de siempre. Calvinistas, luteranos y católicos olvidaron sus diferencias, conjuraron una poderosa tormenta y decidieron su muerte. Incluso su propia familia lo abandonó. Un amigo librero de Leyden lo escondió en el sótano. De noche y en medio de la niebla, desprovisto de todos los medios, tuvo que partir a un segundo destierro. Por suerte Federico el Grande se dio cuenta de que era un genio, lo designó su lector y lo colmó de todos los honores imaginables. Incluso podía permitirse recostarse en el sofá, y si tenía demasiado calor, quitarse la peluca en presencia del rey. El viejo Nicolai, el amigo de Lessing, nos cuenta en sus «Anécdotas de la corte prusiana» que el gran rey y el gran filósofo se divertían muchas veces desahogando ruidosamente su digestión y hablando ingeniosamente de este inofensivo fenómeno natural. Aquí también pasó lo que tenía que pasar. Murió, como nuestro pobre Erro, de un atracón.
http://www.youtube.com/watch?v=bTFCwKvlKZo
septiembre 14, 2021 a las 12:32 pm
Lo he visto citado pero nunca lo frecuenté! Tomo su recomendación (intuyo que me sirve para un asunto en marcha).
Francés en exilio alemán es el recorrido inverso del pájaro cantor! ando mucho con ese últimamente // ahora unos «Reisebilder/briefe» que me faltaban; asunto menor… y aún así la libertad, precisión y velocidad Heine es felicidad trascendental!
(último media tw, se viene la roja!)
septiembre 14, 2021 a las 1:07 pm
Sublime. No Heine, ni La Mettrie, ni lo que pueda decir usted ni el mismísimo César en mil años, sino la chica de la tabla. Qué imagen prodigiosa. La vida es terriblemente corta. ¡Y encima es una sola! En fin, me retiro a hacer mis abluciones. Salud.
http://www.youtube.com/watch?v=s3Nr-FoA9Ps
septiembre 15, 2021 a las 4:56 pm
Los diálogos de Yupi con la Novia. Me quedo en el melancólico pero cómodo lugar de espectador. Con ese espíritu voté, si, aunque no se para qué, si el oficialismo se puso a hacer payasadas como esos nenes que gritan “mirenme mirenme” cuando le toca a la prima pianista.
septiembre 15, 2021 a las 10:34 pm
No me hables de la novia. Todos sabemos que los comentaristas de LLP antes de escribir deben cubrirse la cabeza, sea con chambergo, cloche o capelina, máxime si se dirigen a los anfitriones o los miembros históricos de la página. La Novia anarquista lleva muchos comments escritos a cabeza descubierta, como si tal cosa. Esta «énorme usurpation du bonnet”, como la llamaba el querido duque de Saint-Simon, me parece el resumen de una época de total confusión.
http://www.youtube.com/watch?v=A42z1FR9vx8