por Flavia de la Fuente
26 de febrero
Datos del mundo exterior: Temperatura del agua: 23,3 grados. Temperatura del aire: 25 grados. Sol. Viento: NNO 15 km. Olas: 0,4 m. Marea: bajando. Tiempo de natación: 24′
27 de febrero
Datos del mundo exterior: Temperatura del agua: 23,8 grados. Temperatura del aire: 23 grados. Sol y nubes. Viento: NE 25 km. Olas: 0,5 m. Marea: bajando. Tiempo de natación: 22′
Mañana se van casi todos los guardavidas.
Se empieza, lentamente, a terminar el verano.
No sé por qué digo lentamente.
Si me parece que todo ocurre a la velocidad de la luz.
Luz que ya no dura nada.
Los días ya se acortaron.
Y en un mes estaremos sumidos en la oscuridad.
Es así.
Hoy fui a nadar sola.
Q estaba agotado de tanto trabajar.
Hoy era un día especial para ir al vivero.
Yo lo venía planeando hace tiempo.
Sabía que el mar bajaba,
que iba a haber viento Norte,
que el mar estaría templado.
Y soñaba hacerlo con el Osi.
Pero no fue posible.
Hoy se tomo franco.
Cuando el monje está cansado
debe descansar, dice TNH.
Pasé la mañana haciendo mil cosas.
Un poco de ejercicio en la plaza.
Medité.
Y después, me agarró un impulso irrefrenable
de escribirles a algunos amigos para rogarles que empezaran un challenge de Qi Gong.
Escribí varios mails y whatsapp.
Más o menos diciéndoles que era de vida o muerte.
O que al menos así lo siento yo.
No sé si alguno me hará caso.
Pero me saqué la inquietud.
Lo compartí con todos aquellos que creía que lo podían apreciar y que lo necesitaban.
Escribí con vehemencia,
me fui excitando como un chico en un cumpleaños.
Al final, quedé exhausta de tanto predicar.
Así que decidí que, en lugar de hacerlo de a uno,
como me quedaron algunos posibles candidatos en el tintero,
les aviso a todos acá.
El lunes 1 de marzo empieza un challenge de Qi Gong.
Dura apenas 5 días.
Solo hay que anotarse y practicar cada uno de esos días 20 minutos.
Prueben.
No se van a arrepentir.
A Sebas le vendría genial.
Lo tiene que hacer.
Lo va a ayudar seguro.
Yupi, quizás, pero creo que no sintonice esa onda.
A Janfi, tampoco lo veo.
A Estrella le vendría muy bien.
Así tengo el cerebro.
Partido.
Quiero que toda la gente que aprecio practique el Qi Gong.
Se van a sentir tan bien.
Se los juro.
Por Neptuno.
Mi padre.
Él que me guía todos los días en mis travesías por la mar.
Acá tienen una muestra de «Qi Gong: 7 Minutes of Magic (for health)»
así se llama.
Bueno, los que quieran sumarse solo tienen que ir al sitio de Lee Holden y suscribirse.
No hay que poner la tarjeta ni nada.
Solo el nombre y un e-mail.
Y serán felices!
Si alguno se anima,
por favor, cuénteme,
así compartimos la experiencia,
que es mística,
sublime,
no sé cómo explicarles cuánto me cambió la vida.
Yo, entre otras cosas, volví a dormir plácidamente.
Tomo más de la mitad de Xanax,
bajé el betabloqueante a casi nada.
En fin, soy otra.
Confieso que me inquieta estar tan cambiada.
Tengo hambre.
No tengo problemas digestivos.
No sé.
Es algo increíble.
No puedo más que compartirlo.
La mala noticia es que hay que comprometerse.
Es decir, hay que hacerlo.
Y ser constante.
Hay que practicar todos los días.
20 minutos, o 7 minutos,
pero todos los días.
A mí no me cuesta nada.
Lo hago mañana, tarde y noche.
Y haría más.
Es como una droga.
Soy una adicta.
Basta de Qi Gong escrito por hoy.
Vayamos al mar.
————-
Ayer Q estaba agotado porque trabajó demasiado toda la semana.
Íbamos a nadar poquito.
Para que no se canse más todavía.
Pero había una corriente hermosa.
De esas que le gustan al Osi.
Así que le pregunté si no quería ir al Edén.
Solo para darle una alegría.
Y dijo que sí.
Yo estuve mal.
Porque sé que él no se puede resistir a las corrientes poderosas.
Porque que le gusta nadar lejos,
deslizarse rápido, sin esfuerzo,
ver cómo pasan los edificios,
los distintos balnearios.
Así que fuimos hasta el Edén.
Yo nadaba como siempre.
Me sentía tonificada.
Contenta.
Pero el pobre Osi iba muy lento.
Yo no hacía nada de fuerza.
Porque no me quería agotar.
Nadaba normal.
Pero Q seguía siempre atrás.
Lo tenía que ir a buscar.
Era muy raro.
Este año nadamos siempre a la par.
Hasta muchas veces él iba adelante.
Pero ayer no.
Llegamos al Edén.
Yo no sé qué cosa rara tenía,
que me dolían los pies,
me costaba caminar.
Así que fuimos lento un ratito,
y enseguida se me pasó todo.
Caminamos contentos,
comentando las bondades de la natación,
de la vida en la playa.
Nos despedimos de un guardavidas que se va el domingo
y volvimos a casa.
Q quedó con una palma increíble.
El pobre había nadado con sus últimas fuerzas.
Yo, en cambio, estaba llena de energía.
Ni siquiera dormí mi clásica mini siesta.
Estaba serena, llena de vitalidad.
Esperando que llegara la tardecita para hacer Qi Gong.
Creo que lo único que me perturbaba era la invasión de mosquitos.
En cambio, Q tuvo que trabajar toda la tarde.
Y se cansó aun más.
Así que hoy, después de dormir 10 horas,
el Osi decidió tomarse el día libre.
Y yo tuve que ir sola al mar.
Que no me gusta mucho.
En el agua no tengo problema.
Pero no me gusta volver caminando.
Recurrí entonces a la práctica del coraje.
Primero para salir de casa e ir a nadar.
Estaba medio agotada de tanto predicar el Qi Gong.
Esto de los 10 paramis, medio en chiste,
medio en serio, me ayuda a hacer lo que debo hacer.
Me hace la vida más alegre y fácil.
Está bueno.
Es que hoy estaba muy sensible,
de tanto escribirles a los amigos.
Para colmo,
ni bien pisé la playa,
me encontré con una señora de más de 80 años,
a quien no veía desde el año pasado.
Ella se alegró de verme.
Y yo también.
Había imaginado lo peor.
Porque es de esas señoras que van todos los días a la playa.
Lo que pasó es que este año iba a las 7 de la mañana,
por la pandemia,
para que hubiese menos gente.
La vi muy frágil.
Me dijo que no veía nada.
Que se tenía que operar.
Yo estaba feliz de verla viva.
Y ella también de verme bien a mí.
Pero yo no podía dejar de pensar en otra señora,
Rosita, amiga de las dos, a quien tampoco vi este verano.
Rogaba que Rosa no me dijera nada malo.
No hubiese podido soportar una mala noticia.
A Rosita la conozco desde que nací.
Así que, antes de que saliera el tema,
me despedí con el saludo de puños,
y me fui con Toto, nuestro guardavidas,
que es la imagen de la salud y la juventud.
Nada malo le puede pasar a Toto.
Es pura alegría.
Colgué mi mochila del mangrullo,
saludé a Toto,
me quedé un rati conversando, para serenarme.
Le anuncié a Toto:
«Hoy solo doy la vuelta al muelle.
No quiero caminar.»
Y habiendo hecho mi declaración de ruta,
me fui lentamente hasta el Norte del muelle,
muy lentamente, arrastrándome por la orilla del mar.
Me metí al Norte del muelle,
en el balneario de Pablo,
de donde ya sacaron el mangrullo.
Había una corriente tremenda,
como siempre que hay luna llena.
No me quería meter,
ni mojar,
pero poco a poco,
Neptuno me llamó.
Su llamado primero fue tenue.
Pero cada vez lo oía con más claridad.
Y allá fui,
obediente,
como siempre lo fui con mi papá,
bah, casi siempre.
Y me dejé llevar,
mecer por las olas,
respirar,
cantar,
flotar.
Un placer.
Puro placer.
El agua y yo.
En cinco minutos o siete,
estaba frente al mangrullo de Toto.
Era una tristeza nadar tan poco.
Así que ahí también recordé mi parami.
Estamos practicando el coraje.
Debo seguir hasta el Edén.
Nadar al menos 20 minutos.
El agua estaba tibia,
con olas suaves y movidas,
una especie de agradable jacuzzi.
Nadaba y nadaba.
Y no quería salir.
Pero me daba miedo la idea de volver caminando.
A mí me da por ahí.
Pero me puse una meta.
Ir solo hasta el Edén.
Nadando no es nada.
Hubiera seguido media hora más.
Lo que no quería era volver caminando.
Nunca sé cómo me voy a sentir en la Tierra.
Pero sé que puedo sufrir durante un kilómetro,
llegado el caso.
Estoy acostumbrada.
Llegué al Edén y salí del mar.
Interrumpí una actividad muy placentera.
Muy cruel lo mío.
Solo por miedosa.
Shame on me.
Hoy tenía muchas ganas de nadar.
Debería haber seguido.
«No se puede vivir con tanto miedo», pensaba.
Pero salí,
esta vez no lo logré.
Y me dije, «Paso a paso.
Ya irás sola hasta el vivero o hasta Las Toninas.
Hoy la práctica era hasta el Edén.»
Lo más inquietante es que no sé cómo me voy a sentir.
En el agua estaba genial.
¿Pero cómo me sentiré caminando?
Nunca lo sé.
Demasiado misterio.
Qué les puedo decir.
Es muy difícil la vida así.
Salí nadando tranquila.
Hablé con la gente que siempre
me felicita en la orilla,
me miran como si fuera una sirena o algo raro.
Les sonreí,
hablamos de la belleza del agua,
del día hermoso.
Y, finalmente, me puse de pie.
Al parecer andaba todo bien.
Brillaba el sol.
Sombrillas coloridas por todas partes.
Veraneantes felices.
Pero enseguida, me empecé a sentir mareada.
Debe ser una consecuencia del movimiento del mar.
Porque yo no distingo el mundo interno y el mundo externo.
Q siempre me dice eso.
Así que volví mareada hacia lo de Toto.
No sabía si caminar rápido o despacio.
Al final, elegí caminar rápido.
Y de nuevo, recurrí a los súper poderes.
Me concentré en mis pasos,
sentí los pies, los brazos,
canté.
Pensé: «Si puedo cantar, no me debe pasar nada grave».
Miré a la gente y a los nenes jugando.
La playa era una fiesta.
Y poco a poco se me fue pasando todo.
Pero no saben cuánto me alegré cuando estuve de nuevo en mi balneario, con Toto.
De nuevo en la burbuja.
Qué tranquilidad.
Así que quedé un rato con él,
charlando sobre cine y tomando un poco de sol.
Mañana es su último día de trabajo.
Toto se fue a ver algo,
de eso trabajo,
y yo volví temerosa a casa,
de nuevo la caminata.
Pero esta es corta.
Y no tuve problemas.
Saludé a los amigos vendedores
y le toqué el timbre al Osi que me recibió con una sonrisa y con su jazz de todos los días.
Hasta la próxima.
—————-
20 de febrero
Datos del mundo exterior: Temperatura del agua: 23 grados. Temperatura del aire: 20 grados. Sol. Viento: O 23 km. Olas: 0,7 m. Marea: subiendo. Tiempo de natación: 18′
21 de febrero
Datos del mundo exterior: Temperatura del agua: 22.8 grados. Temperatura del aire: 23 grados. Sol. Viento: N 24 km. Olas: 0,6 m. Marea: subiendo. Tiempo de natación: 12′
23 de febrero
Datos del mundo exterior: Temperatura del agua: 22.6 grados. Temperatura del aire: 20 grados. Sol. Viento: SO 12 km. Olas: 0,6 m. Marea: bajando. Tiempo de natación: 18′
24 de febrero
Datos del mundo exterior: Temperatura del agua: 22.6 grados. Temperatura del aire: 20 grados. Sol. Viento: SO 7 km. Olas: 0,6 m. Marea: bajando. Tiempo de natación: 16′
25 de febrero
Datos del mundo exterior: Temperatura del agua: 23 grados. Temperatura del aire: 27 grados. Sol. Viento: NO 17 km. Olas: 0,4 m. Marea: bajando. Tiempo de natación: 19′
febrero 27, 2021 a las 9:02 pm
Ja. Efectivamente, pertenezco a la tribu de Janfi. Entre los provisorios creo que él y yo somos de los que duermen durante un bombardeo. Pero leo puntualmente los diarios. A fin de cuentas la escritura es una especie de Qi Gong.
febrero 28, 2021 a las 9:56 am
Lo imaginaba, Yupi, pero no quería dejar de decirte que te perdías una de las maravillas del mundo. Yo estoy tan triste porque recién lo descubrí ahora. Pero nunca es tarde.
Sí, escribir es un poco Qi Gong, pero cansa. Cuando termino mis diarios necesito hacer Qi Gong para volver a estar fresca y seguir con otra cosa.
Que sigamos durmiendo como bebés!
Besos,
F
febrero 28, 2021 a las 11:43 am
Acá está bien clara la invitación al challenge de Qi Gong:
http://qigo.ng/join-me-qi
No se lo pierdan. Besos a todos y me voy a nadar con el Osi,
F
febrero 28, 2021 a las 10:10 pm
Hago zazen habitualmente, no me parece nada nuevo como para promocionarlo con semejante énfasis, pero bueno, es la experiencia de cada uno. Saludos
marzo 1, 2021 a las 8:14 am
Perdón, Carlos si le molestó el énfasis, que de hecho me dejó exhausta. Es que yo misma no lo puedo creer. Y hay mucha gente que no conoce estas prácticas milenarias que nosotros tenemos la suerte de haber descubierto. Muchos amigos, muy instruidos, jamás habían escuchado hablar del Qi Gong, por ejemplo. O descreen de todas esas cosas raras. Yo misma era escéptica, dada mi formación atea de nacimiento. Pero con los años y las lecturas fui cambiando.
Me dejó muy cansada hacer ese esfuerzo de compartir la rutina de mi vida con la meditación y el Qi Gong. Mejor me hubiera hecho quedarme una hora sentada meditando y no escribir nada. O gozar yo sola de mis ejercicios de Qi gong. Pero, necesité hacer el esfuerzo para practicar la generosidad. Y estoy muy contenta porque logré que algunos amigos queridos se anotaran y hoy comiencen a practicar. Ojalá los ayude a ellos también. Que puedan tener una vida más fácil, con menos sufrimiento, más feliz. Así que mi stress valió la pena. Es parte de la vida.
Bueno, eso. Quería compartir algo que me está haciendo un bien enorme, como hace años comparto la natación en el mar, que es aun más popular. Y también hace años que hablo de mi lento aprendizaje del zen gracias a Thich Nhat Nanh.
Saludos y gracias por el comentario,
Flavia
marzo 3, 2021 a las 8:06 pm
Flavia, querida, hace días que lo estoy practicando! Me gusta, sí, pero me falta constancia; me lo propongo, lo hago cuatro o cinco días seguidos, pero al sexto me distrae lo cotidiano: llevar un chico al colegio, atender el caño roto que inunda mi baño, rastrear las hormigas asesinas, los hijos, las hermanas que caen de visita, los k y sus zancadas de cada día , que me quitan toda esperanza.
Redoblo mi apuesta.
¡Gracias por la inspiración!
marzo 3, 2021 a las 10:05 pm
Vamos, Estrella! Y hacé rutinas de 5 o 7 minutos. Eso siempre se encuentra, aunque sea antes de ir a dormir. O al despertar, antes de desayunar. Nada, son ideas. Estoy totalmente fanática. Yo tengo que parar un poco! Pero no quiero, cada día voy por más.
Besos querida amiga,
F
marzo 3, 2021 a las 10:25 pm
Flavia: gracias por tu tiempo en difundir tu experiencia, por desgracia me siento identificado con Estrella (la «sensualidad de la vida cotidiana» sus tonterías y lo rapido que corre el tiempo me impidieron por el momento arrancar (pero no me olvido) Gracias de nuevo, Omar
marzo 4, 2021 a las 10:01 am
Gracias,Antonio. Acá les dejo a todos, algo que descubría ayer y que lo pueden bajar gratis y tenerlo para siempre, por si alguna vez se deciden. Todavía no lo practiqué, pero como todas las clases de Lee, deben ser espectaculares.
Se llama «Immunity Emergency Kit». Son ejercicios de respiración, para levantar los ánimos, en fin, todo lo que necesitamos. Ojalá que lo disfruten. Este el link.
You can learn more about it and register here: https://qigo.ng/immune-kit-041320
Aunque sea hagan 5 minutos, o lo que puedan!
Yo hago 10 minutos antes de desayunar, para darme coraje para el día (y después mucho más, pero esos 10 minutos me ayudan a empezar el día con calma).
Hay que recordar que soy la hija de Neptuno, que ama el mar, la natación y el ejercicio. No todos tienen el padre que tuve yo.
Besos a todos,
Flavia
marzo 4, 2021 a las 10:28 am
Para los amigos ocupados y que quizás no les venga bien Lee Holden, miren a este monje. Es un ejercicio de 5 minutos que te deja muy bien! Este no me digan que no lo pueden probar, no sean malos.
Es muy divertido y quedás tonificado y contento!
A presto, cari amici!