por Flavia de la Fuente
15 de enero
Datos del mundo exterior: Temperatura del agua: 22 grados. Temperatura del aire: 24 grados. Nubes y lluvia. Viento: S 12 km. Olas: 0,9 m. Marea subiendo. Tiempo de natación: 25′
Noche tormentosa.
Me desperté a las 4,
Solita estaba al lado de mi cama,
los truenos la asustaban.
Me volví a dormir,
por suerte.
A las 8 salí de la cama.
Me desperté bastante sombría.
Ando tristona últimamente.
Me hice un té con galletitas.
Y me quedé haciendo nada.
Al rato apareció el Osi,
que tampoco podía dormir más.
Con sueño todavía, mirábamos por la ventana,
a la gente que hace gimnasia en los juegos de la plaza.
Un día descubrí a una chica que se especializa en glúteos.
Ella le pone alegría a nuestras mañanas.
Para mí es muy cómica.
Es como una caricatura con su culo gigante.
Y para Q, un deleite para sus ojos.
A mí hoy me deprimían un poco los gimnastas.
Recordaba que hace no mucho tiempo,
yo también hacía una rutina de una horita ahí.
Y hoy de solo pensarlo me cansaba.
Me parecía una tarea hercúlea.
Que ya se me había pasado el cuarto de hora.
Ver tanto movimiento me dejaba exhausta.
Como ven, andaba con pensamientos lúgubres.
Me pone muy triste la decadencia física,
aunque sé que es inevitable.
Pero no quiero.
Resistiré.
Espero.
Para mí, el deporte siempre fue la mayor fuente de la felicidad.
Y perder eso es tremendo.
Nada como una buena dosis de endorfinas para pasar un buen día.
Tomamos nuestro desayuno catalán,
pan con tomate y aceite, un kiwi (eso no es catalán) y té.
Y decidimos ir a nadar al cabo de una hora.
Era un día gris, muy oscuro.
Y se anunciaban vientos tremendos para el mediodía.
Así que había que apurarse.
Fui con Solita a explorar la playa.
Y también para mimarla.
Porque acá la tenemos medio abandonada.
Como tiene un jardín,
creemos que ahí se puede divertir sola.
Pero a mí me parece que se siente triste si no la saco.
Así que la llevé a ver el mar.
Está acostumbrada a ir a la playa todos los días.
A cazar churros y a ver qué pasa afuera.
Y a que yo la mime.
La mar estaba serena.
Reinaba la calma.
Y picaban los mosquitos.
El mar se veía suave, gris acero y el cielo oscuro.
Volví con las novedades,
y le recordé a Q que debíamos ir pronto a nadar.
Tardamos un rato largo en salir.
Q siempre tiene que seguir haciendo no sé qué.
Pero finalmente lo logramos.
El Osi estaba muy interesado en nadar hoy.
No lo hacía hace tres días y le dolía todo el cuerpo.
De estar sentado o acostado todo el día.
Trabajando, mirando fútbol o películas y tuiteando.
Creo que ni siquiera salió a la calle.
Así que allí fuimos.
Q sugirió dar la vuelta al muelle.
El mar estaba subiendo.
Así que nos metimos al Sur de espigón.
Queríamos darnos un modesto remojón de 5 minutos.
Era inimaginable, en ese momento,
pensar en las aventuras maravillosas que viviríamos más tarde.
Empezamos a bracear y,
sin darnos cuenta, en nada,
estábamos del otro lado del muelle.
El plan era ir hasta el Hotel Aguila,
pero resulta que llegamos en 6 minutos.
La corriente era realmente fuerte.
Y el plan de nadar 5 había quedado en el olvido.
El agua estaba deliciosa.
Así que decidimos ir hasta el Solmar.
Es la primera vez que lo hacemos este año.
Y espero que lo repitamos con frecuencia.
Aunque es raro llegar tan rápido.
Hoy tardamos apenas 15».
Y no porque nadáramos fuerte.
Neptuno nos remolcaba a toda velocidad.
Era muy divertido.
Me encanta ver cómo van pasando los balnearios,
a toda velocidad,
sin hacer ningún esfuerzo.
No hacía frío.
No había viento.
Lo único inquietante que noté al entrar, fue que a lo lejos,
bien lejos, en el mar estaba lloviendo.
Pero no vi relámpagos ni nada,
así que nos metimos igual.
Pese a la bandera de tormenta eléctrica.
Esa con negra con la calavera.
Pero nosotros ya estamos jugados.
Éramos los únicos humanos en el mar.
Y lo bien que hicimos en meternos igual.
Salimos muy contentos,
Q gritó que había rejuvenecido,
y yo me sentía contenta también.
Emprendimos felices el regreso triunfal a casa.
Con la clásica caminata a paso firme de un kilómetro.
Había una calma sospechosa.
Que nada bueno auguraba.
Un minuto más tarde,
y no sé si antes,
se largó un chaparrón y un agresivo viento del sur.
Que nos golpeaba con las gotas y la arena.
Apretamos el paso.
Caminábamos contra el huracán por el borde del mar.
Eso es pesado.
Yo andaba con traje de neoprene y me puse las antiparras,
pero no veía nada porque estaban empañadas.
Un perrito que andaba por ahí se nos pegó.
Se ve que andaba asustado el pobre.
Y, como yo no veía nada,
me lo pasaba chocándolo.
Caminamos rápido, muy rápido,
enfrentando la tormenta.
Yo temía que cayera granizo y nos rompiera la cabeza.
Pero, por suerte, hay miles de refugios,
las casitas de los guardavidas.
Que cada año son más sólidas,
porque el viento empeora a medida que avanza el siglo XXI.
Cuando nos acercábamos al muelle,
la lluvia empezó a amainar.
Fue muy divertido.
Rejuvenecedor.
Inspirador.
Pensé en mi desazón de la mañana,
y me di cuenta de que yo también podía hacer gimnasia en la placita.
Que esto era mucho más fuerte.
Que éramos dos titanes.
Dos atletas de la tercera edad,
caminando por la playa desierta.
Llegamos a casa exultantes.
Como drogados.
Serenos, alegres y ligeros.
El mar, amigos, es una droga poderosa.
Gabi estaba terminando de desayunar,
y cuando nos vio tan eufóricos, decidió salir corriendo al mar.
Ahora estamos agotados.
Pero nada que una buena siesta no vaya a reparar.
Supongo.
Q escribe.
Yo escribo.
Y en un rato, me pongo de nuevo con el Duolingo.
Ahora se me dio por estudiar portugués.
Y lo hago al menos una hora y media por día.
Quiero ver si todavía puedo aprender.
Me hace bien.
Me divierte y es otro pequeño desafío.
Que también me da endorfinas.
Sin moverme de casa.
Finalmente, pasamos una mañana excepcional.
Hasta la próxima.
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10 de enero
Datos del mundo exterior: Temperatura del agua: 21 grados. Temperatura del aire: 26 grados. Sol y nubes. Viento: NNO 14 km. Olas: 0,4 m. Marea bajando. Tiempo de natación: 24′
11 de enero
Datos del mundo exterior: Temperatura del agua: 22 grados. Temperatura del aire: 23 grados. Sol. Viento: NNE 14 km. Olas: 0,4 m. Marea bajando. Tiempo de natación: 27′
12 de enero
Datos del mundo exterior: Temperatura del agua: 23 grados. Temperatura del aire: 21 grados. Sol y nubes. Viento: SSE 14 km. Olas: 0,4 m. Marea bajando. Tiempo de natación: 25′
14 de enero
Datos del mundo exterior: Temperatura del agua: 23 grados. Temperatura del aire: 26 grados. Sol . Viento: NO 14 km. Olas: 0,4 m. Marea subiendo. Tiempo de natación: 5′
Foto: Gabriela Ventureira
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