por Quintín
No suelo hacer comentarios durante el partido, pero esta vez tuiteé en el entretiempo: «Inglaterra lo podría definir pero lo está regalando». Era tan evidente que si los ingleses continuaban jugando así, aunque iban ganando y Croacia no le creaba mayores peligros, el suicidio futbolístico terminaría de consumarse. Y ocurrió lo evidente, aunque en el fútbol siempre hay lugar para imprevistos.
Croacia venía de dos alargues con penales, especialmente de un partido infernal contra los rusos. Inglaterra, en cambio, de pasear durante tres partidos fáciles, perder un amistoso con Bélgica y ganar por penales contra Colombia, el único que se le había complicado. Era un equipo joven, fresco, que jugaba con cierta soltura y había adquirido confianza aunque sus rivales no lo habían exigido. No tenía un buenos suplentes y confiaba demasiado en la pelota parada gracias a infinitos ensayos, un gran pateador como Trippier (una de las sorpresas del torneo) y tres muy buenos cabeceadores (Maguire, Stones y Kane).
El partido empezó exhibiendo las virtudes inglesas, con el excelente tiro libre de Trippier que abrió el marcador después de un foul que Dele Alli le inventó al árbitro turco. No solamente por la ventaja, Inglaterra lucía mucho mejor: más fluido, más capaz de tocar en el medio y provocar desequilibrio, más incisivo en cada pelota lanzada al vacío para Sterling. Croacia no sabe de esas cosas. Sus jugadores tienen oficio, resistencia y velocidad, pero no le hablen de eso de jugar a un toque ni de buscar otro recurso que su monocorde, eterna manera de atacar: la búsqueda de un espacio en las bandas para tirar un centro con ventaja para los delanteros. El centro podía venir de los laterales Vrsaljko o Strinic (que integran el dúo de guitarras Los Reyes de las Consonante), de Rebic o de Perisic y la conexión por parte de ellos mismos cuando el otro centraba o de Mandzukic, veterano delantero que busca muy bien los espacios.
Pero Croacia tiene a Modric, e Inglaterra, como se pudo comprobar, no tiene a alguien que sepa cómo se maneja un partido (ni siquiera tiene a alguien que sepa de qué se trata ese asunto). Vimos a Modric hacerle un gol espectacular a la Argentina, pero su principal virtud no es el gol ocasional, sino una capacidad que parece haber desaparecido del fútbol: la de pedir la pelota y moverla dándole la mejor dirección, buscando siempre a un compañero con seguridad pero también con instinto atacante. El juego de Modric evita el pase lateral y anodino, pero también esas pelotas perdidas por ser más coloridas que efectivas (en eso, los ingleses demostraron ser especialistas). En todo el torneo, pero con creciente protagonismo, Modric hizo jugar a Croacia, le dio ritmo, confianza y constancia en el ataque, especialmente cuando iba perdiendo (le pasó tres veces seguidas), que suele ser la fase del partido en la que los jugadores débiles (no tanto de carácter como por no saber a qué juegan) desaparecen o se equivocan seguido. Modric tiene la música del fútbol en la cabeza y es la indudable figura de Rusia 2018.
No hay mucho que hablar del partido en sí. Inglaterra empezó ganando contra un rival debilitado, al que le podría haber hecho más goles si se defendía con la pelota y lo atacaba en serio pero, en cambio, recurrió a un mecanismo tan absurdo que daba risa: pasársela todo el tiempo atrás al arquero Pickford para que este la tirara y que Croacia la recuperara para empezar un nuevo ataque. Pickford le pega fuerte y lejos pero, ante la previsibilidad de la jugada, los croatas lo presionaban y, apurado, sacaba cada vez peor y con la derecha, su pierna menos hábil.
Al principio, Croacia no sabía muy bien qué hacer, salvo lo de siempre. Pero las triangulaciones por las bandas no funcionaban y los centros eran fáciles para la defensa inglesa. Pero tanto regaló la pelota Inglaterra, esperanzada en un contragolpe cada vez más utópico que partiera de los pies de Pickford, que Croacia agarró confianza, que es lo que ocurre cuando no hay que cuidarse de los rivales. Así se llegó al medio tiempo, cuando predije lo que iba a pasar porque era fácil.
Y pasó. Porque Inglaterra era cada vez más flojo, nadie la conducía (Henderson, muy elogiado por la prensa contra Suecia, tuvo un mal partido) y los demás son muy jóvenes. Se aferraron al libreto que el entrenador Southgate preparó cuidadosamente en un pizarrón que se había borrado. Fue como si los ingleses se hubieran encontrado de pronto con que sus recursos eran buenos contra equipos de juguete (hubo varios en Rusia) pero no contra Modric y sus hambrientos croatas que, aun limitados como son, habían hecho el camino inverso: de ver qué pasaba en el Mundial a sentir que estaba para ellos.
Frente a la defección inglesa, los croatas empezaron a ganar todas las divididas (anoté eso a los 64 minutos, pero ya venía ocurriendo de modo cada vez más notorio), se sintieron más confiados, más sólidos y menos cansados que al principio, mientras Modric seguía fogoneando al equipo desde atrás o incursionando por la derecha. Desde allí, a los 67, Consonante Vrsaljko metió con gran comba el enésimo centro y Pericic, el fuerte, ágil, potente y sin puntería Pericic, se anticipó con la pierna en alto pero limpiamente a la cabeza de Walker y empató (los que piden foul, vayan a llorar a la Catedral de San Pablo).
Cuatro minutos más tarde, Pericic debió liquidarlo pero el tiro dio en el palo y así se fueron al alargue sin que el pícaro técnico croata Dalic hiciera ningún cambio porque su equipo funcionaba a la perfección, mientras Inglaterra buscaba en el banco lo que no tenía. Que Pericic bajara de cabeza una pelota para que Mandzukic concretara el segundo gol solo sorprendió a la defensa inglesa, cuyos integrantes se chocaban entre sí a esa altura.
Después Trippier se fue lesionado cuando Southgate había hecho cuatro cambios inútiles y Croacia llegó a la final muy merecidamente. Confieso que me costó varios partidos darle crédito a este equipo, aunque supongo que Modric hizo buena parte de la diferencia, porque está por arriba de cualquier otro jugador que haya participado en este Mundial.
julio 11, 2018 a las 8:31 pm
Tal cual. Ahora, Sadic jugó con fuego al no hacer los cambios porque los croatas no podían más. En el alargue pensé que Modric se desmayaría en la cancha del agotamiento. En el segundo gol Mandzukic le pegó con lo último que le quedaba. Gran partido de Vrzaljko. Me alegré por Modric y me dio lástima por los chicos de Inglaterra. Qué verdes están. Tuvieron el partido como para liquidarlo en el primer tiempo, pero les pesó el miedo a ganar y la falta de confianza de puro pibes nomás. De hecho fue un partido de niños contra adultos. No importa, tendrán muchas oportunidades para reivindicarse. El sábado sin ir más lejos.
http://www.youtube.com/watch?v=TQ-s0m5BMrg
julio 11, 2018 a las 8:42 pm
Inglaterra-Francia sonaba más marketinero pero es evidente que este tierno equipo inglés no iba a dar la talla contra los legionarios de Kanté. Espero que los Chacales de Zagreb lleguen con resto físico para la última batalla.
julio 11, 2018 a las 9:12 pm
Claro como el agua. Descripcion perfecta de una derrota anunciada. Los croatas son especialistas en explotar errores tontos, con mucha conviccion. Estan en la final los dos que Le ganaron a nuestra caotica seleccion.
julio 11, 2018 a las 9:50 pm
Simple, con Modric ganaba Inglaterra. Hay un tema de juventud en este equipo inglés pero también por la forma de jugar que tienen los ingleses, no creo que alguna vez tengan un mediocampo que tenga la pelota.
Me encantó Vrsaljko, hoy se jugó todo.
Y Francia les gana cómodo.
julio 11, 2018 a las 9:57 pm
Modric es el cerebro de Riquelme encerrado en el cuerpo de Cruyff.
julio 11, 2018 a las 11:32 pm
Ariel: Cruyff era alto, flaco y con una gambeta larga fantástica. No se en que se parece a Modric, que por otra parte es muy superior a Riquelme. Más dinámico, incisivo y, por lo visto contra Rusia (hoy estuvo más quieto) con una capacidad adaptativa pocas veces vista. Puede jugar de enganche, volante central, lateral o wing izquierdo. Un monstruo del fútbol mundial.
julio 11, 2018 a las 11:39 pm
No sé si conocés la casa, pero acá no se habla mal de Riquelme. Eso quiere decir que no hay nadie superior a Riquelme. Estás advertido.
Q
julio 12, 2018 a las 12:23 am
Jaja, Modric mejor que Riquelme. Buen chiste.
julio 12, 2018 a las 12:49 am
Siguen midiendo los equipos con anticuadas visiones caudillescas.
Les advierto que la década de los 80 terminó. Las «figuras» de este mundial son unas en un partidos, y otras en otro. No descubriremos nada nuevo sobre la plusvalía de Modric. No sé si es el mejor jugador del campeonato y tampoco me interesa definirlo.
Basta del culto a los «héroes». Hoy los equipos laburan con sacrificio. Difícilmente veamos a un Maradona estrella. Ni siquiera a un Zico, Platini, o aquel deslumbrante mediocampo francés del 86.
Si nos gusta más o menos que antes es harina de otro costal.
Yo sí quiero que gane Francia. Pienso que el fútbol se ha democratizado admirablemente (para bien o mal, depende de cada visión) pero sigo pensando que los méritos de Francia son mayores que los de Croacia. Lo único que nos puede unir a ellos es algo sentimental, inexplicable… y Modric.
El que ama a Riuquelme es Hazard. Y no estará en la final.
Francia, y eso que Deschamps no es santo de mi devoción, es el que ha ganado los partidos en los 90. El que ha jugado una final de Eurocopa, haciendo algo más que Portugal, y una semifinal de Copa Confederaciones.
Digo: la meritocracia no es un bien apetecible? No han hecho más méritos estos cuatro años que un equipo con entrañables jugadores (también lo era Islandia) pero que rajó al técnico que tenía y tiene menos de un año de trabajo con su jugadores? Algunos ya muy mayores?
Cada quien eligirá lo que le plazca. Yo voy por quien ha trabajado más y mejor. La figura es el equipo. No ha sido una mundial de figuras rutilantes desde el 2002. Algo debe estar cambiando. Y nos negamos a verlo.
julio 12, 2018 a las 10:05 am
¿Por qué Modric funciona en el Madrid y en su selección con un técnico que ha trabajado con ella sólo un año, y con Messi, nuestro estimado, no se le encuentra la vuelta? El técnico croata parece un oficinista cansado de un Banco de provincias que viene de tomarse unas cervezas, en cambio nosotros, que resistimos a aceptar la brutal decadencia en la que estamos y que es imprescindible en cualquier análisis, tenemos un gordito saltador y tatuado que emerge como flor de fango de esa pútrida institución, la AFA. ¿Tendrá esto algo que ver con la diferencia Modric/Messi? Habrá, sin dudas, muchas otras razones (las camarillas, viejos y nuevos, factores políticos, etc.), pero Sampaoli/Tapia configuran un dúo que pertenece a la mejor tradición mafiosa y decadente de lo que, en gran parte, somos. Y así nos va.
En cuanto a la final, me gustaría que los croatas ganaran, y no por méritos futbolísticos, puesto que son inferiores, sino por el modo en que festejan los goles. No puedo borrarme de la cabeza al gordo culo de Umtiti balanceándose al modo bahiano torpe después de marcar a Bélgica. Adónde hemos ido a parar.
julio 12, 2018 a las 10:26 am
Coincido con Hugo Abbati: este mismo plantel argentino (donde faltaron varios y otros fueron y no jugaron) con por ejemplo un Sabella en el banco hubiese jugado mejor. O al menos planteado mejor los partidos, lo de Sampaoli fue desastroso.
Obvio que hay que tener un equipo, pero en todo equipo hay una o varias figuras, Croacia juega, se sacrifica y tiene a Modric, Francia es un equipo compacto con figuras como Griezmann y Mbappé.
El mejor equipo para mí es Brasil, y tienen a un Neymar como gran figura, y después a Marcelo, Countinho y varios más.
julio 12, 2018 a las 10:28 am
Abbati. No se ponga nervioso que le sale el herpes en el labio. Yo sé que usted está disgustado porque nunca lo convocaron a la selección, ni en el 58, ni en el 62, ni el Toto Lorenzo en el 66. ¡Pero ya pasó! Los tiempos cambiaron. Ahora estamos todos con Susana Giménez. Le confieso algo. Mandzukic con 32 años y Modric con casi 33 jugaron tres alargues seguidos al máximo. Tengo verdadero terror de que el domingo los troncos de Francia los pasen por arriba pero literalmente, que los salten como si fueran vallas, o quizá buzones.
julio 12, 2018 a las 11:58 am
Espectacular esta foto. Para celebrar el gol, Modric en vez de abrazarlo se sube a upa de Mandzukic.
https://sportske.jutarnji.hr/rusija2018/vijesti/cudesni-kapetan-modric-objasnio-po-cemu-je-ova-hrvatska-jedinstvena-jedna-stvar-je-specificna-otkad-sam-u-reprezentaciji-tako-nesto-nisam-vidio/7596843/
julio 12, 2018 a las 4:02 pm
La foto es del final.
julio 12, 2018 a las 8:21 pm
“El secreto del Milan es que su fútbol lo elabora la defensa”, dijo Cruyff mientras todos mirábamos a Gullit y Van Basten. Claro que en aquella defensa jugaban Baresi y Maldini y en la de Francia juegan Varane y Umtiti, que son buenos defensores, pero, como dice Jorge Sánz, no es lo mismo. En Croacia y en el Mundial esa función estratégica la cumple Modric solo. Oficia de líbero, de centrojás y de diez. Muchas veces baja a recibir atrás, casi pegado a sus centrales, para tener la cancha de frente y ver cómo están parados los equipos. Durante todo el partido está pendiente de la posición de los jugadores. Hay que ser bueno en el sentido más riquelmeano para tener la cancha en la cabeza y detectar agujeros sobre la marcha en campo propio y ajeno. Por eso espero que le den el trofeo al mejor jugador. En el fútbol ya no quedan wines, cerebros organizadores, líberos ni bigotes. En breve quizá también se prescinda de los que sepan jugar a la pelota como de algo vetusto. Que le den el premio a Modric entonces, aunque sea como ejercicio de nostalgia anticipada.