Colombia (1) – Senegal (0)

por Quintín

Aunque la primera fecha parecía indicar lo contrario, los sudamericanos pasaron de ronda y los cinco africanos quedaron afuera. Hoy le tocó al mejor de ellos, Senegal, por lo menos en cuanto a calidad individual de los jugadores. Me refiero tanto a la técnica como a la aptitud física a la que, en este torneo, le habían incorporado el cuidado táctico. Pero lo que no cambió en Senegal es su falta de precisión, casi de atención, a la hora de definir y la debilidad anímica para remontar los partidos cuando le son adversos. Pero mientras estuvieron entonados, los senegaleses ganaban todas las pelotas divididas, demostrando ser, en general más fuertes, más hábiles y más atléticos que los colombianos (en el departamento atlético ha que excluir, claro, a sus jóvenes y fulgurantes centrales).

Senegal sigue sin entender lo que Colombia entendió hace rato, después de ser un equipo con tendencia a hacer senegaladas: subestimar al rival, no luchar en la adversidad y suponer que los partidos se ganan solo con la técnica. Más bien hay que decir que Colombia se pasó para el otro lado y está ganando partidos sin la técnica y que le bastan el oficio, la concentración y el oportunismo. El de hoy fue un excelente ejemplo, aunque fue un partido atípico por la simultaneidad con el que jugaban Polonia y Japón.

Si Polonia no ganaba, Colombia se quedaba afuera con el empate. Pero no salió a desbordar a los senegaleses, sino más bien a cuidarse de que no lo contraatacaran. A una producción muy árida de Colombia en ataque se sumó el malestar de James, al que no sé si llamar lesión. No le pasaba nada ostensible, pero algo le pasaba y apenas tocaba la pelota. Duró en la cancha media hora, cuando lo reemplazó Muriel, un delantero. Senegal jugaba confiado, neutralizaba a Colombia sin dificultades y, a pesar de las precauciones del rival, armaba alguna jugada de peligro, como la que a los 16 terminó en un quite providencial de Davinson Sánchez a Mané que el árbitro serbio juzgó erróneamente como penal. El VAR le permitió rectificarse y lo hizo (las cosas parecen haberse encarrilado en ese sentido).

Poco después después de la salida de James, en una detención del juego, Quintero corrió ochenta metros para acercarse al banco y hablar con Pekereman. Era obvio que no encontraba la manera de que Colombia pudiera sacar la pelota limpiamente y jugar con alguna fluidez. Y, además, Colombia tiene la tendencia a cometer fouls tácticos cada vez que el contrario tiene una pelota dominada en el medio. El sistema de doble volante de recuperación (aunque Carlos sánchez jugó un gran partido y el otro día lo hizo Barrios) le agrega dificultad a la salida: la pelota rara vez se recupera limpiamente y así, con Cuadrado sin inspiración y los laterales y volantes sin imaginación, Colombia abusó del pelotazo como única estrategia para progresar. Cuando la tenía Quintero, nadie se desmarcaba para el posible pase.

Senegal terminó el primer tiempo muy tranquilo. Los colombianos seguramente estaban nerviosos, porque los resultados lo dejaban afuera. A los cinco minutos, anoté una incidencia importante: Muriel recibió la pelota, gambeteó a un rival y se fue relativamente libre hacia el área rival donde la terminó perdiendo. Pero era la primera gambeta exiotosa y la primera vez que un ataque de Colombia tenía algo de promisorio. A los quince minutos llegó la noticia del gol de Polonia, lo que clasificaba a Senegal por puntos y a Colombia por diferencia de gol. Para Colombia fue una bendición, porque se empezó a soltar un poco y a ganar algunas divididas. Para Senegal fue un desastre: empezó a hacer tiempo ostensiblemente y también pareció creer que lo lógico en esas circunstancias era un pacto de caballeros para sellar el cero a cero. Así que se desentendió del ataque y casi del partido, mientras los colombianos hacían su trabajo un poco más adelante en el campo.

Hasta que, a los 28, Quintero tiró un corner cerrado y Yerry Mina (que arrancó como suplente) convirtió su segundo gol del torneo mediante un cabezazo espectacular. De ese modo, Japón pasaba por fair play ya que tenía tres tarjetas amarillas contra seis de Senegal. La regla parecía pensada para favorecer a Japón. Senegal se estaba yendo y decidió atacar. Por supuesto, tuvo un par de situaciones (Ospina sigue jugando un gran torneo) pero estaba claro que no iba a convertir ninguna.

Otra instancia rara de este mundial raro, que nos obliga a repensar varias cuestiones del fútbol. Trataremos de hacerlo en próximas crónicas. Pero hay cosas que no cambian o que empeoran. La impotencia de los equipos africanos es una de ellas. La semejanza entre Colombia y Uruguay es otra. Solo que en Colombia todavía creen que se puede jugar al fútbol con un enganche.

9 respuestas to “Colombia (1) – Senegal (0)”

  1. alejobostero Says:

    Me parece que lo de Cuadrado se debió a que el DT senegalés le puso dos tipos en ese costado y prácticamente lo anuló. Ahora, no es medio raro que una figura internacional como Cuadrado sólo pueda jugar por la derecha? Por qué nunca un cambio de punta para mover la defensa contraria y de paso oxigenar la frustración del jugador?

  2. EE Says:

    Excelente crónica! Clasificaron todos los sudamericanos menos Perú, que lo hubiese merecido.

  3. AR Says:

    Un comentario menor: Perú no pasó de ronda (por lo tanto no lo hicieron los cinco sudamericanos).

  4. Yupi Says:

    De algún modo Senegal se eliminó a sí misma. Por el pacto de caballeros mal interpretado que señalás, pero sobre todo por no atacar de entrada. Se va el equipo más potente del Mundial. Ganaron todas las divididas, todos los choques y todos los cabezazos salvo el precioso, perfecto de Mina, que la liquidó.

  5. lalectoraprovisoria Says:

    Gracias por la corrección. Me olvidé de Perú, que también pudo haber pasado.

    Q

  6. Beastie Bob Says:

    Coincido con Yupi, que explica muy bien por qué se va Senegal. Adiós a mi predicción de que iban a llegar más allá de octavos, adiós a mi «candidato». Al final amarretearon como los europeos y terminaron pagando el precio. Otro habría sido el cantar si hubiesen puesto desde el inicio el «entusiasmo» que pusieron durante diez minutos después del gol de Colombia. Hoy los ingleses hicieron lo mismo, tenían menos ganas de hacer un gol que los relatores de la TV Pública de vivir.

  7. Yupi Says:

    Quintín, ¿vos sabés cómo es esto? ¿El VAR sólo interviene en casos de error clamoroso? Leo en El País sobre el penal cobrado a favor de Senegal y anulado: «Por lo dicho por los estamentos judiciales de la FIFA, el VAR no hubiera tenido que intervenir, dado que la percepción del colegiado no pudo ser tachada de “error clamoroso”. Pero como el asunto del videoarbitraje aún es algo liante, el hombre consultó las cámaras y rectificó».

  8. lalectoraprovisoria Says:

    Eso del «error clamoroso» es muy vago. Pero creo que un penal mal cobrado, en el que el defensor saca limpiamente la pelota, justifica la intervención del VAR para que le diga al árbitro: «Che, me parece que te equivocaste feo, mirala de nuevo».

    Q

  9. Yupi Says:

    Así parece, y eso produce un juego de poder entre el árbitro y los del VAR. Si el árbitro es muy orgulloso, como el engominado del otro día (creo que es colombiano justamente), tenderá a mantenerse en sus trece. Estaba pensando que con el VAR quizá no le habríamos ganado a los ingleses en el 86 y los ingleses tal vez no habrían ganado el Mundial en el 66.
    http://www.youtube.com/watch?v=Tqh_RLQHn2c

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