Euro 2016 (10)

Italia (2) – Bélgica (0)

por Quintín

Qué gran partido de Italia. Qué enorme partido de Italia. Fue una lección de táctica, de carácter y de precisión la que le dio a Bélgica. Desde el mundial anterior que Bélgica llega como candidato a partir de un grupo de jugadores con talento y capacidad de gol, pero ya en Brasil Bélgica decepcionó. Es que Bélgica no juega a nada, no tiene un funcionamiento al que recurrir y se limita a parar a sus jugadores en algún lugar del campo y a intentar jugadas aisladas, generalmente individuales, confiando en que le sirvan para desequilibrar. Eso puede ocurrir eventualmente y suele ocurrir en los partidos de eliminatorias donde los rivales son débiles. Pero en los torneos en serio, contra equipos que sí saben a qué juegan, eso es más difícil. Y hoy Italia sabía muy bien a qué jugaba, aunque sus titulares tuvieran mucho menos cartel que los belgas.

Italia tiene una tradición inalterable, que es la de apoyarse en la defensa. Y es lógico, porque los defensores italianos son los mejores del mundo. A veces, a partir de allí intenta algo más ambicioso, otras se queda en la mezquindad. Los italianos saben cómo jugar torneos. Para ellos se trata de pasar la etapa de grupos de cualquier manera, cohesionar al equipo y llegar al final con más fuerza que al principio. Pero hoy arrancaron con una solidez llamativa. El sistema de Antonio Conte no es ni lírico ni roñoso, está entre los extremos y es muy balanceado. No tiene jugadores rutilantes en todos los puestos. Uno adivina que algunos están cubiertos por jugadores que normalmente serían suplentes o que ya son muy veteranos. Pero hoy rindieron como si fueran todos las más grandes estrellas. Por supuesto, era esperable del arquero Buffon (38 años) y de los tres centrales, Chiellini, Bonucci, Barzagli (31, 29, 35). No era tan claro para el resto, que juegan en sus equipos locales pero rara vez se escucha hablar de ellos fuera de Italia. De los que conozco, nadie cree que Graziano Pellè, del Southampton (30) sea un delantero genial ni que Darmian, del Manchester United, sea un lateral extraordinario. Ni Giaccherini (31, Bologna), ni Parolo (31, Lazio), ni Eder (Inter, 29) vienen precedidos de una gran fama. Incluso De Rossi (Roma, 32), uno de los conocidos, no está en su mejor forma. Dejo para el final a un jugador que había visto (no me acuerdo dónde) y me impresionó mucho: Candreva (29, Lazio), que tampoco es tan famoso y que teóricamente es lateral volante, pero hoy fue el ariete imparable del ataque italiano.

Italia jugó con tres centrales, dos laterales (uno de ellos atacaba), tres volantes más bien retrasados (Parolo, De Rossi, Giaccherini) y dos puntas, Pellè y Eder. Desde luego Italia jugó al contragolpe, pero no regaló nunca la pelota, la administró con precisión y velocidad y practicó un interesante cambio de puestos en ataque. Del otro lado, Bélgica puso cuatro en el fondo, le dio la conducción del medio a tres jugadores entre embarullados e imprecisos como Fellaini, Witsel y Nainggolan (de Fellaini estoy seguro, a los otros debería verlos de nuevo), clavó a De Bruyne en la derecha, a Hazard en la izquierda y dejó a Lukaku de punta. Pero ocurre que Hazard no está en un buen momento, De Bruyne no jugó un buen partido, Lulaku no es tan bueno como dice la prensa y los volantes no tienen la creatividad para superar esas deficiencias. De ese modo, la defensa italiana dominó el área, salió con seguridad, llegó rápido al campo contrario y le produjo una verdadera pesadilla a la defensa belga, a la que sorprendió de varias maneras.

Por ejemplo, con las subidas de Candreva, que enloqueció a Vertonghen. Por ejemplo, con el extraordinario primer gol a los 30′, que con los jugadores acomodados, nació de un fabuloso pelotazo vertical de Bonucci desde su propio campo (estilo Pirlo) que Giaccherini fue a buscar al área, mató con la zurda y definió con la derecha. Una exhibición de técnica por parte de ambos. No fue el único pase largo de Bonucci, no fue la única situación de gol para Italia (Courtois tapó varias muy difíciles), no fue la única vez en que los defensores belgas llegaban tarde y quedaban desairados. Por el otro lado, aun antes de que se abriera el marcador, los belgas se cansaban de empujar pero chocaron, se equivocaron y se desconectaron entre sí. Dije que De Bruyne tuvo una mala tarde: perdió muchísimas pelotas. Aun así, fue el único que acertó dos veces. Una cuando habilitó a Lukaku en un contragolpe y Lukaku la tiró por arriba. Otra cuando puso un pase como el de Iniesta más temprano y Origi la cabeceó afuera. Porque Origi había entrado por Lukaku. Como en el mundial, el técnico Wilmots, de inmerecida fama, no ha logrado que su equipo tenga una estructura ni que los titulares se tengan confianza. Cuando uno erra un gol, entra otro, y otro y así hasta que todos demuestran inseguridad y se marean en el desconcierto.

En eso estaban los belgas, cuando Italia ejecutó otro contragolpe magistral. Immobile habilitó a Candreva y Candreva le dio un pase bombeado a Pellè que lo fusiló a Courtois. Los equipos grandes, Alemania, España, Italia, son los que juegan a lo suyo. Los demás, y el caso belga es patente, se debaten para dejar de ser rejuntados.

Foto: Gabriela Ventureira