El cine aún funciona

Publicada en Perfil el 3/2/13

por Quintín

Después de 14 ediciones en el Abasto, el Bafici se muda a la Recoleta. No sé si el cambio resultará positivo, pero el otro día me tocó ir a la vieja sede y sentí una justificada nostalgia: si se suman los días, resulta que pasé casi un año de mi vida en ese centro comercial. Después comprobé que la nostalgia suele olvidar los malos momentos: fue cuando tuve que sacar una entrada en la boletería del Hoyts. Era un miércoles a las cuatro de la tarde y había poca gente, pero hice cuarenta minutos de cola. Durante esa espera y con la angustia de no saber si llegaría a tiempo a la película (llegué cinco minutos tarde) provocada por la falta de empleados en la boletería, me pregunté dos cosas: cómo era posible que el público fuera tan aborregado como para no protestar por ese abuso y permitir que la empresa dispusiera del tiempo ajeno de ese modo. Pero también recordé que durante los catorce años de Bafici, muchas veces tuve ganas de trompear a algún gerente del Hoyts. Los cines cambiaron de dueño, pero su personal estuvo siempre entrenado para ser autoritario, maleducado y sordo a los reclamos. No sé cómo resultará el Village Recoleta en ese sentido (no tengo grandes esperanzas) y solo espero que no funcione como otro cuartel.

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Y ahora viene la parte optimista de esta nota. Cada tanto me toca ir a Buenos Aires y aprovecho para ver algunas películas. Los tuiteros más confiables me habían recomendado dos americanas de género: La Cabaña del terror y Jack Reacher. Contra mi hábito de contradecir las recomendaciones de los amigos, la pasé muy bien las dos veces. Una es de terror y la otra un policial de acción; tienen en común el humor, la inteligencia y la dedicación que uno le supone a los profesionales de Hollywood pero que tantas veces está ausente. La cabaña es una metapelícula que reutiliza todos los elementos del género, desde los dioses de Lovecraft hasta los espejos de Carpenter (y decenas de citas que no pude identificar) pero tiene una metáfora muy poderosa en el centro a la que hace honor: la sociedad es una máquina fascista en la que las corporaciones le extraen la sangre a los jóvenes hasta asesinarlos o convertirlos en esclavos. La cabaña muestra, por otra parte, que el cine de terror funciona simultáneamente como advertencia de ese peligro y como ritual de su confirmación, como parábola del totalitarismo y como refugio conservador frente a la encarnación del mal.

El material de Jack Reacher no es tampoco autónomo. La película es la adaptación de una novela de Lee Child quien —conviene señalarlo— creó un personaje extraordinario en el acotado universo de la novela de acción. Reacher es un solitario absoluto y violento, que evita todo compromiso y vaga por el mundo como un fantasma haciendo justicia. Reacher es una ilusión omnipotente, una especie de Batman sin adornos, una expresión del hartazgo con una sociedad cuyas instituciones no puede contener el mal y frecuentemente lo representan. Pero la película es otra cosa: el opaco Reacher, sus siniestros villanos, su anarquismo de derecha, sus desolados paisajes funcionan bien en las novelas porque la literatura es oscura. Pero el cine es un medio luminoso: el director Christopher McQarrie filma con enorme placer la ciudad de Pittsburg, los autos, los dólares, la belleza madura de Rosamund Pike, las irónicas apariciones de Robert Duvall y de Werner Herzog y logra que Tom Cruise sea una encarnación de Reacher ligera, en clave de comedia. En la boletería te torturan, los multicines apestan, pero la maquinaria del cine popular sigue funcionando muy bien en ocasiones.

Foto: Flavia de la Fuente

14 respuestas to “El cine aún funciona”

  1. Noriega Says:

    Dos veces firmé el libro de quejas del Hoyts por ese motivo: por supuesto fue un gesto perfectamente inútil. Tradicionalmente, el Village tiene mejor servicio. Vamos a ver qué pasa en el Bafici.

  2. lalectoraprovisoria Says:

    El otro día, en un momento, una de las dos empleadas que atendía la cola habló con el supervisor y se estaba por ir. Yo empecé a gritar y logré evitar que se raje. Cuando llegué a la boletería, le digo a la empleada que estaba por llegar tarde y me contestó «No me apure, si quiere puede pedir el libro de quejas». Son tremendos.

    Q

  3. Noriega Says:

    Ponen dos personas en boleterías y una para controlar las entradas en el primer piso: con tres empleados manejan 12 salas. Pijoteros.

  4. JC Says:

    También está muy bien The last stand, el regreso de Arnold con un director coreano, una mezcla de Río bravo con el cine de acción de los 80 y 90. Lamentablemente ninguna de las tres ha funcionado muy bien en taquilla.

  5. Luis Says:

    En los Village, como en los cinemark te tratan como en los Mac Donald,con esa clase de amabilidad,de personal de aerolínea,agradables.A favor de los village sobre los cinemark: En los cinemark nadie impide que se formen larguísimas colas en boletería y tengan que aguantar con amabilidad los reclamos. En los village siempre hay mas boleterías funcionando y no viví esas experiencias.

  6. hilario ascasubi Says:

    en el cinemark caballito, además de hacerte esperar en la boletería, el hall donde está la misma carece de aire acondicionado, con lo cual en días de calor y antes de entrar a la frescura de la sala se transpira más que los negros de Django sin cadenas…

    por lo menos eso no ocurre en el village caballito, ahí sí tienen aire

  7. Larsen Says:

    Lo que dice JC (que estas dos películas no tuvieron exito) apuntan a algo que quería decir sobre esta nota: la primera parte, la pesimista, es cierta; la segunda parte («la maquinaria del cine popular sigue funcionando muy bien en ocasiones») creo que no lo es, al menos en estas dos «ocasiones». Digamos que nuestro deseo es que películas como estas (aunque The cabin no me gustó) sean «el cine popular», pero ya no lo son más, son casi cine para élites, lamentablemente.
    Otra cosa: el traslado del Abasto al Village aleja el Bafici de mucha gente, sobre todo la del oeste (Flores, Floresta, Mataderos). Recoleta es inaccesible desde esas zonas; en el Abasto el acceso era más fácil, pese al mal trato. No me parece una buena decisión.
    Saludos,
    L.

  8. Gerónimo Elortegui Says:

    Todas esas conclusiones de gente que van muy de vez en cuando al Hoyts contrastan con mi experiencia personal llendo una (a veces dos) veces por mes al mismo complejo. Se te atiende automáticamente -o sea estilo McDonalds como dicen arriba- pero nunca se me ha demorado la entrada a una película ni tampoco me han tratado de forma castrense (apenas si habré visto sacar a una persona de la escalera, donde no hay permiso para estar en ningún cine, algunos hasta te sacan en el hall). Por otro lado cambiar media cuadra de espacio en un lugar por un cuarto de otra y un sótano no me parece un gran negocio ni algo para regocijarse aunque sea en Recoleta.

    Igual está bueno seguir hablando porque sí y tocando de oído como hacen varios de los que visitan LLP. Continúen. Saludos.

  9. Larsen Says:

    Gerónimo Elortegui:
    Ojalá puedas seguir «llendo» en esas condiciones. Más de «una veces» yo fui con más de una hora de anticipación y no pude entrar, a pesar de que quedaban entradas, o entré a las apuradas.

  10. lalectoraprovisoria Says:

    Lo de Elortegui es lisa y llanamente una falsedad. Hay cientos de testimonios sobre las colas absurdas para sacar entradas en el Hoyts.

    Q

  11. Gerónimo Elortegui Says:

    Larsen: Sí, no te niego que hay que ir con anticipación o, lo que deberías tratar de hacer, reservar por internet (no tenés necesidad de pagar las entradas), es el complejo que más gente lleva en Bs. As., creo.

    Q: Quiero ver los cientos de testimonios sobre el caso. Claramente por lo que insinuás del lugar más arriba se debe parecer bastante a la lista de Schindler…

  12. lalectoraprovisoria Says:

    Elortegui. Sos genial. Por un lado decís que no hay cola. Por el otro, que hay que ir con anticipación o sacar las entradas por internet.

    Q

  13. Gerónimo Elortegui Says:

    Nunca dije que no hubiese cola. Sí dije que se te atiende automáticamente -en el sentido autómata de la palabra por eso me referí al MacDonald’s- y también que nunca había entrado tarde a una película por culpa de los de la boletería.

  14. Johny Malone Says:

    Vi Jack Reacher y me gustó. Eso que quería pegarle al viejo Tom, pero hace tres películas que no puedo. Cruise crece mucho cuando no juega a hacer un actor serio, en busca de reconocimiento y algún premio. Me hace acordar a Roger Moore cuando hacía de James Bond, o Arnold en Mentiras verdaderas o El último gran héroe. El cine de acción, cuando no tiene humor, pierde su sentido de aventura y descaro, y se convierte en los bodrios que suele hacer el pesado y triste de Jason Stantham. Q, me gusta tu breve pero contundente comentario sobre Lee Child. Es muy cierto lo de la oscuridad de la literatura. Es que la libertad necesita de las sombras, y ahí aparece esa vieja bruja, que sigue (y seguirá) sorprendiéndonos.

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