Una novelita burbujeante
This entry was posted on octubre 10, 2011 at 11:41 am and is filed under Primeras Páginas. You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.
El teniente Gustl, de Schnitzler. «Paciencia, paciencia, hasta los oratorios terminan alguna vez», un mantra que me anima en algunos conciertos…
Bien, hermanita! Buen trabajo. ¿No es encantador ese librito?
Besos desde Santa Fe,
F
Y pensar que se comió un juicio por escribir esa joya!
¿Cómo es lo del juicio? ¿Por qué?, querida hermana. Contanos un poco, por favor.
Me ganaron de mano. Gustl de Schnitzler. Qué divertido que era Schnitzler, además.
¡Era mi regreso con gloria! Me terminé de mudar y había abandonádolos.
Le hicieron un juicio por burlarse del aparato militar.
…nunca hay que burlarse del aparato del militar… (ni del civil tampoco)
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octubre 10, 2011 a las 12:25 pm
El teniente Gustl, de Schnitzler. «Paciencia, paciencia, hasta los oratorios terminan alguna vez», un mantra que me anima en algunos conciertos…
octubre 10, 2011 a las 11:57 pm
Bien, hermanita! Buen trabajo. ¿No es encantador ese librito?
Besos desde Santa Fe,
F
octubre 11, 2011 a las 8:21 am
Y pensar que se comió un juicio por escribir esa joya!
octubre 11, 2011 a las 11:16 am
¿Cómo es lo del juicio? ¿Por qué?, querida hermana. Contanos un poco, por favor.
Besos desde Santa Fe,
F
octubre 11, 2011 a las 11:17 am
Me ganaron de mano. Gustl de Schnitzler. Qué divertido que era Schnitzler, además.
¡Era mi regreso con gloria! Me terminé de mudar y había abandonádolos.
octubre 11, 2011 a las 12:13 pm
Le hicieron un juicio por burlarse del aparato militar.
octubre 11, 2011 a las 1:45 pm
…nunca hay que burlarse del aparato del militar…
(ni del civil tampoco)