Se amplía la familia (4)

por Flavia de la Fuente

Solita y Janis ya son amigas. Soli se pasa el día entero mordiendo a Janis y Janis lamiendo con alegría a Solita. Es increíble cómo Soli controla la fuerza de sus mordiscones. Da un poco de miedo verlas jugar de esa manera, porque es un juego al filo de la navaja. Un poquito de descontrol y adiós Janis. Pero todos dicen que eso no va a pasar, que Solita sabe medir sus impulsos.

La que se pegó un susto tremendo hace un par de días fue Ella. Después de un ataque de la celosa Soli, pasó cinco minutos o más chillando como un mono degollado. Y desde entonces, volvió a ser una perrita retraída, que apenas se aleja de la cucha. Le conté lo de los gritos al Dr. Pablo y me dijo que los animales como Ella, que son de temperamento tan miedoso, se asustan más de lo habitual y por eso gritan de esa forma peculiar, como si estuvieran a punto de morir por una herida mortal. No sé si Soli la hirió físicamente, pero a nuestra perrita fóbica le dio un susto que le durará de por vida. Ya ni siquiera me lame a mí cuando la alzo. Tiene miedo de todo. Yo la entiendo porque soy igual.

Pero, poco a poco, las tres se van llevando bien. Y lo que más me gusta es que Soli prefiere estar jugando en el jardín con las ratitas a hacer fiaca todo el día en la cama de mi escritorio. Me parece que fue una buena idea traerle dos hermanitas.

Aclaración: las fotos son en blanco y negro porque por mi torpeza con la nueva cámara estaban viradas al azul. Así que para poder usarlas, les saqué el color y listo. Continuará.