Mi amigo Dano me está ayudando a convertirme en fotógrafa. Acabamos de terminar un proyecto colectivo con él y Laura Rivera de quince días, que consistía en fotografiar un objeto cada según una lista previamente confeccionada. Hoy empecé, guiada por Dano, un proyecto solitario, que no entiendo muy bien. Dano me pidió que saque una sola foto por día de algo, que haga una sola toma, que no la edite en el photoshop (o eso entendí), que tenga una actitud zen, que no piense para fotografiar, que no busque emocionarme (que es lo único que a mí me motiva), que solo mire y gatille una sola vez. Me dije que fotografíe un haiku por día. Supongo que se refiere a la idea de simpleza y de poesía a la vez. Pero sigo sin entender. ¿Una poesía sin emoción? ¿Cómo elijo el objeto sin pensar ni sentir? Estoy perdida en la oscuridad. Quizás alguien, o tal vez mi amigo Dano, me pueda explicar un poco más qué es lo que estoy tratando de hacer. Mientras tanto, más arriba está la primera foto de esta serie de treinta.
agosto 2, 2011 a las 12:27 pm
¿Por qué te dice que no busques emocionarte? Me interesa ese punto.
Por otro lado, quizás lo que te está diciendo es que busca que te profesionalices (no lo digo por cobrar, sino por perseguir una conducta y cierta disciplina), pero yo ya te daba por fotografa. Quizas es eso, simplemente ir destrabando lo que uno ya tiene.
agosto 2, 2011 a las 12:36 pm
Que rara!
Se pueden ver las del proyecto colectivo?
agosto 2, 2011 a las 5:02 pm
Es una consigna, un ejercicio, está bueno.
Seria como en el colegio cuando te decian «composición, tema …» y habia que escribir x obligación, sin sentimientos ni interés real.
Al sacar una foto xq sí, sin interés alguno, se pueden apreciar cosas en una foto que de otra forma no se puede.
Digo, de pronto, me parece …
agosto 2, 2011 a las 8:32 pm
Dije, no pienses, mirá y cuando veas algo lo fotografias sin elegir, sin pensar.
Nunca dije que no sientas. Dije no pienses, colgate la cámara y empeza a sólo ver, sólo ver…
Y no inventes, porque no te dije que no sientas
agosto 2, 2011 a las 8:47 pm
También dije, si te emociona no lo fotografíes.
Y no dije que escribas un haiku sino que lo fotografíes.
Cuando veo una foto que miro, veo la foto y no me interesan ni un poquito las emociones del fotógrafo.
También te dije que fotografíes, que no hables de fotografía, que fotografíes, sólo una foto por día, sólo una, no quinientas en una tarde sino sólo una, de otro modo nunca vas a comenzar a reconocer tu mirada. Sos una gatillo fácil.
Fotografia, no hables de fotografía. Si podés decirlo decilo porque no es fotografía, si podés contarlo contalo porque no es fotografía. La fotografía no puede decirse sino como fotografía.
Si charlás de fotografía no hacés fotografía sino charla.
Si hacés quinientas fotos en una tarde es que no pensaste pero tampoco viste nada.
Una foto por día porque sos una gatillo fácil.
agosto 2, 2011 a las 8:57 pm
jajaja nunca imaginé que a Flavia la llamarían «gatillo fácil».
Tremenda Flavia, ojo con quién se meten jajaja
agosto 2, 2011 a las 11:12 pm
Las consignas del ejercicio tienen una raíz bastante similar a algunos conceptos del libro «Drawing on the right side of the brain», en el cual la autora (Betty Edwards) sostiene lo siguiente:
«Dentro de nuestra cabeza tenemos un cerebro doble con dos formas de conocimiento… ambos hemisferios reciben la misma información sensorial, aunque cada uno maneje la información de manera diferente. Es posible que la tarea se divida entre los dos, haciéndose cargo cada uno de la parte más adecuada a su estilo. O puede que un hemisferio (a menudo, el izquierdo o dominante) inhiba la reacción del otro. El hemisferio izquierdo analiza, abstrae, cuenta, mide el tiempo, planea procedimientos paso a paso, verbaliza, hace declaraciones racionales basadas en la lógica.
Por otra parte, tenemos la segunda forma de conocimiento: la del hemisferio derecho. Con él podemos ver cosas que son imaginarias o reconstruir cosas reales. Vemos las cosas en el espacio, y como se combinan las partes para formar el todo. Gracias al hemisferio derecho, entendemos las metáforas, soñamos, creamos nuevas combinaciones de ideas. Cuando algo es demasiado complicado para describirlo hacemos gestos para comunicar la impresión…
El estilo del hemisferio derecho es: intuitivo, subjetivo, relacionador, holístico, intemporal. Es también el modo desmadejado, débil, izquierdoso, que nuestra cultura ha tendido a ignorar. Por ejemplo la mayor parte de nuestro sistema educativo está dirigido a cultivar la parte verbal, racional y temporal de hemisferio izquierdo, dejando de lado medio cerebro de cada estudiante»
En este caso, me parece que el «no pienses» sería: no racionalizar o verbalizar, no dejar que el hemisferio izquierdo inhiba la intuición del derecho. O eso creo je!
agosto 3, 2011 a las 12:12 am
¡Buena la consigna! Me parece que en parte serviría para un «soltar la mano» fotográficamente. Des-respetar un poco para hacer de la herramienta una forma de pensar.
Saludos.
agosto 3, 2011 a las 9:36 am
Las fotos del proyecto las vamos a exponer en una muestra colectiva de Rosario y, cuando esté lista la selección y colgada, si mis amigos así lo quieren las pondremos en LLP. Las mías desde ya, pero no sé qué querrán hacer Dano y Laura.
Dano, no te enojes. No quise ofenderte. Solo escribí lo que me quedó de todo lo que me dijiste. Nos pasamos cuatro horas juntos hablando de fotos, viendo cómo sacás fotos y las editás y mi cabeza quedó hecha un torbellino. Pero volví muy entusiasmada de tu casa. Me hacen muy bien esas jornadas intensivas. Pero me cuesta entender. No es tu culpa sino la mía. O la de nadie. Es así. Es lo que hay. Una gatillo fácil y un fotógrafo que intenta enseñarle.
El experimento zen me interesa muchísimo. Lo que no sé es si está funcionando. Hasta mientras duermo pienso en las fotos. ¿Las saco a la mañana, al mediodía, a la noche? Ayer me lamenté todo el día de haber sacado la única foto del día tan temprano, porque después vi al menos cinco fotos más. En fin, que no gatillo nada pero pienso mucho. Pero al menos no gatillo, que eso iba acabar con mi sistema nervioso.
Ahora estoy dudando sobre si salir a la calle con la cámara o no. O si sacar la foto en la ruta. O si esperar a llegar a casa, a la noche, a San Clemente. Quizás con el correr de los días se me calmen la obsesión y la ansiedad. Es un experimento.
Bueno, espero que me tengas paciencia. Ayer me compré en Arcadia el libro de Tarkovski de las maravillosas polaroids que vos me habías prestado. Voy a ver si las subo a LLP. Me siguen conmoviendo por su belleza.
Besos y saludos a todos,
F (alias «gatillo fácil»)
agosto 3, 2011 a las 10:05 am
Interesante el método de contener la incontinencia fotográfica. Aún así, y con todo respeto, me permito dudar del mismo. Existen tres instancias: El momento de la toma, el momento de la edición y el momento en que la foto es mostrada. El ejercicio, claramente, apunta a saltear el paso de la edición. Por qué?
El tema, creo yo, no es disparar menos, sino saber editar a posteriori de la toma. Y hoy, más que nunca dada la tecnología digital.
Cuál es la diferencia, si una vez localizado el referente (lo fotografiado), hacés 598 tomas hasta elegir la que vos consideres necesaria para mostrar? Cambia algo para el espectador, que la foto (por ej. la que ilustra este post) sea producto de una selección más amplia?
Tu mirada, es una mezcla de como te aproximás al referente y la edición posterior.
Me permito decir: no al tránsito lento fotográfico, fotografiá. Después editás.
Saludos.
agosto 3, 2011 a las 10:21 am
Pero Lenny, acá lo que importa no es el producto final (la foto), sino la utilidad que hacerla de esta manera puede brindar al fotógrafo. No me parece que Dano haya dicho que las fotos sacadas con este «modelo» vayan a ser mejores que las del modelo habitual de Flavia, o que sean más fieles a su mirada. Me parece que se trata de que simplemente, hacerlo así durante una cantidad de días le va a servir.
Luciano.
agosto 3, 2011 a las 10:46 am
Luciano, por supuesto. Lejos de querer interferir en la tarea del docente, yo planteo que Flavia observó cinco situaciones más para fotografiar y, dada la consigna, no lo hizo.
Lo que puede ser interesante, en lugar de tomar una sola foto, es tomar las que se desée y subir una por día (mostrar una por día). Ese laburo, editar esa única foto, es un trabajo arduo, y a la vez, Flavia no se priva de fotografiar!!!
agosto 3, 2011 a las 12:11 pm
el discurso subjetivo y la literatura , en practica, se permite libertades q el estudio del quehacer fotografico, no, no obstante, se extraña, las miles de fotos del mar en San Clemente.
me agradó la respuesta de F a Dano
agosto 3, 2011 a las 12:22 pm
porque que, en todo es lo caso lo escriturario debajo de cada imagen..
hay compertencia de saberes,sólo q uno está dejando de ser espontáneo, intuitivo..En este momento uno de los saberes tomó la posta..pero el otro no deja de estar y com mucha importancia–
agosto 3, 2011 a las 12:26 pm
porque que, en todo caso, que es lo escriturario debajo de cada imagen . ..
quise decir
agosto 3, 2011 a las 1:34 pm
«Muchos intelectuales dan conferencias sobre el Zen de manera erudita y a veces justa. Pero no tienen la experiencia del zazen. Son profesores, no monjes. Se puede disertar sin fin sobre las cualidades de un vaso de agua. Se puede decir que está fría, caliente, que es H2O, que es agua mineral y no vino, etc. Zazen es, llanamente, beber el vaso.Un día un ciego tanteó con sus manos una pata de elefante y dedujo que se trataba de un árbol caliente. Desde el punto de vista subjetivo del ciego no es un error, pero tampoco es la verdad.»
(Taisen Deshimaru)
No aporta mucho, pero lo del árbol caliente es lindo.
agosto 3, 2011 a las 2:53 pm
Creo que la idea apunta a que tras días, meses, o tal vez años de arrepentirse por no haber sacado la foto diaria correcta, llegue el día en que uno gatille con la certeza de haber tomado «la» foto del día. Acaso no sea para cualquiera, pero el maestro pudo haber visto en su discípula uñas de guitarrero.
agosto 3, 2011 a las 4:46 pm
Es muy interesante tu relación entre la fotografía y el abordaje zen para gatillar.
¿La búsqueda de la foto virtuosa?
“Virtuoso” y “no virtuoso” implican un juicio moral, que no es a lo que se refiere el budismo. No hay un juicio moral. Ni tampoco hay recompensa o castigo. Más bien, hay algunas acciones constructivas y otras destructivas. Creo, aquí la construcción está en abordar la fotografía con desapego.
El desapego en el budismo esta conectado con la renuncia. La palabra que se ha traducido de los textos originales (en pali y/o sánscrito) como “renuncia” significa “la determinación de ser libre”.
Se trata de poner un alto a los problemas que tenemos en relación a los objetos. Esto nos lleva al desapego. El desapego, no significa que no debamos desarrollar el lazo con algo o alguien. A lo que se refiere por “desapego” es a deshacer nuestro aferramiento y deseo por algo o por alguien.
Fotografiar con desapego, sin emitir juicios.
Quizás ahí esté el zen de tus fotos.
Felicitaciones por el proyecto, que es muy interesante. Quedo a la espera de las siguientes fotos con desapego.
Saludos
agosto 4, 2011 a las 2:08 am
Hace un par de días vi Five de Kiarostami. Pensándola un poco y relacionándola con este debate que se pregunta por la pareja contención-explosión me pregunto cuál habrá sido el método escogido por Kiarostami para seleccionar esos preciosos momentos de vida en su homenaje a la recatada mirada de su maestro Ozu. Estuve a punto de escribir precisos en lugar de preciosos. ¿Será tal vez que para que el cielo consiga estallar en la belleza concentrada de un arcoiris primero debe contener la fuerza arrebatadora del diluvio que le precede? ¿Es eso tal vez lo que con su paradójico método budista le está enseñando nuestro monje Dano a la pequeña saltamontes Flavia? Habrá que preguntarle a Kwai Chang Caine.