Intento de diario madrileño (3)

Unas páginas más adelante…

por Flavia, Quintín y Arroba

Posponemos el relato de lo ocurrido entre el 1 y el 3 de mayo para pasar a la inolvidable jornada del martes 4 que se inició con la esperada aparición de Alvaro Arroba en la Sede Central madrileña, es decir, la Heladería Farggi en la Plaza Mayor.

F: Pero no vino solo. Como lo hace siempre trajo una interesante compañía.

Q: Eso es lo increíble de Arroba, siempre aparece con alguien, una de sus grandes virtudes es juntar a la gente. Es famoso entre sus amigos por eso.

F: Pero también es raro tener la suerte de estar a solas con él. Hoy lo logramos. Lo tenemos todo para nosotros.

Q: Bueno, ayer se vino con un chico de China que nos llevó a un restaurant chino y pidió la comida en chino.

F: ¿Quién es ese chino enigmático?

Alvaro: Me encanta mezclar licores y sabía que os iba a gustar. Se llama Keyu y lo conocimos porque en la Universidad de Valladolid ofrecía clases de chino “método intuitivo”. A Villamediana y mí nos pareció genial semejante desfachatez. Los lectores que acudieron al Bafici conocerán a Keyu porque salía en el corto El evangelio que proyectaron este año.

F: Keyu pasa sus días en la biblioteca nacional y escribe teatro contemporáneo. Lo invitamos a cenar y así rechazó de plano nuestro gentil convite.

Q: Mientras Keyu me hablaba de sus métodos para componer poesía y teatro basados en los rizomas de Deleuze, nos encaminamos hacia Jin Jin, en la Calle San Bernardino 1 (esquina Dos Amigos), cerca de la Plaza de España. Era un restaurant sencillo para chinos.

A: Sin molduras doradas de dragones ni fuentes ni música china. Nada guiri. Un chino para chinos.

Q: El menú fue el siguiente: a) ternera cinco sabores, que era como una carne seca en fetas pequeñas, que contenían una mezcla de carne con morcilla y vaya uno a saber qué más. Se acompañaba con una salsa de soja muy distinta a la habitual, con fuerte base de vinagre. b) Pasta de Año Nuevo (el plato se llama así porque cuando los chinos eran muy pobres solo comían eso en año nuevo). Es una pasta de arroz con hongos y verduras. c) Solomillo de cerdo en tiras cortas con verduras. Este era el plato más parecido a los chinos convencionales, pero tenía otro sabor. d) Sopa de tallarines gruesos, tipo cintas gruesas, hechos a mano. e) Cazuela de tendón de ternera. Para mí ese fue el plato más excitante.

F: Para mí fue demasiado, el gusto era muy extraño y fuerte.

A: Había carne con pelos adentro y los cachos de tendón. Un tocino extraño. Igual lo comí. Eso deben comer en la región.

F: Continuá con el menú que yo anoté cuidadosamente en una servilleta china.

Q: El caldo ese era extraordinario. Me lo podrías hacer todos los días.

F: Vas a tener que conseguirte una china. Mi sopa, que finalmente comimos todos, era la de las cintas caseras y era contundente. La pasta era espectacular. Yo venía con síndrome de abstinencia de pastas.

Q: Falta e) El tofu al estilo “Ladrillos de oro por el suelo”.

F: Podemos decir que era dorado, porque era tofu frito. Pero no sabemos qué más tenía. Y Keyu, como buen chino, comió en cinco minutos y salió rajando porque tenía una reunión de dramaturgos. Este Keyu me cayó muy bien. La charla comenzó con lo de una traducción que hizo del chino para los Cahiers españoles. Le pregunté si le gustaba traducir, si se ganaba la vida de esa forma. Dijo que odiaba traducir, que le parecía una pérdida de tiempo, un engorro y que no se ganaba la vida de ninguna forma. ¿Cómo explicó lo de los restaurants chinos en España?

Q: Dijo algo maravilloso, que de confirmarse revolucionaría todos nuestros conceptos culinarios. Según Keyu, los restaurantes chinos en España, pero también en el resto de Occidente, han cambiado radicalmente en los últimos años. Antes servían un intento de adaptación de la comida original al gusto americano, una fusión que después se exportó al resto del mundo y es la que conocemos, por ejemplo, en Buenos Aires. Pero esa es la comida falsa y, ahora, con el refinamiento culinario global, los chinos de la provincia de Zhe Jiang (de donde es Keyu) se convencieron de que conviene ofrecer el producto auténtico. La vieja comida evolucionó hacia un fast food indiferenciado, mediocre, y ahora lo que ofrecen los nuevos restaurantes chinos (que en Madrid ya son absoluta mayoría) son delicias como las que nos seleccionó Keyu.

A: El único problema es que si no vas con un chino te pierdes, no sabes qué pedir. Por ejemplo si pides “tofu a la ladrillo de oro por el suelo” no te entenderían aunque la traducción del plato sea literal. Por cierto, solo costó 10 euros por cabeza.

F: Mucho más barato que una comida china mediocre en Buenos Aires. De ahí nos fuimos al infierno, a la Fnac.

A: Yo te lo advertí: “Flavia, no querrás ir a la Fnac”. Y tú dijiste que sí y que serías serías responsable. Y no lo fuiste.

F: Sí que lo fui. Es que no me conocés. En mi época dorada hubiese comprado veinte veces lo que llevé ayer.

A: Yo cargaba para ti con una cestita llena de DVDs como en el supermercado: las ediciones especiales de Straub, Rohmer, Oliveira, Bresson, Renoir, Naruse, y varios Hawks, Walsh, Ford, Resnais.

F: En Buenos Aires no se consigue nada de todo eso. Me lo quería llevar todo. Y a la vez costaba una fortuna. Pero los nervios no me aguantaron. Me puse a temblar y decidí que acaso dejaría todo  sin comprar. Elegí, como ahora soy una mujer muy racional, una opción intermedia. Llevaría todos los Ford que encontrara (por suerte eran baratos) y que el resto lo decidiera Q, que estaba en el piso de los libros.

Q: Pero Q estaba en medio de un accidente odontológico. Se me había despegado un puente y justo en ese momento había logrado comunicarme con una dentista que ofrecía atenderme solo si llegaba enseguida al consultorio. Así que decidí muy rápido y acepté solo a Godard y Tierra de faraones de Hawks.

F: La verdad es que es deprimente vivir en un páramo. No me refiero a San Clemente, me refiero a las tiendas de DVDs porteñas. No hay nada más que basura americana reciente. Es el equivalente a vivir en un país donde solo se editan best sellers. Es el horror. Hoy vuelvo a la Fnac para llevar algo para mi supervivencia invernal sanclementina.

Mientras a Q le reparaban el puente las simpáticas dentistas argentinas, F y Arroba conversaron de bueyes perdidos, en particular, de los libros que les regaló Arroba.

A: Ultimamente regalo a todos mis amigos las tres novelas de Manuel Chaves Nogales, un periodista sevillano de la República al que rojos y nacionales querían fusilar. El mejor del siglo junto con Plá.

F: Q ha comprado varios de libros de Plá, incluyendo uno sobre gastronomía que se llama Lo que hemos comido. Estoy ansiosa por volver a San Clemente a leerlos.

Q: Y yo estoy ansioso por volver a San Clemente a sentir nostalgia por lo que comimos en Madrid.

De allí tomamos el subte para volver a casa, pero antes nos topamos con el Mercado San Miguel y Q, como imaginarán, no se pudo resistir, aunque nos aguardaba un banquete en una marisquería gallega seleccionada por Lisandro.

Q: Fue algo rápido pero sofisticado. Un vermucito de Reus con aceitunas al ajo, bocadillo de jamón ibérico para F y, en el estribo, un par de ostras francesas tamaño mediano para los caballeros.

A: Era como comerse la Costa Azul, con Cannes incluido.

F: Subimos los tres pisos (Arroba lo había hecho por segunda vez en el día), para descubrir que había llegado Fran, el compañero de departamento de mi hermano, un freak total del cine de horror, la serie B y los juegos interactivos. Tiene una play station 3 y una pantalla de un millón de pulgadas para jugar horas y horas. Fran es un chico muy cariñoso, pero habita en una dimensión desconocida para Q y yo.

Salimos corriendo para nuestra mariscada con Lisandro y otro de los invitados sorpresa de Arroba, el eminente Miguel Marías. Uno de los cinco cinéfilos top del planeta.

Q: De hecho conozco dos cinéfilos de ese calibre: el alemán Olaf Moller y el finlandés Peter von Bagh. Este Marías es una cosa seria. Hijo de Julián, hermano de Javier, se dedicó a trabajar de economista mientras cultivaba su pasión cinéfila. Nunca vivió del cine salvo durante un breve período como director de la filmoteca española y del ICAA. Pero ahora se acaba de jubilar y tiene tiempo para volver a sus hábitos de la adolescencia: ver seis películas por día.

A: Duerme 4 horas por día y le gusta decir que solamente ha visto “140 películas de John Ford de las 150 que se conservan”. Lo de 140 es un decir, porque no recuerdo la cifra exacta. Cuentan que su casa son torres de cintas VHS y DVDs entre las cuales hay un senderillo para transitar de una habitación a la otra. Si una torre se cae, no hay problema, porque hay otra que la sujeta. Las paredes, no hay problemas, porque están forradas de discos de vinilo. Todo esto me lo contó Jorge García, un habitué de la casa.

El restaurante no era el apropiado para Marías, quien declaró que tenía prohibido comer mariscos por prescripción médica debido a una afección del riñón. Así que solo comió lacón con grelos. El resto (F parcialmente) le hizo honores a las especialidades de la casa.

F: Liso nos contó que cada vez que quiere hacer un gran festejo elige esta marisquería, Ribeira del Miño en la Calle Santa Brígida Nro. 1 (y Fuencarral). Es un lugar muy ruidoso, lleno de hombres feos, y donde no se permite cantar.

A: Están prohibidos los excesos fordianos.

Q: Paso a detallar el menú. Entrada de pulpo a la gallega, pimientos del Padrón, almejas a la marinera (que no son las argentinas, son otra especie) y luego una gran parrillada de gambas, langostinos y cigalas. Se bebieron dos botellas de Ribeiro y una de Albariños.

F: Q, como solés hacer, me hiciste pasar un mal momento. Empezaste a gruñir porque no querías pelar los langostinos e hiciste sufrir a mi hermanito que te ofrecía lo que para él es lo mejor de la vida. Sos un maleducado.

Q: Pero después me reivindiqué, porque también soy un comensal espléndido. En realidad, tenía un mal recuerdo de unos malos langostinos difíciles de pelar. Pero ayer aprendí a pelarlos y me comí todo. Estaba extraordinario.

F: Después llegó la queimada con un fuego enorme. Liso y Arroba fueron los encargados de prepararla. Vos hablabas de no sé qué con Marías. Yo no logré escuchar nada en toda la noche. También trajeron queso y membrillo y orujo de hierbas y blanco. Liso pagó la cuenta, otro caballero. Me contó que todo eso costó 110 euros. Un regalo para ese banquete. Mi hermano sugirió, para aplacar la borrachera general (salvo F que se sostuvo a agua), tomar unos gin tonic en un lugar especializado en Malasaña, en la Calle del Pez.

Q: Como bien sabe nuestro amigo Brodersen, no soy un gran especialista en gin tonic. Ahí servían unos gin tonics muy evolucionados. Había de lima, de naranja, pero la estrella de la noche fue el gin tonic con pepino y pétalos de rosa.

A: Cualquiera diría que estábamos en Chueca, pero no, era de verdad Malasaña.

F: El de pepino y rosas era realmente glamoroso. Una obra de arte.

Q: Cuando fuimos por más, habían cerrado el bar y nos echaron.

F: Los salvaron. Yo había sugerido que pararan la joda. Se los veía demasiado felices.

Q: El único que no estaba demasiado bien era Marías, que tomó ron y previamente había declarado que jamás se emborrachó en su vida. De todos modos, previamente nos intimidó con sus conocimientos, descubrimientos y opiniones. Vio 4 veces Historias extraordinarias de Llinás y le parece una obra maestra. También dijo que L’armée du crime de Guédiguian era mejor que El ejército de las sombras de Melville. Luego dijo que el mayor autor de obras maestras era Godard, luego Naruse y tercero Ford. El tipo tiene una opinión sobre todo. También se lo escuchó referirse con cierta sorna a los críticos que llama “traductores”, los que no tienen ideas propias.

Volvimos caminando en el frío polar. Todos salvo F caminaban haciendo eses. Lisandro le comentó a su hermana: “Mirá cómo caminan, venían por la misma vereda que nosotros y ahora están en la de enfrente.” Hay que decir que Liso caminaba derecho porque iba del brazo de F. Llegaron a Calle Botoneras y una voz les gritó: “No es hora de hacer jaleo”. Era Fran que al oír el griterío nos daba la bienvenida desde el tercer piso. Arroba, a todo esto, había decidido quedarse a dormir en el sofá de IKEA de Liso. Y Liso tenía que anunciarle a su amigo que debían compartir la cama. Pero como Fran es un santo varón, aceptó gustoso. Igual él está en otro planeta.

F: Subí con mi hermano los tres pisos y me encontré con una imagen de Blade Runner. Un joven fumando en la oscuridad, con unos anteojos gigantes, y jugando muy concentrado a Gods of War, según me dijo la última gran producción en juegos, cuya producción cuesta tanto como una película y tarda cinco años. Me dijo que era terrorífico, hiper violento, porque estaba filmada desde el punto de vista del que recibía las agresiones. Yo asustada me fui a la cocina a comer Kit Kats y me mantuve alejada de la temible habitación. Mientras tanto, en la calle seguían departiendo a los gritos Q, A, y Marías. Yo los llamaba desde el balcón porque temía que Q se agarrara una pulmonía. Finalmente, me obedecieron, Marías se fue y A. y Q. subieron los tres pisos.

Q: Unos minutos después de subir fui testigo de un evento extraordinario, una conversación sobre cine, videojuegos y el futuro de la humanidad entre Arroba y Fran en la que no pude meter baza, algo bastante curioso para un charlatán como yo. Arroba, explicales a los lectores de qué hablaban.

A: Todo empezó con El caballero oscuro. Yo le dije que no entendía a qué tanto revuelo con esa película y él me respondió que cada película de Nolan, “el director más elegante de la actualidad, hay que verla por lo menos 4 veces para empezar a ver qué frentes culturales y tecnológicos estaba abriendo este tipo”. Yo no podía dar crédito. Después (el tipo está realmente al día en cultura cybertrash y cine de Hollywood) disertó sobre la actualidad en los videojuegos, según él cercanos al cine porque incorporan su gramática, cambios de plano, montaje y zoom. Yo, en vano, con poca convicción, intenté explicarle que quizá la interactividad en el cine venía dada por los espacios que los planos te dejan para poder intervenir y dijo: “Sí, pero a mí me interesa más este tipo de interactividad porque temo que si no la entiendo me voy a quedar desfasado, fuera de la actualidad del mundo.” Así que desistí de mis ideas sobre una poética fílmica porque el tipo lo tenía todo muy claro.

F: A mí me extrañaba no escuchar desde la cama la voz de Q. Pensé que estaba durmiendo la mona. Lo imaginaba cabeceando.

Q: Yo asistía en silencio a una discusión sobre las diferencias entre la teoría de la relatividad y la mecánica cuántica. Pasó media hora antes de que mencionaran un nombre que me sonaba conocido. Como se nos había abierto un poco el apetito, además de los Kit Kats que F nos ofreció, liquidamos la empanada gallega que había sobrado del domingo. Y después nos fuimos a dormir.

Cinco horas más tarde, nos levantamos todos para acompañar a Liso a desayunar el ya clásico pan con tomate, aceite y jamón crudo y luego nos vinimos a la Sede Central Madrileña a escribir esta crónica.

Arroba se apresta para volver a Valladolid.

26 respuestas to “Intento de diario madrileño (3)”

  1. Martin H Says:

    Lo de L armee du crime lo comparto Es una maravilla
    Dense una vuelta por El Timón, en la plaza Santa Barbara y pidan una racion de ahumados
    Despues me cuentan

  2. Noriega Says:

    Qué pedo que tiene Liso!!

  3. norma Says:

    Que buen relato. Las fotos una maravilla,sobre todo las que estan Lisandro y Flavia abrazandose como siempre. Sigue siendo su» hermanito».Por fin aparece Flavia.
    Las peliculas las vamos a disfrutar todos. No los langostinos.
    Que siga La fiesta.

  4. Liso Says:

    Y qué resaca!!!

  5. elojosoberano Says:

    Entre los comentarios gastronómicos, los que están dedicados al cine merecen en general una nota específica y aparte. Salaudos. RK

  6. guillermo Says:

    En base a lo que dice Noriega arriba y que las fotos testimonian, debe haber pocas chances de ver epígrafes pronto. F, te agradecería si me podés decir donde está el edificio blanco con torre en la esquina, la primera foto del diario (2), para poder buscarlo en la guía de arquitectura de Madrid. Muchas gracias y sigan pasándolo bomba, como creo dicen por allá.

  7. Marina Says:

    ¡No te puedo creer que me encuentro con ese chino acá! Me encantó El evangelio, me morí de la risa. Si lo ven a Villamediana díganle que en la función a la que fui todo el mundo aplaudió cuando terminó su corto.

  8. Li Po Po Tamo Says:

    Sera muy descabellado intentar ponerme en contacto con el chino ese para que me pase las obras de teatro?
    Me tienta, me tienta. Si pueden pasarme alguna forma se los agredeceria.

  9. Santi Says:

    Pregunta: ¿es bueno el helado en Farggi?

  10. JorgePayador Says:

    Mirá vos el Liso! Nada de la sobriedad del resto de la familia, aunque a la Enananegra la he visto doblar el codo varias veces y elevando copas en alabanzas a un buen tinto. :) No será que te contagió el Q?.
    Q, traete algún licor para brindar al regreso.

  11. alejobostero Says:

    Menos mal que me se me ocurrió subir al comedor antes de entrar a este post, de lo contrario me hubiera masticado el monitor… qué vidurria, eh!
    Mención especial a Flavia, siempre espléndida: no sé si es que el pelo así te queda muy bien, o si es el contraste con los borrachines impresentables. En fin. Todavía no puedo creer que después de todo lo que se tragaron pudieron mandarse al buche una empanada gallega. Son una manga de pantagruélicos.

  12. Mariana V. Says:

    hermosísima foto!!!

  13. saint-jacob Says:

    Con perdón… ¿que le pasó a la cara de Quintín en la foto 17?… (creo aplicable el ‘razonamiento-Noriega’

  14. Gerónimo Says:

    Comentaría algo sobre el post si no estuviera espantado por la ocurrencia de algunos de entrar a ciertos lugares con elementos de valor. ¿Hasta cuándo vamos a permitir ésto, eh? Basta por favor. http://ht.ly/1HYXQ

  15. saint-jacob Says:

    Dejo esto acá porque se hablo un poco de cine en el post: Ken Loach muestra toda su filmografía (gratis, claro) en you tube… más allá de gustos, está bueno porque se ven sus 1eros trabajos, creo que desconocidos por aquí… perdón por la ‘intrusión’…

  16. lalectoraprovisoria Says:

    Guillermo, todo llega. Después de dos días recluido, Liso bajó a la heladería y puso los epígrafes. La esquina blanca es el Hotel Meliá de la Plaza de Santa Ana.

    Yo cada día que pasa me pierdo más en Madrid, pero igual la ciudad me parece hermosa.

    Saludos,

    F

  17. boudu Says:

    saint jacob, mas alla de ‘Kes’ (que buena pelicula!) ,

    que vale la pena (pero realmente vale la pena) ver?

  18. Gerónimo Says:

    La realidad que nos toca vivir a diario según el Festival Cine Las Américas…
    http://www.youtube.com/watch?v=lZ1VFIyhQbA&

  19. Gerónimo Says:

    http://www.youtube.com/watch?v=rI3LNbZVZ5M&

  20. sebastian andres sanchez Says:

    Q y F : ya que están con Miguel Marías , háblenle de lo siguiente :ël es uno de los principales defensores de Leo Mccarey en el mundo y el mayor en lengua hispana. Resulta que Criterion editó esto :

    http://www.criterion.com/films/2350-make-way-for-tomorrow

    Y seguro que ël os la va a recomendar para que se la traigan. Estuvo olvidada duranta años y dicen que es maravillosa.
    S.

  21. Mulder Says:

    ¡Esa película de McCarey está a la altura de las mejores de Ford! ¡Qué bueno que la editen!

  22. Arroba Says:

    Flavia, te has olvidado de contar cómo Lisandro y tú, alentados por el «Prohibido cantar», entonasteis el himno de la Argentina aprovechandoos de que en España no tenemos letra en el nuestro.
    Con respecto a ese sublimísimo McCarey de Criterion lo tenéis grabado en los DVD que os dejé en casa.

  23. Yupi Says:

    Señor Don Arroba,
    Sólo recordar que en vuestro país tenéis letra de su himno por lo menos desde 1820; digamos, hace unos 200 años. Si vosotros no la queréis cantar en los bares, es asunto vuestro.
    Saludos cordiales
    http://www.youtube.com/watch?v=vFYgsaf-xYc

  24. Arroba Says:

    Muy agudo Yupi. Tendríamos que cargarnos a una familia entera. La cosa está difícil porque ahora tienen un montón de nietos que asegurarán la supervivencia de esa especie geneticamente algo wuzzle y defectuosa (todo hay que decirlo).

  25. Yupi Says:

    Ja. Entonces tendrían que haber entonado el himno extraoficial:
    Jefe, no se queje, y sirva otra copita más!
    http://www.youtube.com/watch?v=ODx-JvHHpIg

  26. saint-jacob Says:

    Boudu, recien veo tu comment (entro poco)… supongo que lo mejor de esto es que un director ponga su obra ‘a disposición’, cuando lo normal es que todos se pongan ‘como loca’ y empiecen a hablar de pirateo, fin del cine, etc, etc… tenés razón con ‘Kes’, pero algo de lo que muestra en Youtube tiene su peso, las cosas que hizo para TV y los primeros films, creo que ineditos aquí (no se si están ‘por la web’, no los he visto)… creo que Loach (como Mike Leigh) tienen sus buenas cosas, aunque la mayoría de las veces los puede el ‘mensaje’, el querer señalar enfáticamente algo (y eso se lleva muy mal con el ‘cine’ a secas)… recuerdo que Riff-Raff me gustó en su momento, y, aunque casi todos la odiaron, disfruté de ‘Tierra y Libertad’…

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