Decimotercera fecha del fútbol kirchnerista
por Quintín
Como el lunes salimos para Mar del Plata y durante el festival no voy a tener mucho tiempo para el FPT, escribo este capítulo de la saga en cuotas. Ahora es sábado al mediodía y tengo para comentar los dos partidos de ayer, además de un par de incidentes divertidos. Uno de ellos, obviamente, es el intercambio de rumores y desmentidas sobre la publicidad durante los partidos. Cuando se jugó River – Boca, habíamos apuntado que los avisos vistos ese día sonaban más a mangazo de algún funcionario que a una inversión publicitaria de las empresas. En su edición del viernes, La nación destapa el tema y Clarín lo retoma el sábado. El Jefe de gabinete Aníbal Fernández salió a desmentir que se había dedicado en estos días a la recolección de avisos, contra lo que afirman los representantes de algunas empresas como los supermercados Disco, que denunciaron entre sus pares el apriete oficial. En realidad, viendo las transmisiones en las que cada semana se actualiza la propaganda alrededor del tema que Cristina Kirchner anunció durante la semana (ahora ya hay un aviso flamante sobre los nuevos DNI, presentado como un logro extraordinario de la administración K), se advierte que el gobierno no piensa resignar el FPT como herramienta de su propaganda de cariz soviético. Pero ese es precisamente el problema para vender avisos sin intimidar a los compradores: los empresarios creen que un comercial “legítimo” se degrada y pierde efecto en medio de las tandas oficiales que la gente tiende a tratar como ruido de fondo sin ningún valor de verdad. Los precios son caros, según se afirma (y hasta lo reconoce Fernández) pero estoy seguro de que si se suprimieran los avisos oficiales, se podrían recuperar más fácilmente los famosos 600 millones. Pero las voces más fanáticas del kirchnerismo siguen tratando de convencernos de que este gobierno es lo más nacional y popular desde el dulce de leche y no quieren perder la oportunidad de proclamarlo en los medios públicos. De ahí la ambigüedad nunca resuelta entre vender publicidad y lavar cerebros (o lavar cerebros con productos distintos, si les gusta más de ese modo).
Primer partido. Argentinos (1) – Rosario Central (1). Son dos equipos que me caen simpáticos y esperaba más del partido. Por lo menos que ganara uno de los dos para no quedar tan lejos en la tabla. Pero fue un empate con sabor a poco y con la sensación de que Argentinos, que se especializa en pegar pelotas en el palo, tiene mucha mala suerte. Pero tampoco se puede decir que haya sido superior en el juego. Desde que Hauche y Sosa entraron en una racha negativa, a Argentinos le cuesta mucho hacer un gol. Además, no jugó Mercier y el medio campo se resintió. Durante varios pasajes, Central manejó mejor la pelota con Jonatan Gómez, que hizo un muy buen partido y, aunque Argentinos atacó más, terminó tirando centros y más centros. No hizo valer el jugador de más que tuvo durante desde los 27 minutos del primer tiempo por la expulsión de Valentini, que estaba totalmente pasado de rosca y le pegaba a todo lo que pasaba cerca. Acertó el árbitro Giannini en ese fallo, pero se equivocó en casi todos los demás aunque en La Nación, el cronista Carlos Travaglini le pone un “muy bien, 8” completamente inexplicable. El arquero Broun, nuestro guardavallas favorito, volvió a ser figura. Pero lo más interesante para ver en el partido fue el duelo entre Ortigoza y Méndez, dos de los mejores volantes del torneo, aparte de dos tipos bravos. Sin pegarse, pelearon con técnica y fiereza cada pelota que los enfrentó. Ganó Ortigoza y Méndez tuvo un partido flojo.
Feministas. Esta anécota me quedó colgada de la fecha anterior. Jugaban Racing y Godoy Cruz. Comentaba Cordo, pero no me acuerdo del relator, creo que era Javier Vicente. Se registra este diálogo:
Relator: Salomé Di Iorio (cuarto árbitro) le indica a Faraoni cuanto tiene que adicionar.
Cordo: Lógico. Es mujer.
Son unas bestias.
Segundo partido. Independiente (1) – Gimnasia (0). La suerte de Independiente es escandalosa. Ayer, otra vez, se llevó un partido de arriba. Un partido en el que su rival lo había superado levemente. Gimnasia, acosado por el descenso, es uno de los equipos que mejor juega: todos sus jugadores tratan bien la pelota, la hacen circular por el medio e intentan jugar siempre. Acaso estén demasiado contenidos o muy nerviosos cuando les toca definir, pero no suelen ser superados por el adversario y esta no fue la excepción. Independiente, por el contrario, con su técnico demente, regaló sesenta minutos al no incluir de entrada a Patricio Rodríguez (hay que ser salame para no ponerlo) y jugar en cambio con Silvera (un delantero que puede hacer goles, pero sabe jugar poco) y Gandín (que no sirve como armador o media punta). Es una idea absurda de Gallego jugar así y nunca le da resultado: Independiente choca, hace todos los pases para adelante y no produce nada salvo barullo. Gimnasia venía llevando bien el partido, con otra buena actuación de Castro (candidato a mejor 8 del torneo), de Aued y de Teté González. Cuando entraron Rodríguez y Gómez, Independiente levantó, el Patito hizo la mejor jugada del partido entrando por derecha, pero Mancuello se perdió el gol. Cuando todo iba hacia el empate, Rodríguez tiró bien un corner, Sessa quedó a mitad de camino y Tuzzio cabeceó con maestría para que Independiente no quede afuera de la pelea por el campeonato, algo que tendría que haber ocurrido hace varias fechas.
Marcelito. Ahora es domingo al mediodía. Ayer fue una jornada intensa, con cuatro partidos interesantes por diversas razones. En la nota sobre la fecha anterior dijimos que a Araujo se lo vio más entusiasmado que otras veces por el relato. Nunca nos imaginábamos que el resultado iba a ser que esta vez decidiera transmitir nada menos que tres partidos, incluyendo dos el mismo día, algo que ya intentó con muy mala fortuna en la segunda fecha. Araujo tiene algo de infantil, de niño caprichoso, que le impone a los demás sus humores y sus berrinches. En estos días, sus preocupaciones profundas son que los laterales no los ejecute el marcador de punta, que se diga “fierro” en vez de “palo”, contarle los seis segundos al arquero y otras huevadas con las que insiste una y otra vez. Por otro lado, me gustaría conocer un poco la interna de FPT, saber a qué obedecen estas decisiones o si son simplemente arbitrariedades del jefe máximo. Pero hasta sospecho que tiene celos de sus colaboradores y quiere demostrar que él es el verdadero protagonista. También sería interesante saber por qué le dieron a Araujo todo ese poder. Pero me temo que aun no hemos visto lo peor en la materia. Ayer, en algún momento, De Paoli, ortiba máximo y relator cada día más estridente e insoportable, declamó “Cómo no va a ser el Relator del Pueblo si hasta relata tres partidos”.
Tercer partido. Lanús (0) – Chacarita (3). Venimos insistiendo en nuestro fastidio por el juego de Lanús, que irrita cuando gana y ofusca cuando pierde. No es la opinión de los cronistas del FPT. Ayer, Marcelo Schinca insisitía una y otra vez en que no se le podía pegar a Zubeldía, que tanto había hecho por el club. Lanús juega siempre igual de mal, pero a veces le suma a su dogmatismo táctico una abulia concreta de los jugadores, que se resignan a un esquema que los paraliza. Ayer, el centrodelantero Menéndez debe haber tocado tres pelotas en el primer tiempo y Blanco, otra vez amurado contra la banda izquierda, lució como nunca su desgano. Del otro lado, Chacarita hizo lo contrario. Conducido por su enganche Diego Morales (uno de los mejores jugadores del torneo en las últimas fechas), con Parra y Milla rotando en el ataque más dos volantes muy activos por afuera como Zarif y Centurión, lo superó ampliamente a Lanús durante todo el partido. Chacarita jugó rápido, preciso y asociado y ganó muy bien.
Pereira. En las primeras fechas, nos había llamado la atención Daniel Pereira, volante central de Chacarita. Primero porque es negro, una rareza entre los jugadores argentinos (parece uruguayo pero es de acá). Pero también porque reunía dos condiciones aparentemente antagónicas: un buen manejo de la pelota (en la primera fecha, incuso, marcó un gol) y la tendencia a pegar unas patadas muy notorias. Tanto que lo amonestaron en cada uno de los primeros cinco partidos y fue el primer jugador suspendido por esa causa. A la vuelta perdió la titularidad, pero la recuperó hace dos partidos. Ahora no pega. Tal vez rcaoacitó, tal vez al principio del torneo estaba falto de fútbol. Ahora, este jugador lento, pesado y grandote está hecho un señorito pero, además, administra la salida de su equipo con clase: parece un cinco de antes. Otra curiosidad en un torneo en el que han aparecido otros jugadores inesperados, como Boghossian, Morales y, casualmente, otro Pereyra, el de Atlético Tucumán (ver más abajo).
Cuarto partido. Godoy Cruz (3) – Racing (1). Godoy Cruz lo bailó a Racing y debió ponerse cuatro a cero antes de que un gol en contra permitiera suponer que el descuento (otro gol en contra de los mendocinos) podía conducir al empate. Era lógico suponer que el técnico interino de Godoy Cruz se encontraba con una base y un estilo de juego definidos, mientras que la tarea de Vivas en Racing habrá de ser ímproba: tiene que empezar de cero, reeducar a su plantel en alguna forma de juego asociado que destierre el barullo y el apresuramiento. De hecho, Racing pareció más paciente que otras veces, aunque el rival lo superó muy claramente con una gran tarea de Chavez, Higuain y Vera y la pelota jugada a ras del suelo durante buena parte del partido. Los cronistas le echan la culpa a los jugadores y es cierto que hay algunas presencias difíciles de explicar entre los titulares como la del torpe Caballero (una especie de Peter Crouch sin carisma). Pero también es verdad que Vivas es el tercer técnico consecutivo que no lo quiere de titular a Grazzini, del que Racing no puede prescindir. Vivas no quiso tocar el equipo que había goleado en la fecha anterior y recién en la próxima se verá a quién quiere poner el nuevo técnico en cancha. Y allí sabremos, de paso, si la culpa es de los jugadores como dicen o de un estilo de juego que los limita desde hace muchos meses. Lo de Racing está muy complicado.
De Paoli. El relator está cada día más imbancable, con su tono estridente, su desconocimiento del juego y su arbitrariedad. Por razones inexplicables, el tipo deforma la voz, le da un tono marcial a su relato, nunca se sabe si está nombrando al jugador que lleva la pelota o al que la puede recibir y no para de emitir juicios apresurados y facciosos, en la mejor tradición del Bambino Pons. Ayer intentó hacer campaña negativa contra el árbitro Furchi, uno de los que está en la misteriosa lista negra de Scime (“a mí Furchi no me gusta”, como si fuera una marca de alfajores), pero Furchi no se equivocó nada. También hizo campaña positiva por Vivas, como discípulo de Bielsa. “Qué bien presiona Racing en tres cuartos de cancha, así como le gusta a Bielsa, aunque algunos se opongan.” Para colmo, remató con un “¿Y usted qué piensa mariscal?”, dirigido a Perfumo, que no sabía muy bien si lo que correspondía era tirarse de la cabina. Pero la más graciosa fue la de Vera. El jugador, después de clavar un golazo desde lejos, hizo la clásica seña de la panza y señaló a la tribuna, aludiendo claramente a una mujer embarazada. De Paoli comentó: “le dedica el gol al técnico interino Oldrá”. La ciencia nos sorprende cada día con sus avances.
Quinto partido. Newell’s (2) – River (1). Fue un partido de extraordinaria tensión, de esos en los que los jugadores saben que un error puede ser fatal y cada pelota es una agonía. No hay muchos partidos así, pero son parte del fútbol, que no siempre tiene que estar bien jugado para ser atractivo. Hoy lo normal es que los dos equipos se cuiden ante todo, pero la diferencia la hacen quienes además de prevenirse del contrario, intentan vulnerarlo en cada pelota. Ayer, durante la primera media hora, me pareció que estaba viendo jugar al campeón. Newell’s ganaba con un golazo de Boghossian después de una gran habilitación de Achucarro, pero además cortaba cada intento de River en el medio con Bernardi y Barrientos y salía atacando con Formica (en un gran momento) y los dos grandes delanteros con los que cuenta acompañados por los volantes en cada ataque. Newe’lls dominaba, era rápido para cortar y preciso para encarar. River, un equipo inferior, se limitaba a aguantar y a tratar de sorprender de contraataque. En el segundo tiempo, a River lo beneficiaron dos factores: la salida por sendas lesiones de Achucarro y de Barrado. El delantero paraguayo es de temer mientras que Barrado fue reemplazado por Mauro Díaz, que tiene mucho más juego. Pero, además, River empezó a arriesgar más en ataque y a confiar en que la dupla central (Cabral y Sánchez) se las arreglara mano a mano con los contragolpes de Newell’s. Y así fue: ambos jugaron bien, aunque quede bien decir que son un desastre. Se armó un partido de ida y vuelta y River creció hasta que Buonanotte, que se inspira al menos una vez por partido, clavó el empate desde afuera. Después, Newell’s sacó a relucir otro de sus recursos: el juego aéreo, en el que es casi imbatible. Boghossian cabeceó tres seguidas y la tercera fue adentro. Newell’s era más que River (un equipo que se ha endurecido en defensa pero sin Ortega padece en el ataque), pero le costó ganarle. Marcelo Araujo se dedicó a decir que los jugadores de River eran malos y que no tenían envergadura física (¿y Fabbiani?), con intenciones seguramente aviesas pero indescifrables. Julio Ricardo, por su parte, entró en un nuevo delirio: el de la conspiración de los codazos. Cree que los jugadores se agreden todo el tiempo y que los pobres árbitros como Laverni que sancionan los codazos son víctimas de una persecución. Así, a cada rato, hacía repetir una jugada en la que solo él veía codazos, a tal punto que Araujo lo cargaba y le contestaba que él no veía nada. La combinación de un cínico y un papanatas como la que arman MA y JR puede ser verdaderamente letal.
Radio. Fue hace muchos años, creo que cuando Estudiantes ganó en Old Trafford. En un programa de televisión inventaron una cámara sorpresa muy divertida. Un tipo iba por la calle y le decía a la gente que tenía una “radio atómica”, que permitía comunicarse con el relator del partido. Así, instaba a la gente en los bares a utilizar el novedoso dispositivo. Tras alguna reticencia y el intercambio de algún saludo, los tipos caían y el relator les preguntaba qué opinaban, por ejemplo, de Estudiantes. Cuando le contestaban que era un gran equipo, el otro le respondía que no, que eran una manga de pataduras. Los ingenuos interlocutores se indignaban y se iniciaba así una discusión que iba subiendo de tono hasta llegar casi a los golpes contra el original aparato. Era algo desopilante o, al menos, ese es el recuerdo que tengo. El lector se preguntará a qué viene este cuento, pero si sigue leyendo, se lo revelaremos en breve.
Sexto partido. Atlético Tucumán (4) – Tigre (2). Este sí que fue un partido raro, lleno de alternativas y en el que los tucumanos fueron superiores, demostrando que tienen plantel suficiente (y, sobre todo, potencia ofensiva, algo que escasea en sus rivales directos) como para sobrevivir en primera sin sobresaltos. Es una lástima que el primer candidato para la dirección técnica sea Caruso Lombardi, pero Rivoira no hizo las cosas bien tampoco. Tigre sigue penando, aunque hay que señalar que lo liquidó la expulsión de Giménez, parte del disparatado show de tarjetas que montó Faraoni (un total de diez en un partido sin dificultades). La jugada no se vio de entrada y la repetición fue mala, como ocurre tantas veces en el FPT, pero da la impresión de que Giménez salta con un rival, este lo empuja un poco en el aire y el jugador levanta la mano instintivamente. Faraoni hizo otros disparates, entre ellos el de amonestar a Pereyra después del tercer gol por mostrar la panza (no llegó a sacarse la camiseta). Pero fue un partido muy entretenido, con un gran gol de Luna y una genialidad de Pereyra, acaso el delantero más elegante del torneo, al que siempre vale la pena ver jugar.
Extrañeza. Durante Atlético y Tigre, mientras yo me agarraba la cabeza ante cada nueva tarjeta de Faraoni, el comentarista Fernando Salceda parecía gozar como un loco. Salceda cree que jugar al oficio mudo e interpretar las reglas en el sentido más represivo posible es “aplicar el reglamento”, cuando el reglamento no dice que el juez tenga prohibido hablar con los jugadores ni que, ante la duda, haya que tomar la medida más dura. Me estaba peleando mentalmente con Salceda, cuando de pronto escuché: “El árbitro no está para conducir el partido, como creen algunos”. Y en seguida. “Hay quien dice que tenemos el disparo fácil”. Me atacó una sensación muy extraña. Y allí reviví el episodio de la radio atómica. “¿Me habla a mí?, pensé. Y sí, Salceda me hablaba a mí, el televisor me hablaba: la idea de conducción y la crítica por el gatillo fácil aparecieron en LLP y, Salceda nos estuvo leyendo. Es una lástima que Salceda piense de este modo tan obtuso. En algún momento, celebró el golazo de Pereyra diciendo que parecía un gol de Romario y demostró que el fútbol le interesa. ¿Por qué lo ve entonces desde esa perspectiva tan sesgada, más atento a que los árbitros no se aparten de la rigidez que al resto de lo que ocurre en el juego? Dado que no hay un algoritmo que permita distinguir entre la imprudencia, la temeridad y el uso excesivo de la fuerza (los términos que, según el reglamento, distinguen la infracción, la amonestación y la expulsión), el arbitraje es cuestión de fineza y de criterio. Los arbitrajes como los que pretende Salceda, forzados hacia una interpretación exagerada de las reglas, caen inevitablemente en las injusticias de Laverni o en el ridículo de Faraoni. El fútbol tiene un equilibrio, dado por las circunstancias de cada partido y a él se vuelve siempre. Romperlo, aunque sea bajo la excusa de la justicia, no hace más que desnaturalizarlo. Por último, la excesiva atención sobre el referato termina por acentuar las protestas y la intemperancia.
Séptimo partido. San Lorenzo (0) – Banfield (1). Un partido trascendente en la lucha por el campeonato. Los dos se jugaban mucho y, como se podía esperar, salieron a cuidarse. Banfield con una táctica equilibrada: atención a la marca en el medio, pero siempre con la posibilidad de sorprender de contragolpe con jugadores que saben hacerlo. San Lorenzo, con un libreto un poco disparatado: tenía que salir a ganar, pero para Simeone eso implica poblar el medio campo de luchadores y suponer que son creadores. Pero ¿cuánto fútbol pueden generar empujadores sin inspiración como Reynoso, el Chaco Torres, el Burrito Rivero, el mismo Kily González o Menseguez y Romeo arriba? Muy poco, salvo cuando logran, en un día excepcional, estar por encima de sus posibilidades. Después del bajón anímico de la eliminación en la Sudamericana, el domingo no era evidentemente un día para milagros: así, San Lorenzo chocó y chocó contra una serena defensa de Banfield a la que solo podía inquietar con una incursión por sorpresa de Pintos. En el segundo tiempo, Simeone se tiró otro lance sin sentido con la entrada de Fernando Meza (¿por qué no usar a Rovira, por ejemplo, por qué seguir quemando jugadores?, ¿por qué hacer siempre tres cambios como si el fútbol fuera una especie de ajedrez rápido?) y tardó demasiado tiempo en poner finalmente al Papu Gómez. No le alcanzó, porque Banfield ejecutó un contragolpe a la perfección: Silva para Erviti, Erviti para Fernández y gran definición del uruguayo, uno de los pollos de LLP. Después, San Lorenzo siguió chocando, creó poco riesgo y en el poco que creó estuvo Luchetti, un arquero inteligente y capaz de aguantar resultados. Banfield fue más que San Lorenzo durante todo el campeonato y fue más el domingo también.
Lunes. Ahora es lunes, un rato antes de viajar a Mar del Plata. La de ayer fue una jornada con tres partidos importantes y un saldo positivo. En estos días escuché a Araujo quejarse en cada transmisión de que los jugadores son malos. Hoy La Nación publica una nota editorial firmada por Ariel Ruya con el extraño título “Se divierte en el país de ciegos”, en la que se sostiene que el fútbol doméstico es mediocre. “Es muy pequeño todo”, dice Ruya. “No hay grandes conjuntos. No hay grandes figuras. No hay descubrimientos tácticos. Y continúa: “Cualquiera le gana a cualquiera. Y cualquiera pierde con cualquiera. Ese es el punto: no hay esperanza de crecimiento. Sólo emoción.” Pero el lamento de Ruya está desfasado. No voy a sostener aquí que el torneo es genial. Pero, para empezar, es completamente falso que “cualquiera le gana a cualquiera”. En LLP hemos hecho notar que los de abajo no le suelen ganar a los de arriba. Es decir, Banfield, Newell’s, Estudiantes, Colón, Vélez, Argentinos, e incluso San Lorenzo, Independiente y Central no han perdido casi nunca con los diez últimos de la tabla. Y esa es la verdadera peculiaridad del torneo: que los equipos que están mejor pueden tener algún altibajo, pero rara vez caen contra los que andan realmente mal. De modo que no es cierto que los partidos sean impredecibles. Al contrario. Por otra parte, actuaciones como las de Silva, Boghossian, Broun, Ortigoza, Cristaldo, Jara, Morales entre los nombres que se me ocurren al vuelo (más algunas cátedras de Riquelme o Verón) muestran que hay figuras y hasta algunas revelaciones. No me parece, además, que Newell’s, Argentinos, Colón o Central sean muy convencionales en la táctica y hasta el cuidadoso técnico de Banfield tiene sus ideas. Lo que sí está ocurriendo es que los grandes están pasando un muy mal momento que se acentúa en cada torneo que pasa. Está claro que en el fútbol argentino faltan todos los jugadores que emigraron, que hay demasiada tensión innecesaria, que se cuida demasiado el arco propio. Pero no es para tanto. No sé qué pasaría si uno tuviera que ver todos los partidos de España o de Italia. Y, por otro lado, basta ver la lección de fútbol que dio el domingo Estudiantes como para convencerse de que las cosas son mejores de lo que algunos mitos periodísticos ayudan a sostener.
Octavo partido. Esudiantes (3) – Vélez (0). Estudiantes volvió a ser el equipo que está en un escalón futbolístico más alto que el resto. Habíamos tenido esa sensación al principio del campeonato, pero una serie de partidos poco convincentes nos hicieron pensar que el equipo se había desinflado. ¿Era un espejismo o Estudiantes es capaz de verdad de hacer ciertas cosas que sus competidores no practican? Me refiero a tener la mayor parte del tiempo la pelota, jugarla por abajo y con precisión, presionar siempre y atacar en todo momento, tratar de terminar los partidos no solo con más diferencia a favor sino con brillo y suficiencia. Ayer Vélez padeció a ese Estudiantes que jugó el mejor fútbol que se haya visto en el torneo, un equipo que se fue envalentonando con el toque hasta lograr el gran gol de campeonato: diecisiete pases seguidos (parecido al segundo de Argentina a Serbia en el último mundial) entre los que se alternaron los cortos con los largos, los horizontales con los verticales, la pausa y la aceleración hasta terminar en una exacta definición de Benítez. A esta altura no creo que Vélez, del que hasta nosotros elogiamos el plantel, se pueda dar el lujo de jugar sin Moralez o de dejar a Caruso en el banco. Por otra parte, es la primera vez que veo a sus jugadores perder la compostura. Bueno, no es común comerse un baile así en estos días.
Réferis. Otro de los mitos del periodismo deportivo actual e que los arbitrajes son malos. Araujo lo dio con todas las letras: sólo Baldassi y Pezzotta están en un nivel digno y los demás apestan, pero en dos años, gracias a la gestión de Scime con el apoyo de Grondona habrá una camada genial de réferis. Pero si uno analiza los arbitrajes de la fecha (cuando los partidos empiezan a ser decisivos), se ve que salvo el absurdo carnaval de tarjetas de Faraoni y las vacilaciones de Giannini (dos de los futuros cracks, al parecer) el resto dirigió bien o muy bien, desde los veteranos como Collado y Furchi hasta los novatos como Loustau. Sí, hubo un penalcito a Menéndez de Lanús y se puede discutir un rato si hubo otro contra Mouche. Pero, nuevamente, me gustaría que se compararan los arbitrajes de la fecha 13 con los del torneo español, el brasileño o el francés. Es un invento esto de que hay muy malos arbitrajes. Pero es un invento pernicioso, porque de tanto repetirlo la gente lo termina creyendo.
Noveno partido. Boca (0) – Colón (0). Por ejemplo, el técnico y los jugadores de Boca se creyeron o simularon creerse lo de los arbitros y, como ya confesó que lo hace Gallego, salieron a intimidar a Luis Alvarez, un debutante en la Bombonera. Alvarez se equivocó en los dos primeros fallos: le compró una caída al Bichi Fuertes y, tras cartón, inventó un foul en ataque de Nieto. Pero después acertó casi siempre. En particular, no cobrando los mil penales que le reclamaron Palermo y Basile. Fue uno de los peores partidos del FPT. No hubo situaciones de gol y quedó demostrado que Boca sin Riquelme no tiene ataque y Colón con Mohamed no tiene vergüenza: está ahí del campeonato y no lo va a buscar.
Ultimo. Llegamos a Mar del Plata justo para ver el último partido de la fecha. En principio, uno de los menos atractivos del torneo. Pero lo nuestro es un sacerdocio. Lo que sí pude comprobar viendo Huracán – Arsenal en la habitación del Hermitage es que no está nada mal ver fútbol en un televisor más grande.
Décimo partido. Huracán (1) – Arsenal (1). Las expectativas se confirmaron y el partido fue malo. Arsenal empató faltando cinco segundos para que se cumplieran los tres minutos de descuento. Pero no se llegó a ese desenlace por casualidad. Huracán sin el Rengo Díaz y Arsenal sin Jara no son precisamente los equipos con más poder ofensivo del planeta. Huracán jugó un poco mejor que su rival. Erró un penal en el primer tiempo y un par de goles en el segundo. Pero cuando después de un golazo parecía que Arsenal no lograría inquietarlo con su ofensiva de algodón, ocurrió algo interesante. El visitante, lejos de lanzarse al ataque, se dedicó a asegurar que Huracán no pudiera salir fácilmente de contragolpe. Pero, poco a poco, se fue adelantando en el terreno, más por presión psicológica que futbolísitca. Huracán hizo lo que hacen muchos equipos: pensar más en el reloj que en la posibilidad de aumentar. Así, llega un momento en que los ataques son un simulacro y tienen como único objetivo perder un poco de tiempo teniendo la pelota. Pero así es como, inconscientemente, los jugadores se terminan refugiando atrás y hasta se ponen nerviosos a la hora de rechazar. Así ocurrió en la última pelota sobre el área, que no parecía difícil, pero varios defensores le pifiaron y hasta el arquero Monzón mostró manos de manteca en ese momento crítico. No me gustaría estar en la piel de los jugadores a los que le pasa eso. Son golpes que se prolongan en los próximos partidos.
Pregunta. ¿Alguien me puede explicar por qué diablos se juegan tres partidos el lunes que viene en lugar del sábado o el domingo? Gracias.
Foto: Flavia de la Fuente
noviembre 10, 2009 a las 6:48 am
Hola Q.
Los resultados de ‘San Lorenzo – Banfield’ y ‘Huracán – Arsenal’ los pusiste equivocados; aunque está justificado por la prisa que parece tenías este fin de semana.
De todos modos, me estoy convirtiendo en un fiel seguidor de las crónicas futboleras, mi ahora principal punto de conexión con el fútbol argentino, que desde Barcelona veo muy poco.
Un saludo
noviembre 10, 2009 a las 8:14 am
Perdón, les hago una pregunta: ¿me parece a mí o se perdieron un par de artículos y unos cuantos comments? Saludos.
noviembre 10, 2009 a las 8:24 am
y la foto?
noviembre 10, 2009 a las 8:42 am
No es idea tuya. Se perdieron (al menos) el artículo de la llegada a MdP por el festival y un montón de comments.
noviembre 10, 2009 a las 8:53 am
«La combinación de un cínico y un papanatas como la que arman MA y JR puede ser verdaderamente letal. » Gran frase.
Vi poco porque estaba en Mar del Plata pero en el partido de River me llamó mucho la atención lo de Julio Ricardo y los codazos. Dijo «A los que cobran los codazos los sancionan», supongo que por Laverni. Es como si Laverni y Julio Ricardo vivieran en otra dimensión, donde la gente tiene cuatro brazos, un par extra que los demás no podemos ver y que se usa para golpear al rival.
(borren el que mandé con la dirección de mi mujer, perdón!)
noviembre 10, 2009 a las 8:54 am
Galois, lo vi a Pitrola anoche con Morales Solá, estuvo realmente bien.
noviembre 10, 2009 a las 9:05 am
Sí. se perdieron un par de posts.
No sé qué pasa.
Q
noviembre 10, 2009 a las 10:38 am
Yo lo bancaba a De Paoli! Voy a prestar mas atención…
noviembre 10, 2009 a las 10:54 am
Muy bueno Q.
La verdad que fue un partido horrible, no sé cuantas veces mire el tiempo de juego, ¡parecía que estaba frenado! Creo que hasta me dormí un par de veces en el sillón, digo creo porque cuando lo vi a Palermo, a mi querido Palermo, en el final protestar tanto no entendía nada, ¿qué protesta éste me dije? Luego del desastroso partido que habían hecho lo mejor era saludar y rapidito irse a los vestuarios.
noviembre 10, 2009 a las 11:14 am
Q. si no me equivoco, se juegan tres partidos el lunes porque el sábado juega la Selección contra España.
noviembre 10, 2009 a las 11:30 am
¿Es un partido especial a 360 minutos?
Q
noviembre 10, 2009 a las 11:39 am
Más allá de que el modus operandi del Racing Club está signado por el más absoluto dislate (digamos, desde el gol de Cárdenas para acá) no consigo entender cómo es que sus directivos eligen a Claudio Vivas para la dirección técnica del equipo. La desorientación que muestran los jugadores es demasiada como para ponerlos a cargo de un tipo que practicamente desconocen. Aparte, acaso no ven fútbol los dirigentes de Racing? No recuerdan la campaña de Vivas en Argentinos, un equipo que anduvo bien hasta con el inútil de Gorosito? Con el buzo del club y ese flequillo de buen alumno, Vivas pasa practicamente desapercibido en el banco de suplentes…
noviembre 10, 2009 a las 11:40 am
Pasaron a Estudiantes para el Lunes porque juega mañana con Central.
noviembre 10, 2009 a las 11:56 am
Gustavo: yo no lo pude ver (grrrr!), aunque me alegro que haya estado bien.
Salutes.
noviembre 10, 2009 a las 11:59 am
Quintín: estás perdiendo el tiempo con el fobal vernáculo. Yo me vi el concierto sinfónico del Arsenal, el show de goles entre la Juve y la Atalanta y el tre-men-do derbi de Madrid, más el hermoso Liverpool Birmingham.
La felicidad está unos canales más arriba
noviembre 10, 2009 a las 12:20 pm
Me parece que lo de los partidos en los lunes es por horario de verano, para poder televisar todos y que no jueguen al mediodía con temperaturas asfixiantes. O será para subir el rating de los lunes del 7.
noviembre 10, 2009 a las 12:32 pm
Galois, efectivamente estuvo bien y el Toti Flores también. El otro día te mandé un elogio para Altamira también, quien me sorprendió por su nivel de conocimientos y como un lúcido intelectual.
noviembre 10, 2009 a las 2:08 pm
Quntín cuando hablás de apretadas sumale esta «novedad» de la que me parece no estás al tanto:
«Sudáfrica para todos
El Gobierno arregló con 12 barras de Primera apoyo político y banderas a cambio de un all inclusive en el Mundial para 280 violentos. La movida largó esta fecha.
GUSTAVO GRABIA | ggrabia@ole.com.ar
El Estado ya financia la televisación del fútbol por el canal estatal. Considerado un bien cultural, se podría discutir si está bien que todos los argentinos pongan de su bolsillo dinero para que los hinchas de clubes de Primera vean a sus equipos, porque el Ascenso sigue en el cable. Pero lo que viene es demasiado: el Gobierno armó un plan con 12 barras de clubes de Primera ofreciéndoles planes sociales y all inclusive al Mundial de Sudáfrica para 280 barras, a cambio de apoyo publicitario en las canchas y de tropa en las calles. Y la movida empezó esta fecha. En la mayoría de los estadios, las barras lucieron una bandera que decía «Hinchadas Unidas Argentina», con la iconografía de «Kirchner vuelve» y «Viva el Pingüino» a ambos extremos. Porque si arreglamos con los violentos, no vamos a andar con sutilezas».
http://www.ole.clarin.com/notas/2009/11/08/futbollocal/02036553.html
¿Para cuando el escrache a Cotto con los barras por no financiar el futbol «nacional y popular»?
noviembre 10, 2009 a las 2:27 pm
Faltan un millón de comentarios en los últimos posts, por ej. «Carrió habla» marca 320 pero se perdieron un montón.
noviembre 10, 2009 a las 3:16 pm
¡Nos afanan los comentarios!
¿y los derechos de autor?
(malditos K)
noviembre 10, 2009 a las 3:37 pm
Fue gracioso ver después de uno de los mil reclamos de JR por un codazo de un defensor altísimo de Newell´s a Buonanotte que los dos jugadores charlaban y el lungo le mostraba con un gesto muy claro que él puso el hombro pero como el de River mide un metro cinco le llega al codo. Obviamente al comentarista se le escapó la secuencia porque estaba en su cruzada sorda.
Llego tardísimo pero quería felicitar a Noriega por la nota del burro. Ramón Díaz diciendo «me cagó» cuando Ariel la metió un ratito después de negarse a salir me sigue haciendo sonreír cada vez que la recuerdo.
noviembre 10, 2009 a las 4:08 pm
En el partido de independiente y en el de lanus habia unas banderas bien kichneristas en las tribunas….anda a saber que andara pasando.
noviembre 10, 2009 a las 6:56 pm
«Ayer, durante la primera media hora, me pareció que estaba viendo jugar al campeón. Newell’s»
No me emocione tanto don Quintín! Estuve en la cancha y lo sentí así. Y otra cosa, que me pasó pocas veces. Siempre uno tiene la sensación de que Ñuls al final va a ganar. Después del gol de River nadie se asustó, estábamos esperando el segundo de Ñuls, como si todo estuviera guionado. Y así fue. Ojalá sigamos. Sería un éxito para una dirigencia nueva y profesional que está dejando atrás al oscurantismo lopecista.
noviembre 10, 2009 a las 10:35 pm
Q,
la fragmentación en 10 franjas horarias distintas (esa que defendés a muerte), más el partido de la selección el sábado, más la restricción horaria de jugar post 16:00 por el calor hacen que la fecha se desdoble así. Abrazo.
noviembre 10, 2009 a las 11:53 pm
Pero no es nuevo el vínculo del Gobierno con las barras de Boca y River: en una misma fecha, el campeonato pasado, tanto La 12 como Los Borrachos mostraron banderas muy prolijitas contra Clarín. Y cuando se escriba algún día sobre la vergonzoza, lamentable y deshonesta administración del Panza Aguilar en River, probablemente un capitulo esté dedicado al arreglo que el Presidente millonario hizo con el poder político (y judicial) para encarcelar a los Schenkler -la fracción opositora de la barra- justo en un año electoral.
¿Alguien me puede explicar como un inutil y un mafioso como Aguilar pudo cumplir enteros sus dos mandatos?.
noviembre 11, 2009 a las 10:32 am
Según el libro de Grabia, por aquellas banderas que dice Santi, el gobierno le pagó a la Doce 100 mil pesos. El arreglo lo hicieron Cabandié y gente de un ministro que no quiero no nombrar pq estoy citando de memoria y no estoy seguro.
noviembre 11, 2009 a las 10:44 am
Te contesto: con el apoyo de otros mafiosos de mayor envergadura.
Porque si a Carrió le faltan caramelos en el frasco, a otro le sobran lapiceras del municipio de Quilmes en el escritorio.
noviembre 11, 2009 a las 12:55 pm
El nexo de la 12 con el Gobierno lo hizo el inútil del presidente de Boca, Amor Ameal, quien tiene una excelente relación con Kunkel y con Cabandié.
noviembre 11, 2009 a las 1:55 pm
Santi: ya que Amor Ameal aprovecha sus contactos con el gobierno para conseguirle pasajes a la 12, por qué no se pone las pilas y nos consigue un par de penalcitos? Digo… ya que estamos en tren de pedir cosas…
noviembre 11, 2009 a las 4:35 pm
Porque mientras Bianchi sea el manager, a Boca lo van a tirar a matar.
noviembre 11, 2009 a las 8:51 pm
No importa, a muerte con el Virrey.
noviembre 11, 2009 a las 11:20 pm
Totalmente. Aunque la AFA no quiera…
Te digo algo: me gustaría que Román termine su carrera en Boca, pero si se va al Corinthians a jugar con Ronaldo, Roberto Carlos y Defederico, va a ser un espectáculo. En 2010, todos con el Timao.
noviembre 12, 2009 a las 2:55 am
Que Macri se preocupe por la ciudad y de paso que Elio Rossi cierre el pico.
noviembre 12, 2009 a las 12:40 pm
Si Boca no entra a la Libertadores, mi equipo es el Corinthians. Es más, si llega a jugar acá (ojalá le toque un grupo con equipos argentinos) sería una obligación ir a ver al grandioso Gordo Ronaldo. Y si también juega Román, fiesta.
noviembre 12, 2009 a las 3:37 pm
¿En qué se parecen Marcos Cáceres (Racing) y Tito Noir (Boca)? En que a los dos les rompieron los ligamentos cruzados de la rodilla: al paraguayo, Sanchez Prette (Newell’s) y a Noir, Jorge Curbelo (Godoy Cruz).
También se parecen en que a ninguno de sus agresores los expulsaron directamente: SP fue amonestado y como ya tenía una amarilla debió dejar la cancha; JC no recibió ninguna tarjeta por su vehemente entrada.
Pero en lo que más se asemejan es en que pese a haber sido lesionados en distintos partidos y por distintos jugadores, el árbitro que no juzgó como expulsión directa a sus agresores es el mismo: Furchi. Eso en FPT no lo dijeron todavía.
noviembre 12, 2009 a las 4:03 pm
Partido raro el de Estudiantes: el gol en contra de su máxima figura y referente lo demolió anímicamente… y ni hablar del segundo, sobre el final de un primer tiempo cuya conclusión el Pincha deseaba en forma desesperada. Por otro lado, es notable el bajo nivel de Enzo Perez, quien había arrancado el campeonato como para transformarse en un a de sus figuras. Creo que en este caso el karma vuelve a tallar: luego de festejar su gol frente a la hinchada de Boca en forma bastante estúpida (mirando a la gente, tomándose significativamente la ingle), no volvió a ser el de antes. Cuidado, Enzo. Saja cometió el mismo error y desde entonces jugó 3 partidos oficiales contra Boca y recibió 12 goles.
noviembre 15, 2009 a las 9:48 pm
El segundo tiempo de River contra Atlético fue tan bueno como malo fue el primero. Fueron los mejores 45´ de River en 2009 y si me apuran, desde el 2008 también.
noviembre 16, 2009 a las 8:38 pm
El desconcierto de la defensa de River en el primer tiempo era increíble… Nicolás Sanchez parecía estar bajo los efectos de un opiáceo.
noviembre 16, 2009 a las 11:19 pm
Si el fútbol se jugara sin arcos, Central sería Campeón del Mundo.
noviembre 16, 2009 a las 11:35 pm
Che, ni una palabra del partido con España.
¿Nadie quiere arriesgar?
¿Se entiende que Messi sería el mejor jugador del mundo jugando en España en la forma que ataca, muchas veces llegando con 7 hombres?
Verlo en Argentina jugando en solitario con el Pipita da lástima por la forma en que se desperdicia un jugador y fundamentalmente, un esquema de juego concreto y pòsible.
A veces es tan notable la falta de movilidad de los volantes en ataque que uno tiende a pensar que es una táctica para engañar y cambiar en el mundial. (je).
noviembre 16, 2009 a las 11:45 pm
janfiloso, casí desistí de opinar sobre la Selección, porque un equipo que se da el lujo de descartar a un técnico como Bianchi y a un jugador como Riquelme no merece ni siquiera participar de un Mundial.
Es la peor Selección Argentina de los últimos 40 años: aburrida, apática, deprimente y vulnerable.
España no jugó contra Argentina: se entrenó.