Otra lectura sabatina
por Juan Villegas
Hace una semana escribía un breve y no muy feliz texto acerca de la edición del sábado 29 de diciembre del suplemento de cultura del diario Clarín. Sostenía ahí que la suma de notas no me había interesado en general, salvo alguna excepción aislada. El tono era innecesariamente burlón, incluía algunos malos chistes, era desganado, canchero y sobrador. Creo que hablaba más de mis pocas ganas de reflexionar sobre lo leído que de la falta de interés de las notas.
Caí, sin querer, en el error común de subvalorar los suplementos culturales de los diarios argentinos. El Ñ, sobre todo, es objeto de burlas varias por intelectuales y lectores supuestamente cultos. El Radar tiene algún raro prestigio, no del todo justificado en los últimos años. Desde hace unos meses, tenemos también el adn de La Nación. Con respecto a este último, circula un chiste fácil, aunque efectivo: llamarlo adñ. En esta broma está claramente implícita la idea de que La Nación habría tomado, a partir del cambio de imagen y contenido de su suplemento cultural, un perfil populista, más cercano al de su competidor Clarín. La idea me molesta. ¿Alguien recuerda lo que era el suplemento cultural de La Nación hasta hace unos pocos meses? Parecía escrito, editado y diseñado hace cuarenta años. Me quedo toda la vida con el adn de ahora, aunque haya muchas cosas para criticarle. A mí, particularmente, me parece que todavía no encontró su tono, que está en una búsqueda que lo deja en una hibridez peligrosa. Lo que quiero decir es que hay que recordar que todo juicio es relativo. Para decir que algo es bueno o malo, hace falta tener un parámetro. Creo que es justo comparar lo que son hoy los suplementos culturales de los dos diarios argentinos más importantes con lo que eran hace no mucho tiempo. También los podríamos comparar con los suplementos culturales de The Guardian, The New York Times o la Folha de San Pablo (por nombrar algunos que conocí de pasada y me parecieron interesantes), pero solo serviría para tener horizontes de calidad posibles. Digo que sería algo bueno de hacer, pero siempre que sepamos qué es lo estamos haciendo.
No quiero sonar conformista, pero el Ñ está claramente por encima de la media promedio del periodismo argentino. Puede que no sea mucho, pero es bastante. Antes de criticar y burlarse del Ñ, yo me ocuparía en señalar la progresiva estupidización que ha sufrido el suplemento de espectáculos de Clarín. Hace un par de meses, durante una mesa redonda sobre la crítica de cine, Diego Lerer recordaba que La Libertad, la película de Lisandro Alonso, fue tapa del suplemento. Y señalaba, con tristeza y resignación, que hoy eso sería imposible.
Una de las motivos de burla más usual en contra de Ñ es el uso de recuadros explicativos acerca del artista, filósofo o quién sea objeto de un artículo. Por ejemplo, en la edición de hoy, hay una nota acerca de la obra de Federico Fellini. Un pequeño recuadro, titulado “Fellini básico” señala los datos biográficos destacados del cineasta. ¿Está mal? Alguien podría decir que si un lector no sabe quién fue Fellini, mejor que no se ponga a leer. También es cierto que lo de básico es un poco básico. Sin embargo, que un suplemento cultural sea un lugar de divulgación no me parece un problema. El que sienta que le sobra ese recuadro, que no lo lea: es evidente que no está escrito para él. En cambio, la idea de que los suplementos culturales son pobres, que los textos carecen de interés, que las ideas son poco profundas, que hay ausencia de debates reales y a fondo y que los columnistas son perezosos es más difícil de refutar. Es que en muchos casos todo eso es cierto. Pero también es cierto que hay notas interesantes, que aparecen ideas novedosas, que surgen debates apasionantes y que hay columnistas que se toman su trabajo con seriedad y dedicación. Es un poco lo que pasa con la televisión. Es fácil criticarla, decir que está llena de basura. Más difícil, pero mucho más valioso y productivo es entender que la TV es lo que es y no otra cosa y, a partir de ahí, poder descubrir las perlas, encontrar placer, divertirse y esperar que se genere un espacio para la reflexión. El Ñ es el Ñ. Podría ser mejor. Eso está claro. Por esto, tal vez, esté bien señalar los defectos y apuntar con firmeza hacia las miradas conservadoras, simplificadoras o maniqueas. Pero siempre hay que recordar de qué estamos hablando.
El jueves pasado, la nota de tapa del suplemento de Espectáculos de Clarín era una nota sobre los escándalos de las hermanas Spears. Y no es que la nota fuera una forma indirecta de promocionar la salida de algún disco o película, método nefasto del periodismo actual pero al que ya estamos un poco acostumbrados. Lo grave del caso era que no había ningún hecho artístico referido en las tres páginas que se le dedicaban a Britney y su hermana. Del Ñ se puede decir cualquier cosa, pero nunca que no es un suplemento cultural.
La edición de hoy trae, entre otras cosas para destacar o discutir, una muy buena columna de Gonzalo Garcés sobre literatura argentina y política, en la que cita como disparadora del texto a la discusión que se generó el mes pasado en La Lectora Provisoria. Más tarde, o mañana, pienso escribir algo sobre este artículo.
Y hay otra mención al blog en el mismo número, récord que va a ser difícil de igualar. Patricia Koslesnicov hace una crónica de la aceptación de Wolf como director del Bafici y la polémica que se generó acerca de esa decisión, entre Quintín y Flavia por un lado, y Sarlo por el otro. Koslesnicov narra y describe, pero no opina ni toma posición. Por lo menos eso me pareció a mí. El que también se refiere al Bafici es Carnevale. Elogia la elección de Wolf, manifiesta su respeto por el prestigio del Festival, aún cuando no comulgue del todo con el perfil cinematográfico y su excesivo apego a las vanguardias y rescata el deseo de Wolf de ampliar la experiencia cinéfila del Festival al resto del año. Pero lo que es imperdible es este fragmento: “La muestra arrancó en 1999 con Andrés Di Tella a la cabeza, siguió con Quintín (defenestrado en circunstancias más bien escandalosas) y prosiguió con el austero Fernando Martín Peña.” Esto se llama deshonestidad intelectual. Reducir la gestión de Quintín a esa frase, que tiene la suficiente ambigüedad para no estar diciendo nada pero a la vez sembrar un manto de dudas sobre la persona de Q, es mal periodismo. No queda claro si lo escandaloso fue la forma del despido, con lo que coincidimos muchos, o si el que provocó el escándalo fue el propio Quintín. Más justo era no decir nada.
Foto: Flavia de la Fuente
enero 6, 2008 a las 10:30 am
La realidad es que leo siempre Ñ y adn. Algunas veces, de punta a punta. Otras, solo paso las hojas. Pero muchas, encuentro notas realmente interesantes, puntas por donde empezar a rastrear ideas o autores.
Que pueden mejorar, claro.
Pensé lo mismo cuando leí lo de Carnevale, de mal tipo lo que hizo.
Por otra parte, leer varias menciones a lo que se discute en LLP me produjo algo extraño. Tanta gente…
¿Qué hago yo escribiendo acá? Mejor me voy!
enero 6, 2008 a las 2:12 pm
¿Por qué no mencionas el suplemento Cultura Perfil? Creo que, de vez en cuando, publica notas superiores a los dos ya mencionados.
Sin embargo, creo que ADN tiende a ser superrio a Ñ, en cuestiones de contenido.
enero 6, 2008 a las 2:13 pm
están discutiendo Ñ como si se tratara de una antología de notas: ésta es buena, aquella no. llegando, en el caso de quintín, a otorgar puntos como goles según cantidad de buenas notas. como crítica cultural, esta suerte de nuevo arranque en LLP es, como decía un comentarista hace unos días, peor que un comienzo de tipo «iba caminando por la matanza con un choripán en la mano…».
dos cosas: lo que Ñ omite, lo que cualquier sistema omite (esto es metodología básica para una crítica cultural, disculpe el lector culto común) y lo que Ñ repite, lo que exhibe. quizás por ese lado se pueda ir llegando a un examen.
hay que pensar también en todos esos hombres solos, inorgánicos, desorganizados. de ellos depende, parece, la posibilidad de que Ñ mejore. también, y esto hay que decirlo, de ellos es un mérito: los suplementos culturales locales, pese a todo, son mejores que la media internacional neoliberal. villegas afirma que el de la folha de sao paulo es mejor, yo doy por hecho que se está confundiendo porque frecuento el suple cultural (que es diario) de la folha y es una reverenda cagada que además no supera nunca las 12 páginas, dos de las cuales las ocupan fotos de gente linda en bares como ese 898 que acá se describió con entusiasmo.
enero 6, 2008 a las 2:22 pm
No entendí el comentario. ¿Hay un método bueno para la crítica cultural? ¿Cuál es el problema con mi nota? ¿Que no se adapta a no sé qué canon de no se que librito? ¿Qué parte es la que te parece mal? Digo, así discutimos de algo y no de nada.
Y otra pregunta. ¿Dónde es que se habló «con entusiasmo» de 878? ¿Acá?
Q
enero 6, 2008 a las 3:23 pm
Hola
Cierto; no opino ni tomo posición, quería hacer una reseñita de la discusión para llevarla a los muchos lectores de Ñ que no acceden con tanta asiduidad a Internet; por ejemplo porque viven en puntos muy alejados. Digo: aprovecho las ventajas que le van quedando al papel. Saluti
enero 6, 2008 a las 3:34 pm
Patricia, ex vecina:
Saludos desde San Clemente y muchas felicidades!
FyQ
enero 6, 2008 a las 3:35 pm
Curioso que con Radar yo tengo la misma sensación, desde hace ya un tiempo me gusta mucho menos. No se si cambié yo o el suplemento. Me parece que Radar en un momento empezó a depender más de difundir notas ya publicadas en otros lados, pero no estoy seguro.
Y hablando de notas de P12, me parece excelente esta publicada hoy, sobre la corrupción en el sistema judicial, algo realmente escandaloso:
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-97098-2008-01-06.html
Es una nota mas en el diario progre. Si notas como esta fueran tapa de los diarios mas populares (en vez de cosas como «Emanuel la terrible historia del niño nacido en la selva colombiana») otra sería la Argentina.
enero 6, 2008 a las 4:37 pm
Me parece bien que en Ñ pongan un recuadro con los datos biograficos del autor; no todos tenemos que tener un posgrado para acceder a un suplemento cultural!!! Se supone que es el diario màs leido, entonces debe brindar al lector las herramientas para entender sus contenidos. Y si ya saben quièn es (p ej ) fellini o bergman no lean el recuadro y listo, Esa es una cuestion de ghetto cultuarl de elite que no me interesa. Y aclaro que no tengo ninguna relacion con Clarin.
enero 6, 2008 a las 4:38 pm
Patricia,
Gracias por ser tan buena editora!!!!!!
enero 6, 2008 a las 5:03 pm
Patricia,
gracias por la aclaración. Era lo que parecía.
enero 6, 2008 a las 7:37 pm
Recomiendo fervientemente el suplemento cultural (no suena horrible esta combinacion?) de PERFIL, ampliamente superior en la relacion interes/paginas, lo peor que tiene: Sebreli y su permanente «odio al presente» como dijera Tomas A., lo mejor: las notas de Tabarovsky.
enero 6, 2008 a las 8:41 pm
¿Quien soy yo para bajarle el pulgar a un columnista de ñ? Y sin embargo quiero escribirlo: las columnas de Birmajer me parecen de lo peorcito, lejos, de ñ. Y no se trata de su critica a ciertos blogs.
Creo que, si se las lee en conjunto, aparece un primer problema:Birmajer imagina un publico y escribe para satisfacer la demanda de ese publico.
Un escritor que escribe ante todo pensando en crearse un perfil agradable para sus lectores, que escribe para agradar, que piensa primero en el efecto mas que en la necesidad de lo que escribe, suena a redaccion de maestrita primaria. Es una escritura que intenta cierta confirmacion de ideas o estereotipos que crean una complicidad con el lector, pero que no redefine el pensamiento sino que provoca una sensacion de comodidad, de vuelta a un orden burgues «natural»
enero 6, 2008 a las 9:43 pm
Juan que corno paso con tu blog??????????????
pq dejaste de escribirlo????????????
abrazo
enero 7, 2008 a las 1:13 am
Hablemos de Fellini, cuantas películas de las que dirigió envejecieron bien ehh?
enero 7, 2008 a las 9:03 am
La eñe tiene cosas buenas y otras que directamente no se comprenden. Las notas sobre Foucalt o Derrida o, en general, sobre filosofía o sociología nunca se entienden, en parte porque están mal explicadas y también porque a los que las escriben les interesa menos la comprensión de sus lectores que el lucirse ellos para que la gente diga la pucha cómo sabe este chabón.
enero 7, 2008 a las 10:02 am
En mi opinión no existen diferencias sustanciales entre los diferentes suplementos de cultura. En mi caso (y desde siempre) sigo a determinados periodistas cuyos gustos y opiniones conozco casi de memoria. El nombre del suplemento es anecdótico. De manera que si me entero de la reciente edición local de «Terrorista», de J.Updike, iré derecho a leer la opinión del Fresán (el Fan); cuando estrenaban a Greenaway o a Kieslowski me divertía al leer las discrepancias entre el viejo García Olivieri con El Amante, etc.
Parece que (ahora) todo diario debe tener un regio y aggiornado suplemento cultural que acompañe y compense los efectos deletéreos del de espectáculos (no queremos ficción, no queremos ficcion!!!!!).
En cuanto a lo que dice Villegas sobre el ADN, los suplementos de cultura, la revistas de cine, siempre son irregulares o híbridos, nunca encontrarán ningún tono (¿qué tono?). Se que te referís (utilizando una metáfora futbolera) a saber a qué se juega. Yo nunca me entero, o no me importa.
Los textos de Carnevale dan verguenza ajena. Nunca puedo terminar de leerlo porque me distraigo con mis insultos.
Saludos
enero 7, 2008 a las 11:28 am
Samurai,
El Jeque Blanco sigue siendo muy actual, y muy divertida. La Dolce Vita tampoco tiene ni una pizca de antiguedad, quizá la relación con la esposa. 8 y 1/2 no estoy tan seguro, nunca me gustó mucho. Julieta de los Espiritus la vengo evitando debido a las malas referencias.
enero 7, 2008 a las 12:02 pm
El otro día vi por primera vez I Vitelloni. Pequeña película de Fellini, no demasiado vista, con algún actor muy famoso (Sordi) y alguno que le pasa el trapo a varias docenas (F.Interlenghi).
Como me ocurrió con los actores, me pareció mejor que buena parte de su (sobre) valorada y abundante producción posterior.
enero 7, 2008 a las 12:09 pm
SIEMPRE UN PLACER LEER ESTE BLOG
enero 7, 2008 a las 12:47 pm
ay què linda La dolce Vita, me enamorè de Marcello inmediatamente…
enero 7, 2008 a las 1:22 pm
todo bien, quintín, lo que dije de 898 era un chiste malo. respecto de la polémica ésta, también habría que recordar que Ñ no es un suplemento cultural sino una revista. o sea: compite, estructuralmente hablando, con otras revistas de cultura que, a decir verdad, ya no quedan, del mismo modo que genios competía con billiken y anteojito deslealmente hasta destrozar a estas rivales clásicas. todo a la larga nos remite al negociado de las acciones de papel prensa y el reposicionamiento del grupo clarín a partir de ahí.
por otro lado, te pido, quintín, un consejo. mis hijos, de 7 y 4, van a veranear a san clemente. sabés de un restaurante no (muy) caro pero donde se coma bien, sin mucha fritura y eso?
enero 7, 2008 a las 1:25 pm
Cristian, nosotros salimos poco. Pero si vamos a un restaurant, siempre elegimos El hispano o Marejada, que para minutas está bien y, además, tiene la terraza más linda de San Clemente, frente a la plaza y bajo los pinos.
Saludos,
F
enero 7, 2008 a las 1:58 pm
gracias, flavia, por el dato. no conozco san clemente, yo en verano suelo ir a concepción del uruguay, que tiene una isla en medio del río, cambacuá, que parece brasil. y este verano, puntualmente esta noche, me voy con mis hijos a quequén a hacer culopatín en los médanos. después ellos se van con la madre a s.clemente. así que aprovecho y me despido de LLp por una semana.
enero 8, 2008 a las 10:28 am
En quequén hay un viento teremendo.
enero 8, 2008 a las 3:04 pm
Manuel,
abandoné mi blog un poco por vagancia y un poco por demasiada autoexigencia. Duró una semana, pero me costaba mantener una continudiad diaria, que me parecía necesaria. Además, releía los textos y no me convencían. Pero prometo retomarlo. Avisaré por estos pagos.
Con respecto a Fellini, creo que tiene grandes películas, que deben sobrevivir bien, aunque hace mucho que no las reviso: Los inútiles, El cuentero, La dolce vita, Ginger y Fred, Ocho y medio, Amarcord.
enero 8, 2008 a las 7:47 pm
Villegas, ¿no vas a escribir sobre Garcés y la literatura politica?
enero 8, 2008 a las 8:00 pm
Juan: creo que sí, I Vitelloni sobrevive perfectamente.
Como puse un poco más arriba, la vi hace poco, joven y lozana.
enero 8, 2008 a las 8:15 pm
Para mì la mejor escena de La dolce vita no es la de la fontana di trevi sino la de la fiesta en la casa de Marcello y el final, con èl caminando por la plya, muy nostàlgico.
enero 9, 2008 a las 2:13 pm
Dos cosas:
Una, me parece que aveces sobrevaloramos un poco los suplementos de otros paises y, en realidad, no son tan superiores a los de aca. Sinceramente solo leo (un poco) en italiano y en inglés, y no vi nada que me deslumbrara mucho en los diarios del norte de este mundo. Me encantaría saber francés y ver las reseñas y críticas de medios de ese país pero, quién sabe. Los franceses tambien se han puesto medios «light».
Dos. El Ñ no me parece tan malo, pero tal vez le falta un poco todavía. Y, al ser una revista que pertenece a un medio como «Clarín» en realidad uno debiera plantearles como lector (me parece) una exigencia mayor al resto de las revistas culturales, creo que por culpa de su masividad. Y no hablo de que abarquen temas complejos en lenguaje difícil, sino más bien de que en lugar de ser «comunicadores de novedades editoriales», se dediquen al rescate de literaturas alternativas, a abrir un poco más el panorama fuera del «mainstream literario». Yo les pediría eso, como lectora inquieta que me considero. Por otro lado, lo de Carnevale suena como a queja de resentido, no se.
Con respecto al «Radar», tengo que decirlo, me tiene harta Fresán. La verdad es que todo lo que escribe me suena siempre igual. Se lo nota muy melómano y (obviamente, es escritor) muy leído pero parece que escribiera sus reseñas con una plantilla pre determinada. Y de tan vanguardista aveces me resulta superficial.
Como última cosa (perdón por la extensión), les quería recomendar el sitio de crítica cultural del World Socialist Web Site. Se nota que detras de las críticas siempre hay bastante reflexión de parte de los autores. No parecen hechas con piloto automático.
Saludos a todos.
enero 10, 2008 a las 1:55 am
La Ñ es como el Clarin espectáculos pero con menos fotos.
El Radar son las páginas que le dedica Página/12 a la sección espectáculos, pero con más diseño gráfico.
enero 10, 2008 a las 2:53 am
Ah, y …. «Más difícil, pero mucho más valioso y productivo es entender que la TV es lo que es y no otra cosa y, a partir de ahí, poder descubrir las perlas, encontrar placer, divertirse y esperar que se genere un espacio para la reflexión. El Ñ es el Ñ.»
OK. Un suplemento llamado «cultural» no es un la TV, en todo caso sería un programa de la TV, pero eso sería llegar a decir que la televisión es lo mismo que un diario, que salvo por ser medios masivos de comunicación, no tienen nada que ver. Que la «Ñ» como suplemento cultural se parezca a un programa de televisión es otro problema.
Decir que «El Ñ es el Ñ» obliga a cancelar no solo esta discusión sino cualquier dicusión a posteriori… Es más, diría que dado que el «Ñ» es el «Ñ» (¿eso significa que «bueno… será una mierda, pero es lo que tenemos»?), no escribas más al respecto, ¿para que escribir sobre mierda más mierda?, total «la Ñ es la Ñ», «la TV es la TV» y así sucesivamente…
enero 10, 2008 a las 3:13 pm
Fuí muy fan de Fellini, y luego fuí un ex-fan de Fellini. Hace poco tiempo, y después de muchísimo sin verlas, ‘8 y 1/2’, ‘I Viteloni’, y aún ‘Roma’ y ‘Amarcord’ me pegaron nuevamente muy fuerte. No me interesan mucho las notas sobre don Federico (porque siempre cuentan lo mismo), pero esas películas parecen hechas mañana.
enero 10, 2008 a las 6:02 pm
Vi pocas cosas de Fellini, a mi vieja le gustaba mucho y tal vez por rebeldía le escapé un poco. Pero siempre me intrigó el poder de sus imágenes y hace unos años descubrí que me encantaba leerlo (en dos libros muy interesantes uno «Fellini por Fellin» creo, y el otro es una conversación con un periodista). El tipo es muy lúcido, nada pedante y evita -con estrategias diferentes a la de Ford- que lo pongan en un pedestal o teorizar academicamente acerca de sus obras. Sin embargo, sus palabras, como sus imágenes, atrapan.
enero 10, 2008 a las 6:12 pm
De chico vi fragmentos de Amarcord y me quedaron grabados hasta hoy. Mejor dicho hasta ayer en que pude verla completa en cable. No quiero igualar buen cine con imágenes atrapantes, pero siempre sospeché que esas imágenes reformulaban el mundo con inteligencia, que eran parte de una obra interesante. A pesar de que me chocaba y hasta hoy me choca cierto regodeo en las rarezas de la gente, como si eso fuera lo único interesante de las personas. Pero bueno, no vi casi nada de Fellini, así que lo dejo como una sensación y lo que ví de Amarcord me lleva a pensar que la excentricidad es sólo un punto de partida, no de llegada.
Me gustó Amarcord. Difícil ubicarla en un género, uno se olvida de que está ante una ficción por momentos. Esto último tiene mucho valor dadas las escasas ambiciones realistas de la película. Incluso, son muchos los momentos en que los personajes miran o le hablan directamente al espectador. Y sin embargo, la realidad que transmite ese mundo tan irreal es impresionante, uno se sumerge sin darse cuenta en ese pueblo tan particular(uno, entonces, es parte de ese pueblo tan particular).
En ese sentido su cine es un testimonio con contra del arte como conjunto de reglas y procedimientos. La credibilidad de una ficción no es igual a las formas y métodos en los que ocasionalmente se expresa. De lo contrario, no habría renovación. Fellini hace todo lo contrario de lo que recomiendan los manuales y uno le cree abiertamente.