Jorie Graham y Julie Mehretu
por Dasbald
Yo siempre desconfié de los workshops de literatura hacia los que tantos escritores, incluidos escritores argentinos, han marchado en fila a pulir su estilo, a sofisticarlo. Aunque muchos y buenos escritores han nacido de dichos programas de escritura creativa, quiero decir, muchos han descubierto que eran verdaderos escritores y poetas precisamente en esos lugares, sigo teniendo mis reservas en cuanto a la producción de escritores profesionales, sobrealimentados, homogeneizados, tal vez pasteurizados. Jorie Graham forma parte, o tal vez ya no, qué se yo lo que estará haciendo esta escandalosa mujer, del prestigioso workshop de la Universidad de Iowa, característico por su concentración de poetas y su paisaje amable, de aislamiento utópico y ensueño. Forma parte de esa corriente de poetas del fluir de la conciencia, casi como si los versos fueran arrancados de las puntas florecidas, dolorosas, de una novela. Cada verso una disquisición, un acercamiento al paisaje de lo minúsculo, un arco que va de lo sensible a lo abstracto y vuelve a lo sensible, con un trofeo microscópico. Un arco que siempre mantiene lo confesional bajo control, que busca la sobreestilización del lenguaje. Tal vez una poesía demasiado culta en sus capas y amanerada, pero intensa y de una capacidad perceptiva para el detalle que hace que la lectura se parezca a perderse en una espiral. La pintora que decidí escoger como un contrapunto para acompañar estos dos poemas, Julie Mehretu, tal vez una pintora más adecuada para poetas del lenguaje puro y abstracto como los elitistas de la escuela de Nueva York o la poesía del lenguaje, se aleja exponencialmente del aire intimista y sensual de Graham, vuelve su mirada hacia los lugares públicos, hacia la historia del arte y el paisaje como construcción histórica, donde esta sensualidad se ve atrapada, y los hace estallar. Estadios, malls, mapas, recorridos señalizados, espacios objetivos. En estas pinturas todo es abstracción en su momento de molotov, en su percepción caótica y formal.
La Superficie
Tiene un agujero. No sólo donde me
concentro.
El río aún en bucles, adornándose,
hacia sus re-
formulaciones, frías iluminaciones, apretados
saltos
y remansos–mensajes susurrados que disuelven
al mensajero—
el río brillando en borbotones, fuentes.
Vítreos
olvidos en el río
de mi atención—
y el río de mi atención recostándose—
encauzándose,
rearmándose—luego de los saltos repentinos y bruscos
obstáculos—
y la superficie murmurando sus rizos bajo la atención del viento—
ondulándose al descansar en acumulaciones, suavizándose las permanencias
erráticas
del lecho
frío.
Digo iridiscente y bajo la vista.
Las hojas inmóviles son transportadas.
San Sepolcro
En esta luz azulina
puedo llevarte allí,
habiéndome hecho la nieve
un universo de hueso
por el que mirar. Esta
es mi casa,
mi parte del muro
Etrusco, los limoneros de
mi vecino, y justo debajo
de la capilla,
la fábrica de aviones.
Un gallo
canta el día entero en la niebla
fuera de los muros.
Hay leche en el aire,
hielo en las aceitosas
superficies de los limones. ¡Qué
límpida es la mente,
Santo Sepulcro! Se trata de una niña
de Piero
della Francesca, desabrochándose
su vestido azul,
su manto de atmósfera,
porque tiene que ir
al campo. Vamos, entremos.
Es antes del
nacimiento de Dios. Nadie
se ha levantado aún
para ir a los museos, a la línea
de montaje–cuerpos
y alas—al mercado
de víveres. Esto es
lo que hacen los seres vivientes: entrar.
Se trata de un largo camino.
Y el vestido se abre una y otra vez
desde la eternidad a la
privacidad, y la vida en su seno se agita.
Hacia el corazón,
la tragedia, el momento presente
siempre dado a luz muerto,
pero al entrar, cada respiro
es un botón
que se abre, algo terriblemente
ágil que con sus dedos
tantea cada posibilidad de fisura.
Ilustraciones: Julie Mehretu
Traducción: Dasbald
diciembre 23, 2007 a las 4:39 pm
El texto dice «Santo Sepulcro» pero el título es «San Sepolcro» con «o»
¿ es correcto ?
Si esto sigue así, tal vez en la entrega Nº 1.846 de Dasbald termine entendiendo algo de poesía y de pintura. ! Bien ¡
diciembre 23, 2007 a las 5:34 pm
Lo corrijo siguiendo la buena sugerencia de Janfi. Ya que ni la señorita correctara ni Dasbald parecen estar por allí, vamos con «Santo Sepulcro». Y si no era así, Gabi y Das, avisen.
Besos a todos,
F
diciembre 23, 2007 a las 8:29 pm
Me gustan estos poemas, dasbald. tal vez un poco demasiado serenos, para mi gusto habitual, pero de todos modos de factura perfecta, buena composición y percepción auténtica. La chica parece inclinada hacia Levertov, sobre todo por su manera de cortar los versos, pero con un ojo puesto en la escuela de Nueva York, más en Schuyster que en Ashbery. ¿Cómo los conseguiste?
diciembre 23, 2007 a las 8:33 pm
Igual, propongo que la publicación de poemas sea bilingüe. Se hace en libros y en revistas, ¿por qué no en un blog?También sería útil alguna indicación bibliográfica.
diciembre 23, 2007 a las 8:37 pm
Excelente idea!
No sé por dónde andará Dasbald pero ya se va a enterar.
F
diciembre 23, 2007 a las 10:09 pm
Dasbald se fue al puerto de frutos en Tigre a comprar juncos y mimbres para ambientar sus poemas orientales.
diciembre 23, 2007 a las 10:30 pm
Querida Flavia: el título del poema es San Sepolcro, y en el verso debe decir santo sepulcro como estaba en el original.
maiakovski: creo que comparte un poco los intereses de ambos poetas de la escuela de Nueva York, aunque creo se parece más al último Ashbery que es menos hermético según mi lectura, tiene tal vez el fluir meditativo de el Autorretrato en un espejo convexo con las transparencia de Schuyster. Conocí a Graham por un amigo que a p`rincipios de los ’90 hizo un taller con ella en USA.
En cuanto a publicarlos bilingües te cuento que trato de traducir buscando que los poemas no se lean junto al idioma «original» , sino como si fueran escritos directamente en español en este caso. Una traducción que es acompañada por por su composición en el idioma en el que escribe el poeta, creo sería distinta y estaría dentro de otros intereses que no son los que me mueven en este momento a traducir.
Lo de la indicación bibliográfica puede ser. Por ejemplo se puede visitar la página Poets.org donde el poema este se puede leer en inglés. Yo tengo fotocopias sueltas y una antología. Pero escencialmente traducir estos poemas es una manera de escribir mi diario pero por otros medios. Muchas de las forman que estas traducciones adoprtan a veces se «alejan» del «original» buscando responder preocupaciones del momento. por ejemplo el de SWINBURNE se encuentra en relación con cierta manera que me gusta de leer el poema, cierta luz que recibe de Silvina Ocampo, unos juegos prerafaelistas que llevé a cabo hace un tiempo.
Siempre sigo los consejos de Charlie Feiling al traducir. Decía este que si al traducir a él le parecía que, si bien en el original decía celeste, y él decidía traducir amarillo porque le parecía mejor, era la mejor opción poner amarillo. La traducción en poesía debe ser escritura según mi parecer y no solamente letra, literalidad. Es por eso que si se coloca el «original» junto a la traducción me partece algo no funcionaría entendido de esta manera. Es tal vez una decisión pedante el intervenir un poema de esta manera, pero es la que me satisface.
diciembre 23, 2007 a las 10:36 pm
perdón, escribí Schuyster en vez de Schuyler. No sé de dónde salió ese nombre.
diciembre 23, 2007 a las 10:51 pm
Querido Dasbald:
Ya corrijo mis errores y los tuyos.
Errar es humano.
Besos,
Flavia
diciembre 23, 2007 a las 11:05 pm
Entonces soy humanísimo!!!
diciembre 24, 2007 a las 6:39 pm
Yo te dije F para mi estaba bien ese supuesto anacronismo entre san sepolcro y santo sepulcro, te dije que para mi formaba parte de la «hermética»; pero vos, ! dale que lo cambio ¡ ! dale que lo cambio ¡
en fin F, vos te dejás influenciar por cada ridículo que lo único que leyó en su vida es almafuerte …
(no te des por vencido ni aún vencido)
diciembre 24, 2007 a las 7:55 pm
Janfi mon cher!!