Swinburne y Ryden
por Dasbald
La versión del poema de Algernon Charles Swinburne que he hecho y coloco a continuación, marca, como marcaron tantas veces la repetición de los jardines ideados por este poeta decadente en las palabras pero inmaculado en la vida, un destello dentro de un mundo ideal construido por la imagen antes que por la experiencia, casi como un juguete aprende a llorar porque nadie hay ya en la habitación que le dé cuerda, cosa que lo haría repetir su pirueta una y otra vez al menos por unos breves momentos. El pintor Mark Ryden, creo, acompaña sentimentalmente dicha reconstrucción, dicha arqueología del sentimentalismo, de la decadencia, del recuerdo de una infancia inventada y revivida en las palabras.
Delante del espejo
1
Una rosa blanca en un jardín de rosas rojas
Nunca será tan blanca,
Copos de nieve que ruegan por el perdón,
O como un pino temeroso,
Ya que el duro viento del Este sopla
Sobre esas filas de doncellas,
No cambiarán como este semblante cambia perla por brillante.
Detrás del velo, prohibido,
Cercenada de la luz,
¿En el amor, se esconde la pena,
Se esconde el placer?
¿Es el placer su deudo en dolor?
Rosa blanca de hoja mustia,
¿Eres una rosa cuya vida es breve, cuyo amor es leve?
Neviscas que vientos recios arrecian
Hasta que cada copo afilado
Cae sobre el jardín
Cuyas flores emprendieron vuelo
Mucho antes de que el verano comience
Y los hombres terminen de brindar.
Y la brisa suave se volvió viento del este, y el día suave peste.
2
“Que llegue la nieve, el viento o el trueno
Desde lo alto, desde el aire.
Contemplo mi rostro, y me maravillo
Ante mi cabellera plateada;
Nada exalta o hiere más
A la rosa en su corazón, que esa conmoción producto
Del amor que abandona, o ese labio geminado que no perdona.
“No sabe nada de los amores que le tocaron,
No sabe en absoluto dónde,
¿Eres tú acaso un fantasma, hermana,
Hermana blanca, allí en el azogue tan buscado?
¿Soy yo el fantasma, quién lo sabe?
Mi mano, una rosa muerta,
Yace como blancanieves sobre nieve y yace indiferente, breve.
“No logro distinguir cuáles fueron los placeres
O cuáles los dolores fueron;
Qué pálidos amores nuevos o alhajas
El flamante año lucirá;
Qué rayo de luz caerá, qué chubasco,
Cuál pena o gozo en forma de dones;
Pero sí hay algo que la flor sabe, y es que una flor es suave.
3
Contenta, pero no sonrojada de contento,
Ya que el gozo desaparece,
Triste, pero no abatida por la tristeza,
Ya que la pena se desvanece;
En lo profundo del espejo brillante
Ve como todo lo pasado vuelve a pasar,
Se recuesta la vida bella que una vez tuvo y así todo queda mudo.
Allí ve cómo los relucientes fantasmas de las flores
Cierran sus persianas, se cierran sobre sí mismas;
Y las alas de las horas pasadas en inconciencia
Toman vuelo y se van;
Ve la chispa sin forma,
Escucha por encima de los torrentes fríos,
La boca muerta de tantos anhelos que cantan sus desvelos.
Expuesta la blanca garganta o el rostro inclinado,
Y en los ojos la vigilia acechante,
Contempla cada amor desmoronado,
Sin una razón evidente,
Envejecidos amores y temores marchitos
Bajan por un torrente en el que suenan
Las gotas de un flagelo que es un venero que cae del cielo.
Ilustraciones: Mark Ryden
Traducción: Dasbald
diciembre 21, 2007 a las 5:43 pm
Me gustó mucho.
Hay una dislexia : «Cae sobre le jardín»; corregir le por el.
¿ Si te digo que algunos cuadros me dan Dalí y otros Goya me insultás ?
Abrazo.
diciembre 21, 2007 a las 8:15 pm
No janfi para nada te insulto. Es más, te cuento que Ryden está «catalogado» para el mercado como surrealista pop.
Saludos.
diciembre 21, 2007 a las 8:20 pm
Lo de Goya no lo puedo ver, a mí me remite mucho a Füssli o William Morris o los prerrafaelistas ingleses.
diciembre 21, 2007 a las 11:43 pm
Nada, la cabeza cortada y la sangre y la muñeca partida ensangrentada me pintaron la época negra de goya, pero tené en cuenta que mis conocimientos de pintura son extraordinariamente limitados; por ejemplo, para mi william morris es una estación de tren y le pusieron ese nombre porque tenía un primo famoso que se llamaba philip morris que se llenó de guita vendiendo tabaco, pero de los prerafaelistas ingleses, nada.
mayo 28, 2010 a las 12:05 pm
EXELENTE LO QUE HACE MARK RYDEN