Breve historia de la filosofía 62

El último día

por Tomás Abraham

La muerte de Sócrates es relatada por Platón en su diálogo Fedón. Para quien aún no ha degustado el sabor de los escritos de Platón, no es mal comienzo el que ofrece este texto. Posee dramatismo dada la situación, y un esbozo del pensamiento del filósofo expuesto de modo claro y distinto.

 

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Escena: en la celda a la espera de la muerte por ingestión de cicuta. Personajes: discípulos y familia. Narra Fedón. Se dice que Platón estaba enfermo, por eso no acompañó a su maestro en los últimos momentos de su vida.

Le quitan los grillos. Jantipa, su esposa, está con uno de sus hijos en brazos. Sócrates le pide a Critón que se lleve a Jantipa a casa harto de escucharla dando gritos y golpeándose el rostro. Cebes le pregunta por qué dedicó los últimos días a escribir versos. Responde que lo ayudan a depurar el sentido de ciertos sueños y aquietan su consciencia. De todos modos, la versificación de las fábulas de Esopo y de los Himnos a Apolo, no lo hacen poeta. Siempre vivió “entregado por entero a la filosofía”.

Se trata de un suicidio inducido por sentencia del jurado. El filósofo dice que no hay que tener miedo de morir, por el contrario, no deja de ser una buena noticia. De todos modos no por eso aconseja el suicidio generalizado ni siquiera el programado por capricho individual. El llamado a dar fin a la propia vida debe recibir una orden formal de un dios, algo así como un mensaje en el que se dé por descontada una situación de necesidad.

Los discípulos y amigos son presa de las más variadas emociones. De un modo análogo a los parientes y próximos de un paciente en estado crítico de un hospital, pasan en segundos de una desazón incontenible a la esperanza más infundada. Hay un mundo de señales que se apoderan de las mentes en carne viva que nos hacen reaccionar permanentemente, sin descanso. Nos convertimos en seres reactivos de tiempo completo.

Así estaban los habitantes de esa celda. De repente se reían, y luego lloraban. El único, como siempre, que mantenía un temple continuo, de una amable serenidad, era el maestro Sócrates.

El guardián le aconseja a Sócrates no hablar demasiado para no acalorarse, ya que retarda el efecto del veneno. Sin embargo el maestro en medio de sus discípulos quiere dar su última clase. Su tema nace de la misma situación que están todos ellos viviendo. ¿Por qué la muerte preocupa? No se trata del sufrimiento, de un padecer lento que hace tortuoso el tránsito hacia la nada del abismo. Por el contrario, es un dormirse a medida de un enfriamiento, rodeado por seres queridos, y con el auspicio de al fin recalar en el mejor de los mundos posibles. Si hay acuerdo respecto de esta verdad, Sócrates no entiende el alboroto emocional de sus amigos.

Al notar este defasaje entre la realidad a la que se acerca y aquella que presencia, decide poner en funcionamiento la máquina dialéctica para mostrar la potencia del verbo en la separación de las tinieblas, la fortuna del ser humano que puede mediante el logos, el hilo discursivo, despejar la mente de los engaños del cuerpo y del velo de la ignorancia. Le queda poco tiempo. La caída del sol es el límite de su prédica. Además deberá lavarse antes de beber, quiere evitar al personal que limpia los cadáveres un trabajo que bien puede realizar por sí mismo. No quiere olvidar, además, antes de despedirse de este mundo, brindar por los dioses y hacer una ofrenda por una deuda que no dejará impaga.

Foto: Cora Burgin (Serie Botánico de Barcelona)

31 respuestas to “Breve historia de la filosofía 62”

  1. Medusa Says:

    Sobre el tema del suicidio inducido (eutanasia) hay una muy buena obra de teatro que se llama Cangrejal, en el teatro Beckett, los lunes. Es de andres binetti.
    saludos

  2. Gabriel Says:

    Hay algo en la muerte de Sócrates, y particularmente en la descripción que hace el Fedón que recuerda «retroactivamente» la inmolación de Cristo por los pecados del hombre. También Cristo permaneció en calma e intentó apaciguar el desconsuelo de sus discípulos. La muerte de Cristo, sin embargo, fue mucho más lenta y descarnada. Como si su cuerpo crucificado y agonizante durante días tuviese también una función pedagógica.
    Hay más de un punto en común entre las dos figuras. En los dos casos se trata de mártires cuya vida, obra y sacrificio son relatados por el testimonio de sus fieles discípulos. A su vez el espíritu santo sería el verbo, con el que el logos griego comparte cierto parentesco.
    No solo por una coincidencia histórica el neoplatonismo y el cristianismo llegaron a encontrarse en Orígenes o San Agustín de Hipona del que ya ha habido un capítulo en esta breve historia.

  3. tomás abraham Says:

    sócrates no es un mártir. ni un santo.
    es un filósofo. no sufre.

  4. janfiloso Says:

    tenía una reflexión en mi mente sobre el post de Tomás que no acertaba a salir; no es lo que dijo Gabriel, hubiera sido demasiado lúcido de mi parte, pero el relato de la muerte de Sócrates me producía una congoja que no acertaba a ubicar y Gabriel completa perfectamente el cuadro de lo que significa una muerte trascendente en la historia.

  5. janfiloso Says:

    «sangre de mártires, semilla de cristianos»
    muerte de sócrates, semilla de filósofos
    no hace falta sangre o sentir dolor o sufrir para ser un mártir
    una muerte trascendente que deja huella, esa es, supongo, la similitud que pretende gabriel.

  6. medusa Says:

    de acuerdo con Janfi

  7. medusa Says:

    me auede pensando Janfi, se perdio mucho con su muerte, pero ese hecho fue tambien predicar con el ejemplo, una declaracion de principios.

  8. F. Says:

    Es interesante la relación filosofía – sufrimiento. Pero ¿es posible enunciar una ley, a mayor potencia de pensamiento, menos sufrimiento? No lo creo. El dolor y el placer son parte de la vida. Y hay dolores auténticos y otros masoquistas. Sabiduría en este caso sería saber distinguir. La opción del no dolor a ultranza es una opción inhumana, y en el fondo, la creo una pose. Igual que la pose masoquista.

  9. Charly W. Karl Says:

    Lo que engrandece aún más a Sócrates, fue haberse rehusado a profugarse, argumentando que si él siempre propició el acatamiento de la ley, en ese momento por más que su condena fuera injusta, debía aceptarla para ser coherente con su discurso de toda la vida.

  10. PB Says:

    Hay una obra para voz y orquesta que compuso Erik Satie en torno a la muerte de Sócrates. La letra está tomada de algunos textos de Platón (Fedón incluído). Es un trabajo bellísimo. John Cage lo rescató del olvido en los 60´s.

    Saludos

  11. Maria M Says:

    Completamente de acuerdo con el post de abraham….

  12. estrella Says:

    Quién pudiera morir como murió Sócrates, entonces: «un dormirse a medida de un enfriamiento, rodeado por seres queridos, y con el auspicio de al fin recalar en el mejor de los mundos posibles».

  13. Chicos de la facu.. Says:

    Tomas…te queriamos hacer un pedido……si podias responder las preguntas q se mandan a la pagina de tomas Abraham…mandamos una q nos interesa saber tu opinion…..

  14. tomás abraham Says:

    chicos de la facu
    no recibí ninguna. por lo general respondo a todas. pregunten otra vez.

  15. Medusa Says:

    chicos de la facu: ¿Por què no estudian???

  16. Gabriel Says:

    Claro, Sócrates no era un mártir. Esa es la diferencia con un santo. El santo sufre aunque cree que va a ser salvado y llegará a ser redimido. No hay calvario en Sócrates. El filósofo ¿por qué no sufre? porque piensa. Uno cree y el otro piensa. En ese sentido la muerte de Sócrates carece de dramatismo, es una muerte serena. Sin embargo el pensamiento a Sócrates lo lleva a la creencia de que su alma lo sobrevivirá ya que es inmortal…
    Tanto el santo como el filófoso hacen una apuesta mas allá de esta vida y no consideran a la muerte terrena un límite infranqueable…

  17. Ariel Y Says:

    Gabriel: «Uno cree y el otro piensa…» Los santos no piensan? De que santos nos referimos? De Santo Tomás de Aquino, por ej.? Me parece un poco tajante la división que planteas.

    Muchas gracias por el post. Me hizo leer el Fedón por primera vez, y lo disfruté enormemente.

  18. centauro Says:

    Como buen Centauro que soy, dispuesto a canjear mi vida con todos los Prometeos, tengo que dar mi opinión.
    Recuerden que a Sócrates lo acusaron de impiedad para con los Dioses. Por eso él también (como Prometeo) ayuda, mediante el conocimiento, a los hombres que no toleran que esta vida sea un mero valle de lágrimas. No hay trascendencia. Hay tragedia atenuada por la razón. No apuesta a una vida más allá de ésta. Y cierro con un bello verso del poeta Luis Cernuda en «El poeta y los mitos»: ¿Por qué se te enseñaba a doblegar la cabeza ante el sufrimiento divinizado, cuando en otro tiempo los hombres fueron tan felices como para adorar, en su plenitud trágica, la hermosura?. Pequeña diferencia entre la religión cristiana y los griegos.

  19. Gabriel Says:

    Ariel: La división tajante la hice (mal)intencionadamente. Por eso digo que el pensamiento lleva a Sócrates a la creencia, a la idea de la inmortalidad del alma. Gran parte del diálogo es una demostración lógica de la supervivencia del alma, que también preexiste a la vida (reminiscencia). ¿No se habla acaso en el marco de las esencias absolutas de la «santidad absoluta»?. Sócrates podría no ser un santo pero sí «el mas justo y sabio de los hombres».
    De todas formas el «canto del cisne» socrático no es el calvario cristiano.

  20. centauro Says:

    Gabriel, disculpa pero ¿por qué canto del cisne?. Para los cristianos la inmortalidad tiene que ver con la idea de trasmundo, y la fe esta conectada a la salvación; en cambio, Sócrates plantea la salvación a través de la razón, desde la misma existencia. Tener conciencia de los límites no es una actitud nihilista, como para el cristianismo. No es por espíritu de renuncia que se cree en el conocimiento.

  21. Ariel Y Says:

    Gabriel, gracias por tu respuesta. Releí tu post luego de tu aclaración y me satisfizo. Es que ando medio policía con los que reducen la creencia religiosa al miedo al más allá, al escapismo, etc.

    Hay en EE.UU. ultimamente una corriente intelectual que está reaccionando correctamente contra el revival evangelista y oscurantista (quizás el más famoso por esos lares es el libro de Cristopher Hitchens, «God Is Not Great») , pero que a veces me parece que trata injustamente de tarados supersticiosos a todos los creyentes.

    La lectura del Fedón me resultó interesantísima. El énfasis de Sócrates en pensar que las ñañas de nuestros cuerpos y los deseos sensuales nos alejan de la sabiduría, así como su explicación de la existencia del más allá mediante el análisis de la interrelación de los opuestos me hizo recordar mucho a Lao Tzu. Eso refuerza aún más mi duda ante la distinción que plantea Tomás entre filosofía (occidental) y sabiduría (oriental).

  22. Eamonn McDonagh Says:

    Hitchens no esta en contra el evangelismo, esta en contra la religión a secas y me parece que acierta totalmente cuando trata de tarados supersticiosos a los creyentes, pero exagera un poco cuando dice que la religión tiene la culpa de todos los males de este mundo. Algunos tipos muy creyentes como Martin Luther King lograron cosas importantísimas basándose en su religión, pero claro, son la excepción que confirma la regla.

  23. janfiloso Says:

    Eamon ! un escocés de pura cepa diciendo esas cosas ¡
    bueno, podría firmar entonces como tarado supersticioso.

  24. Ariel Y Says:

    Eamonn, no dije que Hitchens sólo se las agarre con los evangelistas. En su caso, menciono que»trata injustamente de tarados supersticiosos a TODOS los creyentes».

    En el párrafo anterior en realidad estoy tratando de decir que en EEUU ha habido una reacción de varios intelectuales contra las corrientes oscurantistas del creacionismo, las cuales, impulsadas por el evangelismo, tuvieron un auge impresionante en el momento en que a Bush y Rove no les iba tan mal en el gobierno. Me refería, además de Hitchens, de la aparición este año de varios libros que atacan al creacionismo y a la religión desde la teoría evolutiva y las ciencias «duras». Hablaba, entonces, en ese párrafo, de una reacción contra un clima de ideas general, y no en particular de Hitchens.

    Es cierto que dentro de ese clima de ideas yo debería haber incluído el fundamentalismo islámico, por un lado, y la «political correctness» de los que progres que tienen miedo de ofender a los musulmanes, si critican a sus versiones radicales extremas.

    En cuanto a si el ejemplo de M. L. King es sólo una excepción, esta crítica de The Economist al libro de Hitchens, creo, da en la tecla:

    «Mr Hitchens makes the untestable case that the world would be better off without religion altogether. Stupid religious people would stop fighting stupid religious wars and a new enlightenment would ensue. The book is entertaining, meandering and at times disingenuous. Nobody ever went to war for atheism, says Mr Hitchens. But atheists tend to find other reasons to kill each other. To the objection that irreligious fascists and communists found plenty of non-religious reasons for murder in the 20th century, Mr Hitchens retorts that these beliefs were types of secularised religion, and as such do not count.

    What is missing from the book is much sense of what a world without religion, or one that had not had religion in it, might look like. Lots of the principles that Mr Hitchens holds dear, like tolerance and justice, are secularised versions of religious ideas. Religious folk often do the right thing for what Mr Hitchens would call the wrong reasons. Taking faith away would in many cases take away the will to do them. That cost is worth considering.» «To believe or not to believe» May 31st 2007 The Economist print edition.

    Saludos.

  25. onairosjs Says:

    Disculpen que irrumpa con un off topic: ¿alguien ha le{ido «Nadie Vio a Matrix» de Walter Graciano?. Me llamó la atención un comentario sobre este libro y antes de comprarlo me gustará tener vuestra calificada opinión.
    gracias fraternas
    js

  26. tomás abraham Says:

    onairosis
    compralo. no lo leí, peor me gustaria ver qué pensás. graziano es un buen economista que se fue para otros lares, ocn un libro malo sobre hiltler, y ahora quisiera sobre qué escoba anda

  27. centauro Says:

    Muchachos, entonces, la filosofía y la religión, ¿son la misma cosa?. Para qué me habré calentado en buscar una coherencia fuera de la fe,si pensar y creer es lo mismo.(segual diría un cómico argentino).El argumento que esgrimia Nietzsche contra Sócrates era que confiaba en el conocimiento porque se sentía el patito feo.

  28. Gabriel Says:

    La crítica de Nietzsche a Sócrates es muy interesante. En realidad lo que le reprocha es su exceso de saber. Su necesidad de justificación consciente de todo lo que hay en el mundo, lo bello, lo bueno y lo justo. Para Nietzsche la dialéctica es profundamente aburrida y «plebeya». En esa seducción de las masas también veía un rasgo común entre socratismo y cristianismo. Esta actitud «racional» y argumentativa era bastante estrafalaria en la grecia presocrática. La decadencia de la tragedia coincide con la aparición del socratismo, expresado en la tragedia por Eurípides, las únicas tragedias que Sócrates iba a ver.
    Lo revolucionario de Sócrates habría sido poner el mundo al revés. Negando lo mas espiritual que tenían la grecia presocrática: la fuerza afirmativa y creadora de lo inconsciente, o lo que nietzchsche llama «instinto». Apolo y Dionisios.
    Dice Nietzcsche con respecto a la decadencia de la tragedia griega: «el fruto del socratismo artístico resultó ser el juego de ajedrez como espectáculo, la pieza de intriga».
    Siguiéndolo, se podría decir también que la decadencia de la filosofía griega consiste en la pieza de intriga denominada dialéctica.
    Para Nietzche lo que se contraponen son el arte y la ciencia y no el saber y la creencia.
    Con respecto a lo de patito feo no es tan así. No se trata de un complejo de tipo feo que tiene que ganar minas (o muchachitos) mediante la labia porque no le queda otra. La fealdad física de Sócrates («ojos de cangrejo, labios gruesos, vientre colgante») simplemente redundaría en un afeamiento del espíritu griego.
    La dialéctica es optimista ya que «cree» fervientemente en la capacidad racional de cálculo del hombre. Por ello la tragedia tardía, «dialectalizada», deriva en comedia. En cambio la tragedia es pesimista. Expresa lo insondable y misterioso del mundo, lo que escapa a toda comprensión. Lo que define a la comedia, según Nietzche, sería el humano errar de cálculo.
    La muerte de Sócrates al menos es coherente con su vida: es serena, sin espanto, sin tragedia. Virtuosa.

  29. centauro Says:

    No es así. Como señala Giorgio Colli en»Después de Nietzsche»,este último señaló a Sócrates como disolutivo pero por un error de juicio atribuyó esto a la dialéctica y no a su racionalismo moral. Porque no fue capaz de ver la muerte de la dialéctica auténtica.Es cuando se mezcla con la moral que disuelve lo instintivo,que es el origen verdadero de la sabiduria.
    Sin embargo, Sócrates sigue siendo asimismo la solución griega en cuanto a actuar y pensar sin finalidad expresando un instinto antipolítico al enfrentar al estado.

  30. Gabriel David Says:

    A partir de ese análisis se le sigue reconociendo el «buen juicio» a Nietzsche ya que dialéctica y moral operan juntas. Las Ideas como esencias son principios racionales, de cálculo, y principios morales. Sócrates hace de la verdad un problema moral. La esencia que busca Sócrates es la del Bien.
    Por otro lado la Grecia presocrática no carecía de una ética, por ejemplo en la epopeya homérica. Solo que no se trataba de una moral trascendente como la que produce Sócrates, sino de una ética inmanente, mas allá del bien y del mal (ese mas allá no implica una nueva trascendencia). La ética no trata sobre el deber, sino sobre el poder. La instancia moral, en cambio, implica una valoración universal dada por una razón normativa que legisla a partir de una supuesta universalidad. En cambio la ética inmanente confronta entre distintas formas de vida para generar siempre algo nuevo, el eterno retorno de la diferencia.
    En este sentido la sabiduría no estaría tanto en la juntura instinto-moral sino en el conocimiento, claro y distinto, de las múltiples afecciones que nos recorren, una inteligencia afectiva («dos potencias se saludan»).
    Es cierto, Sócrates enfrentó al estado, pero no se puede dejar de reconocer que instauró uno nuevo, íntimamente ligado al desarrollo político de la polis.

  31. Acido2210 Says:

    onairosjs, el libro es muy bueno está escrito en la misma línea que el primero «Hitler ganó la guerra» y claro está que quien te diga que no es bueno es porque claramente está interesado en que sigas como la mayoría de quienes habitamos este mundo creídos de que tenemos posibilidades de hacer del mundo uno mejor

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