Breve historia de la filosofía 61

Cumbres borrascosas

por Tomás Abraham

Es posible que para pensar el pensamiento de los filósofos del medioevo haya que saltar a más altura que lo habitual. Un aficionado a la filosofía, un amante de la disciplina, debe cambiarse el traje para incursionar en el paisaje no sólo lejano en el tiempo, en el espacio, sino en la mente.

 

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Las gracias que nos deparan los lectores de la filosofía puestos a comentaristas es que saben trazar un puente entre lo ya ido y prácticamente desaparecido y nuestra ruidosa actualidad. Es cierto que no tiene por qué ser ruidosa. Basta ver la atmósfera de esas catedrales góticas en las que estudian los afortunados de Oxford, o el rojo y blanco bostoniano de los pulidos edificios de los College, los cottages de los profesores, la tibieza de sus salas, sus oficinas personales con computadoras y libros a la espera de la consulta del día, la calidad de sus dedicaciones exclusivas, los jardines de un verde liso, las aulas con bancos bruñidos en espacios semivacíos con un profesor tutoriando una decena de alumnos… no, no me ha tocado este sueño, el mundo de un profesor de filosofía argentino que tiene la pretensión de recorrer la historia de su materia y, en este caso, de dirimir su voluntad con el Medioevo es disperso, más apto para un moscardón con sus volteretas en el aire y un zumbido continuo.

El filósofo busca enigmas. En donde no hay misterio y dificultad la mente huye. La mente quiere tropiezos. Tienen razón los orientalistas cuando dicen que para meditar hay que parar la mente, vaciarla, abrirla a parajes lacustres, similares a los de aquel señor que se tocaba la frente abriéndose a su memoria en la que sobre una superficie de agua calma, pasaba algo así como un velero con lentitud… para el dolor de cabeza, Geniol.

Aguas y cumbres borrascosas son las de la filosofía. El medioevo no es tranquilo, cientos de filósofos de nombres extrañísimos se suman a los famosos en diatribas interminables, pero sus guerras discursivas, sus profesiones de fe heridas o alteradas, las consecuencias políticas, existenciales y teológicas que deducen de un teorema apenas modificado, resultan nimias, fatigosas, perimidas y, claro, molestas.

Salvo para un medievalista, o para un devoto de las gestas de la lógica… pero basta de quejas, intentemos un paso, y el lector sabrá, o no, disculpar la torpeza evidente de este viajero por tierras boscosas.

Dicen los especialistas que el pensamiento medieval levanta vuelo con la lectura de los clásicos griegos, y que la misma recién llega a occidente hacia los años mil. Hasta ese momento son las ciudades como Bagdad y Damasco en donde este legado sigue vivo. Platón y Aristóteles adquieren un brío teológico a la vez que profano. Tanto en la poesía erótica como en las preocupaciones científicas, además de las elaboraciones religiosas, son los árabes los pioneros. Son ellos con las invasiones y su residencia de siete siglos, quienes despertarán a Europa de su sueño monástico e interrumpirán el silencio de sus frailes. Esto a pesar del renacimiento en tiempos de Carlomagno y de los oasis de ilustración latinista de la época.

De Platón sacaron lo que pudieron, pero de Aristóteles sorbieron hasta lo que no tenía. Durante más de cinco siglos Aristóteles no sólo fue leído, comentado, memorizado, discutido, resguardado, fundamentado, sino beatificado y deificado.

Este filósofo que en la vieja Grecia lanzó su mirada a la tierra, que propuso una mirada realista y un amor a las cosas de este mundo, que advirtió a los platónicos que si volaban perdían el equilibrio, fue convertido en el arquitecto del ascenso al cielo, el diagramador de la luz catedralicia y del entramado escolástico.

Para comenzar nuestro trayecto seleccionamos dos temas inquietantes para la época: el alma y el mundo, ya que nos conducen a dos preocupaciones mayores: la creación y la inmortalidad.

Foto: Cora Burgin (Serie Botánico de Barcelona)

11 respuestas to “Breve historia de la filosofía 61”

  1. javier Says:

    Me encanta como escribis, me tropiezo con cada uno de tus de renglones.

    estuve leyendo tu nota «Nuestro hermano OSHO», bravo.

  2. estrella Says:

    ¡Bien por el regreso de las breves Historias!
    No hay lectura sin parada, para volver a pensar, repensar; dejar de lado la belleza de la prosa e internarse en el sentido último, que se toca, se aleja y se va.

  3. ricardo Says:

    Tomás, me gustaría conocer tu opinión sobre el filósofo inglés Alfred Jules Ayer, especialmente a partir de este párrafo de un texto del escritor Will Self.

    «…Mis amigos conocían al entonces venerable positivista lógico Freddie Ayer, quien tenía una casa en las cercanías (de la Costa Azul), el cual me impresionó en lo más hondo por su visión implacablemente racional del mundo. Cuando se le preguntó qué cosa le recordaba más París, pensó durante un momento antes de contestar: «Un letrero en la carretera, con la palabra ‘París’ escrita en él.» Saboreé esta respuesta, que de alguna manera fue una de las semillas que eventualmente se convirtieron en el árbol nudoso de mis propias preocupaciones psicogeográficas.»
    Gracias-

  4. niño naranjo Says:

    JOH! se ve que estrella se puso contenta porque escribió algo muy lindo. BIen por la vuelta, hacía falta.

    PD: TA ¿por qué no te gustan las pelis de animación?
    PD2: JPV: diga algo de las pelis de animación, jaja. saludos a todos che, una felicidá.

  5. elwarren Says:

    Muy compelling
    No puedo encontrar las sesenta anteriores.
    Sería usted tan amable de indicarme dónde encontrarlas?
    Desde ya muchas gracias

  6. janfiloso Says:

    elwarren : en la página de inicio, al final, abajo, hay una función en azul que indica «entradas anteriores»; tenés que ir muy atrás;
    otra : debajo de los comments, hay una guía por temas; la línea de filosofía tiene 86 post, también podés ir por ahí.

  7. janfiloso Says:

    Tan es cierto que los Arabes fueron los pioneros, que Aristóteles (en la versión de Averroes -circa 1170-) no era un texto aceptado por la Iglesia; tuvo que venir Tomás (el santo) para trabajar sobre el original Griego (circa 1250) y producir el desplazamiento del eje Platón-Agustín al Aristotélico-tomista. ¿ Habrá ganado la civilización occidental y cristiana con el cambio ?

  8. elwarren Says:

    Enconté hasta la 36. Bastante por el momento
    Muchas gracias Janfiloso

  9. elastichica Says:

    Gracias TA… estoy como elwarren sambullida en entadas anteriores.
    Y si te hubiera tocado ese mundo de las bibliotecas tupidas con enredaderas otoñales, ¿serías el que escribe estas reflexiones?

  10. Emma Says:

    Aficionado tu Tomas? ja..me miro en tu espejo y se que tengo que cambiarme de traje…hay…pero es que me gusta esta moda y me molesta el abrigo por que pesa…si es resistencia de lo bueno que se deja atras.

    Muy buena tu reflexión, provoca preguntas.
    E

  11. Lucy Says:

    Empiezo a repasar los universales…

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