Más Herzog

Sobre The Wild Blue Yonder

por Tomás Abraham

Gracias a Roger Koza y a su cine Club Con los ojos abiertos he visto más Herzog. Me envió desde su sitio cordobés la película La salvaje lejanía azul, y La rueda del tiempo, subtituladas ambas por Koza. Agrego que Marcelo Pompei me regaló el documental sobre la guerra en Kuwait que no terminé de ver.

 

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La primera –a la que me referiré en este post– es aparentemente de ciencia ficción: Science fiction fantasy, dice el encabezamiento. Según la definición de Aristóteles “fantasía” es el ejercicio ilimitado de la imaginación, mientras en las artes discursivas de saber y opinión, nuestras aseveraciones tienen un límite objetivo. Por obra y tradición, Herzog no es aristotélico.

El documental y la ficción convergen en un aspecto que es la seriedad. Herzog es serio como lo es la prolongación de nuestra actualidad hacia virtualidades imaginarias. Herzog no deja de tener un pie en la tierra, uno solo, el otro está más allá.

La voz en off, mejor aún cuando es la suya en un inglés alemanizado, le da identidad a varias de sus creaciones que a la vez las hace reportajes. Y además, son interpelaciones, nos llama, nos subyuga con su reflexión visual, y se cuestiona a sí mismo.

El tema de otro mundo posible y real nos lleva a un futuro lejano pero reconocible. Los astronautas que disuelven sus partículas y se recomponen en un cuerpo a lo largo de quince años de viaje convertidos por el trasvasamiento de dimensiones en más de ochocientos en la Tierra, es un dato. Pero el dato se hace visión gracias a una cámara que flota en el vacío dentro de la cápsula, dejándose llevar por la misma falta de gravedad que sus tripulantes. Ellos son como nosotros, vulgares.

Los hombres abandonarán paulatinamente la Tierra. Es una decisión que se tomará con el tiempo. La ciencia encontrará el modo en que, por túneles y toboganes estelares, se acceda a lejanías antes imposibles de alcanzar. Las entrevistas a científicos de la Nasa, sus deducciones imperturbables frente a un pizarrón, esas fórmulas mínimas que dan vuelta un universo y muestran sus invisibles pliegues, son la prueba cinematográfica de que un futuro más allá de lo hasta ahora pensado es posible.

Todo gracias a las matemáticas de la transportación caótica.

Hay un hombre en la Tierra que viene de otra galaxia. Es un actor conocido: Brad Dourif, natural de un planeta exterior a Andrómeda. Está desesperado. Extraña su mundo y rememora a sus semejantes que se suicidan. Nos habla de la frustración de la misión, y del fracaso de la empresa que estamos presenciando. Nos trae una presencia de intensidad shakespeariana.

La voz de Herzog nos cuenta que los humanos viven en islas siderales. La Tierra se ha convertido en un country de fin de semana. Han decidido que el planeta azul –¿acaso no se conoce nuestra casa con este nombre?– sea preservado como un parque nacional. Se lo visitará ocasionalmente para esparcimiento. Mientras tanto la vida normal se hará en asteroides. Discuten qué tipo de arquitectura, qué propuesta de espacio ambiental, es el más adecuado para los hombres que vivirán toda su vida en las bases interestelares. Qué es lo más funcional para una vida llevadera. Los que argumentan a favor de una selva, una especie de hábitat natural, no consiguen convencer a los otros. Es incómodo vivir entre lianas, lagunas y pajarracos. Se vuelve monótono. El hombre primitivo no puede ser el modelo de la vida futura, la evolución existe y no se pueden recrear ecosistemas de un modo tan arbitrario.

El mejor modelo para que la vida extraterrestre sea llevadera es el shopping center espacial. Los hombres podrán salir a pasear, distraerse, comprar productos siempre nuevos, hacer uso de lugares de entretenimiento, y relajarse de la rutina.

Sin embargo, la empresa fracasará, no sabemos por qué. Aquel actor angustiado está lleno de ira en medio de un desierto en el que se ve un centro comercial polvoriento abandonado. Patea el suelo con furia ante la vanidad del proyecto y el cúmulo de mercadería almacenada sin ningún comprador.

Ese otro planeta del que proviene el extraño señor sulfurado, una masa líquida congelada, es penetrada por la nave espacial. Los astronautas salen para inspeccionar y lo hacen con traje de buzo porque el medio así lo exige. Pequeñas partículas de hielo flotante llenan aquella infinita pecera. Están buscando un lugar para los humanos. Distribuyen en sus mentes los posibles lugares habitables y los registran para comunicarlos a su regreso a la Tierra.

Pero por increíbles desfasajes temporales, han pasado más de ocho siglos desde la partida, y el planeta se ha convertido en un inmenso desierto mudo y rocalloso. Sin habitantes, sin vida, sin ciudades. Aterriza la nave en una inmensa meseta en medio de nubes negras.

Los tripulantes han envejecido quince años, su aspecto es el que tienen los vecinos de una pequeña ciudad del Middle West, blancos, algo gruesos por la poca movilidad en la cápsula, y con los dientes algo dañados por la escasa masticación de una dieta blanda.

Hemos viajado por espacios inmensos con colores fuertes, por supuesto el azul, pero también el negro de los fondos sin luz y el rojo de la tierra vacía.

Una música de sonido infinito, con coros de ángeles, voces perdidas, de Ernst Reijseger, alterna con Haendel y otros clásicos. La película está dividida en diez capítulos que comienzan con un Réquiem para un planeta que muere. En los agradecimientos finales figuran los tripulantes de la nave STS – 34, a los que Herzog reconoce por su coraje al acompañarlos en la misión. También agradece a la Nasa por su sentido poético. No se olvida de nombrar a los tres phds matemáticos, y destaca a la tripulación, el comandante, el médico, el físico especializado en plasmas, el bioquímico y el piloto. De los cinco, dos son mujeres.

Foto: Cora Burgin (Serie Arquitectura)

21 respuestas to “Más Herzog”

  1. lalectoraprovisoria Says:

    De dónde son las casitas en el agua de la foto? Son muy raras.

    F

  2. tomás abraham Says:

    le pregunto a cora.

  3. dasbald Says:

    esas casitas no están en Holanda? o por ahí?

    Que tristeza esa película, ese extraterrestre sin un diente, que parece un Parsifal caído en desgracia…

  4. onairosjs Says:

    Creo que se trata de un sistema de esclusas de defensa cuando sube la marea en Países Bajos. Pero estoy adivinando en realidad y no hay mas que preguntarle a la muy buena fotógrafa.
    js

  5. estrella Says:

    Parece buena, pero ¿no te bajoneó?

  6. tomás abraham Says:

    estrella:
    ¿ se nota algún bajón en mi nota ?
    me maravilló.

  7. alita Says:

    no, profe, por suerte se te ve muy contento :–))

  8. lalectoraprovisoria Says:

    La película es bellísima. Bravo por la poesía de la Nasa.

    F

  9. Guillermo Says:

    como hago para ver esa peli?

  10. estrella Says:

    No, no, no sos vos, soy yo. Desierto mudo y rocalloso, sin habitantes; nubes negras, dientes dañados, requiem para un planeta que muere. A mi imaginación le falta el vuelo de H., por lo menos, en este día gris.

  11. alita Says:

    Guillermo

    Me parece que en un post anterior de Tomás sobre Herzog, Roger Koza ofreció la peli para que pudieran verla todos los lectores de LLP. No sé en que habrá quedado eso, pero sería muy bueno, porque parece que es realmente hermosa, tanto la música como las imágenes.

    http://es.youtube.com/watch?v=N5Lh5mD_JJ4&mode=related&search=

    O si alguien sabe donde se puede conseguir, subtitulada, también podría dar esa información para quienes estén interesados en verla.

    Gracias.

  12. cuervo Says:

    Bueno, yo soy uno de esos lectores de LLP interesados en ver (en mi caso volver a ver) esa maravilla, en la versión subtitulada de Koza. Así que me anoto si se hace alguna lista de espera. Y vuelvo a ofrecer un lugar para verla en grupo en proyección digital.
    En cuanto a si pudiera ser bajoneante, debo decir que además de ser visual y musicalmente bellísima, The wild blue yonder tiene por momentos una comicidad desopilante.

  13. cuervo Says:

    Ya que hablamos de maestros del cine, quiero recomendar aquí a Aki Kaurismaki:

    Fui a ver la película Luces al atardecer. No tengo un registro muy preciso de los estrenos comerciales de este año (me acuerdo de Bourne, de Black Book, de M, de la de Lynch y de Lazarescu), pero me parece que esta de Kaurismaki puede ser tranquilamente la mejor hasta ahora.

    Hablando de manos, de manos filmadas, esta termina con un hermoso plano de manos que se encuentran, que tiene que figurar en una lista de las manos en el cine que podría incluir a La mano de WKW, y por supuesto todas las manos de Bresson.

    Aki muestra ser un muy destacado discípulo de Bresson, no solo por este final de manos que hace link directo con el final de Pickpocket, sino porque todo respira a Bresson, en «no actuaciones» super-estilizadas, personajes de expresividad mínima, quizá profundizando ese rasgo cómico que siempre encontré en el inexpresivismo radical de Bresson.

    Luces al atardecer es bellísima y de una tristeza muy cómica y muestra que Aki debe de ser uno de los pocos cineastas actuales con un estilo tan definido que se reconoce en unos pocos segundos. A ello ayudan no sólo las actuaciones estilizadas, sino una línea narrativa muy simple, la manera que AK tiene de filmar la ciudad de Helsinski, con grandes espacios abiertos, luz crepuscular, paisajes portuarios. Y personajes dispuestos en el plano como si estuviesen posando para un retrato. Se puede advertir hasta qué punto Martin Rejman lo imita, sobre todo en Los guantes mágicos, hasta en el uso de un mismo tipo de lentes. Compárese las escenas de uno y otro en los automóviles. Claro que en el caso del argentino, todo suena más impostado: se nota que Rejman admira a Aki hasta el plagio.

    El cine de Kaurismaki es indudablemente narrativo, pero no es la línea argumental lo que lo hace extraordinario. La narración es extremadamente simple y en manos de cualquier otro director podría haber ocasionado un desastre (Lars von Triers, con el mismo guión hubiera hecho un desastre abominable). Los personajes de Aki son unidimensionales y es muy difícil extraer de ellos muchos matices psicológicos. Entonces, la fuerza va por otro lado, por la textura cinematográfica, por el tono melancólico, por la precisa marcación actoral, que de tan lineal podría calificarse de coreográfica, en el timming preciso con que alterna esos paisajes melancólicos otoñales, invernales, esa luz de tarde, con aquellos otros en que ubica a los personajes en planos frontales, con sus caras también melancólicas; y en la manera en la que usa la música: en este caso Gardel, quien nunca sonó tan conmovedor en una película.

    ¡¡¡Luces al atardecer está buenísima!!!

  14. tomás abraham Says:

    informo sobre foto:
    compuertas del Támesis en la zona norte de Londres, frente al Thames Barrier Park.

  15. Rodrigo Says:

    Vivo en San Luis: la semana pasada anduve por la Ciudad Autónoma y aproveché para ver Inland Empire. Me amargó ver, en el Arteplex Belgrano, el cartel de Luces…, que se estrenaba el jueves, cuando yo ya estaría de nuevo en los dominios de los hermanos RS.

  16. Eamonn McDonagh Says:

    concuerdo con cuervo acerca de Kaurismäki.

    pocas veces la pasé tan bien en el cine como que durante el ciclo retrospectivo que termino el la lugones hace un par de semanas

  17. Ricky Says:

    Yo, por el contrario, no salí tan agradecido del cine luego de ver «Luces Del Atardecer». Lo que experimento con Kaurismaki es complicado : sus más arquetípicos rasgos estilísticos (los zombies melancólicos, la interpretación cuasi mecánica, la iluminación entre tibia y fría, su escenografía espartana, su cartografía social sórdida y calculadamente kitsch) inundan de tal manera sus películas, que luego de ver unas cuantas, se convierten en repetidos tics que bordean la autoparodia.

    Mr. Koza, ¿podría Ud. indicar cómo conseguir sus subtítulos de Wild Blue Yonder? Yo tengo una copia bajada de la red y más o menos me doy maña para sincronizarlos si están algo desfasados. Lo mejor creo que sería, si no le es molestia, que los suba a alguna comunidad virtual de intercambio de subtítulos (sugiero http://www.opensubtitles.org), así quedan disponibles para la posteridad. Actualmente no es posible conseguir la versión en castellano en ningún portal de los conocidos.
    .

  18. Roger Tío Koza Says:

    Ricky: trato de mandarte o colgar los subtítulos. Todavía esto de viaje. Y en donde vivo no tengo acceso a Internet. Pero veo cómo desde un cyber lo resulvo. Me voy a tardar unos días, pero cumpliré. RK
    PS: !Qué bueno los textos de TA!

  19. dres Says:

    Hace 2 o 3 meses q estoy buscando los subtitulos de THe wild blue yonder

    Alguien me puede ayudar?

  20. nico Says:

    Desde el año pasado que busco y busco los subtitulos en español de the wild blue yonder, con kazaa, emule, soulseek, amule, etc.
    Alguien que me ayude por favor!!!!!!!!!!!!!!!!

  21. lasdey Says:

    puden bajar la pelicula desde el sitio http://www.mininova.org
    me refiero a the wild blue yonder y muchas mas, el tema con esta
    zarpada peli es que no trae subtitulos, pero bueno algo es algo
    este algo es bastante
    saludos

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