Van siete más

Hyperion de Simmons y Trilogía de Marte de Robinson

por Leonardo Pose

Los cantos de Hyperion, de Dan Simmons. Cuatro libros.

La “humanidad” dividida en tres partes. Los humanos “normales” agrupados en la Hegemonía, los Exeters, y el Tecnonúcleo. Los Exeters son los que decidieron vivir en el espacio, en inmensas flotas de naves que jamás tocan tierra, y a quienes la vida en el vacío los ha alterado hasta parecer una especie diferente. Y el Tecnonúcleo está formado por la miríada de IA que básicamente maneja los destinos de la Hegemonía (supuestamente sin interferir en el libre albedrío humano y pese a que las más poderosas tienen una inteligencia muy superior a la humana, además de que están divididas en por lo menos dos facciones con distintas ideologías y objetivos).

El primer libro (el mejor) trata del viaje que hacen siete peregrinos al planeta Hyperion para enfrentarse al Alcaudón, una especie de robot que mora en las llamadas Tumbas del Tiempo. Las Tumbas son una especie de complejo similar al que forman las pirámides y la esfinge en Egipto, que han sido enviadas retrocediendo desde el futuro hacia el pasado (no se sabe por quién) y que se espera se “abran” pronto. Estas tumbas y el Alcaudón han generado una secta que es la que envía a estos peregrinos (siempre en números primos). De todos ellos, el que sobreviva al encuentro con el misterioso robot podrá pedirle un deseo. Durante el viaje, los siete peregrinos cuentan cómo se ofrecieron en calidad de voluntarios para la misión, misión que, muy probablemente, les cueste la vida a seis de ellos.

 

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Las siete historias van iluminando de a poco el mundo del futuro que imaginó el autor, donde una serie de portales entre planetas forman una red que permite la transportación instantánea. Hay casas con portales en lugar de puertas y con habitaciones en distintos planetas al mismo tiempo, con ríos que van de un planeta a otro, donde los campos de fuerza hacen que las naves espaciales de una de las facciones de la historia, los Templarios, sean nada menos que árboles que viajan por el espacio, y que los Exeters vivan en bosques que flotan en el vacío. Las IA clonan cuerpos a los que luego transfieren parte de sus conciencias para relacionarse con los humanos (y no siempre en términos platónicos). La Tierra fue destruida por “El Gran Error”, la Iglesia Católica es una sombra de su antiguo poderío (aunque logró trasladar el Vaticano a otro planeta luego de la destrucción del “Gran Error”). Los palestinos han emigrado a Marte y los judíos a Hebrón. El primer libro termina con la llegada de los peregrinos a las Tumbas cuando en el espacio sobre Hyperion la Hegemonía y los Exeters se preparan para la guerra. El segundo libro resuelve esta historia, y los dos siguientes la continúan 300 años después, cuando la Iglesia ha recuperado su poder al demostrar su capacidad de proporcionar realmente la “vida eterna”.

De las siete historias, hay dos realmente excelentes. En la primera, un cónsul cuenta lo que ocurrió cuando la Hegemonía intentó instalar un portal en el planeta Maui-Covenant –donde vivía su abuela–, muchos de cuyos habitantes no querían que su paradisíaco mundo se “globalizara” y llenara instantáneamente de turistas; y cómo su abuelo, tripulante de una nave, y su abuela se enamoraron a pesar de que los viajes de él (a velocidades que relativizan el tiempo) hacían que con cada retorno a Maui hubieran pasado meses para él pero años para ella. La segunda historia es el relato del profesor, cuya hija formó parte de un estudio arqueológico en las Tumbas y contrajo una enfermedad provocada por las propiedades del espacio-tiempo en la zona que las rodea. Ahora la hija vive “hacia atrás” (olvidando todo en el proceso) y cuando el profesor llega a Hyperion buscando la cura es apenas un bebé. Otra escena memorable es la persecución de la detective de otra de las historias corriendo a través de los portales y cruzando distintos planetas (uno en permanente invierno, otro –Mare Infinitus– cubierto por un único océano gigante).

Hyperion es un protagonista más, con sus bosques de árboles “tesla” que funcionan como pararrayos, su Mar de Hierbas –largas y afiladas como espadas– que los peregrinos recorren en un barco terrestre con ruedas y a vela, y sus “cielos de lapislázuli”.

Trilogía de Marte, Kim Stanley Robinson. Tres libros.

La regla de las series: el primero, Marte Rojo, es el mejor. Obviamente Marte Verde y Marte Azul no son malos, pero el primero es literatura superior.

Básicamente narra la colonización de Marte, en un principio por parte de los Primeros Cien (más un enigmático polizón), grupo multiétnico de astronautas que llegan luego de un par de años de viaje y de haber entrenado en la Antártida por su ambiente similar. Estos hombres construyen la primera ciudad, exploran el planeta y comienzan a dividirse entre los que quieren “terraformarlo” y los que quieren que quede como está (“aunque Marte ya no sea el mismo desde que dejamos la primera huella en él”). Luego llegan las multinacionales, la ONU, refugiados terrestres (escapando de las inundaciones provocadas por el calentamiento global y la brecha cada vez más grande entre los que tienen y los que no) y el descontrol que se precipita tanto en Marte como en la Tierra, fogoneado sobre todo por el descubrimiento de un tratamiento que alarga la vida, sólo disponible para los más ricos. Muchos se preguntan qué efecto tendría si se aplicara libremente en el ultrasobrepoblado planeta madre.

El libro es realista al extremo (Robinson se pasó 20 años estudiando el asunto). No hay marcianos, ruinas de civilizaciones desaparecidas, batallas espaciales ni nada por el estilo. La colonización es detallada al máximo detalle, las descripciones de Marte rivalizan con las páginas y páginas que Tolkien dedicó a su Tierra Media (aunque Robinson se ayudó con fotos de la NASA), y los personajes no dejan de desarrollarse –y algunos cambian incluso radicalmente– a lo largo de los tres libros. Desde el científico práctico hasta la fanática ambientalista, el relato va tomando el punto de vista de los distintos personajes, quienes al final se convierten realmente en personas de carne y hueso que han acompañado al lector por más de 2.000 páginas y casi 200 años de historia.

Al mismo tiempo, las descripciones de los sistemas políticos, la revolución que ocurre al final de Marte Rojo, las motivaciones de cada personaje y cada facción (anarquistas, capitalistas, terroristas ecológicos), las consecuencias del tratamiento de longevidad, con la pérdida de la memoria y el aburrimiento que provoca en quienes lo han visto o vivido casi todo, muestran cómo Marte es solo el primer paso de la conquista del Sistema Solar. Y con cada libro el planeta pasa del rojo al verde de los primeros musgos, y luego al azul de los primeros mares y ríos de agua liquida.

Todo esto condimentado con intrigas, celos, asesinatos y pasajes increíbles, tales como la caída del ascensor orbital o la destrucción de Fobos durante la Primera Revolución Marciana, el escape de la prisión y el viaje en dirigible en Marte Verde, el viaje a la Tierra en Marte Azul y muchas más.

Foto: Leonardo Poniz

7 respuestas to “Van siete más”

  1. dasbald Says:

    Este post debería habr aparecido el día del cumpleaños de cromptom que es el fanático de Simmons. Yo soy fan absoluto de robinson., Los de Marte, Antártida, cualquiera me gusta. Es uno de mis preferidos.
    Leo leiste los cuentos que continúan la trilogía?

  2. Leo Says:

    No, lei que eran como «sobrantes» de los apuntes del tipo y cuando lo vi estaba 80 pesos y pasé.

    Si lei Tiempos de Arroz y Sal que es uno de los 10 que me llevo a la isla desierta.

  3. miguel Says:

    Fantástico, Robinson ha escrito un hito en la historia de la scifi dura, con el realismo extremo y despojado de su historia de la terraformación.

  4. dasbald Says:

    Leo están esos cuentos en una librería por Corrientes , sobre mano izquierda, entre Talcahuano y Libertad, a $12.

  5. Leo Says:

    Joya, cuando pueda me fijo. Mi mujer me tiene los gastos en libros muy controlados…

  6. dasbald Says:

    Leo conocés la obra de sci fi de Fred Hoyle con su hijo? Y todo lo que la rodea, su teoría contra el big bang y la idea de la panspermia? Si no, te lo recomiendo. esta última idea puede acompañar muy bien lo que dijo Bill Burroughs, sobre que el lenguaje es un virus del espacio exterior.
    No te gustaría comenzar a escribir sobre estos temas no solamente contando las obras sino volcando tus ideas sobre ellas de una manera más amplia? es sólo una sugerencia.
    saludos.

  7. Leo Says:

    Pasa que quiero contar lo menos posible en realidad, dar una idea de que se trata y listo. Que se yo, sobre el Libro del Sol Nuevo podria escribir de todo pero si se me escapan en el proceso los secretos que hacen que valga la pena leerlo no me gustaria.

    Y la verdad que no conozco a Hoyle, ya chusmeare en Wikipedia.

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