Un marginal ideológico

Postdata a Barón Biza

por Tomás Abraham

Hay lectores que le reprochan a Ferrer que no lo ame a Biza. Pero que lo odie, ni coma hay en el libro, si me equivoco que citen, total, es gratis. No lo ama, ¿y qué? Pero le interesa. Y se me ocurre que hay algo en el acontecimiento Biza que tiene algún interés. No es el hijo el que se lo trasmite, al menos no sólo el hijo, a quien se trata de convertirlo a él también en leyenda. Es un buen escritor, su novela lo muestra, y muy aburrido, monótono, las peripecias cosméticas al lado de su madre son repetitivas y pierden intensidad. Pero así como Biza padre tiene fans, el hijo también. Los suicidios pagan, lástima que no lo cobre la víctima de su propia mano y sí reditúe a cholulos sin empleo fijo.

 

cora5.jpg

 

Hay gente ofendida porque no se lo ama a Biza. Eso es lo interesante de su vida y obra, la falta de amor. Hoy en día tenemos la sensación de que la moralidad se ha vuelto laxa en el lenguaje, muchas cosas se pueden decir. Las palabras sobre el sexo son más baratas. El porno hace rato que ha dejado la expresión gráfica y existe en películas realistas en donde se cortan cuerpos en serio para voyeurs nueva ola. Se trafican chicos y chicas para prostituirlos por doquier. Eso lo sabemos hoy por la gigantomaquia informativa.

En la década infame los aparatos de censura filtraban con saña tenaz. La sociedad argentina era pacata y represora. Un Roberto Arlt podía adentrarse en el mundo prostibulario porque el grupo Boedo era una institución. Era literato. Pero Biza no era partícipe ni de géneros ni de escuelas establecidas. Para quien llevaba en la mente y en el alma una verdad demistificadora, y consideraba que en esa censura y en esa exclusión, yacía la identidad secreta de una sociedad, la labor de esclarecimiento era difícil. Biza tuvo a veces éxito, otras fue prohibido, pero jamás –que yo sepa– reconocido en el mundo de las artes. Como tantos otros.

Por lo tanto fue un marginal ideológico. La misoginia, el antisemitismo, las ramificaciones de su espíritu resentido, proliferaron por un amplio índice temático, pero la base de su pensar no era comestible.

Por eso también le interesó a Ferrer, buscador de almas en pena, y rebeldes a veces con causa, en este caso, con causa más bien médica. Los admiradores de Biza se sienten profanados. Sucede con los psicópatas idolatrados, hoy en día también. No hay que tocarles esos emblemas sádicoanales. Duele, ya saben dónde.

Perdonen la vulgaridad, pero a prepucio, culo.

Foto: Corga Burgin (Serie Buenos Aires)

4 respuestas to “Un marginal ideológico”

  1. J Says:

    Sé que corro el riesgo de ser tomado para la joda. Pero en mi condición de lector de tus artículos en El Amante, bonk y LLP desde mi más tierna preadolescencia, y de hojeador atento y dedicado de tus libros en cuanta biblioteca pública diera con algúno, es que me tomo el atrevimiento de pedirte el programa de Filosofía del CBC del corriente cuatrimestre (de tu cátedra, claro está).

  2. Juan Gonzalez Says:

    J: Tú lo has dicho. Es en estos casos cuando es MUY BUENO ocultar la identidad. No he ido a la UBA mas descarto que será posible para ti encontrar esa información prescindiendo de este ámbito.

    Ahora, estimado muy Tomás:

    Discreparemos un poco en lo referido al aburrimiento y demás. El ibro de JBB es extraordinario. Tal vez sí comience con fricciones innecesarias, pero sólo crece y el final es impresionante -justamente, porque los suicidios no pagan salvo para el que puede aprender de ellos y evitar repetir la historia-, necesario; lástima que no le alcanzara a JBB con el intento de exorcismo.

  3. remo Says:

    Arlt pudo acceder al mundo prostibulario, a los bajos fondos, a la vida marginal por su orígen, su modo de vida y por su oficio (comenzó como cronista de policiales, en esa epoca cerca de la infame era muy redituable mostrar los fondos bien bajos de la delincuencia y publicarlos en los tabloides: la clase burguesa se quedaba tranquila al comprobar lo lejos que estaba de ese mundo, y podía seguir cometiendo sus crímenes privados ). No pertenecía exactamente a la institución Boedo. A cualquier seguidor de un artista, escritor o intelectual, no es que no le disguste que le toquen los símbolos sino que exige que se lo haga con erudición, mucho estudio y sobre todo, lejos de los intereses del mercado (sobre todo si dicho ídolo se mantuvo alejado de él). Sienten sí una profanación, no sé donde, pero saludable por cierto. A nadie le gustaría ver una biografía no autorizada de William Blake, por ejemplo, en formato best seller (espero que no haya ninguna dando vueltas por allí). Estos comentarios van más allá del libro sobre Biza, que no leí.

  4. Le Toucan Says:

    Sigue sin entender a Barón Biza este pobre hombre…

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s


A %d blogueros les gusta esto: