Estoy indignada
por Flavia de la Fuente
Desde que llegamos a San Clemente, mi dulce hogar de dulce tiene poco. Más bien parece la redacción de un diario en un país en guerra. Q recibe llamadas y mails privados de apoyo, pero parece que nadie se anima a firmar con nombre y apellido y publicar su opinión orgullosa y libre en LLP. Eso me da tristeza. Pero es así. En el mundo del cine reina el miedo. El miedo a las represalias del INCAA. Es simplemente eso. O, en el caso de los periodistas, el miedo a las represalias del editor o de más arriba. Me resulta deprimente. Así, nunca hubiese cambiado nada en el mundo. No habrían existido las huelgas, las revoluciones. Parece que ya no hay más héroes, ni siquiera minihéroes. ¿Se imaginan a Mahatma Gandhi, el gran pacifista, diciendo que iba a abandonar la causa porque su familia estaba pasando hambre y frío o que si continuaba con su lucha no iba a llegar a pagar los gastos a fin de mes? No sé si Gandhi tenía familia, pero estoy segura de que si la tenía, hubiese pensado que con su conducta impecable les estaba dejando un legado mucho más valioso que un plato de comida.
Por una vez se dio una coyuntura interesante. El desaire a Q, la falta de apoyo del INCAA al Bafici y la reacción de El Amante por la cancelación de la pauta publicitaria por parte del Instituto. Esto hizo que, por primera vez en mucho tiempo, la Fipresci lanzara un comunicado repudiando lo que todos saben, pero nadie dice: que el INCAA es el reino de las tinieblas. Y se armó lío. ¡Al fin! Pero, como casi todos los directores de cine son rehenes del INCAA, nadie se mete, están callados. No sea cosa que pierdan un carguito para subvencionar o calificar películas o que no les den dinero para su próxima chef d’oeuvre. Las cosas están bien así. Para qué cambiarlas. Por supuesto, van a defender al Bafici, lo que me parece muy bien, pero lo van a defender porque les conviene y no pierden nada. Es decir, los que pasan sus películas en el Bafici lo van a defender y los que no, no. Pero, por ejemplo, les da igual que Mar del Plata lo dirija Pereira, que hizo una gestión muy digna o que Morelli (gran candidato, según se dice) lleve allí Pantalla Pinamar.
Hace un año, pasó por casa un director de cine, quien sabe bien cómo disfrutar de la generosidad del Instituto de Cine, y le preguntó a Q: “¿Por qué no te dejás de joder? Las puertas están abiertas en el INCAA. Hablo con Coscia y te consigo un carguito de tres lucas por mes. ¿Qué te parece?” Supongo que todos imaginan nuestra reacción. Nos reímos y Q le agradeció sus buenas intenciones y le dijo que no. Y nuestro amigo respondió: “Ahora entiendo todo. Lo que pasa es que los corruptos son ustedes. Si ustedes no existieran no habría ningún problema. Ustedes corrompen el sistema.” Al día siguiente, salió en el diario que era inminente el nombramiento de Alvarez como presidente del INCAA a lo cual nuestro amigo agregó: “Qué bueno, vamos a poder seguir robando un tiempo más.” Y qué les puedo decir, así funcionan las relaciones entre los directores y el Instituto. Y el que habla mal, entra en la lista negra. Hay demasiada plata en juego.
Otra vez, en Cannes, otro director de cine que nos quiere, nos dijo con buena onda: “Che, ¿y ustedes cuándo piensan ganar plata?” Nosotros lo miramos asombrados, porque cobrábamos nuestros respectivos sueldos del Bafici, que no eran gran cosa pero eran sueldos normales. ¿De qué hablaba nuestro amigo? De la plata que se gana de verdad en el cine.
En fin, todo esto me hace sentir muy mal y me parece de una injusticia enorme. Hicimos El Amante sin ganar un mango durante no sé cuántos cientos de años, hicimos el Bafici con los sueldos municipales y dedicación full time y, cuando nos echaron, decidimos retirarnos a leer, mirar dvds y trabajar desde San Clemente. ¿Por qué será que no nos dejan tranquilos? ¿Qué les da tanto miedo?
Y la verdad es que me duele que nadie conteste una difamación tan barata como la de Rodrigo Moreno. Y que nadie se entusiasme con la idea de que si se profundizaran las críticas al INCAA las cosas podrían cambiar. No, parece que el culpable de todo es Quintín, que lo único que hace desde que lo conocí en 1978, cuando era mi profesor de álgebra en la UBA, es decir lo que piensa.
Descargada mi amargura, mi próximo post será un álbum fotográfico de Mar del Plata
marzo 21, 2007 a las 3:23 pm
Hicieron El Amante. No es poco, Flavia. Cuando las demás revistas envejecen, la colección de El Amante sigue brillando en la biblioteca.
marzo 21, 2007 a las 3:37 pm
en cambio Moreno hizo -ugh- El custodio.
marzo 21, 2007 a las 4:52 pm
A pesar de entender la bronca y la tristeza, creo que la del instituto es una batalla perdida. La energía hay que canalizarla por fuera. Disculpen mi entromentimiento, pero imagino que ustedes (F&Q) conocen, por un lado, a unos cuantos directores que hoy están marginados del sistema pero con buenas películas por hacer, y por otro lado, a críticos, productores y programadores festivaleros de diversos países, en fin, gente que tampoco esté en este sistema pero que pueda ayudar a dar curso a esas películas que ustedes quisieran que se hagan libremente, por fuera de este meollo político, que no es otro que el de la Argentina. Con que logren, atando estos cabos sueltos, que tan sólo una película buena se haga, habrán hecho mucho más que derrocar a tal o a cual, simplemente un cambio de figuritas para que todo siga igual.
marzo 21, 2007 a las 5:01 pm
Periodistas, hijos míos:
Dad la cara y empezad a decir la verdad. No os pido que seáis solidarios, ni valientes, sino simplemente que os respetéis a vosotros mismos.
Amén
marzo 21, 2007 a las 6:03 pm
Flavia,
qué horror que es Moreno, por dios, exponente de esos directores en estado de beca permanente, que menos mal que se dedican al cine, porque si se dedicaran a las investigaciones científicas y/o técnicas estaríamos hablando de una catástrofe. Consigue plata de un millón de lugares y hace una película mediocre y después viaja, y participa en foros de opinión privados y calladito calladito va ocupando lugares de poder. De vez en cuando hará otra película, no porque le interese particularmente, sino para que no se detenga la maquinaria.
¿Cuando lo echaron a Q del Bafici no había llegado otra cadena de mails con una opiniones siniestras de este mismo tipo? No me acuerdo, pero creo que sí.
Estoy muy de acuerdo con lo que dice Sandra en los comments de al lado: paranoia y prepotencia Kirchnerista, matar enanos a garrotazos, victimario victimizado, eso es.
Te pido por favor que no difundas este mail, que es «privado».
Un beso,
m
marzo 21, 2007 a las 6:29 pm
estoy de acuerdo con todos ustedes y con el sumo pontífice que por fin reconoce nuestra santa tarea de mártires, también estoy de acuerdo con la idea de que los grupos, incluso los que se reúnen e intentan no ser grupos, no sólo se transforman en grupos sino que además buscan y encuentran líderes, jefes, popes, identidades, lo que sea, siempre es más cómodo
con suerte a todos
marzo 21, 2007 a las 6:48 pm
Quiero volver a descansar en mi grave, pero este blog me interesa too much.
Tiene razón, Mister Chacón, siempre dije: la búsqueda de la verdad es tarea de individuos.
marzo 21, 2007 a las 7:43 pm
¡Era una jodita! (lo de «privado», claro; lo de Moreno no).
marzo 21, 2007 a las 8:17 pm
Lo bueno es que en el fondo se van poniendo blanco sobre negro cosas que sospechabamos desde hace tiempo, lo malo es que es deprimente haber trabajado para esa gente.
Lo bueno es que uno sabe de que lado esta y cuando mira alrededor se encuentra con amigos.
Crotti, cuando volvemos a Pasos de los libres?
marzo 21, 2007 a las 8:36 pm
CuruzúCuatiá, Bernardez, CuruzúCuatiá siempre nos espera de brazos abiertos, chamigo! Un gran abrazo.
marzo 21, 2007 a las 9:15 pm
No puedo creer que en apenas cinco horas se hayan publicado semejante cantidad de posts sobre estos temas, alsunos realmente vergonzosos. Ladran, Sancho…
Las calumnias respecto del dinero del Gobierno que supuestamente gastaba Quintín en viajes alrededor del mundo (yo fui testigo de lo contrario: del dinero que Q sacaba de su bolsillo para programar el BAFICI), la invención de que el susodicho contrató a su mujer, Flavia, como programadora, la imbécil mentira de que el BAFICI fue una creación de FIPRESCI (hay un monje toronja llamado Béla que tiene un ventilador en el culo siempre prendido).
Paren un poco el carro, muchachos
marzo 21, 2007 a las 10:45 pm
stuar, yo no dije eso, ni habl[e de verdad ni de individuos, categor
marzo 21, 2007 a las 10:48 pm
se corrió el carro…decía que yo no hablé de verdad ni de individuos, pero sin dudas esos conceptos amplían las posibilidades de discutir…nada: el sentido último de la libertad de expresión, si me permite
marzo 21, 2007 a las 11:40 pm
Si esto existe entre quienes hacen arte, entre quienes tienen, se supone, intereses más sublimes, qué podemos esperar de los políticos o hasta del ciudadano común.
Es tristísimo, pero en algún momento todo se acaba y, para ese momento, hay que estar preparado con los deberes en orden, con la conciencia tranquila y con la certeza de que uno es el mismo siempre. La plata no corre los valores, los descubre.
Un fuerte abrazo, Quintín: todo se ordena.
marzo 22, 2007 a las 10:26 am
Flavia, me permito opinar, tomando tus últimas palabras con relación a Q, que «decir lo que se piensa» tiene sus inconvenientes que supongo se asumen cuando así se actúa; con valentía, aunque pueda uno equivocarse. No conozco ese mundo tan sórdido al que han aludido en estos posts, por lo cual no podría decir nada referente a él, pero te diría que esa sordidez es frecuente encontrarla en todo tipo de organización, y eso creo que ustedes lo saben; haberse ido a vivir a SC bien pudo haber sido una consecuencia; volver a entrar a un festival, supongo, era asumir la posibilidad de reencontrarse con lo que se encontraron. ¿Descubrieron algo nuevo?. La lucha por lo que uno cree justo se libra como se puede, desde donde se puede, y Q eligió entrar a la jaula de las «bestias», en su acepción aplicable, para decir su verdad y luchar por ella. Loor a la valentía.
Juan, pensá si todo esto que leemos, que nos provocan sensaciones encontradas, nuestras propias palabras, nuestras propias actitudes, no son parte de la condición humana. Eso no significa no luchar, empezando por uno mismo, por lo ético.
Dudo que los artistas, en general, tengan intereses sublimes; se han conocido las abyecciones más jodidas protagonizadas por artistas. Quizá el artista tenga la posibilidad, a diferencia del resto de los que no lo somos, de sublimar la «mierda» que también los habita y eso, quizá también, podría ayudarles a lidiar con la locura. Hay muchos casos de grandes artistas que dan cuenta de ello.
saludos.
marzo 22, 2007 a las 2:07 pm
Me gustó mucho el comentario de Jorge.