Calentando los motores
Por Flavia y Quintín
Finalmente, en Mar del Plata se suspendió la ceremonia de apertura. Pero en San Clemente empezó el festival. Llegó el primer invitado extranjero al pueblo, nuestro querido amigo, el crítico holandés Mr Peter van Bueren. Hace casi dos años que no nos veíamos y lo extrañábamos. Llegó y está igual a sí mismo. Es un auténtico Van Bueren, no ha cambiado nada. No está ni mejor ni peor. Es un Van Bueren puro. Vino gruñón, incisivo, curioso y muy cansado. Porque van Bueren acaba de volver de Siberia, donde asistió a un festival de vodka y 26 grados bajo cero. Pese a la fatiga del viaje de dos días con que lo castigó Iberia (el pobre se quedó varado en Madrid), el holandés errante hizo el trayecto Ezeiza-San Clemente en auto y, créase o no, aquí está. Hoy lo llevamos a comer lisa a la parrilla al puerto y esta noche habrá asado a manera de ágape de apertura del festival. La asadora será la hacendosa Flavia, quien aprovecha para festejar el día internacional de la mujer con una rica comida y desearles muchas felicidades a las lectoras y lectores de LLP. Pero no todo son rosas con Peter. Nos estuvo discutiendo todo lo que dijimos desde que llegó. Por ejemplo, hoy a la mañana, mientras tomábamos un café en Marejada, F le dijo que el mar comenzaba a 11 km al norte de San Clemente. Y nuestro cuestionador amigo nos respondió: “El mar no comienza. El mar está.” Y todo es así. ¿Por qué las medialunas se llaman medialunas si no son medialunas? ¿Por qué no les decimos “croissants” como en el resto del mundo civilizado? Por suerte, a F se le ocurrió una teoría peregrina, que croissant venía de “lune croissante”, que era un apócope de una vieja expresión francesa. Como Peter está demasiado exhausto para ir a la Wikipedia, por hoy lo conformamos con la explicación de la racionalidad del vocablo “medialuna”. El holandés siempre se sintió como en casa en Buenos Aires, desde su primer viaje. Le gusta caminar por sus calles y adora las chicas jóvenes (eso, en realidad, en cualquier ciudad del mundo). Pero no pensamos que se sentiría home en San Clemente; sin embargo, cuando le mostramos los paisajes desolados de las rías y las dunas también declaró sentirse en Holanda. La pampa le resulta chata como la llanura neerlandesa. Hasta los turistas sanclementinos le recuerdan a sus equivalentes de los Países Bajos. “Mirá esas dos viejas. Podés ver las mismas, con las mismas sillas y todo en cualquier balneario holandés. En un lugar siempre hay que ver primero las similitudes para después notar las diferencias.” Que son muchas. Nosotros pasamos muchos meses en Holanda y no nos parece que tengamos mucho que ver con los holandeses. Peter se burla de los problemas políticos, nos dice que a los argentinos nos gusta tener problemas y hacer las cosas complicadas. El no encuentra otra explicación a que pasen los años y que siempre estemos en problemas. Piensa que es una afición a hacer complicado lo trivial. Nos contó que vio por la tele a Telerman, mejor dicho a Benito como le dice él, con la reina de Holanda y que se divirtió con el evento. Y le divierte que Q siempre encuentre teorías conspirativas. “Me encanta, estás igual que siempre”, le dijo esta mañana. “Siempre imaginando algún complot”. Ya miró Directv, quería ver una tele con tantos canales. Y ahora yace en un sofá, juntando fuerzas para la noche. Q le está explicando quién es Macri, y le dice que es presidente de Boca y que se opone a Benito. En un día Peter logra enterarse de todo lo que necesita saber.
Pero, además, hablamos de cine. Mirando el catálogo de Mar del Plata, recomendó para los amigos de La lectora provisoria las siguientes películas:
Woman on the beach, coreana, de Hong Sang-soo
Climates, turca, de Nuri Bilge Ceylan
I don’t want to sleep alone, taiwanesa, de Tsai Ming-liang
Belle Toujours, portuguesa, de Manoel de Oliveira
The Unforgiven, coreana, de Yoon Jong-bin
Herat, beating in the dark, japonesa, de Shunichi Nagasaki
Love conquers all, malaya, de Chui Mui Tan
Y, menos enfáticamente
4 elementos, holandesa, de Jiska Rickels
Khadak, belga, de Peter Brosens y Jessica Woodworth
Offside, de Jafar Panahi
Fresh air, de Agnes Kocsis
Bloackade, rusa, de Sergei Loznitsa
Por último, Q agrega a su lista de diez films reseñados, la recomendación para:
Honor de caballería, catalana, de Albert Serra
y su interés por ver
Black book, holandesa, de Paul Verhoeven
Sindromes and a Century, tailandesa, de Apichapong Weerasethakul
Exiled, taiwanesa, de Johnnie To
Prater, austríaca, de Ulrike Ottinger
Y la retrospectiva sobre directores afroamericanos, muy especialmente los films de Charles Burnett.
Fotos: Flavia de la Fuente
marzo 10, 2007 a las 7:11 am
es mi segundo día sin fibertel y mi décimo añio sin buen cine malayo
marzo 10, 2007 a las 9:01 am
Y hoy sí nos vamos a Mar del Plata cantanto tu canción, Tomás!
Qué lindo que es…
marzo 10, 2007 a las 9:26 am
todos los años cada vez que recibo suegra de viejo continente -germany- recibo cuestionamientos y tratados, el pan integral no es integral, la comida es pura grasa, buenos aires es sucia, cordoba es salvaje y tan tercer mundista como egipto, las mujeres son hermosas pero llenas de botox, eso sí los hombres son muy masculinos pero los italianos son tan hombres!, los niños maleducados como en ningun país, se duermen tarde gritan, no respetan a los mayores, eso si es todo tan barrrato que pronto vendrá a comprarse un ranchito en las serranias…. y todos tratamos de convencerla que no insista que nadie va a cambiar que todos amamos nuestro pais por salvaje por tercermundista . Ella siempre como su amigo holandes encuentra conspiracion en todo, pero creo que se divierte sabiendo que el sol argentino brilla como en ningun cielo-.