Los dilemas de Filmus

La lucha electoral porteña

Por Tomás Abraham

El gobierno nacional debía solucionar un problema político que podía llegar a perjudicarlo en los primeros días de marzo de este año. El ministro de educación Daniel Filmus viene realizando un delicado ejercicio de equilibrio entre sus funciones ministeriales y los primeros pasos de su campaña para Jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires. No renunció a sus atribuciones ni pidió hasta la fecha licencia en su cargo. Debe administrar la educación nacional hasta fines de año –el momento en que se efectúa el traspaso de mando– y competir en junio por la ciudad.

Los primeros días de campaña fueron de exhibición ya que se lo conoce poco en la capital. Pero el nudo amenazante podía desatarse al inicio del curso lectivo. Nadie quería presenciar una escena que podía ser letal para las ambiciones del ministro y de sus mentores. Es fácil de imaginar. Mientras Filmus se dedica a sus actividades proselitistas, el gremio de los docentes, la Cetera, anuncia que las clases no comienzan. Varias provincias amenazan con paralizarse, la agitación no cesa y las negociaciones son lentas. El ministro se ve obligado en esta circunstancia a pugnar por hallar una solución presupuestaria en el menor tiempo posible, a la vez que su presencia en la ciudad se diluye.

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Una vez el tema escolar en los medios y en la política, muchas cosas podían llegar a decirse respecto del tema educativo en un conflicto desencadenado en época electoral. Sería posible refrescar los resultados concretos en estos cuatro años respecto de la calidad de la enseñanza, de los avances en la formación docente, de los días de clases realmente efectuados respecto de los tantas veces anunciados, de las responsabilidades de quienes perpetraron el daño con la ley federal ahora derogada, saber quiénes fueron y para qué lo hicieron, y de la situación educativa nacional en sus tres niveles en un país que se congratula de un crecimiento económico excepcional y de logros de variada naturaleza.

Había que aventar cuanto antes esta amenaza. No es fácil congeniar el trabajo ministerial con una campaña política, ni es fácilmente aceptable para la ciudadanía que un ministro no cumpla con sus funciones, y menos en situaciones de conflicto.

La estrategia hasta la fecha era la de jugar a dos puntas. Por un lado pulsar la opinión y ver los resultados de las encuestas, que de resultar negativas durante el mes de marzo, concluiría con un retorno sigiloso al Palacio Sarmiento. Se condecoraba el acto con una foto entre tres personajes sonrientes y reconciliados: Filmus-Kirchner-Telerman, o , por el contrario, de ser alentadoras, entonces sí, pedir una licencia, dejar en funciones al viceministro Tedesco, y ganarse la ciudad.

Para que esto fuera posible era necesario arreglar con la Cetera que, aunque ya partidaria oficial, no podía ahogar luchas internas. Por eso Filmus logra el apoyo presidencial para otorgar el 25% de aumento sobre el básico sin conflicto y con beneplácito sindical. Pero de aplicación irrealizable. Los sueldos están federalizados. Las provincias tienen las cuentas mal. La riqueza que generan pasan al fisco nacional. El gobierno de Kirchner maneja los recursos de todo el país a discreción. Calcula un crecimiento bajo para quedarse con el resto del superávit fuera del presupuesto votado y poder usarlo según conveniencias políticas. Es la tarea del jefe de gabinete, y en lo que respecta a los emprendimientos públicos de De Vido.

El llamado fondo salarial docente en manos del gobierno central se destina a equilibrar lo sueldos de las once provincias más pobres. Por supuesto que la discrecionalidad de su manejo no sólo reside en los montos que se destinan, sino en el momento en que se envían. Un atraso de un par de semanas puede crear más de una situación penosa a gobernadores díscolos.

Un sueldo básico de $1040 por jornada simple no tiene parangón en muchas provincias con lo que cobran los otros empleados estatales ni con los salarios privados. Ni el costo de vida de la Capital Federal se compara con el resto del país, salvo en ciertas provincias del sur.

Ya la provincia de Buenos Aires con sus 234 mil docentes y sus cuatro millones y medio de alumnos no sabía cómo solventar los 900 de básico prometidos. Tiene mil quinientos millones de dólares de déficit. Filmus reconoce que el aumento ni siquiera fue consultado con las provincias.

Pero no importa, dice Alberto Fernández. Es fundamental que Filmus aparezca como bueno, generoso, progresista, mientras el ejecutivo analiza cuáles son los distritos que recibirán ayuda monetaria para cumplir con el decreto. La foto está. La segunda parte de esta historia ha de ser el reinicio de las clases en la Capital Federal. Alumnos en la calle con sus padres cortando avenidas frente a las cámaras de la televisión, un techo caído, baños cerrados, roturas de caños, problemas edilicios diarios, un par de impactos bien aceitados mediáticamente para lograr el contraste deseado.

Un ministro dadivoso y popular. Nadie discute que los docentes incluso deberían ganar mucho más, tampoco nadie discute cuánto del presupuesto educativo llega a las aulas. Frente a un actual jefe de gobierno irresponsable con la gestión fuera de control.

Así son las luchas electorales, se dirá. Entre los principales candidatos porteños pueden enlodarse tupido. Pero no hay motivos fehacientes para concluir que la política se reduce a este tipo de representación. Hay un puente que habilita el paso entre política y educación, se llama cultura. Los políticos cumplen un importante papel educativo. La educación no se resume en la actividad escolar. La mentira, la estafa, la impunidad, la crueldad del poder, son vectores pedagógicos de importancia. Modelan conductas, invitan a comportarse de un modo determinado.

No es lo mismo la imagen de servicio que dan Savatella, Binner y Terragno, a la que dan los Fernández, De Vido y Bancalari. No es sólo una cuestión de imagen, claro, sino de acciones y de debate de ideas. En el capitalismo salvaje la flexibilidad y la precarización definen el horizonte laboral, pero no han hecho mella en las estructuras burocráticas. Éstas tienen la suerte de haberse fortalecido, su personal defiende la reproducción de su poder, los personajes se eternizan, y en lugar de precariedad, multiplican sus funciones.

Foto: Cora Burgin

18 respuestas to “Los dilemas de Filmus”

  1. Boudu Says:

    Es fundamental que Filmus aparezca como bueno, generoso, progresista. Y quien es Filmus? El bajo perfil hace que muchos no lo conozcamos. Igual no lo pienso votar, nada mas por lo del INDEC. Ni a Telerman, una persona que me produce una grandisima desconfianza, que no hizo nada para combatir la corrupcion. Ni a Macri (o quien sea el candidato), un tipo que se dice esta atras de la Corporacion del Sur y sus tramoyas en la ciudad. Quiza vote en blanco, o quiza a Claudio Lozano. Todavia no lo se.

  2. crotti Says:

    Hasta que este país no conozca la oscuridad total, cosa que no ocurrió en Diciembre 2001 (los saqueos, de buenas a primeras, desaparecieron apenas Puerta asumió), hasta que no explote apocalípticamente (no pareciera estar en los planes del destino), hasta que no se arme un quilombo de esos que estremecen, no solo que entretienen, los socialistas serios y necesarios como Binner, justamente por esa buena imágen de servicio que dan, serán despreciados y desoídos. Es un ciclo cultural que podría durar mucho tiempo. Si algo me gusta de Duhalde es cierta sinceridad fatalista: «Que sea lo que dios quiera» dijo.

  3. david Says:

    Me parece que en ese paisaje apocalíptico que describe Crotti difícilmente una figura como la de Binner vaya a ser requerida. Por el contrario, suelen ser las voces del fascismo las que se oyen en escenarios semejantes.

  4. estuve Says:

    Tomás, marcaste de refilón un tema que me obsesiona y que nunca apareció en los medios y que es la responsabilidad de los redactores y defensores de la Ley Federal de Educación, la que supuestamente nos iba a salvar pero demostró a poco andar que iba a ser un seguro fracaso. Así se perdieron años de educación y nunca mensuraremos esa pérdida porque es un bien no mensurable y sus pérdidas suelen ser fatales. El que se fue de la escuela mal enseñado tiene que apañarse como pueda, el que no la terminó porque le pareció un embole ahora esta afuera en serio. No nos olvidemos que hubo un Congreso Pedagógico Nacional que duró 4 años (1984-1988) y que se anotaron por unanimidad todos los sectores educativos en su apoyo. Los «notables» que suscribieron el informe eran, entre otros, Jaime Barylko, Gustavo Cirigliano, Berta Braslavsky,
    Hector Felix Bravo, Oscar Shuberoff (cuya representación estuvo a cargo de Alicia Camilloni), entre otros nombres. Y Filmus estuvo con la FLACSO. Sería interesante que alguno reconociera errores de concepto, metodología, percepción de la realidad, no sé. Que se desdicieran de todo lo que criticaron a la escuela primaria y secundaria, porque ahora la ensalzan como si la hubieran descubierto ayer…
    Off topic, ya que lo nombraron. Tuve el gusto de compartir espacios de arena, sombrilla por medio, en Villa Gesell con Binner, su mujer y su hijo y es un antidivo total, un tipo tranquilo, austero y simple que tomaba mate, leía un libro y le ponía protector a su hijo de 8 años bajo una sombrilla. Me cayó bien.

  5. maiakovski Says:

    No jodas con Savatella y el boludo de Terragno, Abraham. Son políticos para los intelectuales. Cumplen el sueño de los intelectuales argentinos desde la generación del 37: una élite ilustrada y blanca haciendo lo mejor por los negros sin los negros. No es que la alternativa sea mucho mejor, pero es más auténtica. Por ahí Crotti tiene razón y hay que volar todo para que gane Binner, que tampoco es un angelito. Pero por ahí volamos todo y viene Hitler. O Chaves.

  6. Maria Esperanza Says:

    Supongo que te referís a Martín Sabatella, intedente de Morón (con b).

    Supongo también que lo de «la imagen de servicio que da Terragno» es una refinada ironía, o si no, directamente una joda.

  7. maiakovski Says:

    Es tan popular Sabatella que nadie sabe cómo se escribe su apellido.

  8. supergordo Says:

    o gobernamo nosotro… o no gobierna nadie!!! tendé???

  9. Luks Says:

    Y los que son populares lo son entre quienes casi nunca tendrán que escribir esos apellidos. Qué loco.

  10. crotti Says:

    Disculpas, no propongo ni pronostico apocalipsis. Me refiero, por contrapeso, al sistema tan cerrado que tenemos, al que no se le ve salida. Tan solo digo que no vislumbro un gobierno distinto en lo que me queda de vida. Y lo que veo en el gobierno ahora mismo ya es una élite ilustrada y blanca, suizo-galaica más que tehuelche, haciendo algo por los «negros» de Maiakovski, pero, definitivamente y a sabiendas, no lo mejor. Sabemos que lo mejor que se puede hacer, en todo caso, es emanciparlos: o sea, terminar perdiendo el propio poder hipnótico sobre ellos, puntero por puntero, y devolviendo el poder a una nueva justicia independiente en funcionamiento y a cada municipio del país, para que se administre solito lo más posible. No tiene ningún sentido seguir discutiendo teoría y ley si ellas, en realidad, no rigen absolutamente nada, más que un reflejo de vida ajena. Ocurre que el suicidio solo figura en el manual radical. En posts anteriores se hablaba de implosión peronista. Pueden implotar los menematos y los kirchneratos, a modo de jubilación deshonrosa, pero la organización parece, a entender por lo vivido en el 2001 y su posterior lectura, bien preparada para seguir reemplazándolos por los siglos de los siglos, améééén. Que sea lo que dios quiera, dijo Duhalde. Cordero de diosss, dijo Laguna.

  11. Juan Gonzalez Says:

    La Argentina quería democracia por sobre todas las cosas: Alfonsín.
    La Argentina dijo no, queremos otra calidad de vida, privatizaciones y shoppings, a cualquier costo: Menem.
    Basta dijo la Argentina, queremos el uno a uno pero que no nos afanen en la cara, basta de liviandades epidérmicas: De la Rúa y la inoperancia.
    Ahora sí, el Argentino está harto; tiene que venir lo bueno, que se vayan todos, estamos cansados de ser víctimas sempiternas, pobres de nosotros: Kirchner y la demagogia, y el odio por el Otro.

    Las cosas cambian, los que no cambiamos somos nosotros.

  12. Jorge Says:

    Menos mal que algunos aclaran lo de la explosión. Hacemos bien en la crítica de lo que no es ético porque es la ética, y sus consecuentes actitudes, la que habrán de posibilitar una vida más justa. Así, considero que es la educación la que podría abrir el camino y en tal caso, aceptando el señalamiento referido a los medios, bienvenido sea el aumento salarial a los docentes, como condición necesaria pero insuficiente, para poder transitar ese camino.
    También creo que no deberíamos dejar de pensar, al hablar de estos temas, en «la condición humana». Al igual que en algún comentario anterior, opino que no estamos mucho peor que tantos otros en el planeta si no, leamos detenidamente los diarios.
    Las últimas palabras de Tomás me remiten a un escrito de él acerca de un trabajo de Bauman; me lleva a pensar a que la «vida líquida de la sociedad actual», a la que se refiere el sociólogo, convive con lo peor de la «vida sólida», esa estructura burocrática que lucha con las peores artes para seguir sosteniendo sus oscuros privilegios.
    No creo que Terragno sea un ejemplo de algo mejor; no todo lo que reluce es oro.

  13. Boudu Says:

    Todo bien, con el analisis global y demasiado general, pero … por quien van a votar uds. ?

  14. janfiloso Says:

    No entendí tu comentario sobre Illia; no me quedó claro si es lo que pensás o fuiste irónico en la comparación con los caudillos;
    la figura de Illia se engrandece con lo ocurrido luego de su derrocamiento y no entiendo si es un defecto ser «bueno»; en concreto, no creo que haya sido un «bueno para nada» que sería la versión negativa del bueno.
    En fin, no entendí tu comentario sobre Illia.

  15. Mickey Says:

    Dos cuestiones saltan del escrito de Abraham, y los comentarios.

    Por un lado lo paradigmático de Filmus como personaje K. Hoy un luchador incansable contra la ley de educación más pérfida de la historia mundial, que curiosamente él mismo le dictó sobre el hombro a Susana Decibe!!??!!??!!??!!??!!.
    Ni un atisbo de verguenza o autrocrítica?. Ninguno, porque como decía en un artículo de Satiricón en 1985 Marcelo Moreno, los argentinos tenemos una visión caleidoscópica de nuestra historia, la que nos permite ver al pasado, siempre estando parados en el centro. Con los desastres girando a nuestro alrededor, alejados de nuestras responsabilidades.

    La otra cuestión es no jugar con la idea del desastre total. Ya tuvimos desde, por lo menos 1930, una interesante cantidad de desastres y catástrofes. Y a continuacion de ellas no ha surgido mucha luz.
    Por eso, la misión de Binner (el único de los que nombra TA que me genera alguna esperanza) es mantenerse en el camino, con su mensaje, sin transar. Alejado de toda la basura que lo (nos) rodea. Debería aprender de la patética experiencia de Elisa Carrió, aliándose con la peor basura, por la sola rozón que se autotitulaba anti-menemista (Balito Romá, Juan Carlos Zacarías, la Hormiguita, etc.).
    Binner debe seguir construyendo firme y con cuidado, perdiendo varias elecciones, manteniendo el talante, alejado de toda esa sucia huevada indigenista nazi que tanto tienta a la izquierda fracasada argentina (y latinoamericana).
    Tal vez dentro de unos años, los argentinos despertemos.

  16. maiakovski Says:

    Lo mejor que se puede hacer por los negros es emanciparlos, claro. Para esta concepción, no importa que los negros quieran ser emancipados o no, porque de todos modos están alienados, antes por el modo de producción capitalista, ahora, más modestamente, por los punteros. Propongo otra versión: PUNTEROS: reales representantes políticos de base de las capas bajas. Que su estilo y orientación política no coincida con los manuales marxistas y la visión entre idealizada y cínica de lo que son las capas populares, es otra cosa.

  17. Ariel Says:

    Confirmado: el apellido del intendente de Morón es Sabbatella (Martín, claro, su nombre).

  18. tomás abraham Says:

    no sólo la tenía larga la B, sino que tiene dos!

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